martes, 6 de mayo de 2014

Crítica: COLORADO JIM (1953) -Parte 1/2-

ANTHONY MANN













Once westerns rodó Anthony Mann, casi todas obras maestras o joyas extraordinarias, y cinco protagonizados por James Stewart, actor con el que alcanzó algunas de sus cimas más altas. Los cinco westerns que rodó con James Stewart fueron “Winchester 73” (1950), “Horizontes lejanos” (1952), “Tierras lejanas” (1954), “El hombre de Laramie” (1955) y la que nos ocupa. El resto de westerns fueron  Las furias” (1950), “La puerta del diablo” (1950), “Desierto salvaje” (1955) con Victor Mature, “Cimarrón” (1960), protagonizada por Glenn Ford, y esas joyas auténticas que son “Cazador de forajidos” (1957) con Henry Fonda y “El hombre del oeste” (1958) con Gary Cooper.


Anthony Mann es un autor descomunal, sus trabajos en el cine negro, en el bélico y en cualquier género que tocó descubren un talento cinematográfico excepcional. En el western alcanzó grandes cimas, logrando algunos de sus trabajos más conocidos y dejando siempre su impronta personal, reconocible, de autor indiscutible.

Los héroes de Mann en el western siempre tendrán un pasado oscuro, turbio, secreto, que los trastorna o acompleja en unas ocasiones o que impide su integración o aceptación en sociedad, unas veces por el descubrimiento de ese pasado y otras por el complejo que éste les crea. Su profesionalidad, su valentía, su carácter, deberán imponerse a ello, buscar una redención o superar su complejo, prejuicio o pasado que lo atormenta o limita. Generalmente será un hombre que llega, al que se mira con desconfianza, incluso el espectador que sabe que algo oculta, y al que se va descubriendo y aceptando poco a poco, marchándose transformado.

Pistoleros redimidos a los que persigue el pasado, hombres honestos convertidos en cazarrecompensas por un desgraciado pasado amoroso, cazarrecompensas mirados con resquemor, el héroe que busca la redención con nobleza…

Los héroes de Mann son a menudo solitarios, especialmente cuando nos los presentan, pero sufrirán una evolución para integrarse, abrirse e incluso lograr o crear una familia. Cuando un héroe de Mann nos abandona generalmente será acompañado (Cazador de Forajidos, Horizontes lejanos, Colorado Jim…).


La persecución, la búsqueda, el objetivo… será el vehículo redentor de estos héroes, de reminiscencias mitológicas o religiosas en muchos casos, en unas ocasiones será una recompensa (“Colorado Jim”), en otras llegar a un destino (“Horizontes lejanos”), en otras un hombre en concreto, buscar venganza (“El hombre de Laramie”) o actuar de mentor (“Cazador de forajidos”)… 

Defensor del individualismo, especialmente del que se integra y al que condena en sus excesos egoístas.

Anthony Mann es un maestro, tanto del western clásico como del cine en general. Aquí, en “Colorado Jim”, podemos disfrutar de muchas de las constantes mencionadas, así como de extraordinarios rasgos estilísticos de su dirección, siempre precisa, talentosa y con significación, manejando el lenguaje cinematográfico con los encuadres y movimientos de cámara a su antojo, como iré explicando.



Howard Kemp (James Stewart) es un cazarrecompensas que pretende conseguir el dinero que ofrecen por Ben Vandergroat (Robert Ryan), acusado de asesinar a un sheriff, y así recuperar la casa y propiedades que perdió durante la Guerra Civil. Por desgracia para él tendrá que compartir el dinero de la recompensa al unirse dos hombres más para ayudarle en dicho asunto. Además Vandergroat no está solo, le acompaña una decidida e ingenua joven (Janet Leigh).









Mann, un director con estilo.

-La película se inicia con el plano corto de una espuela, de hecho el título original, “The naked spur”, hace referencia a ella, en lo que será un magnífico y simbólico ejemplo de planificación, ya que al final dicha espuela volverá a ser protagonista. Mann integra en el paisaje que nos muestra la mencionada espuela con una brusca panorámica, para quedarnos con el misterioso personaje que la posee, ocultando el rostro de Stewart y dando un giro a ese entorno mostrado, primero desnudo y ahora ocupado por un jinete. Este replanteamiento del decorado, reencuadrado mediante panorámicas que incluyen nuevos elementos que redefinen la situación e incluso las circunstancias de la trama y la escena, es uno de los principales rasgos estilísticos de la película.



