martes, 29 de enero de 2013

Crítica: EL PADRINO (1972) -Parte 2/6-

FRANCIS FORD COPPOLA













Como “Blade Runner” (Ridley Scott, 1982), “El Padrino" es una película de encuadre, de ritmo pausado, donde cada momento, cada gesto, cada acto, cada pausa, se saborea y fascina de forma excepcional, todo hecho y cuidado con mimo, como una sinfonía embelesadora de terror. El tempo, el pulso, el manejo del ritmo, la parsimonia, la pausa, el mimo por los detalles, los gestos, la forma de recitar las frases… todo fascina, acoge, embriaga… desde los primeros acordes de la banda sonora.


Creo en América. América hizo mi fortuna y he dado a mi hija una educación americana. Le di libertad, pero la enseñé a no deshonrar a su familia”.

Con esta frase se inicia “El Padrino”, que en no pocos sitios se ha visto como una metáfora de la propia América en su desarrollo, de la inocencia inicial a la paulatina corrupción. Hay que tener en cuenta que hay mucho de Coppola en este inicio, el “Creo en América” se dice con la pantalla en negro, como objetivada por el propio director, para acto seguido mostrar el rosto de Bonasera, dueño de una funeraria.

Esta primera secuencia, extensísima, de 25 minutos, donde se nos muestra la boda de Connie, la hija del padrino Vito Corleone, así como los “negocios” de los que se ocupa el propio padrino, presenta muchas de las grandes claves de la cinta. En la primera escena de esta secuencia, con Bonasera, tenemos un perfecto ejemplo de ese manejo del tempo mencionado, un inicio absolutamente deslumbrante. Resuelta en un solo plano, con el discurso de ese padre que pide al padrino que vengue la afrenta a su hija. Todo está en penumbras, un contraste ejemplar de sombras desde la iluminación, como si de un confesionario se tratara (los paralelismos con la religión no serán pocos), y que concluye con un zoom de retroceso durante el mismo discurso para incluir en el encuadre al propio padrino, la figura poderosa, predominante. Bonasera vinculará la familia con lo italiano, distinguirá a los chicos que violaron a su hija como “no italianos”. Lo primero que veremos del padrino será su silueta distorsionada, oculta por las sombras y de espaldas, haciendo un gesto, magnánimo, para que se le dé una copa al emocionado padre que pide su intervención para vengar la honra de su hija. Ese gesto es un ejemplo del mimo y cuidado por los detalles, ya mencionado.

La justicia nos la hará Don Corleone”.

Con la frase anterior queda al desnudo la naturaleza y función del padrino, de la mafia, un universo único, ajeno, paralelo al real, con sus propias reglas y justicia, que corregirá las “injusticias” de ese supuesto mundo real para beneficio de los suyos. Es la misma idea que la dictadura, a cambio de la protección y los beneficios de la clase dominante, en este caso la familia, si te sometes a ella, cedes tus derechos y deberás estar disponible cuando la familia lo requiera. Donde la ley no satisface siempre se puede recurrir a Don Vito.

Se mencionarán varias veces las ideas de fidelidad, respeto, disponibilidad… si la familia te ayuda puede que en algún momento necesiten tus favores. Corleone reprochará a su visitante que no acudiera a él, que fuera antes a la policía y se alejará de su amistad, hablará de respeto a él, a su familia y a los códigos de la misma. Incluso se percatará de que ni siquiera le llama Padrino. La imprescindible noción de familia, de círculo blindado. Bonasera reconocerá su cobardía y con ella lanzará una carga de profundidad a la idea del sueño americano por la que se había dejado seducir, sustituyéndola por los Corleone. Cuando el sueño americano se torna pesadilla los Corleone son la solución.











No veremos el rostro de Brando, el asombroso rostro de Brando, hasta que Bonasera haga su petición. En ese primer plano de Brando nos deleitaremos con uno de los gestos míticos de la historia del cine, esa suave caricia que Corleone se da en el lateral de su boca, otra vez ese gusto por los gestos, por la pausa, por los detalles que fascinan. Otro ejemplo lo tenemos con la rosa que tiene en la solapa Vito y con la que jugará al concluir la escena.


Tras todo esto Coppola montará un plano general. Anteriormente expliqué esa alteración en la planificación clásica. Aquí empieza con un primer plano, hará contraplano y a mitad de escena incluirá el plano general que sitúa la misma en su totalidad. Un plano general breve, ya que enseguida Coppola volverá a acortar las distancias.

