jueves, 5 de enero de 2012

Crítica: EL PRISIONERO DE ZENDA (1952)

RICHARD THORPE







La versión de 1953 pretende actualizar la que hiciera John Cromwell en 1937, un remake de un remake, ya que la historia tuvo versiones mudas anteriores.
La historia de “El prisionero de Zenda” es estupenda, puro cine de aventuras que no es de extrañar haya tenido varias versiones. Dentro de que es ficción y cine de aventuras, el planteamiento inicial no deja de ser arriesgado con respecto a la verosimilitud de la historia desde el guión. Hay que recordar que “El prisionero de Zenda” es una novela de Anthony Hope, adaptada para las distintas versiones cinematográficas.
La inverosimilitud o los hechos extravagantes, estrafalarios o donde se dan coincidencias casi imposibles, es mejor aceptado en la fase de exposición de las películas, en el planteamiento de las mismas. Pero esta concesión también tiene límites si este tipo de situaciones son excesivas y en un espacio corto de tiempo. Esto ocurre precisamente con “El prisionero de Zenda”, pero más aún en esta versión, que desde el guión está peor expuesta y resulta menos creíble que la versión de Cromwell.
Esta adaptación es casi calcada a su predecesora, en planos, planificación y detalles, no aporta en absoluto nada nuevo a la misma lo que la hace, quizá, innecesaria. Thorpe llega a situar la cámara en los mismos lugares que Cromwell y usa los decorados exactamente de la misma manera, no corre el más mínimo riesgo.
Richard Thorpe es un apañado artesano que se maneja bien en este tipo de cine de aventuras, suyas son también “El valle de la venganza” 1951, “Ivanhoe” 1952, “Los caballeros del rey Arturo” 1953 o “Todos los hermanos eran valientes” 1953.
Un caballero inglés llega a un ficticio país, en la víspera de la coronación del príncipe, para pescar. Mientras el turista está dando rienda suelta a esa actividad se encuentra por casualidad con el príncipe y su escolta. Descubren que son parientes lejanos al sorprenderse del tremendo parecido que tienen los dos. Son casi gemelos. Cuando el príncipe es intoxicado ese parecido será la solución que los más allegados verán para salir del paso, sustituir al príncipe por el caballero para evitar que sea el hermanastro el que reciba la corona, que además fue el que tramó la artimaña para evitar la coronación.

Los aspectos extravagantes con un exceso de inverosimilitud o coincidencias que se dan al inicio, son el mayor problema de una cinta muy entretenida, como comenté con anterioridad. Así tenemos que un doble exacto del príncipe llega precisamente el día antes de su coronación, en ese mismo día, cuando está pescando, se encuentra con el propio príncipe, que ya es coincidencia también, hacen pronta amistad y en un tanto rocambolesco encaje de bolillos, el príncipe es intoxicado, pero sólo él, lo que le imposibilita para asistir a la coronación, aunque facilita la atractiva trama de la cinta.
En la fase de exposición, como dije, se aceptan mejor todos estos aspectos, pero aquí hay una sobre abundancia. En la cinta de Cromwell, el momento de la intoxicación está mejor expuesto, queda mejor explicado y resulta mucho más natural y menos forzado, parece una coincidencia menor. El guión en la película de Cromwell es algo superior por estos motivos, que no son más que un par, pero que dan una mayor claridad a la obra que la que nos ocupa.
En la comparación directa la cinta de Cromwell sale vencedora, entre otras cosas, por la comentada mejor exposición del guión pero también porque esta versión de Richard Thorpe no aporta absolutamente nada nuevo a su predecesora, es más, copia la gran mayoría de planos, planificación, soluciones visuales o de puesta en escena, e incluso posicionamientos de cámara. La aportación de Thorpe, por tanto, es casi invisible.

Las grandes virtudes del film de Thorpe están en las escenas de acción, aquí su adaptación es en el único momento que sale vencedora de la comparación, tanto la escapada de la emboscada que preparan a Rudolf Rassendyll (Stewart Granger), como el combate a espada del final, especialmente esto último, son espectaculares y brillantes. También usa muy bien el color y la profundidad de campo, resaltando una brillante dirección artística que no escatima en nada y resulta suntuosa y espectacular, con decorados altísimos que muestran perfectamente el lujo del entorno real.

La escena final en su totalidad, la del rescate al rey, es fantástica, digna del mejor cine de aventuras, y el mencionado combate a espada el colofón magistral a la misma. Lo mejor del film sin duda. Imprescindible.
Las interpretaciones son buenas, destacaremos a James Mason, que encarna a un Rupert de Hentzau, sibilino, inteligente, maléfico y elegante, muy distinto al interpretado por Douglas Fairbanks Jr. que lo encarnó más frívolo, ligero y superficial. Los dos hacen grandes recreaciones siendo tan distintas. David Niven vuela a mucha más altura en la versión de Cromwell que su compañero Robert Coote en la interpretación de Fritz von Tarlenheim. En la naturalidad y ligereza de las interpretaciones está uno de los especiales encantos de la versión de Cromwell.

El prisionero de Zenda”, versión de Richard Thorpe, es una estupenda película de aventuras, que copia casi literalmente a su predecesora, lo cual hace que su nivel no pueda ser malo, aunque con una historia tan buena lo difícil es que lo fuera. Gran ritmo, suspense, acción… que aunque no aporte nada nuevo se ve con deleite, especialmente en sus mejores momentos.
Cine de aventuras del que ya no se hace, de principios íntegros y de gran altura, donde la honestidad, el deber, la generosidad y el sacrificio son valorados en extremo, y con un triste pero perfectamente coherente final que redondea todo de forma romántica, aspecto de mucha importancia en el film con esa relación entre Stewart Granger y Deborah Kerr.



2 comentarios:

  1. Otra peli de vacaciones infantiles!!!

    Me acuerdo de haberme divertido, pero no he visto la original, así q m cío de lo q digas. Considero que el color eztaba un poco saturado, lo q en determinadas escenas hacía q te "salieras" de la trama para recordar q estabas viendo una peli.

    Y, personalmente, Granger m parece muy falso, no te lo terminas de creer.

    Gracias, y un abrazo!

    R

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  2. Yo creo que Granger daba muy bien el pego en el cine de aventuras, estaba muy ágil y era muy bien espadachín. Si ves la anterior adaptación ya me dirás.

    Un abrazo.

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