lunes, 6 de febrero de 2012

Crítica: THE ARTIST (2011) -Parte 1/4-

MICHEL HAZANAVICIUS






Desgraciadamente es muy común encontrar en las nuevas generaciones, y en las no tan nuevas, a mucha gente que si le hablas de cine clásico te pondrán cara de asco o aburrimiento. Si encima te da por proponer el visionado de una película en blanco y negro es muy probable que salgan corriendo. Si en un impulso de gallardía y noble valentía te atreves a proponer que la película a ver sea en blanco y negro y encima muda son muchas las posibilidades que te ganas de que te escupan a la cara.
Pues la película que se merece todos los elogios y premios que se puedan dar este año es clásica, en blanco y negro y además muda en pleno siglo XXI. Una de las películas que más me han entusiasmado en la última década.
Oiréis a menudo al referiste a esta maravillosa cinta la idea de un homenaje al cine mudo y ese tipo de cosas pero lo cierto es que aunque ese elemento existe sin duda, es en realidad accesorio. “The artist” es mucho más y más importante. Es METACINE. Una reflexión sobre el cine, sobre el arte y su relación e influencia en la vida misma, sobre la ficción y la naturaleza de la realidad, sobre la necesidad de la ilusión, sobre la importancia del pasado en el presente, sobre la necesidad y el respeto que se debe a los maestros, sobre la idea de que lo moderno es posible gracias a lo clásico, sobre la necesidad de eliminar los prejuicios artísticos, sobre el amor al cine y al arte, sobre el verdadero sentido del progreso, sobre la evolución, sobre la adaptación a los cambios, sobre la prepotencia de los artistas y su menosprecio a las novedades, sobre la poca cabida del orgullo en ningún aspecto de la vida, sobre… Muchas cosas que iré desarrollando.
Una película que además de bella es necesaria, una película que debería ver todo el mundo y especialmente cualquiera al que le guste el arte, cualquier tipo de arte. Una película que explica que si flipas con Tarantino es porque antes hubo un Fuller, un Scorsese, un Howard Hawks… Que si flipas como M. Night Shyamalan o un Brian De Palma es porque antes hubo un Hitchcock o un Fritz Lang, que si flipas con la comedia romántica es porque antes hubo un Capra, un Wilder o un Lubitsch, que si flipas con Clint Eastwood es porque antes hubo un Leone, un Don Siegel o un John Ford… Y así hasta el infinito.
Esta obra maestra crepuscular sobre una estrella del cine mudo que al surgir el sonoro desaparece del mapa y de esa aspirante a actriz que gracias al sonoro, precisamente, se acaba convirtiendo en estrella, es una colección de referencias nada gratuita, una obra de orfebrería excepcional y un ejercicio de arqueología cinematográfica, como han comentado en algunos sitios, absolutamente memorable.
Su apuesta por las múltiples referencias, por el homenaje, porque sea muda y en blanco y negro nada tiene que ver con lo nostálgico y el onanismo cinéfilo, todo tiene sentido, profundidad y contenido, perfectamente mostrado y explicado en esta genialidad del metalingüismo cinematográfico.
La primera secuencia de la película es una de las más brillantes que se han visto en una pantalla en mucho tiempo. Hay más cine en ella que en el 90 por ciento de lo que nos hemos tenido que tragar en la última década. Absolutamente memorable. Un juego de espejos y un continuo diálogo metacinematográfico, metalingüístico, entre los actores, los personajes, el público que vemos en la película y nosotros mismos. Entre la película que se proyecta dentro de la película que vemos, entre ellas dos y nosotros mismos, entre nosotros como público y el público que vemos en la cinta…
The artist” no se esconde absolutamente nada desde el inicio. Tras los títulos de crédito vemos al protagonista, y sobre todo su boca, gritando mientras es torturado, alaridos que no oiremos porque Hazanavicius juega ya desde el comienzo con la particularidad de esta cinta muda, no espera. Un grito salvaje por una tortura que no oiremos pero que sí sentiremos, mostrando la profunda consciencia de la particularidad e intenciones de su película. Una tortura realizada con un solo motivo, que ese torturado personaje, que es nuestro protagonista, HABLE. No se puede empezar de forma más perfecta. Desde el mismo inicio ya nos están guiñando el ojo, provocándonos para participar de un juego y de muchas profundas reflexiones, tan profundas que no podemos ni imaginarlas aún.
“¡No hablaré! ¡No diré una palabra!
Tras un contraplano del torturador el encuadre se ensancha y vemos a los propios torturadores y el torturado en plano, un encuadre dentro del encuadre donde nuestro protagonista está sentado en una infernal máquina. Planos de la imprescindible boca, o no tan imprescindible, más bien significativa.
¡Habla! ¡Habla!
Tras caer desmayado nuestro protagonista, la cámara nos desconcierta mostrando un plano de unas gradas abarrotadas de público y una orquesta. El plano siguiente nos lo explicará todo, no era la película la que veíamos, sino la película que ve ese público. Nuestra conversación con “The artist”, el juego de guiños y espejos, ha comenzado, y de sentirnos el público de una película pasamos a vernos reflejados en otro público, a la par que asumimos que somos espectadores de otra película en realidad.
La música que oímos es extradiegética, viene desde fuera de la película (diegética es la música que también escuchan o usan los personajes, por ejemplo uno de ellos poner la radio y suena una canción que todos bailan o escuchan, esa es diegética. Los violines que suben en una intensa escena de amor en la intimidad de una habitación y que ellos no pueden oír, extradiegética). Una música extradiegética que se convierte en diegética en dos planos, los guiños sobre el uso de los elementos cinematográficos siguen y siguen y siguen. Maravilloso.
La película que vemos proyectada es de acción y aventuras (“A russian affair”), los míticos seriales o folletines que siempre han hecho, y harán, las delicias del público aunque los medios evolucionen. Nuestro protagonista, Jean Dujardin aka George Valentin, es un sosias de Douglas Fairbanks, que fue uno de los mitos del género de aventuras en los inicios del cine (no en balde le veremos con antifaz, como Fairbanks llevó, por ejemplo, en “La marca del zorro” de Fred Niblo y Theodore Reed, 1920). O un sosias de Rodolfo Valentino, no es una casualidad que el apellido sea casi exacto.  O un Errol Flynn, ya en el sonoro. Comienzan las referencias. Clásicas películas donde el protagonista siempre estaba en situaciones de peligro y se salvaba en el último momento.



