miércoles, 17 de abril de 2013

Crítica: CASABLANCA (1942) -Parte 3/6-

MICHAEL CURTIZ









En lo visual “Casablanca” es una delicia, caviar cinéfilo. La textura y profundidad que da el humo, especialmente en el blanco y negro, es increíble y aquí se le saca todo el partido. Si bien en España está prohibido fumar en sitios público debería ser obligado hacerlo en el cine, gracias a Dios en el clásico se hacía de manera habitual.

La puesta en escena y planificación de la detención de Ugarte es maravillosa, rodada a la perfección, como toda la cinta. Veremos cómo tras el ajetreo, en uno de esos sutiles detalles intrascendentes pero que hacen especial a “Casablanca”, Rick (Humphrey Bogart) coloca copas caídas mientras pone calma, un profesional de lo suyo. No será la única copa o vaso que veamos caer durante la película, Ilsa tirará una copa de champagne y Rick su vaso en su borrachera despechada mientras espera a su amada.




Yo no me juego el cuello por nadie."

Esta frase la dirá Rick en un par de ocasiones, más que nada para convencerse a sí mismo de determinadas cosas, como le dirá Laszlo, que también lo calará.

Disfrutaremos de otros dos ejemplos de dirección perfecta en sendas conversaciones que vendrán a continuación. La primera tendrá como protagonistas a Strasser, Rick y Renault. Curtiz irá reduciendo los encuadres, llegando y marcando los primeros planos, según avance la conversación y ésta se haga más tensa o íntima.

-Strasser: Usted enfatiza lo de III Reich, ¿acaso espera otro?

-Renault: Personalmente me adaptaré a lo que venga.



Las líneas de guión de Renault son excelentes, aunque las de Rick no le van a la zaga.

-Strasser: ¿Cuál es su nacionalidad?

-Rick: Soy borracho.

Rick es absolutamente neutral en todo, y esto incluye también a las mujeres."

-Heinz: ¿Nos imagina en Londres?

-Rick: Cuando lleguen pregúntemelo.

Se pasará a planos generales cuando se generalice o Rick se vaya. Un travelling de acercamiento concluirá la conversación entre Strasser y Renault, sus confidencias…

“¿Tengo los ojos pardos?”

Presentando a Ilsa y a Victor Laszlo.







La agilidad de la cámara de Curtiz nos presentará a los otros dos protagonistas que faltaban, los imprescindibles Victor Laszlo (Paul Henreid) e Ilsa Lund (Ingrid Bergman). Un travelling paseará junto a ellos en su presentación y entrada en el Rick’s Café. Juego de miradas de Sam a Ilsa, que se muestra tensa, de Ilsa a Sam… del agente de la Resistencia que a los recién llegados. Una panorámica vinculará a Laszlo con el agente que simulará venderle un anillo y que debe contactar con él, Berger (John Qualen), además el reflejo de la pareja en el espejo remarca el doble juego de todos ellos. Ugarte era el contacto, los salvoconductos eran para ellos, un guión perfectamente cerrado. El contacto es imposible, como vimos en la escena anterior.




Otra sutileza marca de Michael Curtiz, la amenazante sombra de Renault mientras el falso vendedor de anillos habla con Laszlo y el aviso de Ilsa. Perfecto uso narrativo de las sombras de nuevo.


La segunda conversación que muestra la perfección de la realización de Curtiz, como mencioné antes, tendrá lugar entre Ilsa, Laszlo, Renault y Strasser. Juegos de miradas, perfecto y significativo uso de los primeros planos, portentoso trabajo en los encuadres…


Un hombre del cual yo me enamoraría, si fuera mujer. Un ser extraño y misterioso. Así veo yo a Rick."

Plano general con los cuatro personajes; plano corto de Laszlo e Ilsa, separándolos y marcando las distancias; nuevo plano general pero desde el lado de Ilsa, toma de partido de Curtiz en este pequeño duelo; plano de Strasser y Laszlo de pie, duelo firme, Renault desenfocado, ambiguo, e Ilsa fuera del encuadre, al margen. Simplemente perfecto. Una demostración clásica de lenguaje cinematográficosignificación desde el encuadre.





El plano final de la escena volverá a ser desde el lado de Ilsa.

Tendremos juegos de miradas, como las de Strasser a Ilsa, y descripción de personajes, como la firmeza y dignidad de Victor Laszlo en todo momento.