El retrato que se hace de Vito Corleone, ya en esta primera escena, es sublime y en gran medida se debe al trabajo de Brando, por encima de cualquier otro aspecto. El actor logra mezclar la dureza, la crueldad, la idea de que es capaz de cualquier cosa, con gestos de ternura, de duda, de comprensión hacia Bonasera, además de la magistral idea que tuvo el actor de meter a un gato al que acaricia mientras habla con el funerario. Sobre las curiosidades del film hablaré al final del análisis.



Eso no es justicia, tu hija está viva”.

Cuando uno de mis amigos se crea enemigos, yo los convierto en mis enemigos. Y a ese le temen”.

Una escena de precisión asombrosa, sin apenas movimientos de cámara, con estrictos planos y contraplanos, salpicada con planos generales en los momentos precisos, jugando con los silencios, las pausas, los gestos, el sonido del tic-tac de los relojes, la lúgubre iluminación, la música de fiesta en el exterior cuando se abre la puerta de ese despacho como introducción a la siguiente escena que veremos a continuación, un despacho icono de ese universo “familiar”, clandestino y blindado… y la presencia de Marlon Brando. ¡Qué presencia! ¡Qué matices!



En el momento que Bonasera se someta, pronuncie la palabra "padrino" y bese el anillo de Corleone, la actitud de este cambiará y accederá a la amistad con el funerario. En esta escena veremos fugazmente a dos de los personajes indispensables de la saga, Sonny (James Caan) y Tom Hagen (Robert Duvall).

Algún día, y ese día puede que no llegue, acudiré a ti y tendrás que servirme, pero hasta entonces, amigo, acepta mi ayuda en recuerdo de la boda de mi hija”.

Clemenza será el encargado, uno de los matones de los Corleone. “No somos asesinos, a pesar de lo que diga ese funerario”.

Así concluye la presentación de una de las cabezas de la familia. Acto seguido se presentará la otra en radical y magistral contraste.


Esta secuencia con la boda de la hija de Vito Corleone parece homenajear a Kurosawa y la escena inicial de “Los canallas duermen en paz" (1960).


Contraste. De la oscuridad del despacho dedicado a los negocios, es tradición que el padrino reciba peticiones de sus amigos el día de la boda de su hija, la familia mafiosa, pasamos a la luminosidad de la fiesta en honor a la boda de Connie, la familia de sangre.



La boda, la música, la alegría, la fiesta, el sol, el gentío… lo opuesto a lo que vimos anteriormente y rodado con un estilo casi documental, muy del cine de los setenta. Tanto un entorno como el otro corresponden a la esfera blindada de la familia, un tronco con dos cabezas y donde no hay espacio para la violencia, por ello el arranque del temperamental Sonny con los policías del FBI, que anotan las matrículas de los invitados, tendrá lugar fuera de los límites de la casa.


Coppola irá presentando de manera fugaz a los principales personajes de la trama y dejando pinceladas de sus personalidades. Personajes principales y secundarios, como Barzini  (Richard Conte, un clásico del cine negro y de gangsters), jefe de otra poderosa familia. Además Barzini no se tomará muy bien que le hagan una de las típicas fotografías de boda, otro detalle más con el que nos deleita Coppola.


El fresco global de Coppola no tiene límites, no se centrará sólo en los usos y costumbres mafiosos sino en las costumbres y rituales de la cultura ítalo-americana. Así en la boda veremos multitud de detalles, como también los apreciaremos en el cortejo y posterior boda de Michael en Sicilia. La foto de familia, las visitas, los sobres con dinero metidos en un saco… una escena portentosa de un observador virtuoso, detallista y brillante, repleta de matices, documentada y documentalista.

Como sicilianos debe atender las peticiones que le hagan el día de la boda de su hija”.

En esta extensa secuencia el contraste es el protagonista, como he señalado, iremos del oscuro despacho al luminoso jardín alternativamente. Las dos familias indisolubles y distintas, separadas. Una es la base de la otra, es por ello que Vito se negará a hacerse la foto familiar hasta que no llegue Michael. En las escenas del despacho donde Vito Corleone recibe peticiones se nos irá mostrando con cada visitante hasta donde se extienden los tentáculos de esa familia. Un pastelero que quiere evitar la repatriación de un chico con el que pretende casar a su hija... para ello se usarán diputados y políticos, judíos en este caso, que tienen en nómina para acometer la “gestión”.




