miércoles, 8 de octubre de 2014

Crítica: CLANDESTINO Y CABALLERO (1946) -Última Parte-

FRITZ LANG













Acción. Serial.

A partir de aquí la acción, el suspense y la tensión se hacen con las riendas, por lo que disfrutamos de la mejor parte de la película. Aquí es donde este thriller más se acerca a la esencia del serial con continuos momentos de tensión y misiones que se van sucediendo. A la media hora llegará la primera escena de acción, una estupenda secuencia que parece querer dar vigor a la narración, energía. Sombras, buenas peleas y giros imprevistos, una de las claves del cine de Lang, que siempre suele deleitarnos con alguno en sus thrillers. En esta ocasión será el asesinato de la desdichada Katerin Lodor a sangre fría, escalofriante, rodado con sequedad y discreción. Una escena muy bien rodada con muchas sombras, picados y contrapicados acentuando la acción, especialmente relacionados con Gary Cooper.



Destaqué los ambientes y decorados en interiores, además de su forma de mostrarlos, pero los de exteriores no van a la zaga, son excepcionales. Un ejemplo lo tenemos en los previos a la mencionada escena de acción para intentar rescatar a la secuestrada Lodor, pero todo se sublima con la escena del submarino y su llegada a la costa. Quedo embobado con esta secuencia, con su tempo y tratamiento visual, la noche, la lluvia, el agua, las rocas, el suspense, las vigilancias, las luces rompiendo la oscuridad… La acción. Bien es cierto que la coherencia interna de la secuencia pueda ser algo cuestionable, esa falta de vigilancia en la zona y que nadie se percate del desembarco, pero la verdad es que el deleite visual es tal que queda minimizado.


En esta escena es donde conoceremos a Gina (Lilli Palmer), una eficaz asesina aliada. La  chica de la película apareciendo pasada la media hora. No pueden faltar los juegos lumínicos, ya vimos algún uso de las sombras, y uno de los más destacados será el reconocimiento de la sensualidad de Gina por Jesper a la luz de una cerilla en el camión que los oculta. Íntimo y personal.









Siguiendo con esta vertiginosa fase de la película tendremos uno de los mejores momentos de suspense de la misma con la escena del camión, puro Hitchcock… Una escena extraordinaria.

De la acción desenfrenada vamos pasando al suspense más minimalista, como vimos en la mencionada escena del camión y como seguirá en la escena de la entrevista de Jesper con el doctor Polda, el otro científico que puede ayudar a los aliados y que se encuentra secuestrado y chantajeado por los nazis en Italia. Han secuestrado a su hija y le amenazan con la muerte de la misma. De nuevo el decorado y sus elementos cobran importancia. Una gigantesca foto de Mussolini presidirá la estancia, todo parece se irá al traste por el miedo de Polda, pero finalmente el científico protegerá la mascarada de nuestro protagonista. Esta entrevista definirá una nueva misión para el protagonista en ese tobogán estilo serial en el que se ha convertido la cinta en esta fase, rescatar a la hija de Polda, prisionera nazi.


En la conversación veremos a Jesper en plano de superioridad cuando recrimine a Polda (Vladimir Sokoloff) su actitud, mostrando su dignidad y minimizando a su compañero científico por la debilidad emocional y de valores en la que se encuentra en ese momento.

Hay un elemento bastante cuestionable y maniqueo en la trama. Todos los científicos se nos presentan como hombres de honor que si hacen cosas malas es debido a las circunstancias, cosa que tiene poco que ver con la verdad, vamos, que no. 





No resulta creíble que Polda conozca el paradero de su hija, donde la mantienen secuestrada, es más bien absurdo. Del mismo modo tampoco es muy lógico que los nazis que retienen a Polda permitan esa entrevista sin vigilancia o espionaje, por mucho que Jesper (Gary Cooper) se presentara como un nazi.

El detalle de las cerillas, que alimenta las sospechas del nazi que vigila como un halcón, desde lo alto y en picado, la marcha de Jesper, es un elemento que no llevará a nada salvo sugerir la mencionada sospecha. Otro objeto que Lang utiliza para marcar tonos.


La reunión de la resistencia en una pequeña habitación deja otro buen retrato de ambientes, con ese humo presente siempre. Sencillas y suaves panorámicas seguirán el vaivén de Pink (Robert Alda, padre del actor Alan Alda), el líder, centrado en el encuadre, por la estancia, recalcando su importancia y liderazgo.

Bache romántico.

