miércoles, 11 de diciembre de 2013

Crítica: DOLOR Y DINERO (2013)

MICHAEL BAY











Muchos sabréis que he zurrado de lo lindo al bueno de Michael Bay, uno de los peores directores de la historia si no el peor, que ha hecho auténticos desastres con presupuestos alucinantemente abultados, reducidos a orgías de explosiones, fuego, metal y algún escote. Debo reconocer que además dicha actividad me ha reportado placer y diversión, destripar sus desbarres proporciona buenas dosis de humor y satisfacción…

Curiosamente el señor Michael Bay ha hecho una estupenda película, su mejor obra, y como es justo reconocerlo, y yo intento serlo, así se lo valoro en un análisis que no puede negar la evidencia. No se zurra a nadie porque sí aquí.



Dolor y dinero” es el “Uno de los nuestros” de Michael Bay, una comedia de acción con más trasfondo del que parece, y aunque el director jamás será sutil se disfruta sin complejos. Un retrato irónico sobre el sueño americano, sobre su perversión.

Esta comparativa con la obra maestra de Scorsese no es baladí, guardando muy mucho las distancias, ya que ésta que nos ocupa está lejos de serlo, pero se acaba convirtiendo en un tour de force para el estilo del director, en especial a nivel estructural, con multitud de puntos de vista guiados por las voces over de cada uno de los personajes, una diversificación que también recuerda a la voz over conjunta de “Casino” (1995) de Robert De Niro y Joe Pesci. Bien es cierto que el estilo superfluo, gratuito, deslavazado, esteticista, grandilocuente… de Bay está más presente que nunca, pero de alguna forma consigue un argumento que se adapte mejor a su reflexión sobre la estupidez, la superficialidad y la apariencia con el grupo de protagonistas que habita en el universo de esta “Dolor y dinero”.





Wahlberg (Daniel Lugo), Dwayne Johnson (Paul Doyle), Anthony Mackie (Adrian Doorbal), Tony Shalhoub (Victor Kershaw), Ed Harris (Ed DuBois)… intervendrán con sus voces over para describirse y explicarnos su situación, pensamientos y circunstancias.

Todo cineasta puede encontrar un material perfectamente adecuado a sus obsesiones estéticas o conceptuales, si las tuviera, por estrambóticas que sean. Aquí Bay parece encontrar un material bastante acorde a los suyos con ese grupo de personajes egocéntricos, horteras, superficiales… que le permiten crear su película con más peso, la más profunda de cuantas ha rodado. Dicho esto la falta de altura intelectual del director le impide lograr lo que podría haber sido una sátira de verdadera enjundia, una obra de mayor calado, aunque resulte eficaz y muy interesante. Un buen trabajo.






Bay retratará a sus protagonistas, especialmente a Daniel Lugo, interpretado por Mark Wahlberg, como auténticos zotes, superficiales y simples amantes del fitness que se creen algo más y harán todo lo que sea por conseguir sus ambiciosos propósitos. Todo esto es personificado de forma especial en el personaje interpretado por Wahlberg, el líder. Veremos planos frente a espejos del trío en distintos momentos, un recurso perfecto para mostrar su esencia superficial y filosofía de vida basada en la apariencia, así como su paulatina y egocéntrica caída en la locura. Sus miradas satisfechas y complacidas al mirarse a los espejos. También veremos a Wahlberg en el agua con su rostro distorsionado, recurso visual que sigue la senda mencionada. Un egocentrismo sublimado. También veremos a Paul y Daniel reflejados en gafas o espejos distorsionadores, como el del hospital donde atienden a Victor tras el intento de asesinarle.

Me llamo Daniel Lugo y creo en el fitness”.


Curiosamente todos los involucrados en el secuestro y robo aparecerán con reflejos distorsionados, menos Ed DuBois (Ed Harris), el honesto detective. Un buen detalle de puesta en escena. Esta proliferación de reflejos distorsionados resaltan la idea de deterioro moral bajo sus cuidadas, musculadas y operadas fachadas físicas. Dorian Grays vigoréxicos.

