lunes, 30 de septiembre de 2013

Crítica: ELEKTRA (2005)

ROB BOWMAN










Resulta que un día se hizo una adaptación de un cómic que no salió especialmente bien, no gustó en exceso y recibió un buen varapalo crítico y sobre todo de los fans del género. En esa adaptación salía un personaje, Elektra, que como superheroína era más bien discreta, ya que al poco de dedicarse a combatir a los malos moría a manos de uno… Es decir, además de todo no era la superheroína más brillante y competente que ha pasado por las pantallas.


Bueno, pues con este apasionante palmarés a alguien se le ocurrió hace un spin off del personaje…


Lo primero que se piensa, por tanto, al empezar a ver “Elektra” es en qué estarían pensando los responsables para hacer un spin off de una película que ya fue cuestionada y criticada y no resultó especialmente afortunada, "Daredevil" (Mark Steven Johnson, 2003). La única explicación es el reto de hacerla peor y, en un ámbito más ambicioso, lograr la cinta de superhéroes más aburrida y tediosa de la historia, la más absolutamente desesperante y, por extensión, una de las peores películas que se recuerden.


Una cosa que debemos reconocerle a “Elektra”, que coge su nombre de la tragedia griega (sería la versión femenina del mito de Edipo, así se la considera en psicología), es que se anticipó a la moda zombie, porque el personaje protagonista es casi un zombie, un muerto que vuelve a la vida, aunque afortunadamente bello, esbelto y vigoroso. Lo del vigor ya no es una extravagancia visto la evolución que van siguiendo los zombies, que algunos corren más que Usain Bolt y son más listos que los ratones coloraos. Aquí tenemos un zombie ninja vestido de rojo con un top que le favorece mucho y estiliza su estupenda figura.


Cámaras lentas, la lentitud lo inunda todo en la cinta, imágenes difuminadas y pretendidamente artísticas sin sentido, como si fuera un anuncio de papel celofán. Planos de modelo de anuncio de colonia, en plan, “mirad que guapa la saco”, un uso gratuito y esteticista de todo cuando está a disposición del director, sin sentido ni contenido, con una noción de la narración que brilla por su ausencia y un sentido del espectáculo asombrosamente nulo. Flashbacks sin ton ni son, un personaje protagonista disperso y difuso... una narración completamente gratuita.



La trama es liviana, Elektra “resucita” y se convierte en la asesina más competente, pero deberá encontrar su camino… además tendrá tiempo para alguna historia de amor perpetrada por una niña…

Infumable y aburridísima. La verdad es que poco más se puede decir de este lamentable bodrio hecho, en apariencia, para aburrir. ¿Hay algo destacable en la película? No. En serio, es increíble que esto se haya producido y nadie dijera en algún momento que pararan...





Cuando piensas que el aburrimiento está superando cotas que serían insoportables para un pez de pecera, el director piensa “es el momento adecuado para insertar un flashback recordatorio y a ser posible onírico… para aligerar”. Y lo hace… En algunos de estos flashback podemos ver a Terence Stamp. También saldrá en otros momentos que no son flashbacks...





En la primera secuencia, con cierta acción, tendremos planos tan originales como la caída de un vaso a cámara lenta y cómo se rompe al chocar en el suelo cuando Elektra dé buena cuenta del villano… Lo nunca visto.

Jennifer Garner es muy guapa y se muestra competente en las escenas de acción, algo que ya comprobamos en la serie “Alias”, lamentablemente el producto en el que se metió no puede ser peor. Nadará, saltará, peleará, pero todo poco vistoso y más soso que ver a Punset hacer un sudoku.

Garner se pasa la mayor parte de la película mirando con cara de misterio al horizonte sin que sepamos nunca por qué, porque nunca pasa nada. Me imagino al director, en una escena intrascendente, diciéndole, “vamos a hacer una escena importante, Jennifer. Sales del agua, te vistes y miras con cara de misterio al horizonte, ¿vale?” A la buena de Garner sólo le queda pensar que está ante un artista descomunal o ante un pirado, porque claro, cuando le pregunta “¿y qué hago en el agua? ¿Por qué miro así? ¿Hay algo que me amenaza?”, el buen hombre seguro la convenció con una respuesta tremendamente trascendente...



Es más divertido ver intentar salir un caracol de un lavabo que un visionado sobrio de esta película. Lo he comprobado, he dedicado 10 minutos a cada cosa y puedo asegurar que es mucho más interesante contemplar las apasionantes aventuras y el sacrificado esfuerzo del caracol que los sueños ninja protagonizados por Jennifer Garner, mucho más emocionante.

Por si fuera poco la película tendrá elementos fantásticos, es decir, que cuando le viene en gana sale por peteneras para dejarte haciendo el pino si sigues despierto. 


