jueves, 20 de septiembre de 2012

Crítica: TOY STORY 3 (2010) -Última Parte-

LEE UNKRICH














Desde la escena de la incineradora se hace muy difícil contener las lágrimas, al menos en mi caso. Ver a esos pobres juguetes, que sólo se tienen a sí mismos, abandonados a su suerte, dándose la mano para morir solos y casi olvidados, pero juntos, me conmueve enormemente… y desde ahí la catarata es incontenible hasta el final.

Una maravillosa forma de mostrar su desamparo.

En esta última aventura Barbie y Ken se quedarán fuera, ellos no son juguetes de Andy. Un golpe devolverá a Buzz su verdadera personalidad.

El recurso del "Deux ex machina" será socorrido en muchos momentos, en la escena de la incineradora llegará a su punto álgido. Un "Deux ex machina" casi literal, una luz cenital, casi divina, y nuestros marcianitos como dioses con su ¡Gaaaanchooooooooo! Reminiscencias griegas poco disimuladas. Desde luego el director nos dejó, nada más llegar al vertedero, su propio gancho al separar a los marcianitos, que se quedaron fascinados con su “gancho” y se lanzaron en su búsqueda, de nuestros amigos.

Este salvamento casi mágico entronca con el mismo inicio de la película en esa fusión de la mentalidad infantil con la mentalidad de los propios realizadores, salvados in extremis, como en toda gran aventura infantil que se precie, de la forma más asombrosa y, por qué no, ilógica. Es la magia de “Toy Story”.

Desde luego como fábula moral que también es, Lotso recibirá su merecido, un cruel merecido, por cierto.


















Buzz, no es una despedida.”

Una habitación solitaria, el llanto de una madre que ve como su niño se aleja, la separación, la sensación de alejarse de las raíces, dejar atrás lo vivido, la niñez, del mismo modo que Woody dejará atrás con la mirada a Andy, en la foto que guarda en la caja donde está, para depositarla en sus compañeros juguetes… ese dolor, esa nostalgia, en una parte final profundamente conmovedora.


Madre:Me gustaría tenerte siempre conmigo.”

Andy: “Y me tendrás, mamá.”

Nuestro protagonista, Woody, tras su epopeya, que además es un viaje de madurez y reflexión, tras su paso por incineradoras y aventuras en camaradería, rectificará.



Andy tomará la decisión de donarlos y es allí donde el chico homenajeará a sus compañeros de juego de su infancia, de años compartidos y risas continuas, uno a uno. Aquí es divertido observar el contraste de personalidades de los personajes con respecto a cómo los imagina Andy. En especial la de Rex, el dinosaurio.

Andy verá jugar a la pequeña Bonnie y su sonrisa delatará la identificación que siente hacia ella, la misma que debemos sentir todos al recordar aquellos momentos de juegos.




Jessie.
 
Perdigón.

Rex.

Señor Patata.

Señora Patata.

Slinky.

Jam.

Los marcianitos del Pizza Planet.

Buzz Lightyear.

Y Woody.

Ahora tienes que prometerme que cuidarás de ellos. Para mí son muy importantes.”

Andy se sorprenderá al ver a Woody en la caja, era su último agarre, se negaba a ceder en eso, el fetiche que necesitaba para conservar algo de su niñez, pero ese niño lo llevará dentro.

Son encantadores los gestos de Bonnie, por ejemplo su timidez al acercarse a Andy para ver los juguetes que quiere regalarle.

Es Woody. Mi amigo desde hace tanto que ni me acuerdo. Es valiente, como debe ser un vaquero. Es bueno, inteligente, pero lo que le hace especial es que no defrauda a nadie. Nunca. Él siempre estará a tu lado, pase lo que pase. ¿Podrás cuidarlo por mí?”



El doloroso y a la vez satisfactorio relevo de unas manos a otras del bueno de Woody. Y para concluir el homenaje un último juego con todos ellos, satisfechos de volver a sentirse importantes y útiles. Un día de juego intenso y profundamente disfrutado por Andy y sus muñecos.


La sensibilidad exquisita y que se expande a raudales por la pantalla en esa despedida de Andy saludando con la mano a Bonnie y que ésta devuelve y añade la de Woody, en la despedida definitiva. Algo que conmueve al propio Andy. El alma de los juguetes.