Un interludio musical, aunque esta vez no será Sam, sino la cantante con su guitarra (Corinna Mura), nos regalará otro extraordinario momento vertebrado en las miradas, básicas en “Casablanca”, como iré comentando. Miradas de Laszlo a la cantante y a los alemanes, luego a Berger, las de Ilsa a Sam y las de Sam a IlsaLaszlo se reunirá con Berger brevemente y será informado de lo sucedido con Ugarte, quedarán para una futura reunión de la Resistencia. Todo esto es una perfecta excusa para que Ilsa pueda hablar con Sam a solas, otro detalle de perfecto trabajo de guión, todo resulta natural.

Tócala, Sam. Déjame recordar”. “Tócala, Sam. Toca El tiempo pasará”.

El primer plano de Ilsa mientras escucha la mítica canción es de una belleza y una magia inabordable. Se siente su pasado, sus pensamientos, su nostalgia. Una mirada ensoñadora, perdida, nostálgica, algo dolorosa, la de Ilsa. Quizá un amor sentido y no del todo olvidado, quizá anestesiado. Su atrevimiento denota que fue un recuerdo bonito y que quiere recordarlo, aunque ya está superado. En cambio el rostro en el mencionado primer plano nos indica que es un recuerdo que caló hondo en ella. No sabremos si por amor, aunque se intuye, amor a Rick o mala conciencia… Un larguísimo y hermosísimo primer plano, lo de los primeros planos en esta película es asombroso, que será interrumpido por… Rick.



El primer encuentro entre Ilsa y Rick es otro memorable momento de miradas y actores portentosos. El rostro noqueado de Bogart al verla, su prohibición a tocar esa canción, un tormento de recuerdos dolorosos para él… Míticos primeros planos. Por si fuera poco el “As time goes by” que toca Sam al piano se convierte en orquestal para uno de esos momentos de antología del cine, puñaladas de amor con esas miradas. A través de esos primeros planos y miradas tan esenciales en “Casablanca” llegamos a sentir lo que piensan los personajes, sentimos su pasado, el peso del mismo que los atenaza. Esto no evita que se logre transmitir ambigüedad en el espectador.





La herida oculta de Rick, enfriada en la lejanía, tan solo presente por un eco que se pretende no escuchar pero que grita estridente cuando suena un piano por petición de Bergman.

La forma en que está construida la historia de amor es una de las claves de su gran funcionamiento. El guión improvisado es un portento. Las evocadoras miradas, los primeros planos que sugieren ante nuestro desconocimiento de lo que ocurre, que exigen la espectador que indague, que cree en su cabeza una historia, generan la profundidad que hace eterna esta película, tan sentida, tan conmovedora, tan pasional…

Miradas que lo dicen todo, primeros planos, como los de Ilsa y Rick al verse, que desgarran. Lloroso y emocionado el de ella, resentido el de él. La sutilísima sonrisa de Rick al verla, dura.

-Ilsa: Fue el día que los alemanes ocuparon París.

-Rick: Un día así no se olvida.

Cuando Rick pronuncia esa frase todos sabemos y entendemos su doble sentido. ¡Qué guión! ¡Qué diálogos!

Los alemanes iban de gris y tú ibas vestida de azul." Con frases como esta es raro que Laszlo no sospeche algo…

En la conversación entre Rick e Ilsa, junto a Renault y Laszlo, se usarán a la perfección los primeros planos, sobre todo de Ilsa, cuando sea Rick el que hable se la incluirá a ella en plano, pero no sucederá al revés, donde aparecerá ella en solitario. Ella es la permanente presencia que tiene en la cabeza Rick.

-Ilsa: Nadie en el mundo es capaz de interpretar “El tiempo pasará” como Sam.

-Rick: No lo había hecho hacía mucho tiempo.

En las miradas y diálogos de la pareja está todo el peso de un pasado lleno de amor, pasión… y dolor. Parecen hacerse el amor con las miradas, ante la digna presencia de Laszlo.





Renault mandará seguir a Laszlo justo antes de que veamos el dolor de Rick en primer plano. Un Café cerrado, oscuro y solitario con la única compañía de una botella y un pianista fiel. Rick pasará su noche de autoflagelación, autotortura y borrachera.

El flashback.

