martes, 9 de septiembre de 2014

Crítica: BLUE JASMINE (2013) -Parte 1/2-

WOODY ALLEN












Woody Allen retoma el vuelo tras el fiasco y la decepción que supuso para muchos su anterior título, “A Roma con amor” (2012), dentro de su consabido bajón de prestaciones, con una aceptable comedia dramática que, aunque no aporta nada a la filmografía del genio neoyorquino, resulta una obra sólida, bien ejecutada y desarrollada y con algunos puntos fuertes muy reivindicables a pesar de sus reiterados postulados.



Allen nos cuenta la historia de Jasmine, que viene a ser una mezcla entre la vida de Carmen Lomana y la de la infanta Cristina y sus problemas con Urdangarín.

Jasmine es una atractiva mujer que ha gozado de una vida de lujo, glamur y facilidades, que cambiará cuando su marido, millonario, sea detenido por estafa, con lo que le será muy difícil aceptar su nuevo rol.

Si algo destaca en “Blue Jasmine” es la portentosa interpretación de Cate Blanchett, que le ha proporcionado su segundo Oscar de forma absolutamente merecida. Ella es Jasmine, que como corresponde a una película de Woody Allen será una charlatana de primera, alter ego del director, una Allen femenina.

El Jazz y Blue Moon darán comienzo a la película, una banda sonora predominante, como es habitual en el cine de Allen.



Blue Jasmine” presenta una estructura muy fraccionada, con continuos viajes al pasado en forma de flashback de distinta duración, unas veces con una escena breve y otras con varias secuencias, que son rememoraciones de la protagonista, evasiones hacia ese dorado pasado. Allí veremos cómo se evade de la realidad y de todo lo que le rodea, sin plantearse nada más allá de disfrutar de los millones y regalos de su marido. Estos flashback servirán para reflejar añoranzas, por medio de contrastes en ocasiones, como al ver el discreto apartamento de su hermana, evadirse de la realidad, como ya he comentado, o intentar justificarse… Algunos la atormentarán sin solución. En ellos será donde veamos a su marido, Hal (Alec Baldwin). En ocasiones se redunda lo visto en esos flashbacks con menciones en el tiempo presente, pero Allen integra muy bien esos flashbacks porque Jasmine es cualquier cosa menos un narrador fiable.


Si Jasmine es una pija de manual, una Lomana o una infanta Cristina, Hal, aparte de un sosias de Iñaki Urdangarín, es una especie de Di Caprio en “El lobo de Wall Street” (Martin Scorsese, 2013). Terminará desplumando a pobres asilvestrados, como la hermana de Jasmine y su marido, o a crédulos de todo pelaje. Como Jasmine, tampoco aceptará su nueva situación, por lo que terminará suicidándose en su celda con una cuerda.

Jasmine aceptará todo en esa relación mientras pueda seguir disfrutando de lo que le ofrece, por ello no tendrá ningún problema en aceptar al hijo de su marido, amorosa y comprensiva. Una vez se vea obligada a renunciar a esa vida de lujo, Jasmine aparecerá lindante con la locura, con una verborrea incontenible, incluso cuando está sola, como si rememorara aquellos tiempos que se resiste a abandonar. No acepta su nueva condición.

La película será ambigua inicialmente sobre el conocimiento que de los chanchullos de su marido tenía Jasmine, arruinada por ese motivo.




El personaje de Jasmine es fascinante, repleto de luces y sombras, egoísta y egocéntrica, neurótica, medio loca, inteligente, seductora, elegante, contradictoria… A su hermana, Ginger (Sally Hawkins), la utilizará en las duras, ya que en las maduras prefería pasar de ella. Ginger se sintió desplazada por su hermana, ella no era tan glamurosa… El desprecio, la frialdad, los aires de superioridad con respecto a su hermana por su posición social y sus capacidades, quedan perfectamente retratadas por Allen. Por cierto, Janet es el verdadero nombre de la protagonista, pero Jasmine tiene más empaque…







Mirará para otro lado ante las infidelidades de su marido y no preguntará por sus negocios, hasta que crea que todo está perdido, momento en el que actuará. 

