sábado, 2 de junio de 2012

Crítica: EL TOPO (2011)

TOMAS ALFREDSON










Los libros de John le Carré han sido una mina para el cine, lógico por otra parte, sus estupendas intrigas con espías en la guerra fría, suspense y tensión a raudales es carne de celuloide.

Películas como “El espía que surgió del frio” (Martin Ritt, 1965), “Llamada para un muerto” (Sidney Lumet, 1966), “El espejo de los espías” (Frank Pierson, 1969), “La chica del tambor” (George Roy Hill, 1984), “La casa Rusia” (Fred Schepisi, 1990), “El sastre de Panamá” (John Boorman, 2001), “El jardinero fiel” (Fernando Meirelles, 2005) son películas, muchas de ellas excelentes, basadas en sus obras.


Frederick Forsyth o Ken Follett han dejado también buena literatura de intriga, espionaje y guerra fría, que han nutrido al cine y han acabado dando muy buenos títulos.

El topo” es la última adaptación, hasta la fecha, de una obra de le Carré, en un género, el thriller de espionaje, que está dejando interesantes títulos como la reciente “La deuda” (John Madden, 2011).


Tomas Alfredson, director de la magnífica “Déjame entrar” (2008), nos deja un thriller de estilo extraordinariamente clásico, sobrio, de una tensión contenida, calmada, vibrante y muy potente, con unas interpretaciones magníficas y una fuerza narrativa muy convincente. Hay que vigilar de cerca de este director, sin lugar a dudas. “El topo", como ya ocurriera con “Déjame entrar”, tiene una frialdad visual deslumbrante, absorbente y casi hipnótica, no confundir con una frialdad interna.


Siendo una cinta de entretenimiento, lo que desborda “El topo” es inteligencia y complejidad en las relaciones, en los personajes y, por supuesto, en la trama. Una historia que se va desenvolviendo como con sordina, de ritmo en apariencia cansado, como su protagonista, triste, melancólico, otoñal…

Como en el gran cine negro veremos rondar por escena personajes solitarios, retraídos, de los que no muestran una emoción y para comprenderlas deberemos indagar en las rendijas que se dejan sólo entrever.


La recreación de época es magnífica, incluso desde la fotografía, los coches, el vestuario, todo nos remite a los 70. El asfalto mojado, los cielos grises, acentúan el tono lúgubre del film.

Una misión fallida en Hungría hace tambalearse a los servicios secretos británicos que empiezan a sospechar de la presencia de un topo en sus filas, para resolver el problema contarán con el veterano George Smiley, a punto de retirarse.

La secuencia de la misión fallida tiene ya todos los ingredientes mencionados, tensa calma y explosión de una violencia que no se sabe cuándo va a saltar, y que salvando esta escena y alguna otra suelta, en pocas ocasiones lo hace. Un suspense perfectamente llevado, donde los gestos y las miradas atrapan y ponen al espectador en situación de esperar cualquier cosa.


Alfredson se guarda mucho del uso de golpes de efecto, no ya desde el guión sino también desde los mismos elementos de la puesta en escena, ya sea desde el uso de la música o demás elementos. Una rigurosa sobriedad.


Gary Oldman, pletórico, nos presenta a un personaje silencioso, triste, tranquilo, paciente y resignado, dolorido… del que veremos retazos de su pasado, de la infidelidad de su mujer, pero eficaz en su trabajo, al que aplica su carácter de forma concluyente y sin concesiones. La escena, aparentemente intrascendente en la que tres agentes van en coche, un plano que Alfredson toma desde la parte trasera del vehículo, y una abeja o mosca, sobrevuela entre ellos, es muy significativa. Los dos primeros agentes sentados en la parte delantera del coche, apartarán más o menos airadamente al insecto, quitándose el problema de encima pero resolviendo más bien poco, en cambio Smiley vigilará al bicho con la mirada y lo dejará salir por la ventana en el momento adecuado. Él sí resuelve el “problema”.


La puesta en escena de Alfredson es muy brillante, inunda los planos de cristales o espejos, algo que estamos viendo en muchas cintas del cine actual, recalcando así ese mundo burbuja, falso, en exceso protegido, pero de latente tensión interna. Además la gran mayoría de planos están rodados como si el director espiase a sus personajes, poniendo la cámara lejos y enfocando al elemento más alejado del encuadre que aparece siempre reencuadrado por algo o incluso muchas veces oculto por otros personajes u objetos que se cruzan en medio.


Además veremos a mucha gente de espaldas o a la espalda de algo, todo con la intención de resaltar ese mundo desconfiado, traidor, donde la mentira y las dobleces están a la orden del día y donde cualquiera es sospechoso.

La narración de “El topo” es caleidoscópica, saltamos del pasado al futuro, pasando por el presente cuando es menester, continuamente.

Es profundamente llamativo el aspecto mencionado de los cristales, como encuadra a un actor, por ejemplo Colin Firth, desde muy lejos a través de la ventana de una puerta y los cristales de la misma habitación hasta que llega a la misma.


Una fiesta de Navidad salpica la narración en varios flashback, en él veremos como Alfredson define a los personajes con sutiles retazos, por ejemplo cómo Firth mira a la mujer de Oldman en un plano lejano, desenfocado, y cuando el segundo dirija su mirada, y se enfoque a Firth, éste lo saludará de forma natural, una mirada a la mujer que casi pasa desapercibida, pero que es un antecedente de lo que ocurrirá. Alfredson no da nada mascado, valora mucho al espectador. Una mujer, la de Oldman, a la que no le vemos nunca el rostro (brevemente el perfil), en otro detalle magnífico.

