sábado, 11 de enero de 2014

DANGER DANGER: Danger Danger (1989)












Uno de los grupos de más talento y más calidad que surgieron en el boom del Hard melódico de la segunda parte de los 80, casi un clon de los Bon Jovi que logran un discazo que pasa por ser casi otro Slippery When Wet.

Este debut de Danger Danger lo tiene absolutamente todo, himnos espectaculares, mimo por el detalle, melodías perfectas, teclados ampulosos y lujosos, armonías de lujo, buenas guitarras, diversión rockera a raudales… Uno de esos ejemplos perfectos de Hard Rock melódico en la época de su máximo esplendor.



No es raro que el grupo lograse un gran éxito y sea recordado como una de las grandes bandas de la época, aunque ahora resulte menos conocida, algo se debe en especial a este disco y en menor medida al siguiente, “Screw It” (1991), que mantuvo la inspiración poco antes de que el Grunge se impusiera y los sonidos hardrockeros empezaran a pasar más desapercibidos.

Screw It” tiene un sonido más desnudo, se eliminan los teclados y sintetizadores espectaculares y ampulosos para que aparezca más el piano y una producción más directa. Los tiempos ya estaban cambiando hacia el Grunge, pero dio tiempo a que el álbum también fuera muy bien recibido, entre otras cosas porque el virtuosismo y la inspiración para las melodías seguía intacto.


Danger Danger y este disco tuvieron bastante éxito y hubieran merecido más, pero estuvieron a la sombra de las principales bandas del género, Bon Jovi, Europe, Poison… Aunque bien mirado ese éxito también es en parte al boom que supusieron esas bandas y que alcanzó a otras menos conocidas, y tardías, pero que iban en la misma onda, como es el caso, y que aunque no llegaran a las cotas de ventas y reconocimiento de las mencionadas tuvieron un buen pedazo del pastel igualmente.

Ted Poley es la columna vertebral del grupo, su líder indiscutible, aunque todos los temas están compuestos en esta ocasión por el batería Steve West y el bajista Bruno Ravel. De hecho Poley fue despedido cuando todavía no se había lanzado el tercer álbum, “Cockroach” (2003). Posteriormente este álbum se publicaría en formato doble, el primer disco con su versión original cantado por Poley y el segundo con la parte vocal ejecutada por Paul Laine. Por fortuna Danger Danger han vuelto a la actualidad con Poley al frente de ellos desde 2009. 

Cockroach” tardó diez años en publicarse debido a problemas legales, de 1993, cuando se grabó, a 2003, y su recibimiento crítico no pudo ser más entusiasta, considerado uno de los mejores trabajos de su año.

En 2009 el grupo sacó otro notable disco, “Revolve”, también con un buen recibimiento crítico y con Rob Marcello en las guitarras.

La salida de Poley en 1993 fue acompañada por la de Andy Timmons, un guitarrista francamente excepcional, que en este álbum tiene una curiosa presencia, ya que aunque consta como el guitarrista oficial del grupo todos los temas menos dos, “Saturday Nite” y “Boys Will Be Boys”, están ejecutados por Tony “Bruno” Rey, guitarrista que colaboró con el grupo y volvió a su antigua formación, Saraya, una banda que no estaba mal tampoco, en medio del proceso de grabación. El cambio no pudo ser más afortunado.



Digo que no pudo ser más afortunado porque Timmons es uno de los mejores guitarristas que dieron los 80, el propio Joe Satriani lo tiene como uno de sus predilectos.



Poley no es un cantante que me guste especialmente, pero su voz nasal y particular es uno de los rasgos más personales y diferenciales del grupo, uno de los aspectos que dan el sello personal al mismo. Sus cualidades son limitadas y su tono no es especialmente llamativo o preciosista, pero sí muy personal, así que es indudablemente eficaz porque cada trabajo del grupo con él a la cabeza resulta excelente.

El debut de Danger Danger es una de esas operas primas ejemplares, cada tema es un hit en potencia, sin altibajos, repleto de himnos para corear en tu habitación con las mismas ganas que en un estadio y que está justamente considerado como una de las grandes obras del Hard Rock melódico de todos los tiempos. Un referente ineludible, merecida reputación por todas sus virtudes.

Ted Poley a las voces, Andy Timmons en las guitarras, Bruno Ravel al bajo, Steve West en la batería y Kasey Smith a los teclados. Además aparece acreditado Tony “Bruno” Rey en las guitarras, como ya he comentado.