Jasmine es una contradicción andante, sólo vive para el lujo, por ello, aunque no tenga dinero para nada y tenga que irse a vivir con su hermana… viajará en primera clase.



Augie es el ex marido de Ginger, la hermana de Jasmine, y está interpretado por Andrew Dice Clay, el mítico Ford Fairlane. Ellos también están separados, por culpa de un mal de negocio en el que invirtieron por culpa de Hal y Jasmine.





El toque Allen.

-Allen presenta un mundo de familias desestructuradas, niños adoptados y padres divorciados. Recordemos que el hijo de Hal vivirá junto a Jasmine, hijo de una antigua relación; ella y su hermana son adoptadas y los hijos de Ginger sufren el divorcio de sus padres…

-A nivel estilístico la película es clásica de Allen a grandes rasgos, diálogos continuos y frenéticos que los personajes se pisan unos a otros, planos secuencia largos siguiendo a los personajes mientras hablan y pasean, ya sea en interiores o exteriores, personajes que abandonan la habitación mientras siguen hablando dejando vacio el encuadre, entrando y saliendo del mismo, al estilo Bresson, la cotidianeidad y la intimidad… Por supuesto también habrá las imprescindibles conversaciones de pareja en intimidad. Con todo, se añora el estilo más aparentemente descuidado, que no lo era en absoluto, de su mejor época, más que este tan esteticista que disfrutamos en la actualidad, tan pulcro, que de alguna forma resta verismo y fuerza a sus historias y diálogos.

-Los tonos ocres y amarillentos están siendo bastante utilizados por el cineasta estos últimos y pulcros años.


-Uno de los temas básicos de Allen, el conflicto entre realidad y ficción, está de nuevo en “Blue Jasmine” de forma esencial y evidente. Jasmine vivirá una fantasía de lujo, pastillas y joyas, ajena a cualquier tipo de problema, ante los que cerrará los ojos por conveniencia, como los chanchullos de su marido. La gran mayoría de los personajes de Allen se debaten entre la realidad y la ficción sin saber cual elegir, unos se evaden de la realidad o cobijan en el universo de su arte y sus relatos (“Desmontando a Harry”, 1997), del teatro (“Balas sobre Broadway”, 1994), la fama y el éxito (“Celebrity”, 1998), un pasado idealizado (“Midnight in Paris”, 2011), en el cine (“La Rosa Púrpura del Cairo”, 1985)… y otros acaban decidiéndose por la realidad (“La rosa púrpura del Cairo", 1985). Jasmine vivió en su mundo de fantasía, al que convirtió en real, de forma que cuando la arrancan de él a la fuerza, no es capaz de vivir en esa realidad que la perturba, quedando en el limbo de la locura, otra forma de evasión. Incapaz de pasar página.

-Uno de los aspectos más brillantes de la película es su genialidad en la progresión dramática, realmente conseguida, equilibrada y cuidada, parece obra de un científico, el mejor detalle del genio de Allen. La mezcla de comedia y drama está perfectamente equilibrada, pero Allen dará mayor importancia a la comedia, los enredos, las frivolidades y la ligereza en los dos primeros tercios de la película, para ir filtrando el drama casi sin que nos demos cuenta de forma paulatina, aumentando su intensidad de una manera sencillamente magistral hasta llegar a los últimos 15 minutos, donde ese drama se desborda y deja los mejores y más intensos momentos de la película. Hay trucos de guión, pero todo está tan medido y equilibrado que es lo de menos, apoyado por unas interpretaciones antológicas donde Cate Blanchett luce con luz propia.