-Andy: “Gracias chicos

-Woody: “Hasta siempre compañero

Esa añoranza que produce el paso a la madurez me recuerda a “Beautiful girls” (Ted Demme, 1996), la misma nostalgia crepuscular. Una añoranza plasmada en las últimas miradas de Andy y de Woody.










Un plano aéreo cierra este clímax emotivo pero el director, Unkrich, tiene a bien matizar la intensidad dramática de esos momentos y nos regala un epílogo que sirve como contraste para rebajar la tensión, la intensidad emocional, con un orgasmo de felicidad donde vemos disfrutar a todos nuestros amigos. En Sunnyside veremos a Ken y Barbie; a los villanos de la 2ª parte de la saga; a los soldaditos desertores, que reaparecerán en la, ahora feliz, guardería; al Teléfono con ruedas herido, ahora sano y feliz… Incluso tendrán correspondencia con nuestros amigos en la casa de Bonnie, que también están tremendamente felices. El brillante humor que inunda la película continúa en estado de gracia, así tendremos bromas realmente simpáticas y acertadas con respecto a la letra de Ken, por ejemplo, o con esa especie de orgasmo de videojuego entre Trixie, la dinosaurio de Bonnie, y Rex, el dinosaurio de Andy. Totoro estará muy presente en su silencioso y sonriente observar, y hablando de sonrisas veremos a “Sonrisitas”... volver a sonreír. Púas demostrará sus dotes de actor exhibiéndose.


Salen  todos con algún momento genial. Ken tomando el sol…

“¿Por qué seré tan paticorto?”

El homenaje de la propia Bonnie a sus juguetes, todos ellos pintados en el “mural del honor”.

Romeo y Julieta”, “Cats”, “Hamlet”. El baile flamenquito de “Hay un amigo en mí”, con Buzz y Jessie.

También oiremos “Cuando estamos juntos”. El eternamente oscarizado compositor Randy Newman haciéndonos disfrutar con sus canciones. 

Cine de acción, de aventuras, thriller de suspense, psicológico, carcelario, drama, comedia, terror, western, ciencia ficción, militar, de gangsters… y todo como sin querer. 

En el final volvemos a tener la idea de la "muerte" de la infancia, de la inocencia, como en “E. T. El extraterrestre” (Steven Spielberg, 1982), una infancia e inocencia que resucitan en esa niña que hereda los juguetes del chaval y una infancia e inocencia que es posible que mueran en Andy. La belleza de ese final es que el chico ha vivido esa infancia a tope y ahora toca dar un paso hacia otro sitio, dependerá de él perder o no ese espíritu infantil que tenía, algo que dudo que ocurra al ver su gesto generoso entregando sus juguetes por la comprensión que ello implica de las circunstancias, por cómo disfrutó con la niña de ese último día de juego, por cómo describió con auténtica devoción y amor a esos compañeros de entretenimiento con los que ha pasado tantos años, lo que nos muestra hasta qué punto ha calado ese espíritu en él, o en esa mirada amorosa, nostálgica y comprensiva que el vaquero lanza a su ex dueño cuando éste se va... Ahora quizá no juegue con muñecos pero deberá, y seguro que hará, aplicar ese espíritu infantil que lleva dentro a todos los ámbitos y experiencias de la vida… porque esa es la clave de todo, de la vida, el tener la capacidad para apasionarse, sorprenderse, fascinarse, disfrutar a tope con lo que la vida nos ofrece, poder dialogar todos los días con el niño que en realidad somos.


Una obra maestra con los valores de siempre por bandera.

Los niños y la infancia son la manifestación más pura de la vida y los padres tienen la responsabilidad de que sus hijos la disfruten lo más intensa y largamente posible.

Déjense llevar, lloren y rían a gusto y sin complejos, solos o acompañados, vuelvan a sentirse  niños, pasen un rato con su niño interior y vivan una de las grandes experiencias que nos ha dado el cine de los últimos años. Una joya imperecedera, una obra maestra absoluta.






 









17 comentarios:

  1. Madre mía, casi me saltan lagrimillas otra vez. Es uno de los mejores finales del cine que yo recuerde. Hasta esta peli, sólo recuerdo haber llorado en los finales de "Qué bello es vivir", "La ciudad no es para mí" y "La gran familia" en el momento cuando Críspulo va a ver a los Reyes Magos, ja ja. Soy un sentimental.

