lunes, 21 de enero de 2013

Crítica: CARROS DE FUEGO (1981) -Parte 1/2-

HUGH HUDSON









Siempre es placentero para los amantes del deporte ver películas sobre el tema. Grandes obras maestras ha dado el género deportivo, como he comentado alguna vez. Con “Carros de fuego” se hizo una apuesta por dar mayor prestigio si cabe al tema, una cinta ambiciosa que aspiraba a ser el título deportivo por antonomasia. En cierta medida lo logró, especialmente gracias a la mítica banda sonora de Vangelis, que la ha hecho eterna. No hay más que ver el homenaje continuo que recibió en los últimos Juegos Olímpicos de Londres, donde la oímos una y otra vez (no en balde la cinta se ambienta en los Juegos de 1924).



Carros de fuego” no es una obra maestra, ni siquiera la mejor película de deportes que se ha filmado, pero es un indiscutible referente del género.

El cine deportivo ha examinado los grandes valores que se extraen de dicha actividad, la competitividad, el afán de superación, el sacrificio, el talento (esta misma cinta que nos ocupa, “Million dollar baby de Clint Eastwood en 2004, “El mejor” de Barry Levinson en 1984…), en otros casos ha servido de excusa o como telón de fondo para examinar la miseria humana, la mafia (“Marcado por el odio de Robert Wise en 1956, "Cuerpo y alma de Robert Rossen en 1947, “Nadie puede vencerme de Robert Wise en 1949, “El ídolo de barro de Mark Robson en 1949 … todas ambientadas en el mundo del boxeo). Para hacer biopics más o menos hagiográficos ("El orgullo de los Yanquis” de Sam Wood en 1942, “Toro salvaje” de Martin Scorsese en 1980), para indagar en las interioridades de ese mundo (“El castañazo de George Roy Hill en 1977, “Un domingo cualquiera de Oliver Stone en 1999, “Moneyball” de Bennett Miller en 2011…), de los equipos, para miradas románticas (“Campo de sueños de Phil Alden Robinson en 1989, “Entre el amor y el juego” de Sam Raimi en 1999), como simple excusa narrativa (“Evasión o victoria de John Huston en 1981)… El mundo del deporte es un universo donde casi todo tiene cabida.



En “Carros de fuego” el director Hugh Hudson se centra en la rivalidad de dos grandes atletas británicos, aunque más que en la rivalidad en la admiración mutua que les impulsaba a superarse, ya que ambos participarían en el equipo británico en los Juegos Olímpicos de 1924. Dos atletas completamente distintos, con creencias distintas, religiones distintas, filosofías ante la vida y el deporte distintas, pero unidos y vinculados por el éxito y la ambición por reivindicar y demostrar su talento.


Carros de fuego” no es para nada rigurosa históricamente, pero tampoco debe entenderse que pretenda serlo. Es cierto que si se centra en un hecho histórico lo mínimo es que se procure ser riguroso, pero aquí, y sobre todo en lo concerniente a los personajes protagonistas, se apuesta más por la libertad creativa en busca del funcionamiento dramático, con contrastes, que otra cosa.

La acción se inicia en 1978, un funeral, un homenaje al gran atleta Harold Abrahams (Ben Cross). Rememorando. Son breves momentos antes de presenciar la escena más recordada de la cinta, la carrera por la playa del equipo de atletismo británico con la espectacular banda sonora de Vangelis por todo lo alto, una banda sonora más recordada aún que la de “Blade Runner” (Ridley Scott, 1982). Una escena donde el travelling va mostrando a los principales protagonistas que nos van a contar la historia, su satisfacción en la carrera, su jovial placer en esos momentos, unos más risueños, otros más concentrados, pero todos disfrutando. El deporte en estado puro. Entre ellos veremos, en primer lugar, a Nicholas Farrell, habitual de Kenneth Branagh. Un flashback que nos sitúa en 1924.