En esta presentación Stewart será mostrado de espaldas, de alguna forma se pretende recalcar su difusa personalidad, obtusa por el suceso que nos contarán posteriormente, por su pasado. Así la espuela, las bridas, la pistola... serán los elementos que lo definan, encuadrándole de esta forma fraccionada, de espaldas o desde la lejanía. Esta idea se mantendrá incluso cuando veamos su rostro, como en ese momento donde Mann vuelve a centrarse en otro objeto, las tentadoras monedas que Stewart ofrece al desventurado buscador de oro, Jesse Tate (Millard Mitchell).



Con la asociación de estos dos personajes se inicia una búsqueda, una persecución en la que Stewart, Colorado Jim, está muy interesado, haciéndose pasar por sheriff. Tate le servirá de guía, siguiendo el rastro, un compañero avispado aunque desconocedor de la verdadera identidad de Stewart. Las escenas con los desprendimientos de rocas provocados por el perseguido Vandergroat (Robert Ryan), son francamente notables y espectaculares.

La acción está situada temporalmente tras la Guerra Civil (finalizada en 1865) y la persecución que lleva a cabo Stewart le trae desde Kansas.


La interpretación de Stewart vuelve a ser magistral. Anthony Mann, junto a Hitchcock, fueron los únicos directores que mostraron el lado oscuro del actor, de forma sublime en ambos casos. Aquí sus miradas incómodas, su inquietud, el nerviosismo que denota que algo oculta… van definiendo a un personaje excelente, violento por lo que se ve abocado a hacer, incómodo en sus botas y con esa situación, atormentado por un pasado que quiere superar pero que no sabe de qué forma hacerlo, cogiendo por la calle de en medio, sabiendo de forma inconsciente que está siendo infiel a él mismo…



Estas miradas nerviosas, su ofuscación, alcanzan un punto especialmente significativo cuando tiene que mostrar el cartel de busca y captura de Vandergroat al militar que se encuentra, Roy Anderson (Ralph Meeker), que a su vez mostrará su licencia con deshonor. Estos objetos, documentos, también tendrán su eco y uso narrativo, el cartel de busca y captura acabará descubriendo el engaño de Stewart y la licencia será el motivo por el que Stewart no confiará en el militar cuando pretenda dejarlo atrás.







-Más espectaculares y brillantes aún son las escenas de acción con el acoso y cerco a Vandergroat, la escalada, donde Mann volverá a usar el mencionado recurso estilístico con el que amplia un contexto y da un nuevo sentido a la escena gracias al reencuadre, añadiendo elementos al mismo sin cortes con una panorámica o un travelling, como el que sigue al militar una vez llega a la cima y nos acaba mostrando a Vandergroat (Robert Ryan) de espaldas.





-A nivel narrativo Mann hace lo mismo que con esos planos donde amplia o contradice la información que nos da inicialmente, de forma que vamos conociendo a los personajes y variando el punto de vista sobre lo que creíamos establecido. Quizá Stewart no sea tan bueno, quizá los otros no sean tan malos, quizá las intenciones que se nos muestran y dicen no sean las verdaderas en cada personaje.

En este momento se nos presentará al otro personaje de la película, una película con tan solo cinco personajes… y algunos inidios. Es Lina Patch (Janet Leigh). Aliada de Ryan, saldrá en su defensa provocando una intensa pelea. Estos primeros 20 minutos son frenéticos, acción constante, suspense y ritmo sin descanso.

Las mentiras serán otro vehículo que irá impulsando la acción y la relación de los personajes.


-Otro ejemplo del mencionado rasgo estilístico lo tendremos en la primera aparición de un indio. Una nueva panorámica nos lleva desde la calmada marcha de nuestro grupo al vigilante rostro de un indio, cambiando por completo el sentido del plano y la escena.



-Una panorámica descriptiva del seguimiento que los indios hacen al grupo de Stewart y los suyos, muestra a mitad del movimiento a Roy, el militar, oculto tras un tronco, para seguir el movimiento de la panorámica sin detenerse. Una vez más Mann cambia el sentido de la escena, aumentando el suspense, la información y las posibles consecuencias e incidencias por el acto de este personaje en un simple movimiento de cámara.


-Mann hará lo mismo con una panorámica dentro de un mismo paisaje, de la calma de un lado a la amenaza de tormenta del otro. Un simple movimiento de cámara replantea la situación de los personajes, sin apenas mostrarlos.


