lunes, 16 de marzo de 2015

Paseo Por El Pasado Del Cine

CINE






La perspectiva sobre el tiempo es muy cambiante, parece no avanzar cuando somos jóvenes, vemos el futuro como algo deseable, ilusionante, lejano, muchas veces desesperantemente lejano, incluso con cierto aura ficticia o imaginaria. En cambio, conforme llegan las responsabilidades, los años, la madurez, vamos refugiándonos más en el pasado, miramos más hacia él, hacia el recuerdo, de nuevo como lugar entrañable, deseable, seleccionando los grandes momentos, quizá idealizándolos, pero asumiendo que en esa antología de nuestra vida nos forjamos. De idealistas a nostálgicos.

Cuando miramos al pasado del cine se erigen en monumentales los grandes clásicos, y es raro el cinéfilo que no ve en los dorados años del cine clásico la mejor época, la soñada, incluso aunque no la viviéramos en persona. Bien se haría en tener siempre un ojo en ese pasado en lo que al cine respecta. Siempre. Ahí está todo, ahí se forjó todo, en esos clásicos se basa todo, son la base, lo que hace posible lo que vemos ahora, donde radican la verdadera innovación, la verdad y las bases de todo. La supuesta originalidad de lo que veis ahora está guardada en algún rincón del cine clásico.

Siguiendo una petición de mi hermano con la idea poco estricta de un listado de películas clásicas en blanco y negro importantes por su influencia, significación en la historia o evolución del cine, viajaremos un poco por el pasado de ese cine clásico en blanco y negro.




Viaje a la luna- Le Voyage dans la lune (Georges Méliès, 1902): El cine es sueño, imaginación, fantasía, el cine es donde se crean los sueños y Méliès uno de sus profetas. Más que un director, Méliès era un artista, un mesías de la fantasía, un ilusionista. Sus innumerables cortos eran viajes al subconsciente, al paraíso de la imaginación. Decorados de otro mundo, quimeras hechas historia. “Viaje a la luna” es quizá su título más conocido y referenciado, una de las cintas más influyentes de la ciencia ficción y que más imaginaciones despertó. La creación de otros mundos, su descubrimiento desde un prisma casi inocente, como si de la mirada de un niño se tratara, arrebatan aún con esas imágenes iconográficas imperecederas, como ese cohete hincado en el ojo de la Luna.

Méliès fue un mago de los efectos especiales y los usó con el talento de los más grandes, ayudar a un fin, el de crear nuevos universos para contar buenas historias, alimentar la imaginación y despertar vocaciones artísticas. Su legado es su éxito, que llega hasta nuestros días.




El Nacimiento de una nación- The Birth of a Nation  (D. W. Griffith, 1915): David W. Griffith es el padre del cine y el lenguaje cinematográfico moderno. Con “El nacimiento de una nación” sentó las bases narrativas del Séptimo Arte, una obra maestra descomunal, posiblemente la más influyente de la historia del cine, aunque conceptual y temáticamente sea censurable. Su mensaje decididamente racista siempre ha causado polémica y ambivalencia por estar inserto en una película tan asombrosa a todos los niveles. Las innovaciones que contiene “El nacimiento de una nación” son innumerables, imprescindibles para el estudio y evolución del cine, para el desarrollo del mismo, lo que la convierte, a pesar del lamentable mensaje que contiene, es una de las principales obras de referencia de todos los tiempos. El uso del primer plano, la alternancia de los planos generales con planos medios y primeros planos, el flashback, el montaje paralelo, los movimientos de cámara, el relato histórico, el manejo de la profundidad de campo, incluso el suspense dramático, entre otras innumerables innovaciones, tienen aquí su nacimiento y perfecto desarrollo.

Fueron muchas las críticas que recibió, con razón, en su época, lo que llevó a Griffith a realizar otra película, “Intolerancia” (1916), que resulta una nueva obra maestra destinada a contradecir a su predecesora, con éxito. Una obra que a día de hoy deja perplejo por su calidad y espectacularidad, que mejoró y desarrolló todos los conceptos técnicos de la obra anterior.