Esta escena, y la última, ya que la película se cierra de forma circular mostrando esta misma secuencia de nuevo, está en la antología del cine y gran culpa la tiene la eterna banda sonora. Vangelis tiene la facultad de que aunque usa sintetizadores, lo son todo en su música, típicos de los 80, logra una atmósfera y estilo sinfónico que logra hacer de bandas sonoras como ésta algo clásico.




El primer plano que veremos en esta escena, donde se muestra a los personajes entrenando, será de unas piernas, imprescindibles como es lógico, las del mencionado Farrell.

Hudson tiene un estilo muy clásico en la cinta, una dirección clásica con planos muy largos y sostenidos, un pulso firme y seguro.



La voz over del personaje interpretado por Nicholas Farrell, que en los inicios parece el protagonista, nos dirige a un nuevo salto en el tiempo, otro flashback más, a Cambridge, 1919. Una estructura narrativa que nos va llevando continuamente hacia atrás, para que veamos el progreso de esos deportistas, como llegaron a ser seleccionados por el equipo Olímpico y entendamos el porqué del homenaje que vemos al principio.

Un picado a la llegada de Farrell y Cross (Abrahams), a su llegada a Cambridge y la descripción de su gran amistad da comienzo a la historia.

Hudson realiza una gran puesta en escena con rasgos estilísticos muy marcados y que se repiten durante todo el metraje, un ejemplo lo tenemos en esos planos que se abren paulatinamente para ver todo un entorno, como el paisaje que tras un retroceso de la cámara veremos por una ventana frente a la que Aubrey Montague (Nicholas Farrell), lee su carta; el plano del cuadro que preside el coro que veremos cuando la cámara vuelva a abrir el encuadre…


Una dirección repleta de elegantes movimientos de cámara. La solemnidad de la universidad será mostrada con picados, contrapicados, pausados travellings, como el que muestra el discurso del director. Sobriedad. 


La película es un nostálgico diálogo entre pasado y futuro. El uso del flashback; los saltos temporales; las fotos de promociones anteriores; el homenaje a los alumnos caídos en la guerra; sus sueños, que ahora son los de los presentes… se dirigen hacia la misma idea.

En el emotivo discurso del director se recalcará la idea de la firmeza y decisión para alcanzar los objetivos propuestos, una guía para los alumnos que será clave en los éxitos de algunos de nuestros protagonistas.



Es excelente el plano secuencia que muestra como los alumnos se apuntan a las actividades extraescolares, un larguísimo travelling con una magistral puesta en escena, que redunda en lo comentado sobre el estilo de Hudson. Esta secuencia concluye con el equipo de atletismo, al que se apuntarán Abrahams, Montague y compañía.

El recurso de la voz over sobra en muchas ocasiones, no aporta nada a lo que se ve en pantalla.
Harold Abrahams, un descomunal talento atlético, es judío, su padre es financiero, estos aspectos son claves para definir su personalidad, como se irá viendo a lo largo de la narración. Veremos su talento cuando bata el récord de la universidad. Su carácter y personalidad será debatida por los profesores de la universidad, con los que tendrá un enfrentamiento en el futuro. Se le considera leal, luchador, arrogante, responsable con el deber… muchos de los valores que hacen al triunfador y que fueron reivindicados en el discurso de bienvenida que oímos poco antes.


El círculo tiene bastante presencia en la puesta en escena de Hudson, lo veremos en muchos de sus travellings, en el recorrido que hace Abrahams para batir el récord en la universidad o cuando vemos las escenas iniciales de Eric Liddell (Ian Charleson), en Escocia, en 1920. Esto además se relaciona con el símbolo olímpico, los cinco anillos entrelazados.



Así se nos presenta al campeón escocés. Eric Liddell, que también demostrará sus dotes en las mencionadas escenas.

Si nos dejaron algunos apuntes sobre Abrahams, también se dejarán sobre Liddell. Extremadamente religioso y noble, disciplinado y honesto. Reflexionará sobre la libertad de elección para seguir a Dios.



