miércoles, 1 de agosto de 2012

Crítica: CUENTA CONMIGO (1986) -Parte 2/3-

ROB REINER








Chris (River Phoenix), es un personaje excepcional, vacilón, duro, macarra, libre, transgresor de las normas… una coraza que esconde un sentido de la amistad, responsabilidad y el deber con los suyos. Una sensibilidad exquisita. Siempre notará cuando algo está mal, siempre se preocupará por sus amigos, por su bienestar, así al ver a Gordie, que viene algo raro de la escena anterior, le preguntará cómo está y le hará partícipe de una atractiva gamberrada.


Kiefer Sutherland, Ace Merrill, aparecerá junto al hermano de Chris para abusar y atemorizar de los dos amigos. Se inicia aquí un contraste, otro más, entre dos bandas de amigos que nos servirá como comparación para profundizar en la reflexión sobre la amistad que es “Cuenta conmigo”. Un Sutherland de taimada, contenida y cruel maldad.



La búsqueda.

La vía del tren que seguirán los chicos se convertirá en simbólica. Chicos en busca de un destino a los que las circunstancias alejarán del camino en distintas ocasiones, y cada vez que ocurra no será para nada bueno. La vía es el camino “recto”, el camino que les llevará a un destino cierto.

Reiner narra con talentosa sobriedad y un excelente ritmo la historia de la aventura de estos desprotegidos chicos. La recreación y la ambientación de la época y el lugar, además, ayudan a sumergirse con gusto en la cinta como en una piscina de agua fresca en verano. Reiner un talentoso artesano, un gran cineasta de la amistad.




La escena de la búsqueda se inicia con un plano de la vía, sola, al estilo bressoniano, a la que se sumarán los cuatro chavales entrando en dicho plano.

Las personalidades, como dije, de cada chico son opuestas, muy distintas, cada uno tiene su rol, pero se tenga una personalidad más o menos fuerte, se sea más o menos seguro, se tenga un carácter más o menos dominante, todos los componentes de la pandilla se respetarán y buscarán la integración de todos y cada uno de ellos.

Las canciones de moda seguirán sonando en una banda sonora espléndida.


En coherencia con su carácter infantil la planificación de la aventura es un poco desastrada, olvidan la comida y apenas tienen dinero, pero nada les impedirá seguir en la brecha.

Todo lo harán en la vía… hasta que llega el tren. Teddy se enfrentará al riesgo y mantendrá, mientras que los otros se apartan de la vía, un juego absurdo que cortará Chris. Chris de nuevo velando por sus amigos y siendo el apaciguador, el maduro, el referente. Reincidiendo en el tema del simbolismo veremos a los amigos enfrentarse y discutir por el riesgo tomado por Teddy ante el tren, las dificultades y conflictos de la vida. Una vez pase el tren la reconciliación no se hará esperar.





La voz over es usada por Reiner como juego metalingüístico al ser un escritor el que nos cuenta la historia, un juego que usaría, de forma distinta, también en “La princesa prometida” (1987). Es por ello que el punto de vista que falla como narración cinematográfica, si es Gordie el que cuenta la historia no debería conocer lo que hace o deja de hacer la pandilla de macarras liderados por Sutherland. Se justifica con la creación de un libro que le permite ser narrador omnisciente, como ya expliqué.




La otra pandilla, en cambio, pasa sus ratos libres bateando “dulces” buzones. Ace, Sutherland, tiene intimidados completamente a sus amigos. De esta forma Reiner da una vuelta de tuerca a su reflexión, mostrando vertientes distintas de una supuesta amistad, de la necesidad de pertenecer a un grupo para no quedar excluido y del carácter gregario. Las relaciones en el grupo de Sutherland están sustentadas en el miedo.

Así Reiner no sólo se conforma con mostrar una historia sobre la amistad sino que profundiza en una reflexión sobre la esencia y naturaleza de la misma.




Un “No trespassing” al estilo de “Ciudadano Kane” (Orson Welles, 1941), inicia una escena donde la mítica infantil, que crea aventuras increíbles con terribles enemigos y peligros, se hace tangible de nuevo. Milo y su perro asesino Chopper. La dirección de Reiner es potentísima y muy clásica, demuestra una seguridad total y haber mamado a los clásicos con pasión, algo común a muchos de los maestros de los 80.




Se sigue describiendo la personalidad de cada uno de los amigos, si antes vimos a Chris ahora le tocará el turno a Teddy, un chico inestable emocionalmente con brotes de locura, lo que explica mejor su intención de enfrentarse al tren y apartarse en el último momento y que Chris insistiera tanto en evitarlo. En la chatarrería asistiremos a una nueva escena de comunión entre amigos, sentados bromeando, donde las ocurrencias que soltamos son las más increíbles y graciosas jamás oídas, las reflexiones que hacemos y las confidencias que contamos son las más importantes y trascendentes del mundo… donde todo es ideal. La aventura y el vínculo. Pura autenticidad.

Esto sí que es pasarlo bien”.

Diálogos sobre tetas, sexo, sobre la vida y la muerte, sobre chorradas frívolas e intrascendentes realmente importantes y básicas. El respeto y la falta de respeto sólo admisible entre los miembros de la pandilla. La amistad.

Todo amigo acaba admitiendo las bromas del resto porque sabe y distingue perfectamente el tono y las intenciones.