En cambio, uno de los problemas de “Blue Jasmine” es que no aporta absolutamente nada nuevo a este tema ya tratado por Allen. “Celebrity” (1998), sin ir más lejos, indagaba en todas estas cuestiones del lujo y la fama con mayor profundidad, eficacia, talento, sarcasmo y capacidad crítica. Jasmine es pura apariencia, clasismo en estado puro, mostrándose incómoda al tener que codearse con gente de otro nivel social más bajo.



Otro de estos problemas está en lo que era uno de los puntos fuertes de Allen, el humor, las situaciones cómicas y los diálogos. El humor en “Blue Jasmine” no resulta especialmente brillante, algún chispazo que levanta la sonrisa, pero los momentos de comedia no están entre los más sublimes de los regalados por el maestro, precisamente, que son muchos y muy buenos. Ahora las réplicas no son mordaces y carecen del ingenio y la chispa de antaño, en general. Incluso muchas suenan a refrito de anteriores películas de Allen. Hay escenas simpáticas, pero chispa, indudablemente, no. Un ejemplo lo tenemos en la escena de celos de Chili y Ginger en el supermercado, planteada como momento álgido de comedia, que se queda en un quiero y no puedo…



Los enredos amorosos, las infidelidades, los descubrimientos… son temas clásicos de Allen, pero en la cinta que nos ocupa recurre para mostrarlos a algunos trucos de guión muy pobres, mediocres, como cuando Ginger descubre una infidelidad de Hal durante los días que va a pasar con su hermana mientras da un paseo en coche y por pleno Manhattan, como si Manhattan y San Francisco fueran un micro pueblo donde todos se encuentran… Chili (Bobby Cannavale) también descubrirá la infidelidad de Ginger como si no costara… Es muy previsible también el conflicto con la hermana, de hecho, toda la trama de Ginger es previsible y aporta más bien poco al conjunto, y lo que aporta resulta muy simplista. Muchas lagunas y trucos de guión.




Los entornos lujosos y las fiestas son también ambientes que gusta mostrar al bueno de Woody Allen, que es bastante sibarita. Se hace evidente la incomodidad de Jasmine dentro del entorno de Ginger, por ejemplo en la escena con el novio de ésta y su amigo, que estará rodada en estricto plano y contraplano, algo muy logrado por parte de Allen.



Yo no puedo hacer un trabajo mecánico”.



2 comentarios:

  1. No la he visto. Como tantas. Podría estar encerrada un año tirando corto con todo lo q quisiera poder ver.
    Hace mucho q no veo pelis de Allen. Las últimas las recuerdo demasiado previsibles. Como cdo lees una saga larga con un protagonista estrella; al final sabes q va a hacer.
    Cierto q es un buen director, y por eso, supongo, como dices está correcto y sabe emplear su técnica creada al largo del tiempo, pero precisamente x eso, no está genial y falta chispa aunq sepa aplicar la medida justa para el paso de vomedia a drama. Se le da muy bien. Siempre se le ha dado bien.
    Cate Blanchett. Cómo me gusta esa mujer!! Tiene las facciones de una muñeca de porcelana, pero la he visto casi siempre de correcta a estupenda en distintos registros.
    Gracias por la crítica!! Una peli a esa lista que desde q me permites acercarme a esta tu casa, crece y crece y crece y crece…
    Bss!!!

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    1. Sí, Reina, es la misma sensación que tenemos muchos, ha perdido esa chispa. Esta le ha salido bien, pero no logra dar el paso a algo magnífico y se repite más allá de dar vueltas a sus obsesiones, repite las historias, y eso es más grave.

      Siempre dejará gotas de talento y seguro ofrecerá grandes títulos de vez en cuando, es lo que tienen los genios, pero es que yo me he estudiado a Woody Allen desde hace mucho, con tres décadas increíbles a peli por año. Inaudito!

      Esta siempre es tu casa y me encantará que reduzcas la lista viendo muchas.

      Un beso

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