lunes, 15 de agosto de 2011

Crítica: MALDITOS BASTARDOS (2009)

QUENTIN TARANTINO





Es extraordinario el amor de Tarantino por el cine, en cada nueva obra lo deja meridianamente claro y en esta “Malditos bastardos” no iba a ser una excepción, es más, “Malditos bastardos” debe entenderse sobre todo como un ejercicio de metacine, el cine como salvador, como reinventor de la historia. Así tenemos múltiples referencias al cine nazi, el papel de Goebbels como productor en su labor de ministro de propaganda, la UFA, la película dentro de la película, referencias a los alemanes emigrados a Hollywood o a la espléndida documentalista Leni Riefenstahl, directora de algunos de los mejores documentales jamás rodados, muy difíciles de superar a pesar de su deplorable fondo... es decir, el cine casi como un personaje más, constantemente aludido y que finalmente se erige casi en restaurador de la paz mundial.



Aquí volvemos a tener todas las características del cine de Tarantino, sus homenajes referenciales, su maestría para asimilar su enorme cultura cinéfila dotándola de un estilo propio, fusionando las referencias cinematográficas más clásicas con las de serie B, su violencia exagerada mezclada con humor, sus diálogos brillantísimos y alargadísimos… Y multitud de referencias para cinéfilos como es normal en el director, unas explícita y sutiles, unas aludidas por los personajes y otras que se intuyen en los aspectos formales (en la música encontramos en la escena inicial la banda sonora de “El Álamo”, de John Wayne de 1960, y también temas de Ennio Morricone como homenaje al spaghetti western).
Tarantino además no escatima y nos deleita, no sólo con todo su repertorio y sus habituales influencias, sino con una mezcla géneros cinematográficos, desde el western, a la intriga bélica, desde el suspense al cine de acción, y en ellos vemos el espíritu de Ford, de Hitchcock, de Leone, de Peckinpah, de Fuller, de Hawks
La secuencia inicial es espectacular, una escena de western que de Ford se va transformando en Hitchcock y acaba concluyendo en Fuller, Leone o Peckinpah.
Esos planos iniciales con cierto toque “fordiano”, planos generales y también de una puerta que se abre  desde la que vemos llegar a alguien, como en “Centauros del desierto” de 1956, (en este caso es una sábana que descorre una chica), da paso a una larga conversación pausada y detallista, diálogos “tarantinianos” con ritmo a lo Sergio Leone, (ese vaso de leche servido y bebido si cortes por ejemplo). Esa conversación va subiendo en intensidad, el aumento de la tensión y el dominio del tempo son magistrales, hasta que desemboca en la orgía de violencia final, con el tiroteo a la familia escondida. El plano en el que la cámara desciende para enseñar a esa familia escondida en el subsuelo de la casa recuerda a Hitchcock, o incluso a su discípulo, tan admirado por Tarantino además, De Palma, creando un magnífico suspense.
La película además está estructurada en base a dos grandes escenas muy largas, una es la mencionada escena de arranque, la otra la que se sucede en el bar situado en un sótano. A estas escenas le siguen escenas más cortas donde se van presentando las situaciones y a los personajes. Además de las dos escenas mencionadas hay otras dos escenas de igual importancia pero algo más cortas que conviene destacar, una es la presentación del grupo de Brad Pitt mientras intenta sacar una información a un oficial alemán y su pelotón, y la otra la que desencadena el final con la conversación entre Christoph Waltz y Brad Pitt para acordar su rendición. Todas estas escenas, y alguna otra más corta, tienen un vínculo común y son el fundamento narrativo de la película, casi acaban siendo o significando la visión “tarantiniana” de la guerra. En todas ellas se trata de conversaciones-negociaciones, con el objetivo de mostrar al otro su mejor posición para lograr sus objetivos. Así en la escena inicial tenemos una negociación-planteamiento en el que Hans Landa (Christoph Waltz) hace ver a su “anfitrión” que le conviene delatar a sus protegidos por lo que le pueda suceder. Tanto en esta como en las que ahora comentaré la violencia es la consecuencia última, la consecuencia irremediable de dicha conversación, de dicha negociación. En esa primera escena el granjero acepta delatar a la gente que oculta lo que se resuelve en el tiroteo final de la escena.

