martes, 16 de abril de 2013

Crítica: CASABLANCA (1942) -Parte 2/6-

MICHAEL CURTIZ










El húngaro Michael Curtiz logró sostener y llevar a buen puerto un rodaje que era puro caos, y lo hizo sin dominar bien el inglés, que hablaba casi como los indios, pero con un carácter firme y exigente, autoritario y claro, por el que era famoso. Vamos, que se hacía entender. ¡Vaya si lo hacía!


En Michael Curtiz se pueden encontrar temas comunes o rasgos distintivos en muchas películas, como en casi cualquiera, pero tiene más que ver con que es lógico que cuando ruedas muchas películas determinados temas se repitan que con verdaderos signos autorales, temas y obsesiones recurrentes del director. Michael Curtiz es uno de los más brillantes artesanos que ha dado Hollywood, además de uno de los directores más prolíficos de la historia, llegó a rodar más de 165 películas, incluso entre 1930 y 1939 rodó 88, un récord absoluto en la Meca del Cine. Director importantísimo para la carrera de Bette Davis, con la que rodó su única cinta a color de los 30, “La vida privada de Elizabeth y Essex” (1939) y obras de la talla de “Veinte mil años en Sing Sing”, o Errol Flynn, al que convirtió en la principal estrella de Warner con obras de arte como “El capitán Blood” (1935); “La carga de la brigada ligera” (1936) o “Robin de los bosques” (1938). De hecho tras “Casablanca”, Bogart se convirtió en la estrella más taquillera de Warner, así que Curtiz también fue importante en su carrera… y en la de Ingrid Bergman. Mitos y leyendas de Hollywood lograron su único Oscar en cintas suyas, como Joan Crawford con la excepcional “Alma en suplicio” (1945) o James Cagney con “Yanqui Dandy” (1942), este último además estuvo nominado por otra joya de Curtiz, “Ángeles con caras sucias” (1938).





Michael Curtiz se manejó en todos los géneros, en los que tiene variadas y numerosas obras maestras, joyas indiscutibles, éxitos tremendos o notables títulos… La lista es extraordinaria y merece la pena recorrer algunos de estos títulos, como el extraordinario drama carcelario “Veinte mil años en Sing Sing” (1932), con Spencer Tracy y Bette Davis, nada más y nada menos; clásicos indiscutibles e imperecederos del cine de aventuras, quizá donde más a gusto se encontraba, como “El capitán Blood” (1935), “Robin de los bosques” (1938), “El halcón del mar” (1940); otras aventureras sin Errol Flynn como “El lobo de mar” (1940); películas menos conocidas dentro del drama y el cine negro como “Kid Galahad” (1937), con Bette Davis y Edward G. Robinson, otra de puro cine negro como “Sin sombra de sospecha” (1947); obras maestras ejemplares del cine negro como “Ángeles con caras sucias” (1938), “Alma en suplicio” (1945), joya que le dio el Oscar a Joan Crawford y era un melodrama que tornó en cinta negra al incluirse un crimen en la misma, acertadamente; interesantes westerns con Errol Flynn y Olivia de Havilland, eterna pareja, como “Dodge, ciudad sin ley” (1939) u otros tan interesantes como la que fue su última película, “Los comancheros”, un excelente título con John Wayne como protagonista y donde sólo falla lo que mejor se le daba al director, algunas escenas de acción; otras aventureras con la imprescindible pareja Flynn-Havilland como “La carga de la brigada ligera” (1936); películas más discretas pero que no dejan indiferente por su cuestionable moral como “Camino de Santa Fe” (1940); comedias musicales como “Yanqui Dandy” (1942), que le dio el Oscar a James Cagney; interesantes cintas bélico-aventureras como “Pasaje a Marsella” (1944); dramas musicales, con Cary Grant interpretando a Cole Porter como en “Noche y día” (1946), o con Kirk Douglas en “El trompetista” (1950); comedias simpáticas como “Vivir con papá” (1947) o “No somos ángeles” (1955), con Humphrey Bogart; dramas como “Flamingo Road” (1949) que intentó extender el éxito de “Alma en suplicio” repitiendo equipo, ya que la cosa fue perfecta en todos los sentidos, aunque esta cinta es inferior a la mencionada; biopics como la mencionada “Noche y día”,  El hombre de bronce” (1951), que inmortaliza a Jim Thorpe, un portento americano del deporte, protagonizada por Burt Lancaster o “Francisco de Asís” (1961); remakes como “El cantor de Jazz” (1952), cinta que fue en 1927 la primera película sonora de la historia; históricas como “Sinuhé, el egipcio” (1954), que adapta la novela de Mika Waltari… Además otras cintas más correctitas en variados géneros como la ciencia ficción, “Los muertos andan” (1936) o el terror “Los crímenes del museo” (1933)…


¡Casi nada!




