jueves, 30 de mayo de 2013

Crítica: SCARAMOUCHE (1952)

GEORGE SIDNEY











Clásico absoluto del cine de aventuras, espadas, retorcidísimos secretos familiares, humor y romanticismo. No sólo fascina por su trepidante ritmo, magnífica dirección, escenas de acción y romanticismo, por sus situaciones límite e imaginación desbordante, sino porque además cuenta con un extraordinario elenco de personajes inolvidables y de actores excelentes.

De entre la amplia gama de personajes buenos destaco dos, el propio Scaramouche, André Moreau (Stewart Granger) y su incondicional novia Leonor (Eleanor Parker), ellos son de lo mejor de una película que sólo tiene virtudes.


"Scaramouche" está basada en la novela del mismo nombre de Rafael Sabatini, autor entre otras de “El Capitán Blood”, “El Halcón del mar” o “El cisne negro”, historias de aventuras y espadachines, novelas de capa y espada que fueron verdaderamente exitosas no sólo como novelas sino como adaptaciones cinematográficas.



El encantador sinvergüenza André Moreau es testigo directo de cómo el marqués Noel de Maynes mata en duelo a espada a su hermano adoptivo Philippe de Valmorin, por lo que se ve obligado a huir para no correr la misma suerte pero no sin antes jurar venganza. Para ello tendrá que ocultarse en un teatro errante donde hará el personaje enmascarado de Scaramouche. Desde esa posición irá planeando como cumplir su juramento y venganza. Todo ambientado en la Francia prerrevolucionaria.


Volviendo a los dos personajes destacados anteriormente diremos de Scaramouche que es frívolo, alegre, encantador, divertido, de sentimientos variables, poco estable, liante, mentiroso, superficial, enamoradizo, pendenciero, impulsivo, manipulador, jovial, carismático... un encantador sinvergüenza en definitiva, muy bien interpretado por Stewart Granger y que podía haber sido un papel digno también para un Cary Grant por ejemplo.

Leonor es interesada, romántica, idealista y materialista a la vez, contradictoria, soñadora, manipuladora, seductora, coqueta, generosa y sacrificada en sus sinceros sentimientos hacia Scaramouche.

Si algo me desagrada de la película es que estos dos personajes no acaben juntos.

Lo cierto es que en su aparente ligereza y su indisimulado y exagerado tono folletinesco, todo está perfectamente calculado desde el guión y la magnífica dirección de George Sidney. Este estupendo director cuida todo con el máximo detalle, logra transmitir la jovialidad, ligereza, fuerza y energía de sus personajes e historia, dando un ritmo trepidante, fascinante, repleto de acción, humor, romanticismo y aparente despreocupación. Ese detallismo lo podemos ver por ejemplo, en la evolución del enfrentamiento entre Scaramouche y el marqués Noel de Maynes a través de sus sucesivos encuentros y duelos a espada. En el primero Scaramouche, que aún no ha aprendido a manejar la espada, es humillado por el marqués y se libra con fortuna de la muerte. En el segundo, después de haber recibido clases del mismo maestro de esgrima que Noel de Maynes, llamado Doutreval, se logrará defender ya, aunque a duras penas y teniendo los fundamentos básicos pero desconociendo las sutilezas del arte de la esgrima. En el tercero y último, después de recibir clases del maestro del propio Doutreval y de que con la colaboración de Leonor y Alina (Janet Leigh) impidieran otro duelo de forma prematura en varias ocasiones, es Scaramouche el que resulta vencedor por fin. Una progresión cuidada y perfecto ejemplo de que no se deja nada al azar.



Otro aspecto muy significativo es el de las máscaras, todo el mundo tiene alguna de algún modo, nadie es quien dice ser. Todos, o bien se hacen pasar por otro, ocultan su verdadera personalidad o confunden inconscientemente la suya. Así André Moreau usará la máscara para ser Scaramouche; el marqués Noel de Mayne y Alina tendrán una identidad desconocida o equivocada en principio para Scaramouche; el propio padre de André Moreau (Scaramouche), oculta su verdadera identidad a éste; el hermano adoptivo de André, Philippe de Valmorin, se oculta de la justicia en su cruzada revolucionaria con un nombre falso; el maestro de esgrima Doutreval entrena a su “enemigo”, que no sabe sus verdaderas ideas; el marqués Noel de Mayne nos descubrirá la verdadera identidad de Philippe en la escena del duelo de ambos; tanto Alina como Leonor mentirán a Scaramouche para evitar que se bata en duelo con el marqués; el Scaramouche original, como no podía ser de otra manera, aparecerá con máscara, así como toda la compañía de teatro de Leonor, ella misma es actriz, usará un montón de vestidos distintos y ocultará su verdadera identidad cuando le interese, como pasa al intentar casarse por ejemplo. La compañía de teatro y su función es básica en el tema mencionado, como es lógico, y además añade una interesante reflexión sobre la vida como arte, como gran mascarada, la vida como teatro, como ficción, vinculando la vida verdadera con la actuada llegando al punto culminante en la escena del duelo final, donde Scaramouche saldrá del escenario y de su papel de actor para dar la cara antes Noel de Mayne. El engaño del teatro, el uso de máscaras, el homenaje a la comedia del arte y sus personajes están perfectamente integrados con el espíritu de la obra y de los sucesos que acontecen. Un canto a la idea lúdica de la vida.