Nada sería igual sin David W. Griffith y “El nacimiento de una nación”, una epopeya, una obra legendariamente épica de más de tres horas donde se pretende condensar el surgimiento de la nación más poderosa de la tierra, su sacrificio, dolor y superación, manchado por la ideología racista que subyace y se defiende.




Nosferatu (F. W. Murnau, 1922): El expresionismo alemán fue una de las corrientes artísticas que más influyeron en el cine. A raíz del estreno de “El gabinete del doctor Caligari” (Robert Wiene, 1920), película de referencia del expresionismo por considerarse pionera y por su tremenda calidad e influencia, se extiende esta corriente en la que muchos otros directores y artistas estaban trabajando, que ayudaron a definir y desarrollar. Desde Fritz Lang, pasando por Friedrich Wilhelm Murnau  hasta Michael Curtiz y tantos otros, muchos directores mamaron y se sumergieron en esta corriente estética a la hora de realizar sus proyectos. Una corriente que muchos de esos directores llevaron a EEUU, donde se convertiría en columna vertebral a nivel estético y conceptual de géneros cinematográficos tan complejos y definitorios como el cine negro y el cine de terror. Los Wilder, Lang, Curtiz, Siodmak… utilizaron las corrientes expresionistas y las desarrollaron al abrigo de la industria americana para completar algunas de las más sugerentes y subyugantes películas, definiendo una estética eterna e imperecedera que hoy día perdura y es capaz de dejar las estampas más bellas, evocadoras y perturbadoras.

"Nosferatu" supone la sublimación del expresionismo y sus características principales, esos decorados de pesadilla, el juego con las luces y las sombras, los claroscuros violentos y amenazadores capaces de la sugestión más intensa... Es uno de los claros ejemplos que definen el terror como el género más poético del cine, que tiene en la sugerencia, la sugestión, la esencia misma de su ser. Una obra maestra de obligado visionado para entender una corriente estética que definió géneros y es utilizada en la actualidad con absoluta naturalidad.





Metrópolis- Metropolis (Fritz Lang, 1927): Para muchos es la mejor película de ciencia ficción de la historia, pero desde luego ningún cinéfilo podrá negar que está en el TOP del género. Además es uno de los títulos de referencia del expresionismo alemán. 

Fritz Lang, uno de los 5 mejores directores de todos los tiempos, maestro y pionero, referente de lo que sería uno de los principales movimientos artísticos y conceptuales del cine, el expresionismo, creó un universo único, de influencia permanente y eterna, reconocible en muchas películas actuales de ciencia ficción y obras maestras del género, desde "Blade Runner" (Ridley Scott, 1982) hasta "Matrix" (Hermanos Wachowski, 1999). Las megalópolis, la deshumanización urbana, las inteligencias artificiales, los humanos-robots, los peligros de la tecnología, la lucha de clases… son sólo algunos de los temas que se desarrollan en esta magistral película. Referente de todas las distopías que han sido y serán, la dimensión de “Metropolis” se expande cada década más allá de cualquier consideración. Como tantas obras capitales, fue un fracaso en su estreno y aunque hoy día puedan resultar ingenuos algunos momentos, resulta imprescindible para entender de dónde viene el cine y la ciencia ficción.





Alas-Wings (William A. Wellman, 1927): Esta película es conocida, además de por sus espectaculares escenas aéreas, por ser la primera en alzarse con la más ansiada estatuilla del mundo del cine, el Oscar. La ceremonia de los Oscar se celebró por primera vez en 1929 y “Alas”, de William A. Wellman, se alzó con el premio a mejor película. Wellman fue un más que aceptable director, uno de los grandes artesanos del cine clásico que dejó un buen número de joyas en todo tipo de géneros. Un director a reivindicar.

Las escenas aéreas de “Alas” aún hoy sorprenden por su calidad y virtuosismo, sencillamente asombrosas.