Este egocentrismo deja frases y diálogos realmente hilarantes, desde reflexiones tan profundas y patrióticas que consideran a Estados Unidos el país más ”cachas” del planeta, como ejemplo de su domino, al desprecio y cara de asco con la que mira Lugo a todo gordito con el que se cruza, por considerarlo “antipatriótico”.


Estilo Bay.

Los rasgos de estilo de Bay nos inundarán en todo momento, el clásico plano del cochazo en contrapicado para ver como se baja el conductor, el montaje muy sincopado, movimientos de cámara constantes, incluso al hombro, como en la escena inicial, y esa fotografía tan luminosa y característica… porque ya se sabe, Michael Bay siempre “está en California”.






Por supuesto la película es un lujoso escaparate de culos, escotes y tetas, tías buenas y tíos musculosos, con cámaras lentas incluso para que los veamos bien. Tetas, culos y cuerpos femeninos retorciéndose por todos lados. No esperaba menos de Bay.




Los contrapicados aparecerán por todos lados, y los picados por supuesto, son muy del gusto de Bay y casi siempre son gratuitos, pero aquí adquirirán cierta significación cuando son usados con sus protagonistas, inclinados a veces, los resalta, los convierte en los semidioses que se creen, como los Hércules que son.



Siempre que alguien salga de un coche habrá un contrapicado para abrirle la puerta, y generalmente oblicuo. Si alguien mira a lo lejos, al horizonte, y creedme, en las películas de Bay lo hacen muy a menudo, también habrá un contrapicado o un travelling circular para enseñárnoslo.

Las cámaras lentas resaltando no se sabe muy bien qué, pero que quedan guay en opinión de Bay también abundan, así como los movimientos de cámara en todas direcciones y los travellings, muchos circulares, para marear al personal sin motivo aparente. Servidumbres de una película de Michael Bay. La última vez que Bay dejó una cámara quieta fue cuando le pinchó una Dolly en pleno travelling. Continuos movimientos absurdos sin sentido ni justificación. El montaje, como es habitual en el cine de Bay, es arbitrario, pasando de planos generales a primeros o al revés sin ton ni son.

Habrá encuadres extraños, como esos desde el salpicadero del coche, que salvo querer mostrar inestabilidad en los personajes, cogido por los pelos, son puramente esteticistas.


Las interpretaciones son muy exageradas, casi expresionistas, pero es algo buscado y que queda muy adecuado con el fondo del asunto.


Lugo es ambicioso y se identifica con su país pervirtiendo la idea de sueño americano, acorde con su limitación intelectual y sobre todo cultural. Pretende convertirse en un Maquiavelo hípermusculado, donde las ideas de que “el fin justifica los medios” y su supuesta “superioridad intelectual” le justifican para todo lo que esté dispuesto a hacer. Tocando a Nietzsche, aunque desde luego jamás lo ha leído. 


Los asientos de su coche forrados con dibujos de Scooby-Doo son otro excepcional detalle que describe al personaje.

Estamos ante una historia real, no se crean, con todas las licencias pertinentes, pero real, que comienza con la detención de Lugo el 17 de Junio de 1995 para luego ir a un flashback donde se desarrollarán los hechos. 6 meses antes. La presentación de Lugo (Mark Wahlberg), será haciendo abdominales, como corresponde.



Los referentes del bueno de Wahlberg serán cinéfilos, y algún pirado de la televisión, interpretado por Ken Jeong. Rocky, Scarface, “los del Padrino”, Michael Corleone… Habrá otras muchas referencias cinéfilas y musicales, "Pretty Woman” (Garry Marshall, 1990) y Julia Roberts, el Príncipe de Bel-Air, menciones a Stryper, los rockeros cristianos que dan lugar a una brillante broma con el místico Paul (Dwayne Johnson) como protagonista, como no podía ser de otra forma, y una gira de reunión… Para los interesados comentarles que hubo reunión y siguen sacando discos, 2 este mismo año. 

Sé lo que hago, he visto muchas pelis”.

Victor Kershaw (Tony Shalhoub) será el presuntuoso y rico personaje que motive a Lugo en su espirar delictiva. De alguna forma estos dos personajes se identifican, el discurso de Victor seduce a Daniel, que se haya hecho a sí mismo, que considere la ensalada para pobres, sus millones… Con todo Daniel demostrará talento para los negocios, triplicando los beneficios del gimnasio de su jefe. Buen alimento para su ego.


