miércoles, 4 de diciembre de 2013

Crítica: EXTRAÑA CONFESIÓN (1944)

DOUGLAS SIRK












Una de las primeras cintas de Sirk en Estados Unidos y, como no podía ser de otra forma, una cinta con profundidad dramática, buena dirección de honda puesta en escena y personajes complejos y atractivos, en especial el femenino, algo que también suele ser costumbre en uno de los mejores directores de actrices y personajes femeninos.

De los dos ámbitos en que se puede dividir la película uno es notable y el otro discreto y simplista. La historia dramática y el conflicto de los personajes es brillante, una constante de Sirk, pero el contexto histórico en el que se les engloba y su tratamiento, un periodo complejo de por sí, está tratado con extrema superficialidad. La época que antecede a la revolución rusa y la que la sucede.



Una campesina muy atractiva acaba seduciendo a un juez perteneciente a la alta nobleza rusa. Esto traerá todo tipo de consecuencias a todos los niveles, desde la ruptura del compromiso del juez a asesinatos pasionales.

Fascinante inicio con una grúa que entra por la ventana de un edificio, una editorial donde trabaja Nadena (Anna Lee), ex prometida del juez Petroff (George Sanders). Allí llega el conde Volsky (Edward Everett Horton) para entregar, y así ganar algo de dinero, ya que perdió todas sus riquezas y posición con la revolución, la que parece ser autobiografía del mismo juez Petroff, ex prometido de la propia Nadena.


Esa primera escena remarca las consecuencias de la revolución de forma sutil, un plano de unos zapatos deteriorados, los de Volsky, un conde, que vaga por la ciudad buscando como conseguir algo de dinero para sobrevivir en una editorial... De ese plano picado pasamos a ver el gran rótulo en lo alto de un edificio que corresponde a la editorial. El hombre que antes era lo máximo en esa sociedad totalmente aplastado por los nuevos tiempos.



La película es un drama negro, muy negro, con muchísimos aspectos de novela negra. Es una adaptación del relato de Anton Chéjov, “The Shooting Party”.

George Sanders está espléndido, como de costumbre, un personaje complicado que evoluciona de forma radical en muchas facetas, un personaje además distinto a los que más fama le dieron de cínico manipulador, aquí es él el manipulado. Linda Darnell desprende sexualidad, también como de costumbre, una clásica mujer fatal capaz de volver locos tanto al juez como a su amigo, el veterano conde Volsky. Darnell interpreta a Olga, una mujer que consciente de su poder con los hombres no duda en aprovecharlo, una mujer ambiciosa que tiene ínfulas de grandeza, como muestra en su escena de presentación donde explica sus sueños futuros.


Toda la temática relacionada con los personajes es muy efectiva y de gran calado dramático. La pasión desbordada que lleva a la corrupción del alma de la persona, de la misma civilización, de la educación, la pasión enfermiza, la frustración ante la imposibilidad de resistirse a ella aun sabiendo de la ilógica de las formas de proceder, los celos, el amor despechado, el deseo, la ambición retratada en Olga, la falta de escrúpulos y  frialdad como medio para prosperar desde lo más bajo, como único medio aparente en la época anterior a la revolución, la mentira, el engaño, la manipulación... Una gran reflexión sobre las partes más oscuras del alma, algo muy dado en la novela negra, y sus consecuencias, motivadas por una pasión irracional. Similitudes con la novela negra que no acaban ahí ya que esas consecuencias están cargadas de fatalidad, de un destino fatal inmutable, acentuado con ese cruel final, patético y oscuro.


Hay muchos detalles notables, como en ese inicio donde el otrora conde roba, pensando que nadie lo ve, cigarrillos, cómo cae todo el andamiaje de las apariencias en la pobreza, pobreza generalizada en Rusia.

En la endeblez del análisis político, tanto anterior como, sobre todo, posterior a la revolución, la película cae en barrena, su simplismo choca y decepciona, da la impresión de que en realidad la historia podía prescindir perfectamente de ese contexto histórico con un par de retoques, todo es infantil, insustancial y extremadamente superficial.