Scaramouche” es una de las mejores películas de George Sidney, si no la mejor, un director que ha cultivado todo tipo de géneros y que tiene una puesta en escena generalmente espectacular, fresca, lujosa y rica. Aquí nos deleita, como en otras, con un mundo de color, jovial, fresco, donde todo el mundo parece estar pasándoselo pipa, lleno de ritmo, picardía, humor y entretenimiento, pero nada superficial, todo es un adorno para la profunda inteligencia que desprende su sabiduría cinematográfica. Por ello en dicha puesta en escena se ven sus intenciones en todo momento de forma sutil, aplicando la tesis de que el mundo es un teatro casi en cada plano. Un buen director.




Entre sus películas más destacadas encontramos “Escuela de sirenas” (1944), para mayor gloria de Esther Williams, el musical “Levando anclas” (1945), mítico título a mayor gloria de, en esta ocasión, Gene Kelly y Frank Sinatra, o la magnífica adaptación del título de DumasLos tres mosqueteros” (1948), una película también de aventuras con espadachines, como todo el mundo sabe, y que como ésta que nos ocupa es una gozada llena de color, ritmo y vitalidad desbordante.



Siguiendo el tema de la tesis de Sidney en esta película debemos mencionar su excelente puesta en escena, con múltiples planos o secuencias enteras donde un personaje observa a otros a modo de espectador o en un plano distinto. Otras veces los veremos espiando y en otras ocasiones el director sitúa la cámara desde un lugar alejado para crear esa misma sensación. Esto entronca con la idea del mundo como teatro, donde en ocasiones somos espectadores y otras veces actores. Como ejemplos tenemos la estupenda escena del coche de caballos  tomado por Scaramouche para impedir el casamiento de Leonor con un rico y veterano ingenuo. Su aparición por encima de ambos en el coche se asemeja al de una deidad encuadrada en la ventana superior y con el cielo de fondo. Una deidad que mira socarronamente a su lasciva y manipuladora amiga, vestida con un traje de novia con lacitos de colores, un arco iris de lujosa vulgaridad. Otros ejemplos los vemos en la escena donde Scaramouche espía a Doutreval; donde vemos, al inicio de la película, en un plano lejano luchar al marqués Noel de Mayne; en el plano donde el propio Noel de Mayne y la reina observan a las pupilas entre las que será elegida Alina; escenas donde André Moreau observa a Alina a cierta distancia o cuando se ve obligado a mirar el combate de su hermano adoptivo con el marqués etc.etc.etc. Todo esto sin mencionar el evidente recurso del teatro, su homenaje a la comedia del arte en sí mismo y cómo muchos personajes miran embelesados la actuación.


Es obligado hacer mención a Mel Ferrer, que está esplendido en su papel de villano que no lo es de una pieza exactamente, ya que es capaz de sentimientos y acciones comprensivas con Alina por ejemplo, y su espectacular manejo de la espada. También a Janet Leigh, perfecta en su rol secundario.