-Dos nuevos ejemplos los tendremos en el interior de la cueva donde se refugia el grupo de la tormenta. La panorámica que lleva la mirada de Vandergroat de Lina, que se levanta, hasta las amenazantes rocas que pueden sepultarles. Describe así, con una simple panorámica y de forma visual, las intenciones del personaje. Acto seguido Mann hará otra que nos lleva desde un distraído Stewart al sueño de Jesse (Millard Mitchell), para concluir con las siniestras manos de Ryan, el dormido militar y la expectante Lina




El retrato de los personajes no es nada maniqueo en general, pero sobre todo es muy matizado, en la bondad, en la maldad o en la incertidumbre. Buenos mezquinos, malos inteligentes y brillantes… Stewart será avaricioso y algo mezquino, mentiroso, quiere la recompensa para él solo, aunque tendrá su justificación que no deja de ser egoísta. Con todo sobre la mesa Stewart tendrá que ceder y compartir la recompensa.




El Yago shakespeariano en el oeste.

La escena del sacrificio del caballo de Lina es un momento importante. Sirve para ir desarrollando a un personaje apasionante, sin tantos matices como el de Stewart, pero sí con mucha riqueza en su maldad y habilidad manipuladora, es el de Vandergroat, que interpreta el magnífico Robert Ryan. Irá demostrando una inteligencia excelente, una visión táctica y una habilidad para la manipulación magistrales. El hecho de lograr unir al trío que lo custodia en un mismo fin, que el personaje que James Stewart interpreta pretendía mantener en secreto, le da una base para ir minando al grupo. Su táctica será ir generando desconfianza ente ellos, haciendo hincapié en sus debilidades y avaricia, mermando la confianza para lograr que se enfrenten y eso le permita una ocasión para escapar durante el camino a la horca, en Kansas. Esto se lo confesará a Leigh, su compañera y cómplice. Ben Vandergroat es un villano muy sibilino, de tácticas muy femeninas y que nos remite a la forma de proceder de Yago en el Otelo de Shakespeare


Ben tiene la facultad de conocer las debilidades del prójimo, un perfecto conocedor de la naturaleza humana, habilidad que usará siempre en su beneficio. Usará todas las debilidades, casi relacionadas con los pecados capitales, para lograr la desconfianza del trío custodio. La avaricia, el dinero, con todos ellos y con Jesse en particular, al que irá manipulando poco a poco; la lujuria que despierta en el militar Lina; las menciones al pasado de Colorado para despertar su ira; la envidia que crea entre Jesse y Roy la posibilidad de que Colorado logre todo el dinero y se quede con la chica… Sibilino siempre, mentirá sobre Colorado al militar para prender la mecha de los celos, con un Ryan más Yago que nunca. Tocando todos los palos, poniendo semillas en todos los personajes cuando tienen un momento a solas, un trabajo sin prisas pero sin pausas, incesante.




Todo ello logra que cualquier gesto entre ellos se pueda considerar hostil gracias a la desconfianza que Ryan ha plantado.

Vandergroat es además de todo un gran seductor, sabe camelarse perfectamente a sus captores, un gran don de gentes, afable, simpático, carismático, lo que ayuda a que sus manipulaciones sean más efectivas.


En Ryan se ve a la perfección lo que es un comportamiento táctico, su sonrisa cínica constante, que siempre sacará ante las adversidades o cuando se vea atrapado, su ironía enmascarada de campechanía mientras trata a sus rivales, contrasta con la seriedad y firmeza con la que habla a Lina cuando ésta ve sacrificar a su caballo.


En esta escena descubrimos la total dependencia psicológica y afectiva que Lina tiene de Ben, algo de lo que el maquiavélico pistolero también intentará sacar beneficio cuando encarte. Dependencia, devoción, admiración… Todas estas relaciones irán variando en la travesía hacia Kansas, evolucionando de forma excelente, con el personaje de Lina como vértice de todas ellas. Sus relaciones con Ben y Colorado Jim están magníficamente desarrolladas.

Ben pedirá el apoyo de Lina para trabajar juntos y lograr su huida. El personaje interpretado por Robert Ryan se mostrará seguro y confiado en sus manipulaciones en todo momento. Un gran villano.






2 comentarios:

  1. Stewart!! Q grande!!
    Las buenas pelis del oeste…cómo me gustan.
    ("Tacticas femeninas" quetequete!!!)
    Gran análisis!!
    Un beso y gracias!

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    1. Sí, sí, disimula jajajaja
      Muchas gracias, creo que ha quedado bien. Un beso

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