Sobre el estilo de Curtiz ya he comentado que encontrar temas y obsesiones habituales no es lo más interesante o reseñable, era un artesano puro y talentoso que se enfrentaba a todo tipo de historias sin problema alguno, si bien es cierto que los protagonistas de sus cintas más representativas, sus obras maestras, siempre son idealistas que luchan contra causas perdidas o la injusticia, por complicado que ello sea, es lo que une al Rick de “Casablanca” y al Robin de “Robin de los bosques”. Por el contrario sí debo comentar algunos de sus rasgos estilísticos, reconocibles en sus películas, el virtuosismo con la cámara, con movimientos de la misma complejos, agiles, fluidos, que dan el dinamismo y trepidante ritmo que tienen sus obras, siempre entretenidas. Un brillante ritmo narrativo que es común a los clásicos, pero que en Curtiz tiene especial relevancia, su manejo de la cámara en lo estético va ligado y en paralelo con lo narrado. Dinamismo, fluidez, agilidad… todo manteniendo su estilo plenamente clásico.



Otro de sus rasgos más destacados lo tenemos con el dominio y manejo de la iluminación, mamó del expresionismo alemán desde sus mismos inicios, y usaba la luz o las sombras a la perfección y con complejo sentido narrativo, virtuoso en forma y fondo. Siempre veremos alguna sombra en sus cintas representativas que será simbólica o reseñable, recordar el duelo a espada en “Robin de los bosques” o aquí al propio Rick al sacar dinero de la caja fuerte en “Casablanca”, por poner algún ejemplo.

Casablanca. De cínicos e idealistas.

Max Steiner inicia el placer con notas de toques exóticos, como corresponde al mundo que vamos a ver recreado, para romper con La Marsellesa, una de las melodías claves de la cinta y que junto al “As time goes by” el músico buscó que fueran la columna vertebral de la banda sonora.

Casablanca, lugar estratégico y neutral para escapar de la ocupación alemana. Lisboa era la antesala hacia América.

“…pero los otros esperaban en Casablanca. Esperaban, esperaban, esperaban…”.



La primera escena de la película, con las detenciones a todo sospechoso debido a un atentado a correos alemanes y el robo de unos documentos, sirve de perfecta excusa para mostrar el exótico ambiente de Casablanca, aunque no se corresponda con el real. Sus mercados, sus calles, sus edificios, sus lugareños, los pícaros ladrones y su situación de tensa calma y espera que estalla en ocasiones, como veremos. Curtiz mostrará la eficiencia de la policía con un ágil montaje, una gran puesta en escena, trepidante, con actores y demás elementos moviéndose con fluidez por los encuadres, panorámicas y sucesión de preocupados primeros planos que crean la tensión y clima adecuados. La escena concluirá con un detalle que recalca la carga política y la situación que se vive en Casablanca. Una muerte ante el retrato de Philippe Pétain, Jefe de Estado de la Francia ocupada, colaboracionista de la Alemania nazi. El régimen de Vichy. Además tendremos un plano corto del retrato del general. 



Je tiens mes promesses. Meme celles des autres”.

La primera aparición del avión nos dejara la soñadora mirada de los que esperan, como si de una deidad se trata, la única vía de escape. La ironía es que ese avión que observan en concreto lleva como pasajero a uno de los muchos causantes de su situación, el mayor alemán Heinrich Strasser (Conrad Veidt). Esto se nos mostrará mediante un travelling por los fascinados y esperanzados rostros de los presentes. Entre ellos veremos a una joven pareja que ya vimos de pasada cuando se producían las detenciones, ella verbalizará su sueño. La forma en la que Curtiz hace evolucionar esta historia secundaria de la pareja búlgara es absolutamente magistral. Apariciones sucesivas en segundo plano que tendrá una conclusión fascinante y emotiva con Rick como protagonista. También veremos la presentación del “Rick’s Café Americain”, ahora inactivo y de secundaria presencia al paso del avión.





Uno de los mejores personajes secundarios que ha dado el cine tendrá su presentación en la siguiente escena. El Capitán Renault (Claude Rains), prefecto de policía, al que se mencionó antes en la cinta. La ironía, el cinismo, el humor… es uno de los puntos fuertes de “Casablanca”, y esto, junto a la hipocresía, parte de la esencia de la vida en ese neutral lugar. Así veremos a Renault y su falta de escrúpulos, su colaboracionismo y amabilidad con Strasser, al servil y arrastrado capitán italiano y las continuas discusiones entre este último y el ayudante de Renault… Guiños irónicos constantes.