Todo se dispone para una “rebelión de supermanes”. El rico Victor, el éxito en los negocios y los impulsos televisivos para “Ser un hacedor”... Si bien Daniel es un creyente pagano, cree en el fitness, es su fe y guía, su futuro compañero Paul, (Dwayne Johnson) es un creyente religioso, encontró en Dios la redención y el perdón a sus pecados. Johnson está realmente divertido en su papel, un auténtico macho que no admite bromas sobre su sexualidad, por ejemplo los intentos del cura que le acoge, y que tendrá el clásico sentimiento de culpa con respecto a las perrerías que se verán obligados a hacer, especialmente al secuestrado Victor, como corresponde a sus creencias. Además tiene arranques violentos imprevistos y es tendente a las adicciones. Un estupendo personaje.



Esos sentimientos de culpa provocarán un acercamiento de Paul a Victor, que el avispado millonario intentará aprovechar en su favor, viendo que es el eslabón débil del grupo. El millonario además demostrará ser tremendamente resistente, aguantando torturas más de un mes. Además, por mucho que lo intenten no lograrán matarlo.

Adrian es un picado de los esteroides y las tetas, usa esteroides para muscularse más, no se ve al nivel, lo que le provoca impotencia. De nuevo la sexualidad presente. En este sentido veremos dos parejas, la de Adrian con la gordita lasciva (Rebel Wilson) que le proporciona las inyecciones para que su pequeño miembro funcione, y la de la sexy rubia Sorina (Bar Paly) que se beneficia Daniel hasta que se la cede a su amigo PaulDaniel parece perder interés pronto por las mujeres y Paul tiene ciertas tendencias homosexuales, o es la homosexualidad la que lo persigue a él. Su fascinación ante el arsenal de vibradores y consoladores del almacén donde llevarán a su secuestrado lo dice todo. Incluso serán usados de porras.




Son trastos raritos pero impresionantes”.


Así cada personaje tiene sus motivaciones para cometer el secuestro, necesidades económicas varias (las inyecciones para el impotente, la ambición para Daniel, el desarraigo de Paul…)

-Robin: Hay que tener huevos para venir aquí.

-Adrian: Más bien cerecitas.

-Robin: Al menos son cerecitas cubiertas de chocolate.

Secuestradores amateur.

Las dos primeras intentonas de secuestro a Victor son realmente tronchantes, si surrealista es la primera con el intento en su propia casa, la segunda con los disfraces en el centro comercial es descacharrante e hilarante. Estas digresiones humorísticas y los diálogos son de lo mejor de la cinta. Un ejemplo, el pirado de la tienda de armas…




De verdad que no entiendo cómo se le ocurren estas cosas”.

El 15 de noviembre 1994 conseguirán su objetivo de secuestrar al millonario Victor.

Abre la puta puerta, patriota de mierda 2”. 



Las escenas con Wahlberg imitando el acento mexicano para que no le reconozca su ex pupilo y olvidando cambiar de perfume, en su estupendo eco ya que el olor del mismo lo menciona Victor en una escena anterior, vuelven a ser hilarantes. 

Me fui de Sudamérica porque había demasiados secuestros”.

…porque estoy secuestrado por una panda de putos culturistas”.



Lo mismo ocurre con la trama del socio del gimnasio, que además es notario, deja momentos muy divertidos.

¿Pero qué cojones son los notarios, tío?

¿Me lo prestas?”.






Victor volverá a demostrar su resistencia en los intentos de asesinato de los desastrados secuestradores. Unos intentos muy hitchcockianos, emborrachándolo para fingir un accidente de coche, como en “Con la muerte en los talones” (1959) además de la demostración de Bay sobre lo que cuesta matar a alguien, cosa que vimos también en “Cortina rasgada” (1966). Todo remozado con un sentido del humor casi surrealista por la estupidez de los protagonistas (ese cinturón de seguridad puesto a Victor…). Michael Bay es un director que cae habitualmente en el esperpento, aquí en ocasiones cae en el más vulgar, otras, en cambio, encuentra un equilibrio aceptable entre fondo y forma (esperpéntica). El plano en el que Victor, un ser casi inmortal, sale del coche en llamas es muy bueno. Ni aplastándole la cabeza con la rueda de una furgoneta lograrán acabar con el dicharachero judío.