Siempre recordaba a color el flashback, un flashback introducido por el “As time goes by”, que Rick también pedirá a su amigo Sam, y La Marsellesa. Un flashback luminoso, distinto al tono del resto de la película, como debía ser. Un contraste marcado. El flashback es imprescindible en la narración ya que desarrolla y hace comprender a los personajes y sus circunstancias notablemente. El flashback es la puerta al corazón, blindado hasta ese momento de la historia, de Rick. Es la manifestación cinematográfica de los sentimientos que Rick guardaba tras su dura y cínica pose, algo maravilloso desde el punto de vista del lenguaje cinematográfico. Aquí se explica el porqué de ese blindaje, qué lo transformó, qué lo hizo ser como vemos en su Café. Un misterio maravillosamente forjado y creado en la narración, que se va abriendo, desvelando poco a poco. Es la magia.

Curtiz, en otro rasgo muy característico suyo, usa mucho la abertura de plano, un travelling de retroceso que va del plano corto a uno más amplio o general. Así veremos a Bogart, antes de ir al flashback, en primer plano y lo irá abriendo hasta mostrar toda la escena y las intervenciones de Sam. Luego hará el movimiento contrario, lo cerrará, mostrando la obsesión y perturbación del personaje, mientras conversa con Sam y escucha la música que le trastorna. El intermitente foco externo que ilumina la puerta del fondo da una especial textura visual a toda la escena y al momento.




Ella va a venir. Yo sé que va a venir."

De todos los garitos de todas las ciudades de todo el mundo, ella entra en el mío."

La tocaste para ella, tócala para mí”. “Si ella la resistió, yo también. Tócala."

Cuando Sam toque las primeras notas de “El tiempo pasará”, leit motiv continuo en la película, la cámara se acercará aún más al dolorido y resquebrajado rostro de Bogart, vemos el pasado en sus ojos. La reflexión sobre el pasado, el dolor, la nostalgia, el cariño que se siente ante el mismo… y que logra transmitir “Casablanca”, es increíble. “Casablanca” hace el pasado tangible. Por ello se identifica tanta gente, todos sabemos lo que se siente al rememorar un pasado doloroso o bello, quizá al oír una canción, como Rick, por ejemplo. 

Curtiz acercará el plano al rostro de Bogart hasta en tres ocasiones, hasta un primerísimo primer plano cuando coge su cigarro. En ese momento la orquestación subirá ocultando el piano de Sam y sublimando “El tiempo pasará”, mientras una nebulosa desemboca en el Arco del Triunfo y la música en La Marsellesa. Ese curioso movimiento de la cámara de Curtiz, primero alejándose y luego acercándose paulatinamente, muestra un inicial respeto al dolor del personaje, discreción, para convertirse en solidaridad y comprensión con la aproximación.

Momentos de felicidad que se tornarán duros y marcarán a fuego a los personajes, sobre todo a Rick. Estampas de jovialidad y amor sin preocupaciones, veremos los rostros felices de Rick e Ilsa juntos, un Rick que sonríe, algo que parecía imposible, alegre, feliz, distinto. Las transparencias que van variando de fondo, sin complejos, cambiando el decorado. Ajenos al lugar y al tiempo. Preciosa metáfora poética de su relación. Paseos en coche, en barco…






Dijimos sin preguntas”.

Champagne, bailes, besos, miradas… Es muy bello visualmente el plano íntimo de la pareja, cuando Ilsa ofrece un franco por sus pensamientos a Rick, con reflejos acuosos, de la chimenea parece, que dan una textura y una sensación onírica y de perfección al momento. El vestido de Ilsa parece querer mostrar su verdadero color. Del plano general se pasará, mediante un travelling, a uno más cercano y luego al plano-contraplano íntimo.

Descubriremos el pasado de Rick, el de Ilsa deberá esperar un poco. Efectivamente era un idealista, un sentimental, un romántico. Comprometido. En la lista negra alemana. Viviremos la entrada alemana en París al ritmo de los cañones y de los latidos del corazón de Ilsa. La ruptura de Rick e Ilsa acaba siendo también una pequeña metáfora de la destrucción de sentimientos y relaciones que supone la guerra, de lo que destruyeron en este caso los nazis.