La aparición de su perrito, que estará con él en todo momento, incluidas las películas, es como la parte positiva del personaje, como el ángel bueno de los dibujos que se enfrenta al diablillo para convencer al personaje, un Pepito Grillo, su conciencia, hará lo propio en la película proyectada salvándole y reanimándole. Nunca lo veremos sin él. En los momentos de más tensión y emoción veremos las reacciones del público, absolutamente fascinado, absorto en la historia que les están contando, viviéndola como propia. La inocencia de un público que ama las películas, las historias, los galanes y las aventuras. El puro espectáculo.


La escena es un no parar de brillantez e ideas, después de todo este diálogo de ritmo trepidante y montaje perfecto, pasamos a la trastienda, la parte de atrás de la pantalla del cine. Un nuevo cartel con referencias a lo silente “Por favor, guarden silencio detrás de la pantalla”, sigue extendiendo la idea de ese diálogo y reflexión sobre la ficción, nuestro papel como espectador y el arte como multiplicador de puntos de vista y creador de realidades distintas.
En realidad hasta ese momento no sabemos si la película es muda o es gente viendo una película muda. Si bien es cierto que los gestos del público se deberían oír, quizá, son tapados por la música, que debemos suponer se ha convertido en diegética. Pero una vez estamos entre bambalinas nos damos cuenta de que los actores, las estrellas que protagonizan la película que se proyecta, no es que respeten el silencio que pide el cartel, sino que no se les oye al ser la película muda. Guiños y más guiños, espejos deformantes, realidades cambiantes.
Una maravillosa planificación para una escena que no se cansa uno de ver y es digna de estudio. Hazanavicius nos mete primero en una película proyectada, luego nos saca, luego nos lleva al público, luego integra a ambos en un picado, luego nos lleva a bambalinas… es el mundo de “A través del espejo” y “Alicia en el país de las maravillas” (Lewis Carroll), el continuo diálogo.
No se escatima en sutileza, veremos a nuestro protagonista aparecer, ufano, satisfecho de sí mismo, crecido, que mantiene una excelente relación con todos los allí presentes, trabajadores del cine o miembros del equipo de la película que se está proyectando, salvo con la actriz protagonista, con la que luego tendrá una escena donde la humillará a conciencia.