A ver si se corta la pelambrera de las orejas…









Un sufrido plan.


Tras el duro esfuerzo que supuso apoderarse de los bienes de Victor será el turno para Ed Harris, un jubilado insatisfecho que será el único en creer o al menos en molestarse en investigar lo que el tenaz millonario cuenta. Mientras esto ocurre nuestros musculosos protagonistas disfrutan del lujo, con divertidas ocurrencias, como ver a Daniel entrenando a niños… Quería dinero para salir de la rutina y no entrenar a nadie más y baja el escalafón… En el fondo sólo busca reconocimiento y admiración, y ¿quién mejor que los niños para eso?


Pensé que era deportista, rapero… ¡es que es muy negro!”.

Bay no pone su punto de mira crítico solamente en sus protagonistas, retrata toda una sociedad que parece esclavizada, fascinada, por el culto al cuerpo, una sociedad sin valores, superficial, estúpida… La apariencia y los cuerpos musculosos y tonificados lo son todo… Un buen ejemplo de esto lo tenemos en la escena donde Daniel da clases para una patrulla vecinal. La escena donde pide “violadores voluntarios” para simular una escena junto a la neumática rubia protagonista, Sorina (Bar Paly), que va enseñando medio culo durante toda la película, es un ejemplo esclarecedor de todo esto. Babearán delante de sus mujeres, que no terminarán muy contentas, lógicamente. Daniel y sus amigos conquistarán al vecindario. La afición de Bay por las tías buenas no deja de ser muy sana.






En esta orgía de lujo y éxito en la que viven nuestros protagonistas, gastando sin miramientos, hay un travelling circular sobre Paul (Dwayne Johnson), que amaga con tener sentido, para retratar su espiral adictiva, enganchadísimo.

Jesucristo te exalta, pero la cocaína es lo más”.



Ed DuBois (Ed Harris) perturbará el tranquilo derroche del trío protagonista… aunque ellos ya se perturban solos. Contactará con Daniel (Mark Wahlberg) para que le ponga cachas, aunque hay que decir que Harris está muy definido y fibroso dentro de lo que cabe. En cualquier caso se lo curra el detective.  Daniel comenzará a temblar con la mención a Victor, la tranquilidad duró poco.


La importancia que Bay da a Robin Peck, el personaje que interpreta Rebel Wilson, la gordita que trabaja en la “clínica de penes”, parece una búsqueda de redención por su parte en su habitual orgía de tías buenas. Vamos a poner una rellenita, con la excusa de que le gustan a Adrian (Anthony Mackie). Su boda es otro elemento que se añade a la debacle económica del grupo.




El deterioro de Paul (Dwayne Johnson) se manifiesta físicamente y con poca sutileza entre chistes, tiroteos y persecuciones, con polvos de coca en su cara o pintura verde salpicándole el cuerpo, como un Hulk colocado. Look hortera. El dedo que pierde en una desesperada huida de la policía recuerda a “El gran Lebowski” (Joel Coen, 1998).

¿Por qué no te pegas su dedo a tus huevos y todos contentos?



Aquí todos los personajes, salvo el de Ed Harris, están histéricos o al límite de la esquizofrenia. Eso sí, el bueno de Ed Harris no se librará de que lo veamos en alguna situación comprometida o ridícula, como cuando le da el dolor de espalda, algo normal entre tanto pirado y sobre todo tras hacer tantas pesas… Incluso conoceremos a su mujer, sensible y empática hasta con Victor.

Los elementos esperpénticos salen por todas partes… incluso tendremos un enano y un chico que regenta un motel y lee “Master Spy”. ¡Tenemos de todo!



La confianza entre un entrenador y su cliente es sagrada, como con los curas y los abogados. Traicionar eso es traicionar todo en lo que creo sobre el fitness y los Estados Unidos de América”.