El cantor de Jazz-  The Jazz Singer (Alan Crosland, 1927): El cine es imagen en movimiento, pero el sonido estaba condenado a sumarse a la fiesta con el fin de ser más fiel a la realidad, de aumentar los recursos expresivos y crear una experiencia audiovisual completa. El cambio del mudo al sonoro fue traumático, especialmente para muchos artistas, como tan magistralmente retrató “Cantando bajo la lluvia” (Stanley Donen, 1952), pero era una evolución obligada y ante la que no podía ponerse frenos.

El cantor de Jazz” tiene un lugar de honor en la historia del cine por ser la primera película sonora. No es que haya mucho sonido, alguna canción, alguna escena dialogada, en una película de esencia muda, pero fue una auténtica revolución. Ni es un mal film ni una obra maestra, pero lo que es indiscutible es que estamos ante un hito en la historia del cine.



COMEDIA: La comedia es uno de los géneros pioneros de la dramaturgia universal y el cine, como no podía ser de otra forma, lo adaptó a la perfección a sus reglas. La comedia romántica es una de sus más exitosas derivaciones y alcanzó sus cotas de mayor calidad en las décadas de los 30, 40 y 50, como la mayoría de los géneros, es decir, la época dorada del cine. Aunque hubo comedias románticas desde casi el inicio del cine y es un género que tiene ilustres exponentes anteriores al Séptimo Arte (¿por qué no citar a Shakespeare de nuevo, por ejemplo?), podríamos señalar a “Luces de la ciudad” (1931) de Chaplin como la primera gran comedia romántica que dio el cine, aunque sería “Sucedió una noche” (Frank Capra, 1934), considerada la primera screwball comedy (comedia de peripecias, comedia loca) de la historia, la que sentaría las bases de un género que llega hasta nuestros días saludado por actrices como Julia Robert, Meg Ryan y cía.

Howard Hawks, otro de los 5 mejores directores de la historia y que logró obras capitales en casi todos los géneros, fue un maestro de la comedia romántica, la screwball comedy y el slapstick, géneros que sublimó. Además fue un innovador, viniendo del mudo fue de los directores que mejor se adaptó al sonoro, jugando con los diálogos como pocos. Suya es la invención de los diálogos pisados, que utilizó por primera vez en “La comedia de la vida” (1934), aunque fue en “La fiera de mi niña- Bringing Up Baby” (Howard Hawks, 1938) donde llevó esto a su máximo virtuosismo. “La fiera de mi niña” es la fusión y ejemplificación perfecta de la comedia hawsiana y contiene en sí misma todos los tipos de humor posible, fusionados con la locura magistral de un genio irrepetible para mantenerse fresca hoy día. El slapstick (comedia de golpes y caídas, física), el suspense cómico, los diálogos hilarantes, el gag visual, la elipsis humorística, la sugerencia, la ironía, el enredo, la transgresión y provocación, el absurdo, la alta comedia… Una comedia total que dio a luz a la más perfecta pareja en la historia del género, Cary Grant y Katharine Hepburn.

Con faldas y a lo loco- Some Like It Hot" (Billy Wilder, 1959), para muchos la mejor comedia de la historia en un ranking difícil, es uno de los grandes logros de uno de los mayores artistas que ha dado el celuloide, Billy Wilder. Una película que, como la anterior, acaba siendo una comedia total y, sin recurrir al surrealismo de la obra maestra de Hawks, juega con los códigos de la comedia romántica para pervertirlos y llevarlos a límites insospechados. Desviaciones de guión, mezcla de géneros, enredos, confusiones sexuales, diálogos sublimes, gags visuales, una pareja cómica mítica y el mayor icono de la historia del cine, Marilyn Monroe. La perfección hecha comedia del mejor heredero que tuvo otro grande del género, Ernst Lubitsch.

