martes, 12 de marzo de 2013

Crítica: LONE STAR (1996)

JOHN SAYLES









Una joya dirigida por John Sayles que conjunta los dos géneros más completos y complejos del cine, el western y el cine negro. Ambos géneros tienen más aspectos en común de los que pueda parecer gracias a la versatilidad de los mismos, los dos géneros que admiten cualquier tipo de tema, los dos únicos géneros que lo admiten sin forzar, sin estirar o mezclar con otros géneros o matices, de forma natural. La venganza, el odio, la bondad, el humor, el crimen, la inocencia, la perversión, el orgullo, el héroe, el antihéroe… todo lo que se nos ocurra tiene cabida en estos dos maravillosos géneros que Sayles ha tenido el acierto de unir en esta estupenda cinta.


Para ello nos sitúa en la frontera, lugar mítico en ambos géneros, desde idílico y paradisiaco a desmitificado y lugar de acogida de delincuentes. Un lugar de libertad o un lugar donde todo acto delictivo tiene cabida.


La frontera es indispensable en el western y en el cine negro, el lugar de la huida, el refugio, el lugar donde encontrar respuestas y resolver crímenes, el cobijo del delincuente, el caldo de cultivo de la corrupción, libertad y libertinaje. Un lugar que es más que eso, un lugar simbólico, que implica tránsito, cambio, descubrimiento, superación…

Lone Star” es una historia moderna de frontera, de mestizaje, de mezcla, de conflicto entre razas, también de contrastes, de amor y odio entre ellas, tanto de solidaridad y ayuda como de racismo y persecución, de temores y complejos, de pasados enquistados que da miedo superar a un presente que pretende quitarse prejuicios y dichos complejos.

Una película de historias cruzadas, compleja y potente.



La dirección de Sayles es deslumbrante, de una sobriedad extraordinaria, que es la base de la categoría y nivel que adquiere la película, y de una originalidad y brillantez en la puesta en escena y soluciones visuales que maravillan.

El pasado, los secretos, las familias, los relatos orales, las mentiras… Sayles teje un entramado realmente fascinante donde a través de la típica estructura de investigación descubrimos un mundo que permanecía oculto o que pretendían mantener oculto los múltiples personajes que pueblan la narración.


El pasado, su concepto, es casi la base de la película, un pasado sin el que no es entendible el presente, un pasado que no se debe olvidar y que es necesario aclarar y mostrar, entender en toda su inmensidad, es ahí donde la puesta en escena de Sayles tiene sus momentos más originales, en esa vinculación que se hace del pasado y el presente en un mismo plano moviendo la cámara con una suave panorámica, sin que ningún corte medie aparentemente. Una panorámica que nos sitúa del presente en el pasado y viceversa, mostrando que lo uno es consecuencia de lo otro siempre.


Estas transiciones que se suceden en varias ocasiones son realmente brillantes, uno de los aspectos más destacados de la puesta en escena.

Todo ello nos lleva a temas de enjundia, tratados con profundidad y con un magnífico aliento clásico, de hecho se la puede considerar así con toda tranquilidad. Corrupción, amor, miedo, racismo, la desmitificación de la leyenda, como en John Ford… Todo tratado con talento y saber hacer.



Sayles opta por la sobriedad, un tono árido, seco, como la arena que rodea ese pueblo de Texas en el que se mueven los personajes, sin concesiones ni alardes, sin adornos, directo, como la buena novela negra, hipnotizando al espectador que quedará atrapado en su excelente dirección.

El descubrimiento de un hombre muerto en Texas, en un pueblo habitado por numerosos inmigrantes mejicanos, hará que Sam, el sheriff interpretado magníficamente por Chris Cooper, desentierre hechos del pasado que pretendían ser ocultados por muchos, algunos íntimamente ligados a él mismo y su padre.

Narración pausada pero intensísima.


Buddy Deeds, interpretado por Matthew MacConaughey, es el padre de Sam, un padre que aparece en pantalla más joven que su hijo en esas transiciones al pasado, y al que Sam no admira como lo hace el resto del pueblo, que lo considera un mito, un sheriff excepcional. Sam conoció a su padre y cuando descubre ciertos aspectos de su pasado sospecha que de mito tiene poco.