Los paralelismos se suceden entre ambos personajes, también desde la puesta en escena. La secuencia donde Liddell come con su familia se inicia con un plano corto de unas fotos, como aquella en la que veíamos a las promociones pasadas de la universidad, recuerdos pasados, en este caso familiares. El plano se abrirá, algo que como he mencionado es habitual, para que veamos el contexto completo de la escena. China es el lugar de residencia de los Liddell, pero Eric quiere competir antes de regresar, lo que provocará ciertos disgustos con su esposa. La esposa de Liddell (Cheryl Campbell), apelará al sentimiento religioso para convencer en múltiples ocasiones a su marido, no ve con buenos ojos su “frívola” dedicación y ambición, considera que la antepone a Dios y su familia. La evolución de esta relación es algo morosa pero efectiva. Liddell hará entender a su mujer que su talento también procede de Dios, y que por algo se lo ha dado. Acuerdan que volverá a China tras participar en los Juegos Olímpicos. Cuando Eric se sincere y hable de Dios a su mujer la cámara se acercará, íntima, a los dos personajes, compartiendo el momento y realzándolo. Correr y vencer es honrar a Dios.



Un bellísima escena, como de costumbre en un solo plano, y con un hermosísimo escenario natural.



La fe de Liddell es indudable, es casi un corredor predicador. Dios es su motivación y lo pondrá siempre como ejemplo y guía. Como en el discurso del director de la universidad oiremos otro discurso, en este caso religioso a cargo de Liddell, y donde también reivindicará la decisión, la fuerza interior y de voluntad, relacionada con Dios, para alcanzar los objetivos. La fe.

Nosotros no queríamos nada y aquí estoy yo, en la más importante universidad del país".




Más reflexiones religiosas, en este caso por parte de Abrahams. Su frustración por la consciencia de que sus creencias son un lastre. Judaísmo versus Cristianismo. Abrahams está dispuesto a luchar contra una Inglaterra cristiana, contra todo, un rasgo más de su carácter decidido, firme y tenaz. Estos retratos de los dos personajes quedan excesivamente afectados, ceremoniosos, acartonados, un exceso de pompa que resta naturalidad.





La fuerza de voluntad, sus creencias, su ambición, su sacrificio… son puntos en común que unen a los dos atletas y, por tanto, se reivindican desde la película como valores indispensables.

He mencionado el uso de fotos como recurso para mantener presente el pasado, ahora tendremos un ejemplo de fotos que retratan el presente para que perdure en el futuro, en las competiciones y éxitos de Abrahams.

La cámara lenta.

Vimos el uso de la cámara lenta por primera vez en la carrera que hace Eric en su primera escena. Este será uno de los rasgos distintivos de la cinta sin lugar a dudas, siempre relacionado con la banda sonora, aunque no coincida con el tema más famoso. Si bien es cierto que en algunos casos es gratuita parece claro que la intención principal es un homenaje al esfuerzo del atleta, a la estética deportiva, al cuerpo atlético en tensión, dejando momentos de una gran belleza plástica, como lo son las esculturas griegas que inmortalizaban a sus grandes héroes y deportistas en acción, como en el Discóbolo de Mirón, por ejemplo. Ahora, afortunadamente, en movimiento.


En otros casos, como cuando vemos la decepción de Abrahams tras caer derrotado con Liddell, es un subrayado innecesario.

Un ejemplo de uso esteticista de la cámara lenta lo tenemos en la solemne salida de los participantes a la carrera de 100 metros lisos al final de la película, algo que resulta excesivo.
 


La cinta tiene un tempo pausado, lo que puede dar sensación de morosidad, de lentitud, esto es cierto en cierto sentido, pero no por su narración tranquila, sino por ciertas reiteraciones que redundan en lo bien expuesto ya. Veremos multitud de escenas donde nuestros protagonistas demostrarán sus facultades, en algunas ocasiones dejando patente su carácter, como en la espectacular exhibición donde Eric remonta tras ser derribado. En algunos casos sobran diálogos donde se insiste en los aspectos más destacados de estos personajes, la tenacidad, el sacrificio, la lucha… ya quedan patentes en imágenes, que también se reiteran en otros momentos, bien es cierto.