 

George Valentin es una estrella absoluta. El rey del mundo. Su satisfacción ante su trabajo, sus gestos a lo Douglas Fairbanks en su película, su amor por ese arte, transmite una pasión por el cine, por la textura de ese arte, que resulta fascinante. La imagen embelesada de Jean Dujardin mirando en la parte trasera de la pantalla su propio trabajo, un espectador, como nosotros y los que están en las gradas, es de una riqueza de matices y una cantidad de capas de significación deslumbrante. El juego de espejos en su máximo esplendor. Se conecta, a través de la pantalla, que sirve casi como tenística red, la fascinación del público con la del propio actor, empequeñecido por la pantalla, y que cuando finalice, oirá a través de ella si ese trabajo, ese mensaje, una vez más un diálogo de actor a público, les ha gustado. La respuesta es contundente, una ovación atronadora, una conversación y experiencia satisfactoria.
Por su puesto en la película proyectada no se escatiman planos de bocas hablando sin omitir sonido y la ovación la veremos primero reflejada en el rostro de Dujardin.
Dujardin abusará de su compañera de reparto exhibiéndose de mala manera, como la estrella que es, dejando claro quién manda y quién es el rey de la escena, usará a su perro, eterno compañero, para ejecutar un número cómico que nos recordará a los Chaplin, Buster Keaton o Harold Lloyd, por ejemplo.
Un ego exacerbado que no se colma jamás, estirará la ovación todo lo que pueda para frustración de su bella compañera de reparto. A la salida del estreno su campaña de autobombo y disfrute de su fama seguirá, ahora con periodistas y fans que le esperan para hacerle fotos o simplemente poder verle y que les firme un autógrafo. ¡Esto es vida! No se puede pedir más.



Allí conocerá a Peppy Miller (Bérénice Bejo), una fan ilusionadísima con poder ver a su ídolo y que al caérsele un monedero tendrá un simpático choque con él. El primer contacto entre nuestros protagonistas se ha realizado.



Así iremos viendo la principal esencia de estos dos personajes en ese momento, del ego de él a la ilusión y confianza sin límites de ella. Así concluye esta maravillosa y absolutamente memorable primera secuencia.
A la mañana siguiente veremos a esa estrella a tiempo completo, de ego infinito bien representado en el gigantesco cuadro con su retrato, como si de un Charles Foster Kane del celuloide se tratara, paralelismos que se multiplicarán como comentaré, en su vida cotidiana. Otra memorable escena, en lo que viene a ser costumbre porque estamos ante una película que además de todo es una sucesión continua de memorables escenas, que retrata su relación matrimonial. Su mujer, Doris (Penelope Ann Miller),  enfadada con él por el beso que la fan le dio y captó una fotografía, se muestra distante ante él y sus intentos por hacerle reír. Esta escena tendrá su continuación poco después donde veremos a los dos personajes en la misma habitación desayunando en días sucesivos y con una actitud de uno hacia otro cada vez más indiferente y apática, es decir una escena clavada a la que hizo Orson Welles en “Ciudadano Kane”, (1941) donde mostró de forma magistral el deterioro de la relación del matrimonio Kane. Una nueva referencia y también relación con la obra maestra de Welles.




Nuestra ilusionada Peppy Miller ira a hacer una audición a los Estudios Kinograph, allí se encontrará con Malcolm McDowell, que al principio se muestra escéptico con las posibilidades de la chica, pero cuando es seleccionada debe reconocer su valor. Una audición que de alguna forma puede recordar al Chaplin de “El circo” (1928), o al mediometraje “Charlot cambia de oficio” (1915). Chaplin también es un referente en un buen número de ocasiones, es fácil ver similitudes, en la tutela y cuidados de la actriz joven que logra la fama a su mentor más veterano y venido a menos, con “Candilejas” (1952), por poner otro ejemplo.