Mandamases blancos que dominan el cotarro, racismo a raudales del que el padre de Sam era partícipe, un Sam que está enamorado de Pilar, (Elizabeth Peña), de sangre mejicana. Sam vive acomplejado bajo el peso del prestigio de su padre, pero no busca reivindicarse, busca la verdad, especialmente de su pasado.



La mayoría de escenas son conversaciones entre personajes, a menudo dos, y bien se cuenta un relato informativo o bien se dilucida un conflicto, por ejemplo en la primera vista al pasado donde charlan Buddy con el despreciable Charlie Wade (Kris Kristofferson), y donde  Buddy se niega a hacer el trabajo de saqueo a los mejicanos que le manda Wade. La conversación está rodada en perfecto plano-contraplano, donde para resaltar el conflicto Wade aparece de pie y Buddy sentado, marcando la diferencia. La tensión que transmite Sayles con su estilo sobrio es asombrosa en todas las escenas de este tipo. Cualquier cosa puede pasar en esa calma tensa.



Sayles usará la cámara al hombro en escenas de tensión, como el crimen que se comete en el bar de negros.

La idea del pasado, su verdad, está siempre presente, por ejemplo en la discusión sobre la asignatura de historia y sus contenidos, donde los mejicanos y los norteamericanos no se ponen de acuerdo acerca de cuál fue la verdad de esa historia.



El conflicto, las relaciones entre padres e hijos, es uno de los vehículos dramáticos de la cinta, no sólo el mencionado entre Sam y su padre, también lo veremos con Pilar y su hijo, e incluso con su propia madre, o con el Coronel Del, interpretado por Joe Morton y su hijo, al cual presiona y pretende definir su destino en la creencia de que para superar los problemas de raza deben ser superiores a los demás; como también tendrá un conflicto con su propio padre, Otis (Ron Canada). Todas las líneas dramáticas están fundamentadas en conflictos familiares, especialmente entre padres e hijos, y todas ellas están unidas y entremezcladas.

Otra conversación, esta vez entre Sam y Hollis (Clifton James), está rodada en plano-contraplano y con diferentes alturas, siendo por tanto los planos y contraplanos en picado y contrapicado sucesivamente. Aquí se vuelve a recalcar la tensión y diferencias entre los conversadores, uno defendiendo la reputación de Buddy y otro, su hijo, creyendo que su mito puede estar fundamentado en un crimen. Su padre va a recibir un homenaje en esos días además. 

No hay ni una pizca de maniqueísmo, vemos a blancos defender y ayudar a negros, a negros siendo exigentes con los de su propia raza, discusiones entre un blanco y un negro acerca de otro negro donde el blanco es el que se muestra comprensivo con aquel… 

Un nuevo viaje al pasado es resuelto con violencia, tensión y conversaciones en plano y contraplano a distintas alturas. Wade (Kris Kristofferson), comenzará sentado pero acabará de pie ante un chaval tirado en el suelo al que ha derribado de un puñetazo y apuntándole con una pistola, siempre se muestran de esta forma las disputas, una forma sencilla, expresiva y eficaz.


Lone Star” también es una reflexión sobre la justicia y la ley, un ser despreciable asesinado, un hecho que todos ocultan y ante el que el protagonista busca luz, una muerte que todos deseaban pero que debe ser aclarada y juzgada. Las motivaciones de Sam dan una ambigüedad excelente a la película en este sentido. ¿Busca la verdad, hacer justicia o cumplir la ley, o es más bien un ajuste de cuentas con su padre por impedir su relación con Pilar?