El duelo no se hace esperar, veremos a Abrahams atemorizado por la exhibición de Eric, así como la actitud de mostrará al respecto, decidido a superarle con la ayuda de un nuevo entrenador, Ian Holm

Carros de fuego” es casi una apología de los grandes valores del deporte, el afán de superación, el trabajo, el sacrificio, la tenacidad, aplicables a cualquier ámbito de la vida.




También habrá tiempo para el amor, ya nos mostraron la relación de Eric Liddell con su mujer, es turno de Abrahams, del que presenciaremos el enamoramiento. Su cena de seducción con Sybil Gordon, interpretada por Alice Krige, está rodada con un plano sostenido inicial, incluyendo a ambos, y luego con planos y contraplanos. Estilo clásico sin complicaciones. El momento con la carne de cerdo cerrará la escena distendiéndola con humor.




 


Dedicada a Elcapita, al que es un placer leerle siempre






19 comentarios:


  1. Una magnífica banda sonora de Vangelis, imposible separarla de las imágenes del grupo de deportistas corriendo a cámara lenta por la playa. Genial análisis, muy ameno. Te dejo mi crítica por si te hace echarle un vistazo: http://bit.ly/Msbh41

    Saludos! ^^

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  2. Muchas gracias Naiara. Así es, una música que parece creada para el deporte. Ahora mismo voy a tu casa.

    Saludos.

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  3. Gran artículo Sambo, como siempre (aunque llevo siglos sin escribir, sigo leyendo siempre que puedo)

    Yo no diría tanto como que la banda sonora es excelente, como que lo es el tema central. Me parece mucho mejor la banda sonora de Bladerunner que la de esta película, pero el "Chariots of fire" es evidentemente una pieza perfecta.

    A mí esta película me parece la típica película británica, forlamente perfecta aunque en algunas fases se hace un poco farragosa.

    Entre las películas que toman el deporte como excusa, citaría también Gallipoli, que también tiene además como eje central una historia de amistad entre dos tipos muy distintos, y una de esas gamberradas de Billy Wilder: En bandeja de plata.

    Saludos y un abrazo :-)

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    1. Pues no te falta razón, es el tema central lo más brillante. Como dices la película es puro cine británico, algo que comento en la parte de mañana, y tiene ciertos problemas de ritmo, es su defecto mayor, así como cierta frialdad. Les falta esa pasión y sentido dle espectáculo americano.

      Ciertooooo, Gallipoli y En bandeja de plata... de forma tangencial tocan el tema deportivo.

      Gracias por los excelentes aportes de siempre. Un abrazo.

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  4. Ciertamente, no es LA película del deporte, ateniéndonos a la calidad, pero si hicieras una encuesta, es de largo la más recordada (quizá rivalizando con Rocky); yo recuerdo una muy maloncia, pero entretenida, con Tom Hanks, Geena Davies y la inefable Madonna: A League Of Their Own, sobre baseball femenino en la IIWW, aunque de baseball hay miles; una interesante, sobre el mundo de los representantes deportivos: Jerry Maguire. Incluso sobre golf, con la deliciosa La Leyenda de Bagger Vance…

    Bueno, lo de la banda sonora, totalmente de acuerdo: un electrónico Vangelis, con una melodía principal más recordada que Blade Runner siendo menos buena.

    Carros de fuego me gusta por ese sabor clásico, lo explicas muy bien: sobriedad, elegancia, planos largos, preciosos paisajes, y ese trasfondo de valores, de "fair play", de admiración d unos atletas por otros, de superación…

    Es una peli algo lenta a veces, pero desde luego, de las más vistas por todos los públicos.

    Bueno, gracias por los detalles…y hasta la próxima!!!