-Naughty Naughty: Puro Hard Rock melódico de los ochentera, en su más excelso sentido, comenzando a exhibir todas sus cualidades. Una voz distorsionada presenta el álbum, mimo en los detalles y en la forma de crear atmósferas, de tomarse su tiempo y dedicación en cada tema. El bajo gamberro y misterioso aparece para machacarnos a base de puro Rock, anticipándose al arsenal melódico del grupo. Juguetonas risas y efectos, riff potente y ritmos vivos junto a un teclado protagonista, como mandan los cánones del género. Primeras estrofas pausadas, que mezclan los riffs con las guitarras sin apenas amplificar en una gran madurez sonora. El puente es excelente, con una melodía que llama al estribillo, perfectamente engarzada con él y donde los teclados se hacen aún más incisivos. Kasey Smith tiene una gran labor a las teclas durante todo el álbum, las teclas en los 80 son indispensables. El estribillo es un himno auténtico, un clásico del género, tan sencillo como efectivo, el título del tema recitado con pegadiza melodía a coro de forma pletórica y con un apunte de la voz principal que lo repite. Volvemos a disfrutar de efectos sonoros, distorsiones, silbidos… en el retorno a las estrofas, donde el potente riff sigue siendo predominante. El segundo estribillo se alarga y deja improvisaciones vocales de Poley, así como detalles guitarreros de calidad de Tony “Bruno” Rey. El solo también es muy bueno. Parón, donde el bajo vuelve a tener una gran presencia. La producción es excelente. Pausa atmosférica y arranque repentino con el estribillo a todo tren donde las improvisaciones de Poley se hacen constantes, así como los coros van variando y la guitarra remata con contundencia. Uno de los grandes éxitos del grupo. Un perfecto inicio.

-Under The Gun: Una auténtica joya, un temazo de Hard melódico realmente excepcional, con una introducción larga y sugerente, melódica, tranquila, nocturna y muy emotiva donde el teclado y la voz de Poley te acarician hasta que entran los teclados de forma abrupta para iniciar el Rock. Esa entrada de teclados, el inicio real del tema tras la introducción, es casi clavado al de la magnífica “I’d Die For You” de los Bon Jovi en el Slippery When Wet, con algo más de aceleración inicial. Es memorable el inicio, no me extraña que casi lo calcaran. La guitarra entrando y los ritmos acelerándose en las primeras estrofas. La voz con eco avanzando sin pausa hacia un estribillo de los que hacen época, largo y con la oportuna aparición de los coros para apoyar una de las frases de Poley. El ritmo es incesante, trepidante, sin descanso, así volvemos a recorrer la melodía que nos devolverá de forma entusiasta al estribillo y al solo de guitarra. Estrofas con grandes coros y melodía variada que desemboca en el obligado parón, un elemento indispensable en el género. Los teclados volverán a aparecer en todo su esplendor, nerviosos y deseando arrancar de nuevo junto al tema. Así lo hace con el estribillo donde coros y voz principal se turna de forma perfecta. La variación de los coros en la parte final rubrica el tema espectacularmente. Danger Danger presumiendo de su enorme calidad. ¡Qué grandes los 80!

-Saturday Nite: Riff de Hard clásico y más ritmos vivos, avanzamos como una locomotora. Puro Rock fiestero y divertido, es un sábado por la noche, no lo olvidemos. Grandes estrofas de Hard Rock ochentero clásico con mucha raigambre setentera también. Estribillo aún más alegre y divertido que nos remite a los Kiss más joviales, con coros originales y lúdicos. Hedonismo rockero. La trepidante batería no para y la guitarra deja apuntes como transición. Repitiendo las estrofas montados en el tren del riff y la batería llegamos por segunda vez al estribillo, que tiene una segunda parte memorable con los coros cantando con ganas y dejando en bandeja el solo de guitarra, el primero de los dos que se marca Andy Timmons. Sin aliento seguimos avanzando por nuestro placentero, frenético y divertido cabalgar con una parte final donde las armonías en los coros, los apuntes de guitarra y Poley improvisando subliman el estribillo en el clímax. La diversión al poder.

-Don’t Walk Away: Medio tiempo baladero, dulce y goloso, muy melódico. Guitarras suaves, sin casi amplificación, melodía marcada y ritmos ágiles enmarcan la voz de Poley en el inicio. Una guitarra eléctrica se asoma al tema de forma sutil cuando llegamos al precioso puente y el encantador estribillo. Una exquisita joya. La progresión melódica es perfecta. Los juegos de guitarra melódica son un gran acierto y adornan el tema ejemplarmente. Los coros lejanos durante el puente, evocadores, también funcionan a la perfección, sutilezas de gran gusto. Buen trabajo de teclados en el estribillo, que en su segunda aparición se alarga, con un muy buen trabajo de Poley, y da entrada a un melódico solo de guitarra. Puente y estribillo son los protagonistas de la parte final, como es habitual. Un tema bonito.