En cambio, “Vacaciones en Roma- Roman Holiday” (William Wyler, 1953) acaba suponiendo la quintaesencia de la comedia romántica más clásica, sin la desenfrenada locura de las dos anteriores, pero llevando a la estructura del amor imposible entre una pareja que proviene de dos mundos completamente distintos y aparentemente irreconciliables a unas cotas de encanto pocas veces conseguidas. Es alta comedia llena de chipa, frescura, vivacidad y elegancia, además de elevar a la altura de mito a otro icono irrepetible del cine y de la moda, Audrey Hepburn. Su acompañante, Gregory Peck, que ya era una estrella, se acabó convirtiendo en el mejor héroe de la historia del cine gracias a su interpretación de Atticus Finch en “Matar a un ruiseñor” (Robert Mulligan, 1962).

Es obligado recordar a otros directores como Leo McCarey o, sobre todo, George Cukor, grandes maestros de la “Alta Comedia”, que dejaron títulos eternos como “La pícara puritana” (1937), “Historias de Filadelfia” (1940), “Vivir para gozar” (1938)…




Charles Chaplin: El cine siempre ha sido imagen en movimiento, por lo que el cine más puro no es otro que el mudo, visto ahora como una antigualla… El cine británico ha dado dos genios, Charles Chaplin y Alfred Hitchcock, ambos comenzaron en el mudo, pero el que rompió moldes en esa época fue el primero con su alter ego Charlot. Chaplin fue el rey indiscutible del humor mudo y comparte podio con otros dos talentos indiscutibles, Buster Keaton y Harold Lloyd, un trío excepcional donde cada uno tiene acérrimos defensores. El maestro Chaplin tuvo la virtud, además, de lograr pasar al sonoro sin merma en sus facultades, esa imaginación desbordante para el gag visual, esa agilidad superlativa y una inteligencia fuera de rango. Acusado de exceso de sentimentalismo en muchas ocasiones, como Capra o Spielberg, lo cierto es que el legado de Chaplin se mantiene vigente hoy día, tanto en sus cintas mudas con las obras maestras protagonizadas por Charlot, como en las sonoras, donde dejó obras antológicas de una enjundia y hondura fuera de toda duda. 

Es necesario mencionar a otros genios del humor de la primera época del cine, muda y sonora, como Laurel y Hardy, o sea, “El Gordo y El Flaco” y, por supuesto, los Hermanos Marx.



Ciudadano Kane- Citizen Kane (Orson Welles, 1941): Considerada durante muchos años y por una inmensa mayoría como la mejor película de la historia del cine, la opera prima de Orson Welles, uno de los mayores genios del Séptimo Arte y de cualquier cosa que se propuso hacer, pasa por ser además de una obra maestra una de las películas más innovadoras de todos los tiempos. Texturas visuales inauditas, angulaciones imposibles, recursos narrativos nunca vistos… La profundidad de campo y de foco, la nitidez con la que se veían los distintos planos del encuadre, el juego con el gran angular, la iluminación lateral en vez de vertical que permitía ver los techos de los escenarios, el falso documental, la ejecución de los diálogos, la diversificación de los narradores para componer la descripción de un personaje, elipsis temporales manteniendo la unidad de espacio… Algunos de estos hallazgos e innovaciones no se vieron por primera vez en esta película, algunos los recogió Welles de su adorado Ford, del cual vio “La diligencia” (John Ford, 1939) en 40 ocasiones, pero los llevó hasta una dimensión jamás vista hasta entonces. Una película revolucionaria que crece en cada visionado. Es imposible no distinguir una película de Welles con tan solo ver un plano, uno de los estilos más barrocos y reconocibles que se han asomado a una pantalla, pero en “Ciudadano Kane” llevó la experimentación hasta el límite, con plena libertad y radical valentía. Otra obra maestra de referencia que fracasó en su estreno.

De nuevo tuvo que ser la crítica francesa la que rescatase y valorase en su justa medida esta obra de antología hasta convertirla en obra de culto y colocarla como una de las mejores películas de la historia.