    Bss

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    1. Magníficos referentes Reina, ELLAS DAN EL GOLPE creo que se llama la de Tom Hanks, y muy de acuerdo con las otras.

      Sí, su mayor defecto son los problemas de ritmo que presenta, ese acartonamiento en su academicismo.

      Un beso.

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  5. Sensacional crítica, como siempre. Una película que, si bien no es una obra maestra, resulta siempre conmovedora. Quizá sea porque a quien ama el deporte le encanta verse envuelto en esa atmósfera, tan bien recreada, de un tiempo en que los deportistas eran deportistas, y el deporte era deporte, sin más.

    Me gusta la naturalidad con que se representan el éxito y el "fracaso", esos dos impostores de los que hablaba Kipling. ENtrecomillo fracaso, porque un deportista de verdad no fracasa nunca.

    A ver esa Parte II...

    Abrazos
    Sabbath9

    (Voy a tener que registrarme un día de estos :):):))

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  6. Aunque el deporte como tal no sea el eje de la película, tengo un excelente recuerdo de "En busca de Bobby Fisher"

    Sabbath9

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    1. Me gustó mucho esa peli, aunque la vi hace mucho tiempo y recuerdo poco.

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  7. Pues sí, amigo Sabbath9, una magnífica reivindicación de los verdaderos valores del deporte, extrapolables el resto de ámbitos de la vida. Mañana se habla un poco más de eso, aunque ya la tienes disponible en el blog si te apetece leerla.

    Desde luego estás tardando en registrarte jajaja.

    Un saludo crack.

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  8. Ahivá. Es verdad !!! Vamos con ella

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  9. Feliz anho nuevo MrSambo!
    Como llevas lo de "mi peli"? Espero que te la hayas podido bajar.
    Yo la tuve hace tiempo: muy mala calidad, como copidad del formato
    VHS. La perdi tras un formateo y que no tengo forma de bajarmela
    de nuevo; me tienen cerrado puertos clave del servidor de donde
    vivo, asique no me van los P2P. Cuando la cuelgues me leere el
    aporte varias veces, sera un momento grande, si senhor.

    Cambiando de tema. Otra peticion. Estimo que un tanto "challenge" para ti,
    porque la peli se las trae. Me quede flipado visionando una peli germana (version
    original con subtitulos en ingles, lo recomiendo). Se llama (en castellano),
    "El video de Benny" . Si tienes tiempo de verla y analizarla, da para una tesis...
    Peli actual, sobre los problemas de la sociendad actual: chiquillos criados por la
    tele, padres todo el dia fuera trabajado, el placer de expermentar hacer el mal "por probar",
    la falta de excrupulos, etc. Una pelicula impactante que merece la pena ver, sobre todo para
    quellos que son, o proyectan ser en un futuro, padres.

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    1. Muy buenas Karaoke, pues la logré bajar, me costó mucho la verdad, pero la tengo. Dame tiempo que con el tema Oscars y EL PADRINO estoy liadillo, pero la tendrás.

      Apunto esta que me comentas que no he visto, las dos.

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  10. Solo por completar el anterior comentario,
    parece ser que la peli que yo vi, es un "remake" de una peli
    de 1992. Si eso, mirate si puedes las dos. El original
    no lo vi. el "remake" me dejo helado. Peliculon.

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  11. Excelente critica, es una muy buena película que conmueve mucho. Genial analisis.

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    1. Gracias por sus palabras Jessie, me alegra que disfrute así del cine. Un saludo.

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  12. Muy buen analisis, es una pelicula que cautiva mucho! Saludos y exitos

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  13. Buena película y me recuerda a la cinta de Un domingo cualquiera con la dirección de Oliver Stone y el guión de J. Logan una peli que vale muchísimo la pena.

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    1. Muy buenas Sofía, a mucha gente le gusta UN DOMINGO CUALQUIERA, que no está mal sin apasionarme. Me alegra que te guste esta cinta deportiva que es un buen referente. Un saludo.

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