Hay muchísimas escenas destacables en “Scaramouche”, desde el mismo inicio con Noel de Mayne combatiendo por placer y eliminando contendientes, al cual se nos presenta en un alejadísimo plano general en contrapicado; la divertida presentación del héroe y su enredo buscando a Leonor; la memorable escena que le sigue, donde Leonor va a casarse y André irrumpe en su carruaje para impedirlo, donde están los mejores valores de la película, humor, picardía, luminosidad, descripción de personajes, talento de puesta en escena… La vivaracha escena del coqueteo entre Scaramouche y Alina, todo el flirteo y su resolución final, otra chica, otro carruaje, otra escena que condensa los aspectos más vitalistas y alegres de un film tremendamente vitalista y alegre. Más escenas destacadas, el duelo entre Philippe y Noel de Maynes, el primero un personaje al que Sidney le dedica 3 escenas pero le da la suficiente importancia para que te encariñes con él, le dedica mimo, por eso su muerte impacta más para hacer comprensible la venganza a la que se dedicara André desde ese momento. Memorables son, igualmente, los momentos en el teatro donde André Moreau se convertirá en Scaramouche, con tremendo éxito además, y todas las escenas donde le vemos ejerciendo de actor. Sidney dedica todo el tiempo del mundo a estas escenas, homenaje sentido al teatro y a la comedia del arte. Mención especialísima tienen todas y cada una de la escenas donde Eleanor Parker y Stewart Granger comparten  plano, su extrema picardía, su liberalidad amorosa, esa llamada “química”, sus enfados y reconciliaciones, son una de las grandes marcas diferenciales de la película. Los minutos pasan sin darse cuenta cuando ellos interactúan. Las clases de esgrima también son extraordinarias, con un Granger que muestra sus habilidades en estas lides. Tras el duelo entre Noel de Maynes con Philippe y el propio André, podemos disfrutar del segundo entre los dos antagonistas, en esta ocasión accidentalmente al descubrir el marqués las clases que Doutreval le está dando a André, otro momento cumbre. Una bonita escena entre nieblas, una escena romántica, de increíble fotografía, desarrolla la relación entre Alina y André Moreau, un amor aparentemente imposible. Me decepciona que al final sea ésta la pareja que llega a buen fin y no la de André y Leonor, que parecen tal para cual. Es curioso que mientras en la relación entre André y Leonor se suceden las escenas pasionales y carnales, en las que protagonizan André y Alina ni siquiera hay un simple beso durante toda la película, incluido el final.





Se podrían mencionar más, pero es momento de destacar, quizá, el punto más álgido de esta obra maestra. El combate definitivo entre AndréScaramoucheMoreau y el marqués Noel de Maynes en un teatro y por todo él mismo, escenario, gradas, asientos, al borde de la caída desde las alturas del antiteatro o entre bastidores. Uno de los más grandes y mejores duelos de espada jamás realizados, de unos 7 minutos, rubricado con esa escena de amor donde Leonor renuncia a André, un momento, el de Leonor, francamente emotivo. Puro cine con mayúsculas.




Resulta simpático ver los paralelismos entre “Scaramouche” y “La guerra de las galaxias”. Los duelos a espada, especialmente el final; la sorprendente resolución de secretos familiares, especialmente los finales; que el mismo maestro enseñe a los dos antagonistas; el uso de máscaras para cubrir el rosto desfigurado del verdadero Scaramouche; la atracción del protagonista hacia su supuesta hermana, aunque en “Scaramouche” va en sentido contrario al de la saga galáctica…

Todos los aspectos técnicos y artísticos son magníficos, desde las interpretaciones, las ya mencionadas y la de Stewart Granger, que está maravilloso, o los secundarios, todos ajustadísimos, hasta el montaje, ágil y dinámico, o la dirección ya destacada. La fotografía y la música son de una altura impresionante, con momentos sublimes. La música subiendo en el momento en que Scaramouche perdona la vida a Noel de Maynes o la fotografía realzando los colores, dando una vivacidad, alegría y dinamismo totalmente acorde con el espíritu de la película o sumergiéndonos en románticas escenas entre nieblas, como las del inicio o la mencionada escena romántica entre André y Alina. Una fotografía ejemplar, en exteriores, interiores, de día o de noche.








Salvo por el desenlace de la relación amorosa, que como comenté no me gusta, hubiera preferido otra elección por parte del protagonista (aunque Leonor acabe con Napoleón), que es lo único negativo que se me ocurre oponerle, “Scaramouche” es un deleite en su totalidad. Las lagunas de guión, las cosas poco verosímiles o el recurrir al tono folletinesco no son, en absoluto, defectos. George Sidney es perfectamente consciente de lo que hace y aplica todos los elementos sin el más mínimo complejo, los maneja a su antojo logrando una obra cumbre del cine de aventuras.




9 comentarios:

  1. Scaramouche, scaramouche, will you do the fandango…🎶)

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  2. Lo único que me pone de los nervios es ese maquillaje y vestuario tan fifi…

    Pero porque lo veo con mis ojos. Con los de la nena torbellino que fui no tendría la más mínima importancia. Es más, ella me parecería una verdadera princesa elegante y señorial…supongo…pero el color estorba ahora. Envejecen mejor las de B/N. Y eso q es trepidante y divertida…

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    1. Yo es que tengo la capacidad para captar y adaptarme a las formas pasadas, exageradas o no, cuando la palidez era sinónimo de belleza y el moreno de vulgaridad...¡Cómo hemos cambiado! jajaja. Quizá por eso no me molestan tanto ese tipo de cosas, sus excéntricos y ultra elegantes vestuarios, incomodísimos, y ese tipo de cosas, pero entinedo que pueda pasar.

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  3. ¡Viva la palidez!

    A mí lo que me fastidia es la mota gorda que ponen a Leonor en el pómulo izquierdo. La piel sin manchas reales o fingidas, por favor.