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  2. Raúl jajaja eres una auténtica nenaza, aunque menos nenaza que yo jajaja. Un abrazo

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  3. Una caña esta peli. Con todas las emociones a flor de piel.

    Me hizo reír, (casi) llorar, compartir esas aventuras, esas inquietudes de los personajes. Es simplemente genial.

    Algunos momentos son tan divertidos que me hacían tanto que me perdía parte de los diálogos posteriores.

    Estoy de acuerdo, Sambo; la escena final es genial, realmente conmovedora.

    Un abrazo
    Flipper

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  4. Flipper, veo que compartimos emociones con esta peli, una travesía por todas ellas. Con la escena final es complicado no emocionarse lajaja.

    Un abrazo y gracias por el comentario

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  5. Gran análisis, master. Un placer leer como diseccionas todos esos detalles, que para mi pasan a toda velocidad.

    Otra peli que me encantó y que tocará revisión muy pronto para verlas de un modo "mastersambiano"... xDxDxD

    Un saludo.


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  6. Me ha molado lo de "mastersambiano" jajaja. Me alegro de que te gustara, es una joya.

    Un abrazo crack.

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  7. Hola Mister:

    Emocionante post, esta película no merecía menos.
    La ví con mis fieras y al final cuando nos íbamos un nudo en el estómago me impedía hablar. No me había pasado nunca.
    En cuanto a tu crítica, echo de menos alguna referencia al McGuffin del Post It que escribe Woody, No se si es una broma del guionista para darnos una pista falsa, o precedía algún plano que se cortó en el montaje definitivo.
    Lo he buscado alguna vez, y nunca he encontrado información a ese respecto.

    Como siempre, un placer leerte.

    Vicent Negre

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  8. Hola Vicent, pues no te falta razón, debí mencionar ese detalle, me pareció extraño cuando lo vi y di por hecho que ponía algo así como donar o Sunnyside o Boonie... Pero luego la intensidad del final le resta importancia.

    Más que un mcguffin lo veo como un cebo, algo que como dices se deja ahí para una resolución futura que extrañamente no llega. Quizá sea lo que comentas, una broma o un corte.

    La verdad es que en joyas como ésta ese tipo de cosas la hacen aún más especial. Veo que compartimos sentimientos con respecto a ella.

    Muchas gracias por el aporte que completa aún más el análisis.

    Un abrazo crack.

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  9. Hola a todos.
    Hoy he cogido el día de puente, y como quiera que estoy hecho a madrugar, a las ocho ya estaba duchado y desayunado, además de levemente aburrido. Tenía un partido de pádel a media mañana y para matar el tiempo se me ocurrió ver Toy Story 3. Ya había visto las anteriores, y me habían dejado un grato recuerdo (en especial la primera) pero no me había dado por ver ésta no sé bien por qué. Tras tanto preámbulo, decir que me ha encantado, divertido y emocionado como hacía tiempo que ninguna película lo conseguía. Coincido plenamente con tu análisis, es una obra maestra superlativa, un homenaje a todos los géneros del cine hecho con inteligencia, humor, ternura, respeto, coherencia y calidad. Cada vez que un giro de guion nos arrastraba a un nuevo género, a un nuevo guiño, se me venía a la cabeza pensar lo exitoso que sería el cine español si tuviera una décima parte de ese talento. La película es desbordante e intensa, pasa en un suspiro, sin un segundo de desmayo y sin una toma de más.
    Mención aparte la escena de la incineradora, cuando se dan las manos. Si no llegas a poner en el análisis que te emocionaste, no me atrevería a ponerlo yo también. Desde ahí al final (indescriptible final) la lagrimilla se queda al borde del ojo. La escena final, con Andy regalando los juguetes que redescubre, los juguetes que casi para su sorpresa aún ama, es genial. Logran transmitir un crisol de emociones condensadas en unos instantes. La niñez rememorada, festejada y despedida, la alegría del juego mezclada con la nostalgia de la despedida. La toma de Andy con Woody montado a hombros, tan clásica de la saga... Tantas referencias y despedidas, tantos gestos, tantas pausas y tanta ternura en un final que no resulta en absoluto ñoño o excesivo. Me faltan calificativos para expresar en palabras lo que me ha transmitido la película, cómo me ha atrapado y me ha llevado por donde ha querido, y lo maravilloso del trayecto. Sonrisa en los labios y nudo en la garganta, es todo lo que puedo decir.
    El análisis, posiblemente el más personal de los que te he leído. Gracias por esa ventana a tu infancia que a buen seguro se parece tanto a la de muchos de tus lectores. En lo técnico y detallista tan fantástico análisis como acostumbras. Por cierto que el post-it del final resulta extraño que no se muestre. En el momento de escribirlo Woody, y tal y como se desarrolló el final, parece evidente que sugiere a Andy la idea de ser regalados a la niña.
    Por último señalar que con 37 añazos aún conservo un osito de peluche con el que jugaba y dormía en mi niñez, se llama Patata y le tengo un cariño enorme. Seguimos siendo niños...

