martes, 28 de mayo de 2013

Crítica: NIÑERA MODERNA (1948) -Última Parte-

WALTER LANG










En la primera mañana tenemos un derroche de talento con el fuera de campo por parte de Lang, veremos como el matrimonio discurre sobre lo que sucede en el interior de la habitación de Belvedere y posteriormente lo veremos haciendo yoga, boca abajo, en una sorprendente actitud. En el desayuno volveremos a ver de nuevo su uso cuando nuestro genio aleccione al más pequeño de la familia volcándole sobre la cabeza su tazón de papilla. Sólo veremos el resultado, no cómo se lo pone. Lang siempre muestra la reacción de los personajes ante lo que ven medio segundo antes de mostrárnoslo a nosotros.





No hagas eso… niño”. “Durante muchos años he bañado a individuos de todo sexo y edad y nunca he recibido la menor queja”. “No vuelvas a hacer eso”.

Señor King, si hubiera más gente que se sentara a pensar el mundo no sería tan disparatado como es hoy”.

Permaneceréis sentados. Tomad el desayuno y masticad cada bocado 28 veces, no he dicho 20 ni 26 sino 28 veces”.

-Harry: “Usted tiene ciertas cualidades”.

-Belvedere: “No puedo estar de acuerdo con usted, señor King, porque no tengo algunas, las tengo todas”.



Belvedere ciertamente es un genio. Lección papillesca. Es cocinero, electricista, domesticador de perros, experto en cerrajería, médico especialista en huesos, adiestrador de pajarillos, apicultor, forense, experto bailarín, experto boxeador, genial escritor, director de cine…





“¡Qué tío!”

Los magníficos detalles de guión se suceden. En esa constante presencia del cotilleo tendremos recreada la afición preferida de la urbanización en los dos protagonistas que pretenden averiguar qué esconde Belvedere en su habitación, un Belvedere que los tiene fascinados, especialmente a los niños, que tienen devoción por él. También veremos a los pequeños intentando hacer yoga… incluido el bebé.




Señora King, es usted la culpable de todo esto, si no fueras tan guapa no tendríamos tantos hijos, ni nos haría falta niñera…”


Invierno. Nuestro matrimonio protagonista seguirá intentando descubrir secretos de Belvedere. La eterna curiosidad.

En fin… se derretirá pronto”.

Es magnífica la crítica de la cinta al chismorreo, al cotilleo enfermizo, cáncer social, su patetismo y ridículo. En este sentido es soberbia la escena de la escalada al árbol, casi en absoluto silencio.




Jamás he sido un vago ni un parásito”.

La película lleva un ritmo extraordinario y vuelve a dar otro giro cuando los celos entran en acción, así como las consecuencias de los chismorreos habituales en la urbanización. Un microcosmos universal. El marido muestra nuevas facetas de su personalidad y la aguda reflexión que se esconde en su celosa actitud es otra señal más de la maestría y carga de profundidad de la cinta. Lang retrata la inseguridad de los mediocres, la amenaza que supone siempre la gente brillante para esos mediocres, a los que intentan alejar, aunque esa persona brillante no se proponga nada, por el temor que suscita en ellos. Siempre creerán que les robará lo que tienen como manifestación de su complejo, del conocimiento, a veces inconsciente o no reconocido, de su propia mediocridad. Una sociedad donde se pretende cuestionar y marginar a los seres brillantes para regodearse en su vulgaridad, temerosos de que los demás vean la realidad sin confiar si quiera en los sentimientos sinceros que tengan hacia nosotros. La inmadurez, la inseguridad y el complejo de inferioridad retratan al marido al enfrentarse a Belvedere.






El bueno de Belvedere también escuchará conversaciones ajenas. Un momento extraordinario.

Escuchar conversaciones es poco digno, pero me gusta”.

El bulo, el chismorreo, la mentira… se extiende por este micro universo. Belvedere no tendrá compasión con todo ello.





Mis motivos no son desinteresados, algún día necesitarán un busto mío en el museo de celebridades”.

-Tacey: “La única virtud que le falta, señor Belvedere, es la modestia”.

-Belvedere: “Yo no la considero una virtud”.

-Tacey: Yo sí. Por eso me encanta Harry, es muy modesto.

-Belvedere: “Su esposo tiene motivos para ser modesto”.