-Bang Bang: Otro de los grandes éxitos del grupo. Un primer aviso de lo que será el estribillo cantado a coro da paso a la melodía de guitarra y los ritmos frescos del tema, pegadizo y adictivo a más no poder. Estrofas ultramelódicas que definen el Rock melódico. Puente con gran apoyo de los coros y estribillo pletórico, perfecto, largo y clásico para corear hasta reventar, que también tiene unos coros descomunales. Transición guitarrera a las nuevas estrofas, bajo constante, matices melódicos en las guitarras sin amplificar y detalles de teclado sobre el puente. La llegada al estribillo es recibida con alborozo de nuevo, una joya. Solo de guitarra y juego de coros ocasional de fondo, parón clásico con el estribillo y arranque progresivo francamente bueno, todos los elementos del género y la estructura más clásica con una melodía lograda al máximo. El estribillo cobra intensidad y se beneficia de improvisaciones vocales y guitarreras hasta llegar al final. Un hit perfecto y total.

-Rock America: Otro himno, patriótico y entusiasta, positivo y alegre, pero con la intensidad y el sentimiento característicos. Los coros, con esa ampulosidad clásica en el Hard melódico ochentero, cantan parte del estribillo de inicio a capela. Teclados espectaculares llevando el mando mientras la melodía con apuntes de guitarra se va desvelando. La batería se hace más pesada y la guitarra acompaña a ritmo por las trepidantes estrofas. Perfecta y acelerada progresión melódica, impecable, y estribillo de otra galaxia. Es soberbia la inflexión y el pequeño detalle de Poley de alargar un poco más la nota que él canta junto al coro, concluyendo ligeramente después que éste. Siempre se mantendrá un poco por encima de dicho coro. Sin descanso seguimos manteniendo el ritmo y la melodía, las estrofas desbocadas y recibiendo detalles de guitarra y coros. Una guitarra que deja buenos apuntes en el riff. De vuelta al estribillo y su espectacular ejecución con todos los instrumentos en su justa medida, guitarra, teclados, batería, coros… pasamos al solo de guitarra, como mandan los cánones. Buen solo. Más detalles de riff para un nuevo puente que desemboca en el parón, que no podía tardar en llegar, donde los teclados lo inundan todo. La recuperación del tema es magnífica, con un grito de Poley y la entrada de la batería de forma grandilocuente. Todo esto lleva a la parte definitiva, al clímax, con el estribillo a todo tren, Poley recreándose en sutiles inflexiones e improvisaciones, armonías discretas de guitarra y coros pletóricos. Otro espectacular tema para la colección.

-Boys Will Be Boys: Aquí tenemos un tema más seco, más oscuro. Iniciales distorsiones y coros dispersos que insinúan el estribillo, muy clásicos de los 80, y arranque de ritmos pesados y riff potente. Una guitarra más melódica se suma a la base. Poley entra definiendo las primeras estrofas de rockeros serios y temerarios. Coros melódicos, que adquieren más importancia e intensidad en el puente, y estribillo efectivo, más oscuro, pero con todas las constantes clásicas, con muchos coros varoniles ampulosos, gran ambientación de sintetizador y fase vocal extensa. Menos vistoso y alegre, otro tono, pero funciona muy bien. Clásico riff ochentero, toques guitarreros y más estrofas marchosas que avanzan haciéndose cada vez más melódicas hacia el puente y el estribillo. Tras la segunda aparición del estribillo podremos disfrutar de la segunda aportación de Andy Timmons en un solo. Pausa, calma, efectos, ecos, coros distorsionados, el bajo latiendo y arranque con el estribillo que va haciéndose más intenso conforme se acerca el clímax, que aportará armonías guitarreras para rematar.