“¿O tal vez no se refiera al clima, capitán?”

Renault pronunciará la frase “Todo el mundo va a Rick’s”, como homenaje a la obra teatral ”Everybody comes to Rick’s”, no estrenada, que sirvió de inicio e inspiración a la película.

Rick’s Café Americain.



La presentación del Café de Rick es absolutamente memorable, una de esas cosas que hacen imposible olvidar esta película. Una grúa presentando la fachada bañada por un foco y el luminoso, una puerta que se abre, como invitándonos, sugerente, a entrar, como así haremos montados en la cámara de Curtiz con un travelling maravilloso que nos muestra un mundo de magia, embriagador. Otro travelling nos acompañará para mostrar los encantos que alberga el Café, su sublime ambiente, elegante. Todo hipnotiza. El sonido de las copas, el susurro de las conversaciones, el elegante vestuario y estilo de todo lo que vemos, el humo de los cigarros que lo hace casi onírico, la iluminación y las sombras reflejadas en las paredes… Sam (Dooley Wilson) y su piano. Es como si Michael Curtiz y sus responsables en el fondo supieran que una vez que entremos por sus puertas el Rick’s Café jamás saldrá de nosotros.





Sueños rotos, decepciones, esperanzas, trapicheos, conspiraciones, compraventas, multitud de nacionalidades… Todo en Rick’s. Se nos irán presentando a los personajes secundarios, los camareros Sascha (Leonid Kinskey) y Carl (S.Z. Sakall), la enamorada Yvonne (Madeleine Lebeau), el casino... Como ocurrió con Renault se mencionará a Rick antes de que nos lo presenten, otro de esos sutiles detalles maestros de la cinta, que crean expectación y aumenta el carisma de los personajes. Rick no bebe con clientes.



Si algo denota el talento de Michael Curtiz y su ejemplar dirección es lo bien mostrado que está ese Café, cualquiera de nosotros podría elegir la mesa que más le guste y saber perfectamente dónde está y dónde quiere estar.


Presentando a Rick.

Momentos como la presentación de Rick (el inconmensurable Humphrey Bogart), son los que diferencian el cine clásico en general y la maestría de esta cinta en particular de lo que se hace ahora. 





Si deslumbrante es la presentación del Rick’s Café igual o más sublime aún es la de Rick. Su mano, su firma en un cheque, un peón y un tablero de ajedrez, un cigarro y una pequeña panorámica siguiéndolo para mostrar su curtido rostro y su impoluto traje blanco. No se puede hacer mejor. Las presentaciones de los protagonistas de las cintas clásicas son pura magia y sabiduría cinematográfica… pero ahí no queda la cosa.





Es interesante que veamos a Rick jugando al ajedrez en su presentación, el eco que supone su manejo final de piezas como si de una partida se tratara es otro detalle magistral. Un personaje tan apasionado como cerebral.

Su físico es importante para describir a uno de los grandes mitos del celuloide, Rick Blaine, pero su actitud acabará de definirlo verdaderamente. Lo veremos aceptar o rechazar clientes para el casino con gestos firmes y sobrios, rechazará a un banquero, nada menos, pero aceptará a otros. Su conversación y actitud con Ugarte (Peter Lorre), otro imprescindible personaje que en su breve aparición y pocas frases se graba en la cabeza de todo cinéfilo, es el remate de esta descripción. Sobre Lorre decir que su aire de tortuga sibilina, vulnerable y retorcida hacen de él uno de los grandes secundarios del cine.




Llegados a esta parte es evidente que los secundarios son otro de los ingredientes básicos para la grandeza de “Casablanca”… y los diálogos, ¡qué diálogos!

-Ugarte: Rick, le hablaste a ese banquero como si toda tu vida hubieses dominado la banca.

-Rick: ¿Y por qué sabes que no fue así?


-Ugarte: La verdad es que eres muy cínico, si me permites que te lo diga.

-Rick: Te lo permito.


-Ugarte: Me desprecias, ¿verdad, Rick?

-Rick: Si llegara a pensar en ti, probablemente sí.

Ugarte introducirá en la narración el principal macguffin de la misma, los salvoconductos robados a los correos alemanes que se mencionaron antes. Los tiene él, son salvoconductos que no pueden ser rescindidos ni investigados. Quiere que Rick se los guarde por unas horas. El aparentemente inofensivo Ugarte parece ser el asesino de los correos.




Tienes razón Ugarte. Sí que estoy un poco impresionado”.

