martes, 23 de abril de 2013

Crítica: LARS Y UNA CHICA DE VERDAD (2007)

CRAIG GILLESPIE











Cinta independiente sobre la vida de un chico extremadamente tímido, acomplejado y sensible con problemas para relacionarse, que vive al lado de su hermano y la esposa de éste en un pequeño pueblo. Para sorpresa de todos Lars le cuenta a su hermano y cuñada que tiene novia, Bianca, y que quiere presentársela, lo que ilusiona a sus familiares. A partir de aquí la vida del protagonista dará un vuelco. 





Lars (Ryan Gosling) es un chico acomplejado, no es capaz de mantener una relación normal con su entorno, es solitario, sensible y muy amable. Le duele, literalmente hablando, el contacto físico y todo viene de su infancia, de criarse sin madre y estar con un padre poco comunicativo y cariñoso y se intuye que muerto recientemente. Está atrapado mentalmente en la infancia. Tiene un trabajo en el que es competente, la gente le tiene aprecio y le ven como un chico reservado y tímido, pero él es incapaz de acercarse a ellos de forma más íntima. Su cuñada, que siempre está preocupada por él, nota un cambio, un mayor aislamiento paulatino, e intenta llegarle de diversas maneras, mientras que su hermano piensa que no le ocurre nada. 



Si bien Lars parece no tener muy en cuenta lo que le dicen o incluso no escuchar mucho lo que le recomiendan, toma nota de todo y lo valora. Producto de dos comentarios casuales de una mujer y un compañero de trabajo decide comprar una muñeca que viene a cubrir diversas carencias que siente y tiene. 

Lars se va sumiendo en la soledad, sus compañeros bromean con él, es uno más, pero no está cómodo con ellos y se aísla poco a poco. La vida con su padre no debió ser fácil ya que no quería a nadie cerca y ese ambiente sin afecto le creo esos complejos, esa dificultad para relacionarse aunque quiera hacerlo. Solo tiene la incapacidad.





Este caldo de cultivo, esa incapacidad pero a la vez necesidad de expresarse, acaba manifestándose con la compra de Bianca, una muñeca que Lars usa para comunicarse con su entorno. Esa evasión de la realidad, esa búsqueda de la normalidad a través de la ilusión que crea con su relación con Bianca, irá logrando que Lars vaya abriéndose al resto. Lars presenta a su novia artificial y la trata como si fuera real, esto crea sorpresa y extrañeza pero al final todo el mundo asume la nueva situación, el pueblo entero participa de la fantasía que Lars se ha creado, aunque su hermano es el que muestra más reticencias. 



Lars, a pesar de su timidez, empieza a relacionarse de manera más natural con su entorno, en ocasiones se muestra avergonzado o incómodo, pero la simple mirada o interactuación con Bianca le insufla de confianza y seguridad. Si bien es cierto que en el pueblo al principio todos se extrañan de la fantasía de Lars, pronto asumen su papel. En este sentido es reveladora la conversación en una de las reuniones que tienen los del pueblo, donde una de las mujeres que más cariño tiene a Lars hace ver al resto que todos tiene sus fantasías y sus rarezas y que todos en algún momento canalizamos, transmitimos o trasladamos en ellas nuestro propio ser, características, sentimientos o necesidades personales. También son muy llamativos momentos como los de las bromas entre Margo (Kelli Garner) y el compañero de trabajo de Lars, uno un fanático de las figuras de acción y la otra que se muestra muy afectada por la "muerte" de su osito, lo que da más sentido a lo comentado anteriormente.





Cuando el pueblo asume en su totalidad que todos en el fondo usan la fantasía para evadirse o para ayudarse aceptan a Bianca como uno más, entienden que la realidad no existe. Todos en el pueblo ayudan en su fantasía a Lars, quedan con Bianca, la visten, la peinan, la dan trabajo... sin que Lars esté con ella. Aunque la fantasía de Lars sea más vinculante, aunque intervenga en la vida misma o sustituya partes de ella, en esencia es algo inherente al ser humano y eso lo entiende el pueblo que la acepta de forma absoluta, porque entienden que también es parte de ellos mismos.




La importancia de la fantasía, de los sueños, de lo imaginado, entender que esto es tan real como lo que llamamos realidad, que esa palabra carece de significado, tema que he tratado en otras críticas, es algo esencial en nosotros y totalmente necesario; sin eso no seriamos nada, simplemente, y en esta película tenemos una muestra más de ello, (la referencia al Quijote es otro ejemplo que apoya esta idea). 



Lars poco a poco se va integrado, siente que puede comunicarse al ver como su mecanismo de expresión es aceptado, como a través de Bianca la gente le responde con cariño, ve como ese mecanismo es recíproco, que él se expresa pero el resto se expresa también a través de él. Por ello, poco a poco, expresa emociones más fuertes, se enfada, muestra celos, y esas expresiones más fuertes son el primer paso hacia su liberación. Esas reacciones muestran un vínculo más fuerte con su entorno, el hecho de discutir con Bianca al ver que ella hace otras cosas es la prueba de que empieza a aceptar más a su entorno. Donde antes rechazaba a su entorno y solo aceptaba a Bianca, ahora es capaz de cuestionarla. La va alejando voluntaria e inconscientemente de su lado.