Tras el frenesí de acción y suspense enraizado en el serial pasamos a una fase que ralentiza el ritmo en exceso para desarrollar la relación entra Jesper y Gina, su relación amorosa. El problema es que parece un episodio aislado dentro de la trama, mal integrado porque se alarga en exceso olvidando la historia principal. Esto se podría haber solventado alternando escenas para aligerar el ritmo y dar dinamismo, pero el hecho es que esta fase se alarga en demasía resultando un bache narrativo, y romántico, evidente. Con todo, y como no podía ser de otra manera, el desarrollo de los personajes y su relación es muy bueno, sobre todo en lo que concierne a Gina y su miedo, su coraza para protegerse de los sentimientos que en época de guerra ya le hicieron sufrir anteriormente. 





La noche, los ojos de un gato, la intimidad, el coqueteo, el conocimiento mutuo desarrollándose en la soledad de la habitación e incluso bromas metalingüísticas sobre la propia escena, donde se menciona el tópico en la ópera, y cualquier obra dramática, forzando las situaciones para que la pareja quede a solas... Esa broma será ante un espejo, precisamente, cuando se habla de una creación artística. Un espejo que tendrá sentido más adelante también cuando Gina deba fingir que Jesper es su marido.





Sabremos del pasado de Gina como cantante, su sufrimiento romántico, sus miedos. La felicidad pasada de Gina quedará simbolizada en otro objeto, una foto. Nocturna intimidad, morbo, cortesías, acostarse a oscuras en plano general con el espejo como elemento central del encuadre en todo momento, los maullidos del gato, la sensibilidad oculta de Gina, sus pesadillas y vulnerabilidad para facilitar el romance, lo que es un clásico…

-Gina: Al, no todo lo que digo va en serio.

-Jesper: Sé que no.


Las reflexiones de Gina acerca de la guerra y la pobreza son lúcidas. Su evolución está conseguida, de la coraza de frialdad al paulatino resquebrajamiento de la misma para estar cada vez más fascinada y enamorada de Jesper. El momento donde entra en éxtasis al oír el verdadero nombre del protagonista es el punto álgido de este proceso. La interpretación de Lilli Palmer es muy aceptable, aunque en ocasiones parece como ida, poco centrada o extasiada, perturbada, una heroína de tintes desequilibrados.



El gato es otro cebo y un elemento narrativo que Lang usará con habilidad, primero para hacer crecer el vínculo de la pareja y luego como elemento de tensión dando por finalizada la tranquilidad casera.


La pareja vagará por distintos sitios esperando a poder reunirse con sus compañeros una vez logren rescatar a la hija de Polda, en lo que constituye el bache narrativo reseñado. Estos lugares estarán a menudo derruidos, una feria en declive donde veremos a Jesper (Gary Cooper) trabajar en fórmulas matemáticas, comer una manzana y reflexionar sobre su energía contenida, como eco de su escena de presentación, y donde la pareja se deleitará con recuerdos amorosos, o un edificio derruido, donde Gina y Jesper tendrán su noche de pasión. Un mundo destruido que ansía renacer perfectamente mostrado en esas pinceladas por Lang.





En otro piso, propiedad de una amiga nazi de Gina, donde la pareja se estacionará por breve tiempo, tendremos otro espejo protagonista en la escena, con Gina más coqueta y femenina ante él, mirándose, sintiéndose bella, teniendo un momento egocéntrico, embelleciéndose en un interesante contraste con el anterior espejo, que servía como símbolo de la mentira y la fachada que debían proteger.

En mi trabajo no hay lugar para el amor”.

Aquí se aprecia el mencionado bache narrativo con claridad, de forma muy marcada, con una reiteración de situaciones evidente, buscando el desarrollo de la relación, pero sin que la historia avance en paralelo. Desde el guión se insertan elementos de tensión artificiosos (el casero que busca su gato, las monjas que llegan al piso…) para dar ritmo y apariencia de fluidez a una historia que está estancada. Romance y drama salpicados de suspense artificioso.

En este piso será donde Gina (Lilli Palmer), más coqueta y sintiéndose mujer de nuevo, como comenté, rompa su coraza y se entregue a sus nacientes sentimientos. Su frustración, que rompe su esperpéntica carcajada con un llanto, es el momento culminante de esto. Así, una vez huyan de allí de nuevo, bajo un puente, Gina y Jesper se besarán por primera vez.

Quiero que pienses que soy una chica inocente a la que nunca han besado”.