No veremos a George Valentin subir jamás una escalera, la primera que baja, en su casa cuando está aún en lo más alto, es para deleitarse consigo mismo y el gigantesco cuadro con su retrato. Una demostración del cuidado y la planificación, el mimo absoluto con que está hecha esta película, un descenso constante a los infiernos en el automóvil del orgullo.
Valentin es un rey, algo que queda perfectamente ejemplarizado en el travelling que lo acompaña por el estudio.



Dedicada a Parisina, por su interés y apoyo, y a O' Flint que siempre la recomendó y le ha encantado.








28 comentarios:

  1. Tú sí que eres un artista en la acepción más clásica.

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  2. Joer, si esto es solo la primera parte telita como seran las 3 siguientes...
    Por cierto, el perro se parece a Pancho el de la primitiva xd. Felicidades pequeño. Rikku

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    1. Nacho:Es cierto es clavado a Cook el perro de la primitiva llamado Pancho en el anuncio.Y tambien es el perro de Marisa,Vicenta y Concha en Aqui no hay quien viva.

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  3. Pues un poco más cortitas ¿te referías a eso? Muchas gracias guapísima. Pues es verdad que se parece jaja

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  4. No, no me referia a cortitas sino a impresionantes, como tu habilidad para esto. Rikku

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  5. Ahhh jejeje pues muchas gracias preciosa. Espero que te gusten las siguientes.

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  6. Lo primero que quiero hacer es darte las gracias por la dedicatoria. Un honor.

    Después, solo puedo decir que no hay palabras suficientes para describir esta pelicula. Curiosamente, yo no queria verla por prejuicios tales como que sea francesa y que el protagonista sea Jean Dujardin. Para mi seguia siendo el actor comico que ha solido ser, al estilo Pajares y Esteso, para hacerse una idea.

    Pero me he tenido que tragar mis prejuicios. Su interpretacion es justa, jamas histrionica, a pesar de lo que diga Peppy Miller, es un gran actor que lo demuestra en cada gesto, en cada guiño, en todas partes.

    Tengo tantas cosas que decir de esta pelicula que no sé por donde empezar, pero se resume en una palabra: IMPRESCINDIBLE, al menos si te gusta el cine de verdad.

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  7. Muchas gracias guapa, todas las que se te ocurran ya sabes, aquí es buen lugar jaja. Un beso. Magnífica interpretación de Dujardin.

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  8. Felicidades por tus 100.000 visitas, Sambo. Impresionante.

    Y merecidísimo.

    Un abrazo.

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  9. Muchas gracias Kufisto, muy contento jejeje. Otro abrazo para ti crack.

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  10. Parisina: un respeto para Pajares y Esteso, que son unos GENIOS.

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  11. Anonimo: nadie dice lo contrario, aunque lo de genios me parece un poco exagerado. Solo que no hacian mas que un tipo de peliculas durante una época.

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  12. Genial crítica y con ansias de leer más ya que me ha transmitido muchas cosas esta fantástica película...
    Me quedé sin palabras desde el minuto 0
    Gracias :)

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  13. No sé si ya las has leído todas, son 4 partes, casi nada... jajaja. Espero que te guste entera. Muchísimas gracias.

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  14. MrSambo. En lo primero que pensé en la 1ª secuencia fue en 'Metrópolis' Y es genial la serie de secuencias de los desayunos. 'Kane' total.

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  15. Hola Bipancho. Supongo que te refieres a esos rayos que salen cuando torturan al prota? jejeje. Pon todas las que se te ocurran para completar.

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  16. Pensando en The Artist viendo Ratatouille

    Agarré el libretu de anotar y me senté frente al televisor.Ellas dos ya estaban ocupando un sofá.Le dí al play.

    Recordé ese tropezón y esa mirada frente a los paparazzis. Como "stars" de hoy en día eran ellos y los flashes, y sus resplandecientes sonrisas también.