Uno de los mejores detalles de dirección, de más talento, es el juego de los planos y contraplanos, y su significación. A lo mencionado, que es simplemente un apunte, esa confrontación remarcada en las distintas alturas, añadiremos la maestría con la que están ejecutados todos ellos. Las conversaciones a menudo encuadran a uno de los personajes solamente, a veces con mucho aire a los lados (aire se refiere a que no es un plano sobre el rostro, sino que se muestra el entorno y los márgenes del cuadro con generosidad), incluidos en su entorno. Cuando un plano es ocupado por uno solo de los actores nos indica las diferencias que tienen los dos conversadores, su distancia. Un gran ejemplo lo tenemos en la conversación entre padre e hijo, Del y Otis, en el bar del segundo, cada uno habla en su cuadro, pero en sutiles momentos de acercamiento se les incluirá a los dos en el mismo plano aunque sea de forma leve, están intentado recomponer una relación. Fijarse en cómo están rodados los planos y contraplanos es un auténtico lujo que nos regala la película. Sobriedad y sencillez para la significación.







Sam no perdona a su padre que se interpusiera en su amor con Pilar cuando era joven, el cine será escenario de la separación y también del final de la película.




Preciosa escena de amor, con una iluminación muy matizada, oscura e íntima, un deseo desbordado, un amor que aún debe quitarse complejos del pasado.




Los personajes de “Lone Star” están atrapados, encarcelados, esclavizados por los prejuicios, los complejos y el pasado.

La escena entre Frances McDormand, su ex mujer, y Chris Cooper, donde ella muestra su inestabilidad, redunda en ese universo de personajes insatisfechos, amargados e infelices que parecen haber seguido un guión prefijado que nada tiene que ver con lo que hubieran deseado. Un mundo repleto de frustración y abatimiento al que la relación entre Sam y Pilar intenta poner un toque positivo.

Las resoluciones, los conflictos que se aclaran o se perdonan, los prejuicios y rencores que se vienen abajo también están tratados con suma sobriedad, una emoción contenida, buena muestra la tenemos en la escena en la que Del va a ver a su padre y descubre, mediante la actual mujer de éste, que lo ha admirado siempre, que ha estado muy orgulloso coleccionando y guardando todos los recortes con sus éxitos. Gestos preciosos, parcos, austeros, contenidos, sencillos…

Los giros de guión en la resolución son sorprendes y perfectamente llevados, repletos de coherencia y lejos de la búsqueda de impacto gratuito tan de moda en la actualidad.

Lone Star” es también una película sobre el perdón y la madurez, sobre el conocimiento de uno mismo y la asunción de los defectos, sobre orgullos superados y prejuicios desmontados. Como ejemplo de estas cuestiones podemos poner cualquiera de las múltiples historias que Sayles nos cuenta y donde se superan conflictos, ahí tenemos la de Del con su padre y su hijo, por ejemplo.

La historia central, la de Sam, también tendrá su resolución con la ¿desmitificación? del padre por su hijo, un padre infiel, ¿corrupto? y ¿asesino?… En el desvelamiento de lo que ocurrió con Charlie Wade tendremos una nueva transición al pasado en un solo plano espectacular con un sutil movimiento de cámara. Una vez en el pasado se hace el presente.

La banda sonora blusera en esta escena es tremenda.

Un reparto excepcional donde grandes actores tienen pequeños papeles pero donde todos están sublimes, un elenco amplio en estado de gracia y un guión y una dirección excelentes.

Un final brillantísimo, final, desprejuiciado y atrevido, que sublima con maestría una de las grandes películas del cine contemporáneo. Un final que da sentido a todo, a todos los comportamientos, de forma maravillosa y que con la decisión de Sam y Pilar, ante el cine donde Buddy les separó, se rompe con el lastre de ese pasado omnipresente de forma definitiva, o al menos se intentará.

Una excepcional obra de John Sayles, repleta de libertad, talento, inteligencia y emoción.




3 comentarios:

  1. Ya echaba de menos pasarme por aquí (el día tendría que tener 35 horas) y creo que ha sido un acierto hacerlo con este post:) No había oído hablar de esta película, y por todos los temas que toca y el buen hacer de su director, debe ser una película maravillosa. Me encanta todo lo que cuentas de la FRONTERA, y sobre el western y el cine negro. Para tomar apuntes:)
    Un abrazo,
    Patricia

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    1. Hola Patricia, ya se te echaba de menos. Creo que es posible que te guste, si la ves cuéntame tus impresiones enseguida...

      Un abrazo fuerte.

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