Un punto de inflexión en este sentido viene dado por la discusión que tiene con su cuñada cuando le hace ver que todo lo que hacen por Bianca es por amor hacia él. A partir de ahí su progresión de acelera, conforme siente más celos de Margo (que siempre le gustó y de la que desde el principio está enamorado), los transmite hacia Bianca por sus múltiples actividades que hace con gente del pueblo. Después de la pelea con su cuñada empieza a mostrarse más activo, habla con su hermano y decide ser él mismo quien vista y desvista a Bianca, lo que se traduce también en mostrarse más activo con Margo, con la que tiene un primer acercamiento aunque no se atreva a nada, incluso admite contacto físico con el chico con el que ella está saliendo en esos momentos (un apretón de manos). 



Todo esto va encaminando a Lars hacia la creación de problemas con Bianca, (un rechazo a la petición de boda, un empeoramiento de la enfermedad), lo que va desvinculando a Lars de esa ilusión y vinculándolo con la ilusión de su entorno, como ya mencioné antes (acepta una invitación con Margo, ellos dos solos, a la vez que "salva" a su osito de peluche). Pero el paso definitivo no está dado. Para romper el vínculo de Bianca ésta debe morir, liberar a Lars por fin de todo, dar fin a la catarsis que le haga renacer de alguna forma. Cuando esto se produce, evidentemente, él queda preparado para dar el paso definitivo con total seguridad, y ese no es otro que la propuesta de dar un paseo a Margo en la preciosa escena final. Sale de esa infancia en la que estaba sumido, llega a la madurez al fin. 





El personaje del hermano, Gus (Paul Schneider), también es interesante, es el que peor lleva el tema de Bianca, se niega a aceptarlo y todo es producto de su sentimiento de culpa. Gus siente que lo que le pasa a Lars es culpa suya, que lo dejó abandonado con su padre, que el huyó y lo dejó vendido a su suerte, así se sincera con su mujer y con el propio Lars. Por este motivo no quiere aceptar que su hermano lo esté pasando mal y prefiere engañarse, primero no reconociendo que le pase algo y contradiciendo a su esposa, diciéndole que Lars está bien, y luego achacando el comportamiento de Lars al hecho de que éste está loco y lo mejor es encerrarle. Una vez que admite su culpa, que se libera de ese sentimiento y se redime, acepta a Bianca totalmente, algo que se escenifica en la escena, muy bonita también, en la que abre la puerta de la habitación de Bianca para ver si "duerme".












Con respecto a Margo, Lars siempre ha sentido algo por ella, siempre ha sabido que estaba enamorado de ella, pero tenía que alejarse porque no era capaz de dar ni de recibir nada en ese sentido, ella es el motivo, o al menos uno de ellos, de la necesidad de Bianca. Lars no solo está enamorado de Margo desde el comienzo, sino que es plenamente consciente de lo que Margo siente por él. Un estimulo más para contar con Bianca




El último personaje importante, Karin (Emily Mortimer), la mujer de su hermano, es el personaje bisagra, la que más claro tiene los sentimientos de Lars y la que le lanza o estimula en la mayoría de ocasiones, seguramente la que mejor lo entiende pero se muestra impotente al no saber cómo hacerle llegar todo eso a él. Cuando logra conseguirlo, cuando aprende a llegar a él, será la principal artífice de que todo el pueblo se una en su cruzada de apoyo a Lars. Lars es el hijo que aún no ha tenido y su renacimiento es, sin duda, un anticipo a su propio parto. 



Todos los actores están muy bien en cada uno de sus papeles, desde Emily Mortimer a Paul Schneider, pero la mención especial debe ser para Ryan Gosling, como Lars, sin ninguna duda. La película es preciosa y sólo cabria achacarle un exceso de ingenuidad en ocasiones y sobre todo un exceso de "subrayados", es demasiado explicativa, demasiado explícita o evidente en muchos momentos, peca de redundante. En cualquier caso una comedia que es aire fresco y que habla de cosas de verdad.


4 comentarios:

  1. Hola Mr.Sambo! Qué bueno encontrar " Lars y una chica de verdad" por aquí. Al principio, antes de verla, pensé que sería una comedia de domingo-por-la-tarde-y-lunes-a-trabajar, y no, resulta que esa comunidad en la que también vive Lars, guardaba una buena historia :-) Tienes razón, eso a lo que a veces para sentirnos seguros denominamos "realidad" abarca taaanto como personas pululamos por este blog.
    Un abrazo y un placer leerte,
    Patricia

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    1. Un placer leerte a ti Patricia. Yo también pensé que sería otra cosa viendo el argumento jajaja. La realidad, esa cosa sin contenido...

      Un abrazo fuerte.

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