Si había aprendido algo en los últimos meses, aparte de lo que hace un puto notario, es que si no prestas atención a los detalles acaban dándote por culo o algo peor… contratan detectives”.

El rey del porno.



Ante los apuros económicos y el cerco de Victor y Ed, el desastrado trío intentará el mismo plan con “el rey del porno” y su chica gordita y tetuda, toda una tentación para Adrian, como recordaréis… por lo de rellenita. Es la segunda chica rellenita con protagonismo de la película, ¡ahí es nada! La escena en la casa de Adrian es puro surrealismo, los Coen y Tarantino desfasados. Humor y violencia. Ver a Adrian (Anthony Mackie) animando a la tetuda del “rey del porno” mientras oímos a Paul (Dwayne Johnson) hacer abdominales, cuando parece que hace “otra cosa”, y Daniel pierde los estribos apaleando a su víctima, y matándolo con unas pesas asesinas… resulta tronchante. Aquí vemos la mentalidad egocéntrica, acomplejada e infantil de Daniel. Comenté anteriormente que la idea de entrenar niños era por alimentar su ego, cuando alguien cuestione sus aptitudes no sabrá gestionarlo, su complejo de inferioridad sale a la luz y pierde el control recurriendo a la violencia. Toda esta escena está rodada en un virtuoso plano secuencia, con truco digital, que nos lleva de forma circular desde la salita donde la tetuda, Adrian y Paul se divierten hasta el mini gimnasio donde Daniel y “el rey del porno” negocian. El panorama es “alentador”, una alfombra repleta de manchas de sangre, un muerto, una chica dormida con sedante de caballo que también muere… Ideal.



La limpieza que hará Adrian de su casa y, con un montaje paralelo, el intento de robo en casa del “rey del porno” serán al ritmo del “Blaze of glory” de Jon Bon Jovi, un uso brillante e irónico de la música para la situación. Además Paul (Dwayne Johnson) tiene un tatuaje de búfalo similar al que tiene el propio Jon Bon Jovi. La limpieza será en un picado sostenido. Paul saldrá por patas, tras un plano que distorsiona su imagen detrás de unos cristales, al no poder con la presión.




Los límites chapuceros a los que son capaces de llegar esta panda de colgados musculosos son tremendos, tanto que te tienes que reír con ganas porque no se puede ser más corto. Paul colocado y bipolar, efectos secundarios de la coca, dándole su dedo a un perro, no preguntéis por qué lo hace… Se dedicarán a desmembrar cadáveres con sierras “Made in China” que no funcionan, las devolverán sin limpiar, para qué, tirarán la alfombra ensangrentada ¡a la basura! Y harán una barbacoa de manos cortadas… Tan chapuceros como imaginativos.



El rótulo, en la parte final, que dice “Sigue siendo una historia verídica” es una genialidad.

Como no puede ser de otra forma esto llevará a su detención, su suma incompetencia, francamente increíble, casi les hace triunfar… Un clímax con choques, destrozos y algún disparo en la pierna.

… de hecho lo único de lo que no fueron declarados culpables fue de aquello de lo que más culpables eran. De ser uno putos subnormales”.



Los títulos de créditos serán para imágenes de los verdaderos personajes de esta historia.

Las interpretaciones están muy ajustadas y hay que hacer mención especial para Dwyane Johnson, que está realmente divertido en su incorporación.

La banda sonora es excelente, desde Phil X, actual guitarrista de Bon Jovi, pasando por el “Gangsta’s Paradise” que escribió Stevie Wonder, Ted Nuget, Jon Bon Jovi o Los Rolling Stones

Con sus debilidades y tics lo cierto es que Michael Bay nos ha dado una grata sorpresa.



 


Dedicada a mi madre, que hoy es su cumpleaños. No es la mejor película, pero ella sí es la mejor madre. Soy un afortunado, te quiero.


3 comentarios:

  1. Ya estoy haciendo campaña para oscar al mejor secundario a The Rock
    P.D.: ¿Por qué no me deja postear con lo de blogger?

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    1. Vale, se ha transformado de google.

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    2. Ha cambiado algo Nachop? También te gustó el bueno de THE ROCK? jejejejeje

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