El talento de los diálogos es exagerado, repletos de sugerencias y segundas intenciones, irónicos, ingeniosos y brillantes sin necesidad de ser explícitos. Verdadero talento en el texto de los hermanos Epstein.

Mientras Sam nos canta otra canción Rick guardará los salvoconductos en su piano. Todo con un hábil juego de luces con un foco. El piano, por tanto, se convierte en un objeto imprescindible, importante narrativamente. Sera el lugar habitual donde veremos a Sam, sus melodías nos llevarán a descubrir el pasado doloroso de Rick, definirán la nostalgia a través de las notas de “As time goes by” y servirán como escondite…


Ferrari, el dueño de “El Loro Azul”, la competencia del Rick’s Café, se pasará para disfrutar de la música de Sam e intentar contratarlo. Uno de los rasgos distintivos de Sam, y de todos los empleados que tiene Rick, será la fidelidad. No se irá ni por más dinero.

-Yvonne: ¿Dónde estuviste anoche?

-Rick: ¿Anoche? No tengo la menor idea.

-Yvonne: ¿Y qué harás esta noche?

-Rick: No hago planes por anticipado.



Rick y su dureza, su pose casi despectiva con las mujeres, sobrado, cínico, irónico… un dominio total y absoluto de la situación.


Otro de los aspectos imperecederos y geniales de “Casablanca” es el juego, uso y partido que se le saca a las miradas. Lo dicen todo, más incluso que los diálogos. La entrada de Ferrari y su intercambio de miradas con Rick es un pequeño ejemplo, la tensión en el rostro de Rick, expectante y vigilante, al guardar los salvoconductos en el piano, otro más.


Yvonne, te quiero, pero él me paga”.



Más ejemplos de sutiles diálogos donde se dice todo sin necesidad de ser explícito, cuando Rick le dice a Sascha que vuelva enseguida de su misión de llevar a Yvonne a su casa. 



Curtiz jugará, como a él le gusta, con la iluminación, un ejemplo lo tenemos en ese foco que se mece por la fachada del Rick’s Café. Cuando Rick salga con Yvonne la puerta se iluminará brevemente por el paso del foco. Además se resalta el estado de vigilancia constante, hay toque de queda, existente en Casablanca.

Es increíble el modo que tiene de despreciar mujeres”.

Muy pocos hombres han fumado en el cine como lo hace Bogart. Nadie, de hecho, aunque muchos lo han imitado.

Es usted muy democrático…con las mujeres.”

Curtiz maneja el segundo plano con historias secundarias de forma ejemplar, he comentado, y me extenderé luego, la historia de la pareja búlgara como ejemplo, pero las discusiones entre el francés y el italiano también tendrán sus momentos. Cuando Rick entre con Renault dentro del Café y los sigamos con un travelling volveremos a ver a la discutidora pareja de nuevo.

La primera conversación entre Rick y Renault es una auténtica gozada de diálogos geniales y gozoso sabor cinematográfico de primer nivel. En esta escena veremos a Rick mirar con deseo un nuevo avión que despega hacia Lisboa, en un claro eco a las miradas que vimos en la primera secuencia con el manifestado deseo de la parejita de jóvenes búlgaros.


“¿Robó los fondos de una iglesia o se escapó con la esposa de un senador? Quisiera creer que mató a un hombre. Soy un romántico”.

-Rick: Vine a Casablanca a tomar las aguas.

-Renault: ¿Qué aguas, qué aguas? ¿Las del desierto?

-Rick: Bueno, me informaron mal.

Un perfecto ejemplo del uso de las sombras y la iluminación con significación por parte de Michel Curtiz, algo que dominaba y usaba habitualmente, lo tenemos en la escena donde Rick nos enseña su despacho y se dispone a sacar dinero para compensar las ganancias de un cliente en el casino ante su avergonzado crupier. En ese momento y justo cuando Renault mencione al mayor alemán Strasser, veremos la nítida sombra de Rick sacando el dinero, como un presagio de desgracia, algo que tendrá sentido al final de la cinta. Esencia expresionista. Esto adquiere más sentido cuando justo después Curtiz no tenga problema en ampliar el encuadre y veamos la caja y a Rick, ya no sólo su sombra, en el despacho para mantener otra conversación. Curtiz podría haber planificado la escena así desde un principio, pero jugar con las sombras da un mayor sabor y profundidad en todos los sentidos, visual, dramático y como presagio en la trama.