Una fiesta de Navidad donde del jolgorio y alegría iniciales iremos viendo sutiles detalles que harán crecer la tensión de forma inteligente, brillante y sugerente, que además presagiarán, como he comentado, hechos futuros en muchas ocasiones.


El personaje que interpreta Mark Strong, Jim Prideaux, tiene otra significativa escena con un animal. En el aula en la que está dando clases entra un pájaro al que golpea violentamente y remata en el suelo hasta matarlo. Otra resolución de un problema aunque algo más contundente.



La magnífica secuencia de suspense donde Peter Guillam, interpretado por Benedict Cumberbatch (visto en la serie “Sherlock”), debe sacar unos documentos de la oficina por petición de Smiley, rodada sin efectismos, con una sobriedad magistral, tiene su resolución en una llamada que está rodada a través de unos cristales sucios, nuevamente. Una estupenda secuencia.

Otra de las escenas cumbre de la película, escena de actor, es la que acontece en casa de Smiley, en la conversación que éste tiene con Guillam, una escena que pudo darle el Oscar a Gary Oldman, y que seguramente le dio la nominación. Está maravilloso.



 Los flashback de la fiesta de Navidad se siguen sucediendo, un Papá Noel con la careta de Lenin hace cantar a los espías británicos el himno ruso mientras la mujer de  Smiley comente su infidelidad con el personaje interpretado por Colin Firth, Bill Haydon. Por supuesto, Smiley verá esta escena  a través de un cristal.

Entre las debilidades de “El topo”, aparte de cierta sensación lógica de deja vu, está la conclusión, o mejor dicho la elección del traidor en la película. Un error de casting por tratarse de un actor muy famoso y recientemente galardonado como bien señala Santiago Navajas en un comentario sobre esta misma película.


Por lo demás el reparto es descomunal, Gary Oldman, Colin Firth, Mark Strong, John Hurt, Ciarán Hinds, visto además en la ya comentada “La deuda”, Benedict Cumberbatch, Amanda Fairbank-Hynes, Toby Jones, Tom Hardy… Todos realmente ajustados en sus papeles, interpretaciones sobrias y precisas.

Película de miradas, silencios, complejidades, mucha pausa y la música de Alberto Iglesias.

Uno de los grandes títulos del año que mereció mucho más reconocimiento y éxito y que sigue la senda del clasicismo que estamos viendo en tantas cintas últimamente, sin que ello suponga limitar en lo más mínimo el estilo personal, no hay más que ver al bueno de Tomas Alfredson desarrollándolo con total convicción. Muy recomendada.





10 comentarios:

  1. Extraordinaria película. Una joya. Es tal cual nos lo cuenta con su habitual maestría MrSambo.
    Saludos de Auseva.

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  2. Muchas gracias AUSEVA, me alegra que también disfrutaras de esta peli. Realmente notable. Un saludo crack.

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  3. Saludos a todos y felcidades a MrSambo por el magnífico blog, he entrado muchas pero nunca tengo nada que decir, la verdad.

    De esta crónica quiero añadir un pequeño comentario. Hace muchos años, principios o mediados de los 80 si no recuerdo mal, se hizo una serie para television magnífica sobre esta novela "Calderero, sastre, soldado, espía". El Smiley de la serie era Sir Alec Guiness, y no me atrevo a decir cual de los dos es mejor, si Oldmann o Guiness. Ambos recuerdan mucho al personaje de la novela, excelentes actuaciones. Una pena que no se haya rodado nunca una versión de la segunda parte "El honorable colegial", una continuación muy digna de "El topo".

    Buen domingo a todos!

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  4. Bienvenido Keyser y muchísimas gracias por tus palabras. Pues anoto las recomendaciones porque no las conozco y parecen más que interesantes. Sobre todo la continuación que mencionas.

    Un abrazo.

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  5. Gracias a ti MrSambo.

    He buscado por internet y he encontrado esto sobre la serie

    http://www.filmaffinity.com/es/film427907.html

    Sé que no eres muy de series, pero si te ha gustado la película, la trama, el ritmo lento en el que se sugiere más que se cuenta, pues esa miniserie te va a gustar seguro. Descárgala y verás como no te arrepientes! Es más bien una "película larga", y de muy buen nivel.

    un abrazo

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  6. Genial Keyser, es verdad que me cuesta ponerme con las series, aunque veo algunas, por lo que se tarda en acabarlas, pero esta es ideal. Me pongo en ello ya mismo.

    Muchas gracias. Otro abrazo para ti.

    Pd. Ya te contaré cuando la vea.

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  7. Tediosa, pero buena. Artículo espectacular.

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  8. Es cierto que su ritmo puede provocar la sensación que citas Deannie. Gracias por tus aportes. Un saludo.

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  9. Gran película, algo confusa, pero desbordante de calidad.

    La pregunta que me surgió tras verla es cuando se hará justicia y se premiará como se merece a un actor tremendo como es Gary Oldman. Pocos actores en la actualidad con la variedad de registros y versatilidad que tiene el británico. Algo que pasa también con Cristopher Walken.

    Felicidades por la crítica, una vez más.

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    Respuestas
    1. Ahora con más edad cuando menos te lo esperes lo mismo se lo acaban dando si coge un proyecto ganador... Pero son actores que no tiran tanto por el tópico, lo que les ha podido acabar perjudicando, por ello lo del Oscar no deja de ser algo bonito, pero tampoco hay que preocuparse.

      Muchas gracias DAunes, magníficos comentarios y aportes todos ellos.

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