    Y cuando él le pone en bandeja el papel a la chica, y le dice con ese punto macarra al director que no se preocupe, que él se encarga de todo; es fácil. Me encanta cómo el director comprende, cual viejo zorro, las intenciones del galán y se aleja consciente del juego amoroso que se avecina, declinando cualquier tipo de responsabilidad.

    Y la escena en la que al final bailan. Qué escena, inmensa; de inmenso de grandioso. En ese punto agarré el libretu de notas y puse toda mi atención en recordar y plasmar lo que había visto. Alcancé a anotar que había visto un tigre, un agente secreto y un preciso relojero. Estaba seguro de que había visto muchas cosas más, sí más, pero mientras anotaba, huían los detalles y cuando alcé la vista, seco ya de recuerdos, ¿volví a verla? ¡sí! ¡volvì a verla! De nuevo apareció el tigre, ví uno de bengala. Ese agente, del KGB ruso. Y ese relojero,el relojero cómo no, era de la Suiza.

    Ante semejante percance y para asegurarme de que no había sufrido un "deja vú" del tamaño de un fallo crítico en Matrix, les pregunté que qué demonios había pasado con aquella escena mientras estaba absorto anotando.

    "La han repetido cuatro veces" fue la contestación "¿en serio?" respondí "Sí, en serio" me dijo.

    Iba a contarles que mientras daban la segunda y tercera repetición, yo, completamente ignorante del hecho, escribía torpemente en el libretu y luchaba por entintar su ya difuso recuerdo. Mientras soltaba el boli y levantaba la vista hacia la pantalla lo que más deseaba era volver a verla. Y así fue.

    Y sin más preámbulos surgieron dudas sobre la nacionalidad del director "¿será francés?" y yo en ese momento deseé que fuera belga "ojalá sea belga" les dije "Por qué belga" se interesó "Por nada, no sé, pero francés no" Ahí quedó la conversación y a dìa de hoy, aún no he despejado la duda.

    Recuerdo cuando, sonoramente, se carcajea el galán con la prueba de película sonora. Le hace gracia, la ve ridícula. Y cuando, oh sí, cuando después de dejar airadamente el despacho del jefe y de bajar esas escaleras incesantes con sabor a despedida, por fin, comienza a rodar su película,su propia película.Qué grande su actriz principal, madre mía, ni un maniquí transmitiría menos,ni Nicholas Cage y Steaven Seagal juntos superarían esa inexpresividad.

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  17. SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE

    Estaba claro que con semejante diva al lado su entusiasmo no iba a durar mucho, y no lo hace más que unos segundos. Si en ese instante pudiera hablar habría dicho "Yo, así, no puedo ¡No puedo!" Qué imagen tan cómica, desternillante esa desesperación tan bien plasmada.

    Y en medio del desternille, como un trueno oigo: "Crees que eres un gran chef, pero en realidad no eres más que una rata!!" que es lo que le dice el cruel y maléfico chef Skinner a Remy, la rata chef de Lingüini con esa voz de la Francia, cómo les diría yo, repitan la frase con un acento similar al que utilizaría Sarkozy para llamar a su esposa, más o menos así: "Cagggla, estás ahí mon amougg" ¿Lo pillan?

    Y la gggata, vuelva a leerse con acento francés, gggata de rata y no de gata -vaya follón- viene a cuento porque repasaba las notas de "The Artist", que había tomado el día anterior mientras la veía, al tiempo que disfrutaba con mi aún nonata sobrina Irene y su portadora, mi hermana, de "Ratatouille". Sería como una película dentro de una película. Exactamente lo que me sugirió el final de "The Artist".

    El chef Skinner, un tipo despreciable. A mi sobrina le encantará verle gritar. Mi primera película con mi sobrina. Para ser la primera no está mal, nada mal.¿Notan mi sonrisa de oreja a oreja? ¿la notan?