 

El director y su guionista parecen jugarse a los dados la forma de insertar las escenas, de repente Elektra se pondrá a nadar… excusa para meter un flashback donde la vemos de pequeña en una piscina aprendiendo a nadar junto a su padre… Eligiendo un episodio de su pasado, bastante intrascendente, como el 90 por ciento de lo que se cuenta, dentro de otro que no tiene relación con nada, su evasión nadadora. Cuando sale del agua en esta escena tenemos uno de esos mágicos momentos donde Garner mira reconcentrada al más allá…

Debido al trepidante ritmo con el que Bowman narra su película se hace necesaria una pausa… Así que empezará a desarrollar la historia de amor entre el padre de una niña vecina de Elektra y nuestra protagonista, de tal modo que no sabemos si estamos ante un drama romántico, una comedia romántica o un chiste romántico.




Las escenas de acción son vulgares, las coreografías tremendamente discretas y la tensión dramática tiene anemia, más o menos como el interés que suscita toda la historia. Eso sí, Elektra atrapará a mucha gente con un cuchillo o estrella ninja lanzados a una de sus mangas, es una de sus “superhabilidades”.

Que un director intente dormirte en las peleas y escenas de acción resulta una innovación innegable.


La fotografía de colores saturados es de un esteticismo absurdo, a veces parece que los personajes tienen problemas de hígado de lo amarillos que salen.

En la parte final aparecerá una supervillana del estilo de “Busco a Jacq’s” que parece salida de “Embrujadas”, capaz de dejar chuchurrías a las plantitas y las florecillas por el simple hecho de pasar su mano por ellas. Aquí comienza un desparrame alucinante de malos efectos especiales, donde hasta el más tonto hace relojes o te saca un superpoder de la manga. Esto es coherente, el director habrá pensado que si ha ido metiendo cosas sin ningún sentido en la trama, lo suyo es tirar la casa por la ventana en este aspecto. Todo ello con insufribles cámaras lentas, malos haciendo break dance y niñas inocentes que se convierten en terribles luchadoras. También podemos ver a un personaje que es como el Ryu de Street Fighter, que parece que han colocado ahí porque molaba.





 
El momento donde la villana le mete un morreo a Elektra es demencialmente delirante, aunque los chicos pueden hacer un esfuerzo por soportarlo…



La película se va desmadrando en la parte final, no se sabe si estás viendo una cinta de acción, “Entre fantasmas”, un cuento infantil… lo fantástico se apodera de todo sublimando lo gratuito de toda la historia, sin sentido y sin saber hacia dónde quiere dirigirse. Así el clímax final no es que sea decepcionante, es que resulta ridículo, una broma pesada con muchas telas mecidas al viento, flashes, juegos de colores y una tensión nula. Resulta imposible implicarte con nada de lo que les sucede a los personajes. Las ínfulas artísticas de Bowman resultan bochornosas.



La protagonista, como en “Catwoman” (Pitof, 2004), es el único aliciente, pero lo cierto es que consuela más bien poco, la película se hace insufrible pasados 10 minutos, o menos, de hecho “Catwoman” parece el colmo del virtuosismo al lado de ésta, al menos no pretende que el espectador medio y aficionado a los mainstream desee que le pongan un programa con la filmografía completa de Ingmar Bergman en su lugar.



Un bodrio absoluto de principio a fin, con ínfulas estéticas para rematarlo y que no sirve ni para reírse a gusto.




9 comentarios:

  1. malaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa como un dolor,de vergüenza ajena

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  2. Por lo menos te ríes leyendo el post:-) Muy mala pinta tiene... Gracias por el aviso. Cambiando de película, ya vi "Rebobine, por favor" de la que leí hace tiempo la entrada por aquí, y me gustó; me pareció una simpática declaración de amor al cine. Mejor plan que esta Elektra.
    Un abrazo,
    Patricia

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    1. Si al menos te has reído un rato bien aprovechado está. Qué cosita más mala!!! REBOBINE es encantadora, tiene un sentido del humor peculiar, pero si entras creo que se disfruta bastante.

      Un abrazo, Patricia.

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  3. Juajyajuajua!!
    Punset haciendo sudokus!! Juajuajua!!
    Una de esas q la actriz querrá desterrar de la faz de la tierra cdo tga dinero suficiente y algo más d caché.
    Pobretica!!

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    1. No me digas que eso no es soso jajaja. Es posible que lo intente, aunque yo la tengo en Dvd, por lo que no creo que lo logre jajaja

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  4. Hola Mr. S y cía.
    Recordaba que era mala, no recordaba que tanto. Me he reído un rato. En serio ¿peor que Catwoman? jajaja ese es el peor insulto que le podías dedicar.
    Por cierto, ¿alguna peli de superheroína buena? No se me ocurre, momento para la reflexión.

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    1. Jjajaja me alegro Pablo, al menos algo es algo. Peor, esto es soporífero y absurdo, pero te entretienes zurrándola. Buena pregunta, no me sale ninguna así de primeras, la que hizo Theron también se las traía, AEON FLUX...

      Un saludo

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  5. Me gusto mucho, es una pelicula entretenida con mucho misterio, ambientes y vestuario.

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