-One Step From Paradise: La balada del disco, con todos los elementos de la balada hardrockera o heavy de los 80, la power ballad. Un magnífico ejemplo de la misma, aunque no esté en el top del género. Preciosa guitarra que marca la melodía, teclados que acompañan, solitarios, la voz de Poley, con ligeros apoyos de coros ocasiones. La intensidad sube con la entrada de la batería, una guitarra eléctrica gime en el puente y llegamos al intenso estribillo, bonito y de gran sentimiento, largo y de emotividad manifiesta. El amor como un paraíso cercano. Las estrofas son preciosas, una atmósfera sentida y especial, ideal para escuchar en pareja, y es que la balada hardrockera está fuera de rango. Repetida la estructura y terminando de deleitarnos con el segundo estribillo que se beneficia de oportunos coros, llegaremos al solo de guitarra, de gran sentimiento y con acertadas apariciones de Poley. Una nueva estrofa nos lleva al estribillo en parón, suave, delicado, esperando recobrar su emotiva intensidad. Una vez esto ocurre todo se hará más enérgico, especialmente en la voz de Poley y los coros. No faltará un solo lejano de guitarra haciendo armonías en un final realmente emocionante. Una muestra de la calidad del grupo en los temas lentos, algo para lo que estas bandas parecen estar especialmente dotadas. Otra gema.

-Feels Like Love: Acompañamiento aorero con una guitarra muy melódica. Teclados y ritmos suaves en el inicio de este medio tiempo. El bajo tiene mucho peso ayudando a dar contundencia a la par que melodía a la base rítmica. Llegamos al puente aumentando la intensidad, tanto en línea vocal como con la aparición de la eléctrica. La conclusión del puente, que da paso al estribillo, es inmejorable. El estribillo es una delicia, largo y encantador, un perfecto medio tiempo, positivo, intenso y sensible. Más estrofas con placenteras variaciones y detalles a los coros. Puente y retorno al estribillo, que añade magníficos detalles de los coros, más largo, con excelentes estrofas añadidas. Grandes detalles de los teclados también. Armonías, sutilezas, espacios ocupados y decorados a la perfección en un tema muy especial y elegante. Estrofa de melodía variada para dar entrada al solo de guitarra, muy acorde con el tema. Los apuntes de teclado subrayando el solo no faltarán. Estribillo en parón instrumental, tan solo sonido ambiente, ampuloso, y arranque con coros pletóricos y una ambientación aún más espectacular. Un tema realmente elegante, las variantes en el estribillo lo hacen crecer de forma exponencial. La recuperación del tema es excepcional. Soberbio clímax. Otra gozada.

-Turn It On: Riff y bateria con cierta distorsión y estallido. Puro Hard melódico clásico que retoma la diversión, la juerga y el descontrol como filosofía a transmitir. Estrofas alegres, divertidas, movidas, muy rockeras, magnífico puente que engancha con un portentoso estribillo para corear salvajemente en directo. Las chicas, el sexo y el desfase en cada parte. Sin que nada decaiga y el ritmo siga su curso volvemos a las estrofas donde la guitarra va dejando su impronta. Noches salvajes de verano, de ligues y placer. De vuelta en el estribillo nos deleitamos aún más, donde se canta el título a coro, a pleno pulmón, y luego Poley pone una rúbrica con su frase. Solo de guitarra igualmente fiestero y coros comandando una estrofa de melodía variada que da paso a una “zona de fiesta”, la manifestación clarificadora de lo que transmite el propio tema. Imposible no saltar, motivarse o ponerse de buen humor con esta canción. El estribillo alargado y repetido con constantes improvisaciones vocales de Poley nos abandona para nuestra desolación. Un tema que es gloria bendita para dejar malos rollos atrás.

-Live It Up: Hard Rock con sabor blusero de inicio en riff y detalles de percusión, potente Hard Rock de impecable riff. Como un misil avanzaremos tras la voz de Poley y el soberbio riff. Estribillo convencional, sencillo y efectivo. Un tema muy hardrockero con menos melodía. Detalles guitarreros en las nuevas estrofas, una delicia con mucho feeling añejo. Segundo estribillo y gran solo de guitarra que dialoga con otro de armónica. Parón para que el riff y los palos de la batería jugueteen en un breve descanso antes del nuevo arranque. El misil avanza sin frenos hacia el estribillo nuevamente, que no nos abandonará hasta el jolgorio final. Un tema algo alejado de la línea del disco por no tener los mismos componentes melódicos, pero muy brillante igualmente. Perfecto fin de fiesta.

El debut de Danger Danger es el modelo perfecto de la música que se hacía en los 80, del Hard Rock melódico de más clase y categoría. Un álbum que define un estilo y que sigue las pautas paso por paso de las grandes obras y los grandes grupos de la época, sublimados por su gran calidad. Un disco indispensable que por derecho propio está en los puestos más altos de las listas de los mejores discos del género.




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