    Recuerdo también cómo sale, dando una lección de falsa dignidad de la casa de empeños. De cómo a continuación camina y se acerca a un escaparate con la chaqueta estirada por las manos caladas a muerte en los bolsillos, maltratando el traje. De cómo ese policìa le habla, ¿qué le dirá? ¿no hay gente capaz de leer los labios?, ojalà alguien se tome la molestia de leerle los labios a todos los personajes, estoy impaciente por saber qué sale de esos diálogos. ¿Vosotros no?

    Y cómo olvidar al perro, ¿muere el perro? Y la frustración de perder su sombra, gestionada con su sombra de espectadora. Su fiel chófer. Las arenas movedizas. Cuando le da la chica el teléfono. El vaso ruidoso, el grito silencioso.

    Y ya para terminar, una más, la última lo prometo. Seguro que cualquier persona se acordaría de la imagen en la que desesperado ya, se introduce un revolver en la boca. Qué impacto.

    "No, por favor" dijo ella "no tiene huevos" dije yo

    Y precisamente porque sabía que no iba a ocurrir lo deseé, deseé que se volara la cabeza con un estruendoso ¡bang! y que se viera cómo los sesos de ese pobre desgraciado se esparcían por todas partes. Eso habría sido grandioso, grandioso de inmenso.

    P.D: Como bien sabes, siempre veo las pelis sin leer tus análisis. Hago, por tanto, este comentario con mis primeras impresiones y por ello te pido que pases por alto mis errores e imprecisiones. Me ha encantado y estoy impaciente por leerte y ver, ahora sí, la película de la mano de un genio del cine. Ángel, cucopri ;-)

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  18. Muchas gracias Ángel por este magnífico comentario. Antes que nada decirte que el director, Hazanavicius es francés jajaja.

    Con respecto a lo que comentas me ha resultado muy emocionante, transmites toda la pasión de ver una película, la que sea, que ha logrado un impacto, un cúmulo de sentimientos muy fresco directo, que llegan. Ha sido un placer leerte.

    No hay imprecisiones, hay mucha emoción en cambio. Con genio del cine no sé a quién te refieres jaja.

    Un abrazo fuerte. Comentario TOP.

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  19. Hace días te escribi un comentario en desacuerdo con una parte de tu crítica a la última película de Conan.
    Hoy lo hago para agradecerte tu respuesta (elegante y humilde, a lo mejor demasiado para el poco conocimiento de "tu critico") y tu magnifico blog, que ya he podido disfrutar con más tiempo.
    Gracias, (sigo firmando anónimo porque también en esto soy un ignorante, ya que no soy capaz de identificarme con un nombre: Juan Pablo)

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  20. Hola Juan Pablo. Tu crítica era muy adecuada y razonada, vamos que tienes razón, era una cuestión de matices jejeje. Mi crítica era jocosa, ya sabes, intentando sacar una sonrisa.

    Me alegra que hayas podido pasarte más y además conocer tu nombre, ya no eres anónimo jeje.

    Ignorantes somos todos y a la vez tenemos nuestra culturilla en alguna parte. Tu comentario focaliza muy bien la idea del personaje para los que no lo conozcan, permitiéndoles tener una visión más exacta, cosa que con mi crítica podía no lograrse. Así que pásate más a comentar lo que quieras o criticar lo que te parezca más flojo o erróneo, estás en tu casa.
    Los comentarios los considero un complemento, una mejora, a la crítica, vamos que forman parte de ella, sean contrarios o concordantes, porque la enriquecen pienso.

    Un abrazo fuerte

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  21. Nacho:Hola Mr sambo ¿Que tal estas? Todos especialmente mi tia me hablan maravillas de esta pelicula para navidades me la voy a pedir en dvd.Se que es cine mudo, pero me gusta mucho el cine mudo especialmente Charles Chaplin.

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    1. Hola Nacho, ya me contarás cuando la veas a ver qué te parece, es una pequeña joya y una rareza en el cine actual.

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    2. Nacho:Claro que si Mr sambo un abrazo.

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  22. Nacho:Hola Mr sambo, te dije eso pero ayer me dio mi abuela una sorpresa ye era esta película,pero aún no me la he visto quiero verla en el mejor momento posible y sin interrupciones.

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  23. Nacho:Bueno por fin ya la ví ¡Maravillosa!

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