    La verdad es que uno se pasa la película deseando que ambos sienten las cabezas juntos. Lo peor es que a ella le endilguen a Napoleón.

    Que acabe con la pareja Scaramouche-Alina es una manera de establecer la madurez de André y ensalzar los valores del matrimonio fiel. Encuentra su amor verdadero en una mujer que no va de un hombre a otro, intentando casarse con viejos ricos por sus fortunas; su impulso sexual se le queda fijado en la mujer concreta, Alina, en vez de estar revoloteando de una mujer a otra.

    El posible problema sería André, ¿va a olvidarse de André?. Por un lado, perdió el combate sin que le matara, con lo que se puede imaginar que Noel sabe que ya no hay afán de venganza contra él, además de que probablemente se entere de que son hermanos. No sé, pero a mí el personaje de Noel me parece el tipo que intentaría la revancha, aunque lo haría tratando de ajustarse a las normas del honor, no es un tipo que asesine por la espalda. Además pierde a Aline, a la que ama y no tenemos motivo para negárselo. Que se mantuviera la pareja Aline-Noel supondría la garantía definitiva de que Noel no buscaría venganza tres meses después, quedaría implícita la posterior redención a través de ese amor. Claro, que entonces quedaría en duda que André sentara la cabeza, o que Leonor no siguiera intentando casarse con ricos en un futuro infeliz para ambos.

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    1. Comentario TOP, Rojo4. Acertadísimas reflexiones y concuerdo en todo, incluso lo del lunar, que parece ponen para vulgarizar el personaje.

      La elección de Alina supone exactamente lo que comentas y también valoro la hombría de Noel. En los tiempos actuales daría para una secuela jajaja.

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  4. exite una fotografia en la que se ven a Andre y Noel juntos enfrentando una muchedumbre producto del comienzo de la revolucion francesa y existe otra fotografia en la que se ve a noel en el suelo con sangre en la comisura de sus labios y andre mirandolo como lamentando su muerte a manos de la muchedumbre, es todo lo que he visto no se como subirlas pero si lo supiera te las mostraria, al parecer el director george sidney tenia pensado otro final para la pelicula, puesto que estas fotografias en blanco y negro mostrando escenas de los dos hermanos al lado asi lo prueban sin embargo parece que se decidio por un final rapido y contundente, se preguntaba quien subio estas fotos la web si algun dia se podra ver una reedicion de la pelicula en dvd con esta escena rescatada, no lo sabemos ni siquiera cuanto se filmo de este final lo unico que hay son estas dos fotografias que podras encontrar en la web. Te felicito por interesarte tanto por un viejo film como scaramouche del cual se dice que la escena del duelo es la mejor escena de esgrima de la historia del cine desarrollada por dos actores sin dobles , una verdadera joya de un cine que no se hacia con efectos de computacion y con la intencion de reflejar otros valores como la violencia de las clases altas, las diferencias sociales, los hijos no reconocidos y sus consecuencias, los amores pasajeros y por conveniencia, los flechazos y el utilitarismo de la politica, sin dejar de olvidar las pasiones de la masculinidad y la femeneidad, con un toque de sexualidad sin mostrarla, cine de calidad para mentes de calidad, algo raro de ver hoy en dia. Necesitamos volver a buenos libros y buenos actores como los de esta pelicula para tener algo que trascienda, dejar los productos carilindos de hoy y los libros cuyo final se anticipa para usar mas la cabeza para dar vuelo al corazon, la cabeza, pelead con la cabeza olividad el corazon,,, una frase tan cierta que no se encuentra tan facil hoy en dia. Saludos y os felicito por tan buen blog.

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    1. Muchas gracias por tus palabras y estupendo comentario, Anónimo. Me ha interesado mucho el tema del otro final y las fotos que citas, voy a ver si las descubro, ojalá en futuras ediciones bluray o dvd podamos ver algo.

      Cierto es que ya no se hace cine como el de antes, la gloria máxima acabó en los 50, aunque siempre haya películas interesantes. Lo bueno es que siempre podemos rescatar estos grandes clásicos.

      Muchas gracias por pasarte y leer el blog. Un abrazo.

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  5. La elección entre Leonor (Eleanor Parker) y Alina (Janet Leigh) es sencillísima, para preguntarselo a Charlton Heston en Cuando Ruge la Marabunta, y, ¡ eso que no sabía mucho de "pianos"! P.D. Por cierto leí que Ann Blyth en El mundo en sus Manos fue imposición de productor,¿podéis confirmarlo o desmentirlo?.

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    1. Jajaja, intuyo que eres de lo míos, estimado Anónimo.

      Sobre Blyth no puedo asegurártelo, pero no me extrañaría, si me entero lo comentaré. Lo que sí puedo ofrecer es un análisis de EL MUNDO EN SUS MANOS en este mismo blog :))

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