La escena donde Brad Pitt y su grupo han capturado a un pelotón alemán se resuelve de la misma forma, el grupo pretende saber la situación de otras patrullas nazis y le hacen el mismo planteamiento que Landa hizo al granjero, es decir, que les diga su posición o acabarán muertos. La larguísima escena en el bar del sótano se resuelve también de una manera similar, una vez todos delatados y sin salida ante las negociaciones, acaba desembocando en otro tiroteo. La escena en la que Waltz negocia con Pitt acaba con la masacre en el cine.
Pero hay más escenas de este tipo aunque de una importancia menor, como la negociación en el restaurante sobre qué cine elegir, la escena en la que Pitt tortura a la actriz alemana para asegurarse de su sinceridad…
Por tanto no vemos espectaculares batallas bélicas ni nada que se le parezca, el conflicto está representado con dos personas hablando de posturas contrapuestas.
En la presentación de los Malditos Bastardos vemos homenajes a Leone en esos letreros presentando a algunos de los personajes, cosa que ya hiciera Tarantino en alguna película anterior como “Reservoir dogs”.
En cuanto a la historia de Shosanna, la motivación es exactamente la misma que la que movía a la protagonista de Kill Bill. La venganza. Ella odia a los alemanes con todas sus fuerzas y cuando se encuentra con el asesino de su familia ve claro lo que tiene que hacer.

La película es una reinvención histórica que podría considerarse vacía sino es por lo anteriormente comentado, por ese amor absoluto al cine que Tarantino introduce en vena al espectador, y que en la conclusión del film se despoja de toda moderación en dicha idea. Las imágenes de Shosanna en la pantalla incendiándose, una Shosanna que está muerta, como si la pantalla contuviera su espíritu, espíritu mortífero que acabará con la guerra y exterminará a los enemigos, no pueden ser más expresivas. El cine como vehículo de la justicia divina, el cine como catarsis de todo mal, como principio y como fin. Tarantino da categoría divina al cine, ya que da y quita la vida. Una vez más la realidad es algo vacío.

El cine, el arte, es capaz de hacer, cambiar o crear cualquier cosa, es pura creación, pura vida y por tanto, pura muerte y pura destrucción también, nos influye, afecta, emociona y condiciona de manera real, verdadera, muchas veces incluso más que lo cotidiano.
En relación a la historia de Shosanna tenemos el encuentro en el restaurante, en una escena de unos 12 minutos aunque Hans Landa no aparezca hasta el final de la misma, y que tiene la misma estructura de las anteriormente mencionadas. Landa propone que el “negro” que trabaja con Shosanna no proyecte la película y lo haga ella misma, algo que ella se ve obligada a aceptar…

En la extensísima escena del bar del sótano encontramos otra muestra de maestría tarantiniana a todos los niveles, desde la planificación (esos planos de los zapatos de la actriz antes de cambiar de mesa o los 3 whiskys que sirve el camarero, posteriormente serán objetos importantísimos en el devenir de las situaciones…), hasta la fotografía, los encuadres y las interpretaciones. Nuevamente Tarantino se toma todo el tiempo del mundo en crear una tensión que va creciendo hasta el límite, desembocando en una nueva espiral de violencia. Es una escena de casi 25 minutos, pausada al estilo Leone. Escenas que podríamos definir de estructura orgásmica, de continuo progreso hasta el estadillo final.
Todos los aspectos técnicos del film son estupendos, tiene una magnífica fotografía y dirección, la música, como siempre en las cintas de Tarantino es extraordinaria y las interpretaciones son buenas, en algún caso sobresaliente.
El divertido juego que usa Tarantino en el guión con los idiomas tiene todo el sentido y la coherencia del mundo dentro de un conflicto mundial, y está perfectamente integrado en la definición de los personajes y en esa falta de entendimiento que desemboca en violencia.


En todas las mencionadas escenas de negociación o tratos, éstos siempre se ejecutan frente a una bebida o una comida, en el momento de la conversación siempre se inicia el mismo ritual, bien sea el vaso de leche del comienzo, el whisky en el sótano del bar, el postre en el restaurante con Shosanna y Landa, o las copas de la última negociación entre Aldo Raine (Brad Pitt) y Hans Landa.