El sueño eterno- The big sleep (Howard Hawks, 1946): El detective, el tipo duro, la mujer fatal, la noche, la ciudad, el destello de las farolas reflejado en las calles húmedas, los claroscuros, las luces y las sombras rasgando los encuadres, la solapa de un sombrero acuchillando la mirada, un cigarrillo mecido de forma imposible en el labio de Humphrey Bogart, una mirada gatuna de Lauren Bacall, la muerte, el crimen, la trama confusa y retorcida, el flashback, la voz over… El Cine Negro. 

Muchas de estas características que definen el género están en este clásico indispensable, perfecta definición del mismo, del que ni sus responsables tenían clara la trama. El maestro Hawks, con guión de Faulkner que adaptaba a Chandler… casi nada. Si además añadimos a uno de los tipos más duros que ha dado el cine, mito del género y uno de los actores con mejor filmografía de todos los tiempos, Humphrey Bogart, junto a la que fue su mujer y pareja imprescindible en el celuloide, Lauren Bacall, poco más hay que añadir. El cine negro, junto con el western, el género cinematográfico más completo del cine.

Tal es la complejidad de la trama de esta película, que cuando Hawks llamó a Chandler para conocer la identidad del asesino del chófer, el escritor le contestó: ¿Cómo lo voy a saber yo? ¡Resuélvalo usted! Y colgó.



¡Qué bello es vivir!- It'sa Wonderful Life (Frank Capra, 1946): Frank Capra fue el director estrella en los años 30 y 40 y estaba convencido de que “¡Qué bello es vivir!” iba a convertirse en la mejor película de la historia, un éxito seguro porque el material no podía ser mejor y él estaba convencido de haberle sacado todo el partido, lo que la convertiría en una obra imperecedera, de antología… Se equivocó, aunque sólo en principio. Tras la 2ª Guerra Mundial la inocencia del público se perdió, por lo que la positividad y el optimismo de las obras de Capra dejaron de entusiasmar, algo que el director no vio venir, por lo que la película no fue, ni mucho menos, el éxito que esperaba... Sólo el tiempo la colocó en el lugar de referencia que tiene ahora mismo.

La influencia de “¡Qué bello es vivir!” es indiscutible, rara es la serie televisiva que no ha hecho un capítulo recogiendo la trama de la película, todas las Navidades alguna cadena la emite y muchos grandes cinéfilos acuden a la cita con George Bailey el 24 de diciembre aunque sea con su DVD… “¡Qué bello es vivir!” es la más hermosa manifestación de los valores católicos que tanto propugnaba el gran Capra, uno de los grandes del Séptimo Arte. Es, decididamente, la película de la Navidad, que contiene una de las interpretaciones más sublimes que hemos visto en una pantalla, la de James Stewart, un TOP 3 en la historia del cine y el actor que mejor filmografía tiene en su haber. Es complicado que las lágrimas no salgan de visita cuando suena la campanilla del árbol en casa de los Bailey.



El séptimo sello- Det sjunde inseglet (1957): Ingmar Bergman es uno de los directores europeos más influyentes y reputados, paradigma del cine de autor y de arte y ensayo por sus extrañas películas, llenas de simbolismos y alegorías que en muchas ocasiones han envejecido mal y se hacen evidentes al espectador actual, pero que en otros muchos casos siguen conservando todo su poder de sugerencia y potencia visual. Su dimensión ha sido y es tremenda, siendo principal referente de grandes directores de la actualidad, como Woody Allen, por ejemplo. Un sello único con la introspección personal, la muerte, las relaciones personales, el pasado perturbador… como temas recurrentes en su filmografía, siempre mostrados con un talento visual extraordinario, terrorífico, sugerente…

Una de sus películas más conocidas es “El séptimo sello”, una obra críptica, de complejo simbolismo y poder alegórico sobre el silencio de Dios. Es la obra de referencia de su autor, aunque él prefiere otras, la que le situó como uno de los grandes autores cinematográfico y en la que se aprecia con plena madurez ese estilo tan personal y alegórico. Una obra tan difícil como fascinante.