Un nuevo flashback dentro del flashback. Una escena maravillosa y de exquisita sensibilidad en el gesto de Denny hacia su hermano pequeño. Una mención a Denny siempre hace rememorarlo a Gordie. Magnífico Cusack en sus breves intervenciones.


Los mitos y leyendas de la juventud, personificados en el chatarrero y su perro. Esa manera, inherente a la infancia, de crear terribles villanos y majestuosos héroes tirada por tierra al comprobar que ni perro ni chatarrero eran tan fieros como los pintaban. El camino hacia la pérdida de la inocencia va siguiendo su curso en los episodios que los amigos van viviendo. Aquí asistiremos a la desmitificación de ideales.


Teddy tiene un padre perturbado por su participación en la guerra, o quizá no fuera por ello, pero el caso es que parece haber heredado esa tendencia. Su padre intentó matarlo pero su admiración hacia él se mantiene intacta, aunque está internado.

La voz over resulta magnífica y cala a la perfección ese mundo infantil crepuscular, así como rellena perfectamente las cosas que no sabemos. Reiner sintiéndose niño de verdad. Este recurso no oculta su artificio marcándose perfecta y evidentemente los momentos y pausas buscados para su aparición.

El mencionado y ciego amor de Teddy hacia su perturbado padre viene muy a colación con el mencionado tema de la creación de héroes y villanos míticos e intocables.

Se aprecia la necesidad que en su desarraigo tienen todos los amigos, salvo Vern que parece venir de un entorno más estable, de figuras de referencias, así Teddy se agarra a la idealizada figura de su perturbado padre, Gordie echa de menos a su hermano y Chris es el que se siente más desamparado porque nadie le considera en serio por el sitio del que viene, agarrándose como un padre a sus amigos/hijos.

Los diálogos son magníficos. Vehículo perfecto para describir a los personajes y sabiendo dar el tono a cada edad. Un ejemplo lo tenemos con Kiefer Sutherland y sus comentarios sobre la religión de las chicas o matar por dinero… nos queda el personaje perfectamente definido.


Más canciones, ahora “Lollipop”, donde Reiner nos muestra esos tics tan comerciales ochenteros que dan carisma a sus personajes aunque puedan chirriar ahora, donde dos de los amigos se paran frente a cámara y hacen el gesto del video de la canción.


En esta escena con “Lollipop” de fondo Reiner descubre todas sus cartas. Planta su cámara en el centro de la vía y sitúa a Teddy y Vern en primer plano que van cantando la canción mencionada, una vez lleguen a cámara harán el gesto característico de meterse el dedo en la boca y sacarlo para hacer el ruido famoso de la canción pero luego pasarán de largo... y Reiner no los seguirá. Reiner muestra interés por el retrato y la reflexión de la infancia y la adolescencia, por sus momentos de frivolidad pero lo que de verdad interesa al director son los dramas detrás de cada personaje, así una vez pasen estos dos chavales la música cederá y nos quedaremos con Chris y Gordie, que tras iniciar una conversación frívola comenzarán a hablar de cosas más serias, precisamente acerca de la mayor inteligencia de Gordie, es decir, trascendiendo la frivolidad. Cuando estos dos personajes pasen ante la cámara Reiner, esta vez sí, los seguirá con un travelling de retroceso. Esto le importa más.








Chris reconoce la inteligencia de Gordie, aconseja a su amigo para que saque partido a sus cualidades y no se encierre y limite a unos amigos que no están a su nivel, que busque desarrollarse. Quiere lo mejor para él. El personaje de Phoenix es maravilloso, muy brillante y lúcido. Además será su guía e inspiración vocacional para el futuro como escritor de Gordie.

Tendremos otro juego de contrastes entre la transcendente conversación de Chris y Gordie y la que tienen Teddy y Vern sobre Superman y SuperRatón. De esta forma y, otra vez, mediante los diálogos se muestra la superioridad intelectual de unos sobre otros. Phoenix se erige en figura paterna para todos sus amigos, especialmente para nuestro protagonista.




Dedicada a Kufisto, que espero la disfrute tanto como la anterior.







2 comentarios:

  1. Me encanta como pornenorizas las escenas.
    Se les coge cariño a los personajes porque nos reconocemos en breves trazos en cada uno de ellos.
    Los pequeños pasos q se van dando hacia la pérdida de la inocencia (esa infancia crepuscular de la q hablas) como las conversaciines serias, los trazos d madurez, resultan en cierto modo algo tristes, aunque sepamos desde el principio q son inexorables. No queremos q se escape su Arcadia, pero sabemos q será así, porque no es posible otra forma. Porque todos crecenos.
    Resulta enternecedora esa mezcla infancia-adolescencia/inocencia-madurez desde nuestros ojos adultos.
    Porque,,en el fondo, habla también de nosotros, aunque las circunstancias sean distintas, la esencia es la misma, y ese es el logro de la cinta: hacernos conectar con ese sentimiento universal q todos hemos vivido al crecer. Con nostalgia, sonriendo.

    Esperando la tercera parte!!

    Ya te lo he dicho, pero ne encanta q hayas escogido este tema para volver, sensei!!!

    Un besazo, crack.

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  2. Muchas gracias R y me satisface que aprecies la peli y las entradas. Así es, un momento doloroso y triste pero del que no solemos ser conscientes cuando nos pasa, nos duele a posteriori o cuando lo vemos retratado y pensamos en ello, curiosamente. Cuando somos crios parece que tenemos prisa por crecer y tal y luego...

    Un beso.

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