Posteriormente veremos como Tom explica a Vito que muchos de los políticos y jueces invitados se excusan por no poder asistir a la fiesta, aunque mandarán regalos. Políticos y jueces en nómina pero que procuran guardar las apariencias, como es lógico. Sutiles detalles que desgranan el poder y alcance de la familia, de la Organización.

Desde la primera aparición de Michael (Al Pacino) con su novia, Kay (Diane Keaton), se muestra ya el cariño especial que Vito siente por él. Se vio un pequeño detalle cuando paró la foto familiar que se iba a hacer porque Michael faltaba, cosa que no sentó del todo bien a Sonny, que quizá intuye esa predilección, y posteriormente veremos al jefe de los Corleone mirando por la venta enrejada la llegada de su hijo, casi con timidez y deseo incontenible. Tanto es así que intentará evitar su encuentro con el fiel y simplón matón Luca Brasi, que quiere agradecer dificultosa y efusivamente la invitación a la boda de su hija. Las dificultades de Brasi (Lenny Montana) para comunicarse son naturales, la escena le gustó tanto a Coppola que se quedó en el montaje final.


He comentado la cantidad de matices con los que Marlon Brando dota a su personaje, esa mezcla de dureza y sensibilidad. Esto tendrá otro elemento interesante en las dos historias que Michael cuenta a su novia Kay, una tierna, cuando habla sobre Tom Hagen, su origen y cómo llegó a la familia; otra cruda, cuando relata la forma en la que ayudó al famoso cantante Johnny Fontane, ahijado de Vito, para liberarle de su contrato discográfico, haciéndole “una oferta que no podía rehusar” al productor. En estas dos historias están todas las contradicciones de esa familia, un universo propio y particular, ajeno a lo demás, capaz de la bondad y el horror. Contradicciones de la propia América, que en sus ansias de libertad permite organizaciones profundamente dictatoriales.



Así se explica que la mafia también crea estrellas, si influye con políticos y jueces, el mundo del espectáculo no debería resultar problemático. Johnny Fontane (Al Martino), un sosías de Frank Sinatra (el tema lo trataré en las curiosidades), también acudirá a la celebración, para satisfacción y entusiasmo del propio Vito. A este respecto se nos dejará un sutil apunte sobre el talento observador de Tom Hagen, postulado para ser el nuevo Consigliere, cuando comente que si Fontane ha venido es porque tendrá algún problema. El desarrollo de personajes es tan profundo y sutil que deslumbra, con pequeños apuntes se va definiendo a todos en esta brillantísima secuencia.


Con esto se logra dar una imagen del mafioso, del padrino, alejada completamente del maniqueísmo y simplismo con el que frecuentemente se ha tratado la figura, del estereotipo de villano, dotándole de humanidad y multitud de matices, sin edulcorar su brutalidad pero mostrando de igual manera sus virtudes.




La mencionada conversación donde Michael cuenta dos historias muy distintas, un nuevo y marcado contraste, a su novia es muy significativa y deja algunos apuntes claves. Michael parece ajeno y distante a las actividades de su familia, es conocedor de ellas, como es lógico, pero se muestra esquivo, quizá algo avergonzado o contrario a ellas. Todo esto se da a entender en estos inicios donde se describe al personaje de Michael, universitario, héroe de guerra y al que el propio Vito quiere mantener lejos de sus negocios. Un personaje inocente en apariencia al inicio de la película, pero que mostrará un detalle que indica que las enseñanzas y el vínculo con su familia, una especie de gen innato que le llama hacia ella, está presente. En un momento de su conversación con Kay, al contarle la historia de su padre con Johnny Fontane, se referirá al agente que se negaba a liberar al cantante como “aquel cerdo”. Aunque acto seguido y ante la asombrada y alarmada mirada de su novia diga “Así es mi familia, Kay, pero yo no”, la referencia al agente como “aquel cerdo” es significativa de la verdadera naturaleza latente de Michael, que en el fondo comprende y comparte la actitud de su padre en la situación comentada con Johnny y el agente. 