Psicosis- Psycho (Alfred Hitchcock, 1960): Otro de los 5 mejores directores de la historia del cine que además es, posiblemente, el mejor realizador. Un maestro absoluto de universo complejísimo, casi indescifrable, soterrado, encubierto en sus brillantes thrillers y cintas de suspense. Con Alfred Hitchcock ocurrió como con otros grandes directores, fueron despreciados por muchos en su día hasta que la crítica francesa los reivindicó y demostró con sus estudios y artículos la verdadera dimensión de maestros absolutos que tenían. Le ocurrió a Ford, le ocurrió de manera sangrante a Hawks, a Welles, a Lang y, por supuesto, le ocurrió a Hitchcock… Es decir, a casi todos los directores que a día de hoy son considerados los mejores de todos los tiempos. Hitchcock tuvo la suerte de que sus películas fueron grandísimos éxitos de taquilla, aunque a él sólo se le consideraba un astuto hacedor de thrillers, películas de suspense entretenidas para pasar el rato. Ni más… ni menos. “El Maestro del suspense”, una lamentable infravaloración. Fue la crítica francesa, con Cahiers du Cinema a la cabeza, la que señaló a esos directores como verdaderos autores.

Psicosis” fue el mayor éxito de Hitchcock en una época donde el maestro encadenaba obra maestra tras obra maestra. Rodada con técnicas televisivas, el gran director inglés hizo gala de otra de sus virtudes, la de publicista. Fue un pionero a la hora de vender sus películas y con “Psicosis” este aspecto llegó a su clímax, utilizando todo tipo de recursos propagandísticos para llamar la atención del espectador, algo que sólo se había visto con el estreno de ”Las diabólicas” (H. G. Clouzot, 1955) en una dimensión mucho más discreta. Sus hallazgos narrativos, sus perversiones y errores voluntarios en la estructura de guión para sorprender al espectador, el uso de la música (las cuchillas de violín de Bernard Herrmann), el blanco y negro cuando casi todo se hacía ya a color, sus imágenes iconográficas e inolvidables que se sellan con fuego en la pupila de los espectadores... hacen de “Psicosis” un referente del thriller y del cine de terror, imitado hasta la saciedad pero jamás igualado. Hitchcock es el mejor manipulador y dominador de los resortes cinematográficos, un maestro juguetón, socarrón, de universo lascivo, oscuro, fetichista, turbio… riquísimo.



El hombre que mató a Liberty Valance- The Man Who Shot Liberty Valance (John Ford, 1962): El western existe casi desde el mismo inicio del cine, el género más completo, junto al cine negro, que ha dado la historia del Séptimo Arte. Sea cual sea el tema que se te ocurra encaja a la perfección en el western de forma natural. Su época de mayor gloria y apogeo llegó en los 50. El western es una de las más perfectas manifestaciones de la genialidad americana, capaces de crear todo un género cinematográfico de unos pocos años de su breve historia.

John Ford, seguramente el mejor director de la historia, definidor excelso del cine clásico y el estilo invisible, fue un artista-artesano, un director de género que, como él mismo decía, “hacía películas del oeste”. El western y John Ford van indefectiblemente unidos. Si bien “Centauros del desierto” (1956) es una de sus cintas más reputadas y valoradas por la crítica, de las más conocidas de su director, en realidad es “El hombre que mató a Liberty Valance”, no menos valorada y reputada, una película más completa y reflexiva, la que contiene toda la esencia de Ford en sus distintas etapas y toda la esencia del propio género, el western. Con “El hombre que mató a Liberty Valance”, Ford da por cerrado un género que él mismo definió y desarrolló, el western clásico, siendo además máximo exponente del mismo e iniciando todo lo que sería el western posterior, el western crepuscular. En esta obra maestra sin parangón está todo, está toda la sabiduría del más grande director de cine de todos los tiempos, todo su estilo, su filosofía, su evolución y su capacidad narrativa y reflexiva de autor mayúsculo.