Con respecto  a las interpretaciones empezaré por Brad Pitt, que está correcto. En este tipo de papeles de un solo registro Pitt cumple generalmente, y también como le suele ocurrir es eclipsado por un compañero de reparto totalmente, en este caso por Christoph Waltz, que directamente se sale del mapa. En “Snatch, Cerdos y diamantes” (2000), en “12 Monos” (1995) o “Quemar después de leer” (2008), por ejemplo, Brad Pitt sabe cogerle el tono, suelen ser personajes con un punto excéntrico como mínimo, pero ese aire paródico y algo excesivo le sienta bien. Su Aldo Raine es un personaje de ese corte, con esa mandíbula protuberante y ese aire chulesco, que no pierde ni en la peor situación, es bastante divertido, sin ser en absoluto brillante. Una especie de Corleone paródico. Con respecto al mencionado Christoph Waltz, pues todo lo que se diga es poco, porque está espectacular y perfecto, uno de esos personajes para recordar en una interpretación para recordar. El resto del reparto también está bien y muy correcto, desde los papeles más pequeños a los más amplios, mencionaremos a Mélanie Laurent en el papel de Shosanna. Como curiosidad comentar que uno de los protagonistas de la serie televisiva “Rex, un policía diferente”, también de “Alerta Cobra”, tiene un papel en la cinta (Gedeon Burkhard). Siempre tendremos que destacar la facilidad que tiene Tarantino para crear personajes míticos.


El resultado es esa mezcla de influencias, desde las más sofisticadas a las más mundanas, pasadas por el estilo único de Tarantino, el único director de los 90 del que se podría decir que tiene un sello (tarantiniano).
Evidentemente se pueden exponer defectos, desde que pueda resultar vacía, a la inverosimilitud de su conclusión (la falta de protección de Hitler en el cine y demás…) como thriller, aclaro. Con lo comentado es evidente que en lo primero no estoy de acuerdo, aunque lo segundo es evidentemente cierto.




Dedicada a Percival.



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19 comentarios:

  1. (Todo un honor ser objeto de la dedicatoria).
    Sólo he visto una vez MB y me reafirmó a QT como el puto amo. Potaje de géneros, el director más libre del momento. Ciertamente, la escena del sótano vale una película y en cambio la del cine es muy 'whatthefuck?'. Pero eso del sello...donde más nítidamente quedó manifestado fue en esa sesión doble perpetrada con Rodriguez, donde se apreciaba tanto que uno hacía un calco y el otro, Tarantino, hacía algo personal a pesar de estar también calcando.

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  2. Rusti, the man on fire15 de agosto de 2011, 18:01

    Joven y prometedor crítico, un saludo.
    Como siempre, no haces una crítica, reconstruyes un todo desmenuzado a través de unas partes que haces encajar con precisión de capador de marranos, jodío.
    Buena película, el Tarantino, como ya comenté alguna vez por ahí a raiz de Kill Bill, que casi me cuesta la excomunión por la tropa de puristas, tiene un sello único y personal. Es el suyo un cine de director, no de actor, para lo bueno (la mayor parte de las veces) y para lo malo.
    Su estructura parcelada de la historia, su clima que se alza hasta la violencia total lo borda el tío, siendo la violencia además totalmente necesaria, a lo Peckimpack (perdón por la blasfemia). Esa historia - ficción con muerte de Hitler incluída es un puntazo, muy original.
    En fin, una buena peli, un soplo fresco en todo el cine previsible o lleno de efectos de hoy.
    joer que calor, por ciert.

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  3. Es una cosa muy de comics eso de ficcionar heroicidades con el nazismo. en el cine también se hizo en los ochenta a propósito de un post-vietnam inventado. braddock y rambo, o sea.

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  4. Muchas gracias a ambos.
    Que menos que dedicarla Percival. Cierto, Hitler es muy cinematográfico y permite casi todo, un género en sí mismo. Stalin no tanto se ve.

    Rústico, sepa que tengo presente "Eva al desnudo". Muchas gracias por sus palabras, la comparación con el capador de marranos especialmente jajaja.

    Tarantino es imitado hasta la saciedad, el mayor AUTOR de los 90.

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  5. Muy buen artículo y presentación del mismo. Creo que sería más vendedor hablar en contra de Tarantino.
    Menorqui.

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  6. Muchas gracias. Jejeje pues seguro que sí, pero no soy nada comercial jajaja. Nada, digo lo que me parece sin más, que entre quien quiera. Espero verte mucho.