En esta conversación Curtiz y sus guionistas volverán a repetir metodología, se vuelve a mencionar a los personajes que poco después se nos presentarán visualmente, y se nos vuelve a crear un aura mítica, tanto de Laszlo, un héroe que amarga a los nazis, como de Ilsa, de belleza incomparable. Magistral trabajo de guión en un uso que ya comenté cuando hablamos de Rick o Renault. Rick se impresionará con la mención de la llegada de Laszlo, no es fácil impresionar a Rick, que pasa de todo… aparentemente. Laszlo representa lo que un día fue o quiso llegar a ser, Rick no es del todo indiferente a ello, no puede serlo. Todo es coraza.




-Rick: Él ha conseguido impresionar a medio mundo.

-Renault: Es mi deber tratar de impedir que impresione al otro medio.

En cambio las mujeres parecen impresionar poco a Rick. Así lo demuestra con el comentario hacia la, supuestamente, bella acompañante de Laszlo, en el sentido de que no cree que le cueste al héroe de la Resistencia abandonar a una dama. La poco disimulada misoginia de Rick. Despectivo, como le vimos con Yvonne. Es grata la ironía, absolutamente magistral durante todo el relato y en todo sentido, de ver a un inconsciente Rick hablar de Ilsa de esa forma, especialmente una vez se conoce la película, sabiendo como sabemos o sabremos, lo importante que es y ha sido esa mujer en su vida, para él. Ironía interna del relato. Perfecta.




Dejémoslo en 10. Soy un oficial corrupto pero pobre”.

Renault tiene calado a Rick, le podrá como ejemplo de su romanticismo sus luchas antes de llegar a Casablanca, un idealista. Rifles a Etiopía, la lucha, comentario censurado aquí en España en su día, con el bando Republicano…

Porque creo que bajo su apariencia de hombre cínico es usted un sentimental".

Una de las relaciones entre personajes que más me gustan de toda la cinta, tremendamente virtuosa y compleja en este sentido, es la de Rick y Renault, dos personajes tremendamente parecidos, cínicos pero románticos en el fondo, más iguales de lo que creen, aunque Renault parece intuirlo de alguna forma. De ahí que nos creamos que esa “hermosa amistad” final llegará a buen puerto. Otro elemento sobresaliente de un guión magnífico.

8 comentarios:

  1. Fantástico trabajo, pleno de acierto y minuciosidad. El conjunto de las seis partes apunta a conformar toda una monografía sobre la película. ¿Enhorabuena!

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    1. Muchas gracias mi admirado Cinéfilo Secreto, a ver que tal queda todo el conjunto. Un abrazo fuerte.

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  2. MrSambo, leer tus comentarios sobre Casablanca hace que aumente mi ya altísimo aprecio por la película. Ciertamente, una obra de arte. Si tuviera que seleccionar sólo diez películas, Casablanca estaría en esa lista. Y si tuviera que elegir sólo una ..., también.

    Una vez más, enhorabuena por la bitácora.

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    1. Muchas gracias FGLurker, creo que me para como a ti jajaja. Espero que te siga gustando lo que falta, que todavía queda.

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  3. Un magnífico trabajo MrSambo, aunque hay algo que no me acaba de cuadrar.
    Cuando dices:
    Director importantísimo para la carrera de Bette Davis, con la que rodó su única cinta a color de los 30, “La vida privada de Elizabeth y Essex” (1939)

    Podría equivocarme, pero creo que esa película es en blanco y negro.

    Por cierto, después del repaso que has dado aquí a la carrera de Curtiz, con las películas de Errol Flynn/Olivia De Haviland, me asalta la duda ¿por qué no hizo Michael Curtiz "Murieron con las botas puestas"? ¿No sería precisamente por culpa de Casablanca? porque son de la misma época más o menos ¿no?

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    1. Muy buenas Anónimo, muchas gracias por tus palabras. Hasta donde recuerdo y por lo documentado es a color la cinta que comento de Bette Davis. Se rodó así gracias a una ampliación de presupuesto de Warner. Technicolor.

      Bien pudo hacerla Curtiz, pero Walsh no es moco de pavo, uno de los más grandes. Fue del año anterior, 1941, y el género le iba muy bien. No vamos a quejarnos las dos quedaron genial, independientemente del rigor histórico de la de Walsh jejeje.

      Un abrazo y gracias por participar.

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  4. Pues si es en color, será que me he equivocado por culpa del libro "Este rodaje es la guerra",que sólo saca fotos en blanco y negro. En cuanto a Murieron con las botas puestas, no digo que no me guste (pese al nulo rigr histórico que has indicado)sólo que hubiera estado bien que Michael Curtiz hubiera hecho un pleno :)

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    1. Jajaja es posible, tú hazme caso. Eso sí, un buen pleno sería además. Como película es estupenda, ciertamente, aunque claro... tenga poco que ver con la realidad.

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