La sombra del cartel de “La Belle Aurore” vuelve a resultar premonitorio. Como nos comentó Rick, ahí fue donde vio a Ilsa por última vez. Nuevo uso con contenido de las sombras. De la sombra pasaremos al plano general donde veremos el recinto, con Sam siempre fiel al lado de Rick. El plano se irá cerrando en un marco de supuesta felicidad al ritmo de “El tiempo pasará”, que aún no había adquirido su carácter amargo… y es que, ¡cómo pasa el tiempo y cambian las cosas y los sentimientos hacia ellas…!





La estampa de felicidad es relativa, Ilsa está inquieta y apesadumbrada, algo pasa y se intuye en una perfecta actuación y dirección de actores. Ella ya sabe que deberá abandonar a su amor. Como siempre lo veremos retratado en un magnífico primer plano de Bergman, que en esta cinta tiene algunos de los mejores de la historia del cine.








El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos”.

Cuando Rick hable de matrimonio ella no podrá evitar llorar.

Bésame, bésame como si fuera la última vez."

Como he comentado, Ilsa derramará una copa de champagne en el flashback, justo en el beso, la derramará como se derramarán las letras de la carta que escriba a Rick en su adiós, deshaciéndose en la lluvia que cae sobre ellas. La perfecta imagen de la vulnerabilidad, fugacidad y levedad del amor y las relaciones. Absolutamente magistral.





Bogart forjó su mítica e iconográfica imagen definitiva en esta cinta, su sombrero, su cigarro, su gabardina y su forma de comportarse serán eternos para siempre. Lo veremos en la estación mientras espera a su amada bajo la lluvia, una lluvia simbólica de la desolación del personaje, de su abandono. Un ser completamente derrotado al partir el tren. El humo del tren nos servirá de transición para volver al presente, donde se derramará otro vaso. Sentimientos derramados. Será la mano de Rick la que lo derrame, una mano que vimos en su presentación y que como allí la veremos antes de mostrarnos su atribulado rostro. Una planificación rigurosa y precisa.


En la vuelta del flashback hay un evidente, y torpe, truco de puesta en escena, ya que veremos a Rick sentado en otro lugar distinto al que estaba al viajar al pasado, simplemente para que la entrada de Ilsa quede mejor mostrada y con acceso a la mirada de Rick. Se intentará explicar con que Rick se levantó, está su silla caída también y Sam la coloca, y se volvió a sentar en otra, pero resulta claramente forzado.





Una nueva y sutil sonrisa se dibujará en el rostro de Rick, satisfacción y amargura en ella al verla entrar, como predijo. Allí será de todo menos comprensivo y sensible, soltará una metralla de reproches. Duro, desagradable y grosero. El alcohol y su dolor resentido no admitirá ni dará opción a que Ilsa se explique. La aparición de Ilsa es casi angelical… o fantasmal. Mágica.









 


Dedicada a Pablo Lázaro y Penny Lane, cinéfilos y románticos, como no puede ser de otra manera gustándoles Casablanca.


Lee aquí la 1ª Parte del análisis.

Lee aquí la 2ª Parte del análisis.

Lee aquí la 4ª Parte del análisis.

Lee aquí la 5ª Parte del análisis.

Lee aquí la Última Parte del análisis.

4 comentarios:

  1. Lo que distingue a Velázquez y lo convierte en el más grande pintor de la historia es que era capaz de pintar la atmósfera, convirtiéndola en un personaje más dentro del cuadro.

    El humo en el cafe y en la estación de tren, la lluvia mientras Rick espera a Ilsa o la niebla cuando se aleja junto a Renault son un personaje de la película. Esos detalles que la convierten en una obra maestra imperecedera.

    Nunca he visto una actriz como Ingrid Bergman. Aunque no pronunciase una frase en toda la película daría lo mismo. Lo que es capazde transmitir con la mirada en cada plano es irrepetible. Casi se puede decir lo mismo de Bogart, pero entonces habríamos perdido algunas de las mejores frases de la historia del cine.

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  2. Ilsa/Bergmann. Esa dulzura. Y un Rick/Bogart sonriente.

    Y el amor, la decepción y las heridas dolorosas.

    Ay!!!

    Me callo, poco puedo aportar.

    Disfrutando mucho, con dos posts del tirón!!! En el ecuador del análisis…

    Gracias sensei!!!

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    1. Gracias a ti, a ver si logro que sigas disfrutando con lo que queda.

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