Volviendo al resto de los personajes, Volsky es uno de los más destacados, tiene grandes diálogos y Edward Everett Horton está fantástico en el papel, un habitual de Lubitsch ideal para la comedia. Aquí es, sin duda, el contrapunto cómico. A través de ese personaje se pretende crear o mostrar la idea de vida, su concepción, de la nobleza rusa de la época, pero como digo desde ese punto de vista todo es fallido, como elemento dramático y de comedia, en cambio, es un buen personaje.

El marido de Olga, con quien ésta se ve obligada a casarse aunque sólo sea un manipulado más por su parte, muestra el lado opuesto, el del proletariado adaptado a la vida con los nobles y que luego será acusado de un crimen que no cometió. Él es Anton Urbenin, interpretado por Hugo Hass, muy acertado también en su rol.




Todos los personajes son brillantes y la trama de intriga está bien narrada y llevada, con ese crimen que sucede en fuera de campo y una testigo que ve como un cuchillo es limpiado en un estanque, todo desde su punto de vista, un acierto para mantener la duda del espectador sobre quién es el asesino.





La vida hedonista y despreocupada de la nobleza es subrayada varias veces, una vez más con simplismo.

Darnell, poco a poco va dando una lección de lo que es el poder, no tiene dinero, sus conquistas sí, pero ella es la que domina y controla, porque la verdadera jerarquía está en el poder, no tanto en el dinero. Su personaje se va haciendo cada vez más consciente de ello, oscureciéndose y transformándose en alguien cada vez más perverso, un personaje complejo que si bien tiene ese lado oscuro, tampoco se le puede considerar negativo del todo, ya que no deja de ser una superviviente que sólo ofrece lo que ella tiene y que es capaz de manejar ese poder. No podemos evitar mencionar que además ella no denuncia a su asesino pudiendo hacerlo. De unas botas, a unas joyas, a una posición social cada vez más alta…




Sanders, su personaje, parece ajeno al poder seductor de Olga en apariencia, pero su veneno va haciendo efecto desde la primera vez que la ve, su paulatina caída en el patetismo, en la pérdida de dignidad, asumiendo compartir esa mujer y obedecer las órdenes y reglas que ella dicta, le perturban y desequilibran totalmente. Su final es el culmen del patetismo, la caída al fondo de un pozo lleno de lodo cuando se le da la oportunidad de redimirse, una oportunidad que le da su ex prometida además, y que él es incapaz de aprovechar. Una dignidad, honorabilidad y nobleza perdidas que no tienen camino de retorno. La consciencia de su degradación y de la imposibilidad de evitarla se muestran en una escena donde un borracho Sanders acaba rompiendo un espejo en un bar tras cantar una canción.









El personaje más plano es el de Nadena, sirve básicamente como contraste positivo al que enfrentar todos los vicios que muestran el resto de personajes, un personaje íntegro pero poco elaborado.

Tenemos una interesante escena con Nadena y Petroff en una iglesia, el lugar simbólico adecuado para que éste se sincere con ella.






La última escena también es muy potente y notable, su patetismo (y romanticismo) conmueve sin duda.

Una película con debilidades, debilidades por su infantilismo y superficialidad en las conclusiones y retrato histórico, pero un conjunto muy interesante.


Un notable drama que en su imperfección demuestra una vez más el talento de un autor con todas las letras, que muestra de forma brillante muchas de las constantes de su trabajo que en el futuro regalará muchas obras maestras. 



4 comentarios:

  1. Me encanta Sirk…todo un ciclo me vi de jovencita…ya te conté.
    Gracias sensei, he disfrutado mcho!!!

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    1. Me alegro, hay un buen número de cintas de Sirk ya aquí! Gracias a ti.

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  2. Es una pelicula muy interesante basada en una novela del gran Chejov del mismo nombre originalmente llamada "Un drama de caza" La pelicula es buena y la novela es incluso mejor (XLMP)

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    1. Así es. Así queda recogido en el análisis, aunque los títulos bailen un poco. Cosas de las traducciones, supongo.

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