En esta presentación general a los personajes de la familia Corleone, y otros que se relacionarán con ella, no podía faltar uno que resultará clave, sobre todo por sucesos en la segunda parte de la saga, en la evolución de Michael. No es otro que su hermano Fredo. Se nos presentará viviendo la fiesta a tope y algo perjudicado, un personaje débil y entrañable que resulta conmovedor en su patetismo.

Como predijo Tom Hagen, Johnny tiene problemas y quiere pedir un favor al padrino, un papel en una película. La visceral reacción de Vito ante la quejumbrosa petición es totalmente improvisada, algo que ya comentaré, un momento de actor excepcional. Lo de Brando en esta cinta no tiene nombre. Terrorífico, bondadoso, visceral, entrañable, violento, cariñoso…


Un hombre que no vive con su familia no puede ser un hombre”.

En esta escena oiremos de nuevo una de las frases que se han hecho eternas con esta película “… le haré una oferta que no rechazará”.

Es muy interesante el diálogo que mantienen Tom y Vito sobre Carlo (Gianni Russo). Vito le negará un buen puesto, quiere que viva bien pero sin intervenir en los asuntos de la familia. El padrino decide quien interviene y quien no en la familia, un núcleo extremadamente blindado a proteger, por multitud de circunstancias.

La extraordinaria y antológica secuencia inicial de "El Padrino" llega a su fin, y no puede hacerlo de forma más hermosa con la foto familiar, esta vez sí, con Michael incluido, y un bellísimo baile entre Vito y Connie, padre e hija. Una foto familiar que detiene el tiempo. Dos familias, vínculos irrompibles, descripción de rituales y costumbres, presentación y definición de personajes, dirección majestuosa de planos larguísimos sin apenas cortes, muy sostenidos como corresponde al tempo buscado por Coppola, clasicismo y estilo documental mezclados, contrastes lumínicos y de todo tipo, un montaje sublime, definición del poder de la familia, hasta donde llega… muchas de las cosas que Michael irá aprendiendo.

En esta escena se plantean muchos presagios o cebos que tendrán su resolución al final de la cinta, pistas. La reacción de Barzini muestra que no quiere que se le vea en esa fiesta, la naranja que tiene Tessio, el comentario de Paulie sobre el dinero del saco de Connie, la fidelidad de Brasi, la visceralidad fatal de Sonny...

Ahora toca ver los modos de proceder de dicha familia para lograr sus propósitos, cuando Tom viaje a California para “convencer” al productor de la conveniencia de que Johnny Fontane sea el protagonista de su película.



 

Dedicada a Culé1899, entrando en materia, confío en ir complaciendo la exigente petición, compañero










17 comentarios:

  1. Espectacular, mrsambo. Menudo trabajo que hay detrás, aunque seguro que también hay mucho disfrute. En fin, gracias por desentrañar los secretos de la película a los que no entendemos del asunto. Leer tus estudios es como asistir a un museo con un guía de lujo.

    Sobre la película, yo sólo puedo decir una cosa que tú no, y sospecho que te dará alguna envidia (por eso lo escribo, claro está): aún no la he visto. Como suena, a mis años sigo virgen en este respecto. Lo cual me va a permitir un disfrute que a ti y a muchos otros os está vedado: el de la primera vez. Que será pronto.

    Un abrazo,

    FGLurker

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    1. ¡Cuánta razón tienes, querido FGLurker! Lo envidio profundamente, lo que sí espero es que cuando la veas te pases para comentar la experiencia, sea para bien o para mal.

      Muchas gracias por tus palabras, me emocionan.

      Un abrazo.

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  2. Bueno, bueno, bueno!!!
    Tumbada en mi sofá, confortablemente, leo con detenimiento, con deleite y con admiración los detalles.
    La escena de "la famiglia" la boda (con un recuerdo intenso q me hace suspirar d nostalgia) el contraste con el despacho y Vito (oh, cielos, Brando), los dos niveles d la vida: apariencia y realidad. La "fontanería" del poder…

    Oh, Sambo! Cómo estoy disfrutando!!

    Gracias!!!

    Un beso!!!

    (Tooodo un día hasta la 3/6? Arrrrghh!! Menos mal q están los comentarios!!!)

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    1. Menos de un día jajajaja. A ver si mantenemos el nivel, ponte cómoda.

      Un beso.

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  3. Otro Quintus en este blog!!!