8 comentarios:

  1. Hacia tiempo que no leía algo sobre cine tan bueno. Si eres igual escribiendo que jugando al fútbol, CR7 tiene los días contados. Me ha encantado. Tienes que escribir más sobre Cine clásico, lo bordas. El recordatorio del maestro simplemente perfecto. Un amigo.

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    1. Muchísimas gracias, enorgullecen estas palabras de un buen cinéfilo.

      Jajaja no se me da mal el fútbol, no jajaja.

      Es curioso, el blog es básicamente de cine clásico, así era en un principio sobre todo, hasta que un amigo me pidió que incluyera algún estreno de la semana. Me pareció lógico y buena idea y lo hice. Con el tiempo en realidad ha seguido siendo un blog de esencia clásica pero quité límites.

      Con los Oscars me centró más en películas actuales, como es lógico, porque es el gran acontecimiento y me pareció una idea apasionante dedicarle unas entradas, que ya son tradición.

      En cualquier caso tiene usted muchísimo cine clásico en el blog y más que llegará porque tengo mucho en reserva y es una de mis grandes pasiones.

      Muchas gracias de nuevo, Manu.

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  2. Estupendísimo Elenco, pequeñas píldoras de genialidad, expuesta con la genialidad que merecen.
    Solo me faltan dos por ver…ALAS y EL NACIMIENTO DE UNA NACIÓN; imperdonable!!!!
    Muchas gracias, Sambo. Gran resumen. Muy muy útil!!!!
    Bss

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    1. Pues no está mal, Reina. EL NACIMIENTO es muuuy larga, pero claro, es la misma historia del cine.

      Muchas gracias como siempre. Besos.

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  3. Hola Mister,

    Comenzando con Viaje a la Luna i siguiendo con D. W. Girffith, me das en el rodal del gusto. Haces que recuerde algún comentario sobre nuestra "clonicidad" Solo echo de menos una mención al cine de aventuras primitivo, mi favorito. En blanco y negro se rodaron maravillas como, El Capitán Blood, Tres lanceros bengalíes, Beau Geste, Gunga Din y por supuesto mi favorita, el Prisionero de Zenda. (si no lo digo reviento) El cine le debe a este genero, su crecimiento tecnológico, para poder crear los efectos visuales, de sonido y especiales, necesarios para hacer creibles estas películas. Pocas veces se le reconoce este mérito, considerandolo como un género menor. Y eso, tu y yo, no lo vamos a consentir.

    Un abrazo.

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    1. Gran aporte y muy cierto. El cine de aventuras exigía lo máximo a nivel técnico, era el puro cine y el que más recurría a la idea básica del arte, imagen en movimiento. Sí que era un género que podría haber incluido de forma especial. Ser clónico tuyo es un orgullo jejeje. Todos los títulos que citas son sencillamente imprescindibles.

      Muchas gracias por el estupendo aporte, Vicent, siempre un placer.

      Un abrazo fuerte.

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  4. Me ha gustado mucho cómo lo has expuesto, y estoy bastante de acuerdo con lo que dices. Sólo me ha extrañado que no incluyeras Casablanca y El bazar de las sorpresas.

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    1. Muchas gracias Anónimo. Pues tiene su explicación, no pretendía ser una lista exhaustiva, y quería centrarme en algunas películas que han sido influyentes en la evolución del cine por algún motivo. “Casablanca” digamos que no es una cinta revolucionaria aunque podría estar por impacto, como otras, pero en el caso de la obra maestra de Curtiz influyó que la tenía analizada en el blog, como “Qué bello es vivir” y otras, así que todo ello pesó a la hora de dejarla fuera.

      Con “El Bazar de las Sorpresas” ocurre algo similar, es una de las grandes comedias, pero allí cito tres que engloban bien lo que quería exponer y menciono otras varias sin pretender abarcarlas todas. Son infinidad las películas imprescindibles, esto es sólo un apunte con películas que nos sirven de guía para entender la evolución del cine a nivel narrativo o técnico entre otras cosas.

      Un saludo.

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