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  7. En los votos para la comedia, la simpatía que despiertan sus intérpetres es el motivo por el que van a la cabeza de las votaciones con faldas y la fiera; sin embargo el apartamento creo que las supera ampliamente como mejor comedia.

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  8. yo la vi en el cine y salí aplaudiendo.

    que tensión en todas las escenas,que personajes tan increibles y algunas escenas descacharrantes.

    película totalmente tarantiniana, a unos les parece un bodrio y a otros les encanta. eso es tener un estilo muy marcado,estas son las películas que recuerdas. Pulp Fiction,Kill Bill,Reservoir Dogs,etc...

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  9. Chu4che uno de los grandes ya el bueno de Tarantino.

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  10. Sublime, y la música, espectacular. Mezclando David Bowie y Ennio Morricone. Que esperar de Quentin Tarantino.

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  11. Uno de los mayores talentos que ha dado el cine en décadas, sin duda.

    Un saludo Deannie.

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  12. Yo lo flipé. La fui a ver en un cine tristemente desaparecido de aqui de Barcelona, y sencillamente lo flipé. Me encantó. Me encanta Brad Pitt, en general me gusta Tarantino bastante (en una época me sabía de memoria los diálogos de Pulp Fiction).

    Esta peli tiene algo especial para mi, y es que como aparte de castellano también hablo inglés y francés, ver a Waltz y el juego con los idiomas, puedes apreciar los matices y los acentos, el tío no es que se salga del mapa, es que el mapa se le queda pequeño!!

    Cojonuding!!

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  13. Magnífico aporte y así es, una de las interpretaciones para recordar largo tiempo.

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  14. Esta peli me gustó mucho. Me encanta cómo maneja Tarantino la tensión, cómo te tiene en vilo esperando el estallido violento que siempre acude a la cita. Me pregunto qué dirán los críticos de él cuando haga una película en que tras tanta tensión, la situación se resuelva pacíficamente.
    Un saludo.

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    1. Creo que lo hizo de alguna manera en la última, retrasándolo un poco jajaja. Es juguetón el tío. Un crack.

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  15. Desde que empecé a ver películas de Tarantino, no me ha defraudado en ninguna ocasión. La primera que vi fue Pulp Fiction y me fascinó, pero desde esa, creo que las he visto prácticamente todas, menos Django, siempre he acabado muy contento después de sus películas. Cada una tiene algo diferente, pero en todas se nota la mano única de una mente como la de Tarantino, es genial.

    Y en esta ocasión no ha sido para menos. Tenía mucha curiosidad de como iba Tarantino a desenvolverse con la temática nazi, y la verdad es que ha sido bestial. En lo de las escenas orgásmicas has estado muy acertado, y no puedo estar más de acuerdo! jajaja

    Saludos!

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    1. Muy buenas NoneLG, esta cinta además se beneficia de un trasfondo cinéfilo que es la gran pasión de Tarantino, esto la hace especial. Mi preferida seguramente es PULP FICTION.

      Tarantino tiene un talento enorme, de los grandes directores modernos, sin duda.

      Un abrazo!!

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  16. bolsonxx: probablemente sea la película que menos me ha gustado de Tarantino pero es que el tio es un genio de verdad y pone el listón muy alto. Aunque tengo que volver a verla pues la primera vez no la pude ver correctamente.

    Pero es que se le nota que ama el cine; para otros directores es un arte o simplemente un trabajo y se limitan a cumplir. Tarantino está en otro nivel, me encantan todas sus películas. Por cierto, vi Django desencadenado en el cine y puede ser su mejor obra junto con Pulp fiction. Que peliculon; la actuación de Christoph Waltz genial. Hasta a mi mujer que por poco me mata tras la escena de la sangria con los 88 mafiosos japos en Kill Bill le gustó mucho, que ya es decir (es un poco pureta para el cine).

    En fin, una crítica de Django exigimos.

    Saludos, y sigue así pues se aprecia tu pluma.

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    1. Guste más o guste menos es el director más importante del cine moderno, amigo Bolsonxx.

      La crítica de DJANGO ya la tienes en el blog desde hace tiempo, en dos partes. Búscala por la lista que ahí está.

      Un saludo, crack.

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