    MrSambo, el diálogo de Bonasera y Vito Corleone merece transcripción completa. He leído el libro, y he visto la película infinidad de veces, y no hay color, la novela está entretenida, las películas, las 2 primeras, son obras maestras!!!

    El diálogo

    VITO CORLEONE
    Nos conocemos hace muchos años y por primera vez vienes a pedirme ayuda. Ya casi no me acuerdo de cuando dejaste de invitarme a tu casa a tomar café. Y creo que mi mujer es madrina de tu hija. Pero hablemos claro. Nunca has querido mi amistad. Te asustaba tener relación con nosotros.

    BONASERA
    No quería correr ningún peligro.

    VITO CORLEONE
    Entiendo. Tu paraíso era América. Tenías tu negocio, la vida te iba bien, la policía velaba tu sueño con la ley, y no me necesitabas. Pero ahora vienes a mí a decir: "Don Corleone, pido justicia". Y pides sin ningún respeto. No como un amigo. Ni siquiera me llamas Padrino. En cambio, vienes a mi casa, el día de la boda de mi hija a pedirme que mate por... dinero.

    BONASERA
    Lo que pido es justicia.

    VITO CORLEONE
    Eso no es justicia. Tu hija está viva.

    BONASERA
    ¡Quiero que sufran! Como ella. ¿Qué tengo que pagar?

    VITO CORLEONE
    Bonasera, Bonasera. ¿Qué he hecho para que me trates con tan poco respeto? Si hubieras mantenido mi amistad, los que maltrataron a tu hija lo habrían pagado con creces. Porque cuando uno de mis amigos se crea enemigos, yo los convierto en mis enemigos. Y a ése le temen.



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    1. Grandioso Keyser, diálogo eterno. El quintus se entiende, puse el enlace con la actualización de Juanma jajaja.

      Un abrazo y gracias por el aporte.

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  4. ¿Te acuerdas Sambo, el día que hablamos en tuiter que El Padrino es posiblemente la película donde mejor está todo el reparto de la historia del cine?

    Decíamos que también en De aquí a la eternidad todos están geniales, pero es que en El Padrino (y en El Padrino II) está sublime hasta el último actor de reparto. El trabajo de dirección de actores de Coppola es asombroso, brutal, lo mismo que la elección del reparto.

    En cuanto a Brando, mi escena favorita es cuando va a cobrarle el favor a Bonasera. Ese plano cuando levanta la sábana para mostrarle el cadáver de Sonny es increible.

    Voy descontando las horas para leer la tercera parte. :-)

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  5. Qué cierto mi amigo Wsmith, recuerdo la conversación. Además, en contra de lo que ocurre en otras ocasiones fue Coppola el que luchando y enfadándose, con C, mucho logró imponer a muchos en ese reparto. La escena que comentas y que llegará estos días pone los pelos de punta, la vulnerabilidad de ese gigante casi todopoderoso diciendo "mira lo que han hecho con mi hijo" conmueve profundamente.

    Espero que te sigan gustando las que vienen.

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  6. No sé si alguien lo ha comentado, pero ¿os habéis fijado en el cambio de la nariz de la Diane Keaton de la primera parte a la de la segunda?

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    1. Jajaja pues la verdad es que no, ahora mismo no recuerdo como la tenía en la segunda jajaja

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  7. Pues la tenía mayormente muuuu adelgazada respecto a la primera.
    Con la de veces que he visto los padrinos I y II (la tercera no me gusta, Andy y Sofía son pésimos) y nunca me había fijado hasta la última.

    saludos desde EPRV

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    1. Jajaja se dio un pequeño retoquillo... vanidosa esposa de padrino jajaja. Un saludo amigo.

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  8. Segunda parte leída. El trabajo me aparta de este placer, pero poco a poco caerán todas. Excelente la entrada, como siempre aportando tu enorme saber y ya con ganas de volver a ver la película. Esperaré a acabar el análisis, pero me pasa como con Blade Runner, ya me has despertado el gusanillo.

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    1. Gracias Pablo!!! Me alegra que así sea, y esperaré a que lo hagas para ver qué te pareció. No faltes!.

      Un abrazo, crack.

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  9. Me parecen excelentes las entradas que realizas, un análisis muy completo y además que nos deja con un buen sabor de boca. A mi parecer el Padrino constituye un legado para la industria cinematográfica, dejando mostrar talentos de artistas como Robert Duvall , gran actor con una carrera brillante.

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