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  10. Pues Pablo, debo confesar que tu comentario también me ha emocionado, aunque me excusaré con que con este nuevo catarro me medio lloran los ojos jejeje.

    Coincido con todo y sí es cierto que es un análisis muy personal. Tu mención a Patata, tu peluche, me llega especialmente, porque también conservo mis muñecos.

    Así es, seguimos siendo niños.

    Pd. Lo más problable es que en el post it pusiera su nombre, el de la niña o algo así, es curioso que no salga.

    Un abrazo muy fuerte.

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  11. Sin haberla visto todavía, ya en parte la he disfrutado. Al fin y al cabo, lo que nos cuentas en todas estas entradas a Toy Story 3 es algo que nos toca mucho el corazón, porque seguimos siendo, como dices en esa última maravillosa reflexión, unos niños.
    Feliz Navidad, Mr. Sambo.
    Un abrazo,
    Patricia

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  12. Hola Patricia, más que serlo, la necesidad de no dejar que muera ese que llevamos dentro.

    Feliz Navidad, Patricia. Un beso fuerte.

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  13. Gracias!! :) Y me gusta ese matiz que has hecho. Efectivamente, niños ya no somos, y quizás eso diferencia al adulto que asume su "mayoría de edad" aunque sin olvidar a ese niño, de quien es un Peter Pan. Sorprenderse, apasionarse, disfrutar a tope, como dices, es una capacidad que tendría que acompañarnos siempre (ahí seguiría vivo el niño) junto con todo lo que conlleva ser adulto, y que ya se ve que asume el niño de Toy Story por ese gesto final que nos describes, y que espero ver estas Navidades. Que digo yo, que sí han puesto hoy la uno, pondrán las 2 y 3, oye! ;)
    Abrazo,
    Patricia

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  14. Así es bella Patricia, así es. Pues en Telecinco creo que la 3 si la van a poner. La 2 es más floja aunque es posible que también la pongan.

    Abrazos.

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  15. Muy grande la película, y como no, enorme tu análisis, para no perder la costumbre amigo!

    La primeta parte es una de mis películas favoritas de mi infancia, la que aún disfruto muchísimo cada vez que la vuelvo a ver. No recuerdo la primera vez que vi Toy Story, pero seguro que no disfruté mucho más que hoy (con un puñado) de años más, viendo esta magnífica tercera parte.

    No me gusta cuando escucho eso de que estas películas de animación están hechas expresamente para niños pequeños, porque estoy seguro que los jóvenes y los adultos disfrutan mucho, además, de como has dejado más que claro, que desde el punto de vista del cine es una película fantástica.

    En cada detalle, rebosa calidad y sobre todo transmite un mensaje único que solo han conseguido películas como las de Toy Story.

    Espléndida. Muchas gracias, y enhorabuena una vez más por tu trabajo. Saludos!

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  16. Muchas gracias None, me alegra que hayas podido disfrutar como merece esta película, y como la disfruto yo.

    Que lo hayas hecho implica además que conservas ese niño aún, así que no lo pierdas, que eso no tiene que ver con la edad.

    Por supuesto que no son simples cintas para niños, quien diga eso se entera de la mitad.

    Como bien dices las grandes películas tienen algo que traspasa la pantalla, independientemente de su calidad cinemetográfica, algo que llega al espectador, ésta lo tiene.

    Un abrazo ammigo.

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  17. ¡Maravillosa! La espera valió la pena, no hay duda que Toy story 3 es una de las películas infantiles que marcó a chicos y grandes, una mezcla divertida con un poco de emotividad fueron la combinación perfecta para no sólo entretener al espectador sino también para cautivarlo. Gran, gran cinta no me cansaré de decirlo.

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