El enredo se consuma con este aparente triángulo amoroso que no existe…

Walter Lang demuestra seguridad narrativa y sobriedad en la dirección en todo momento, sabiendo sacar todo el partido a la puesta en escena y los momentos de humor. Un ejemplo es la secuencia del despido frustrado de Belvedere, cuando Harry cede a sus inseguridades, con el silencio repentino del llanto del bebé y el cantar del pajarito…como prometió Belvedere. En esta escena veremos a Robert Young rodeado del resto de personajes, retratándose así su soledad en su decisión.



-Tacey: “¿Usted baila, señor Belvedere?”

-Belvedere: “Extraordinariamente bien”.

-Edna (Louise Allbritton): “Supongo que le enseñaría Arthur Murray…”

-Belvedere: “No, yo enseñé a Arthur Murray”.

Vuelve a ser de un humor de alta escuela la escena del baile, Clifton Webb eclipsando a todos y demostrando sus dotes de bailarín, de hecho Webb fue bailarín profesional. En este tramo de la película Robert Young está desaparecido.

Otra escena de humor de alta comedia la tenemos en la discusión que provoca la separación del matrimonio, aquí hay una redundancia en la situación.

Ver a Belvedere con su delantal mientras el matrimonio dirime sus diferencias es un grandísimo momento.

“¡Deje de desmenuzar eso!”



Belvedere dará la rúbrica a la escena con uno de sus aforismos, “la intoxicación es la válvula de escape que emplean las mentes inmaduras”, y un gesto final sublime.


La destrucción de la que es capaz el chismorreo y los rumores, así como el orgullo, ponen en dificultades al matrimonio que deberá superar su inmadurez. Belvedere será el camino.

Otro gran detalle a destacar del guión es cómo se expone el paso del tiempo sutilmente a través de los diálogos, haciendo así efectivas las elipsis que contiene el relato. 

Más virtudes de guión, el uso de cebos. Con la frase “con una pluma de aveHarry tendrá ocasión de entender el por qué no oía nada en sus espionajes a la habitación de Belvedere.


Por eso no oíamos nunca nada”.

Sutileza constante. Por supuesto nuestros protagonistas se redimirán y madurarán, con Belvedere como vehículo.

¡Mamá, mamá, mamá!
Como final a esta obra maestra tendremos una broma metalingüística con esa trilogía que piensa escribir Belvedere, una broma porque su personaje también tendría su trilogía. La que nos ocupa, “Mr. Belvedere estudiante” (Elliott Nugent, 1949) y “El genio se divierte” (Henry Koster, 1951).

-Tacey: “Me parece que debo decirle que dentro de poco vamos a tener otro hijo”.

-Belvedere: “Entonces le seré de gran utilidad, señora King, también he sido… ginecólogo”.

Otro final con frase memorable. No lo dudéis, si no la habéis visto id a por ella. Ya.

 



2 comentarios:

  1. Doy fe... Es una joya:-) Entiendo que en este post hayas pusto más diálogo que en otros, porque hay frases que te dan ganas de memorizar y no olvidarlas nunca.Qué ingenioso Belvedere,jejeje. El guión es estupendo. Esa madre-del-más-cotilla que le pide a la que cuida de ella que la lleve corriendo -está en una silla de ruedas- a la otra ventana para no perder detalle de lo que está pasando más allá de su ventana; los niños preguntándole al cotilla que por qué hace cosquillas a las flores; el perro; etc., y todos todos los momentos en los que está Belvedere: el baile, el momento-yoga que nos has ido desgranando en los post. Maravillosa. Para todos los públicos y para disfrutar del buen cine que no está reñido con ser la mar de entretenido. Y que como todo lo bueno, nos sirve muchas veces de espejo, para ver lo bueno y lo que tendríamos que cuidar un poco más. Gracias por esta "Niñera moderna".Ojalá muchas veces se pudiera leer tus críticas y a continuación dar al play.
    Un abrazo,
    Patricia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Patricia. Ese comeinzo te acaba por ganar, el perro, los cotillas, el matrimonio... pero cuando llega Belvedere todo da un giro que ni te esperas y la rendición es total jajaja.

      Muchas gracias por tus palabras, tú has sido rauda, casi no la había posteado y ya la habías visto jajaja.

      Un beso fuerte.

      Eliminar