Tras cerca de 25 minutos la acción se retomará con una escena primorosa, la salvaje y violenta pelea entre Jesper y el nazi que sospechó de él en su visita a Polda. Aquí, por supuesto, vuelve a sorprender la extremada competencia del científico en el cuerpo a cuerpo. Una gran escena de acción con momentos sublimes, como todo lo que acontece después de que Jesper dé buena cuenta del villano.



La distracción seductora de Gina en la actualidad debería ser más explícita de lo que vemos en esta película, cosas de los tiempos… Como reconocimiento a guionista y director hay que decir que tras el asesinato al nazi dedicarán una escena para que Cooper muestre su impacto tras haber matado a una persona, lo que compensa en cierta medida, junto a los errores que cometió al inicio, el mencionado defecto de su extraordinaria competencia como agente de campo sin haber sido entrenado en esos menesteres.



Una vez rescatada la hija, nuestra pareja puede huir con el profesor Polda con libertad y sin temor para encarar el clímax final, donde los enviarán a Estados Unidos. Un Polda que padece del corazón, como vimos en su entrevista con Jesper y como volveremos a ver en esta parte final.





El reencuentro con el resto del grupo de la resistencia tendrá un eco visual, las sombras y falsas alarmas al abrirse una puerta, como vimos cuando Gina confundió los ojos del gato con algún peligro antes de que Pink (Robert Alda) y los suyos marcharan. También habrá simpáticas sugerencias sexuales cuando Pink relate la manera en que rescataron a la hija de Polda aprovechando la “amabilidad” de una empleada del hotel…

Mencioné anteriormente un giro sorprendente, muy del gusto de Lang, con la muerte de la profesora Lodor (Helene Thimig), y aquí tendremos otro con la noticia de la muerte de la hija de Polda y la nazi que se hizo pasar por ella para descubrir donde se escondían nuestros protagonistas. Una nazi en exceso prepotente y chula estando a merced del grupo de aliados, de hecho no tardará en morir… Este clímax es excelente y tenso, ya que el grupo quedará rodeado en la casa, que es acribillada a conciencia, sin aparente salida hasta que Pink informa del pasadizo por el que Jesper, Gina y el profesor Polda pueden huir para alcanzar el avión que espera para llevarles a Estados Unidos. Huirán por la retaguardia enemiga. Auténticos héroes y mártires de la causa.




Esto lleva a un final agridulce, con el objetivo de alcanzar el avión e ir a Estados Unidos, pero con una separación amorosa de futuro incierto. Un final en absoluto feliz que no es una excepción en el cine de la época aunque a veces se diga lo contrario.




La banda sonora de Max Steiner es una virguería, debo decir que me entusiasmó porque suena realmente moderna, actual, podría servir para cualquier thriller o cinta de aventuras o superhéroes actual. Gran fotografía de Sol Polito también.



Todo el reparto está correcto, pero quiero destacar al gran Gary Cooper. Gary Cooper es imponente y un actor magnífico, por algo ha frecuentado todos los géneros con una solvencia insultante y una naturalidad pasmosa, trabajando con la mayoría de los grandes directores de la época. Aquí, como agente secreto, está soberbio, como lo estaba de sheriff o científico despistado e ingenuo. Lástima que no frecuentase más el género negro, podría haber dado grandes alegrías.






Así concluye un título muy apreciable, irregular, que sin ser de lo mejor de Lang deja momentos sublimes, pero que ciertos baches narrativos y trompicones en la historia la hacen flojear, especialmente en la parte central, ya que al final la película recobra el vigor.


 



Dedicada a Patricia L., espero que haya sido de tu gusto





4 comentarios:

  1. Gracias MrSambo por transmitir tanta pasión por el cine. Después de leer el post lo primero que pienso es que ojalá nunca se olvide a Fritz Lang, a Gary Cooper y mil etc. Que todo este trabajo que haces sirva también para que mañana lleguen otros y sientan curiosidad por acercarse a estas películas.
    Gracias por compartir, y viva el cine. Un abrazo,
    Patricia L.

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    1. Muchísimas gracias Patricia, y que te llegue, que logre transmitírtelo, me llena de satisfacción. Ojalá sirva!!!!

      Un abrazo y gracias a ti.

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  2. Ya sabes que lo que más me gusta de esta película son las mujeres. Quedo enamorada del papel de Gina. Enhorabuena por el análisis al completo, me ha dejado maravillada; si la primera parte me gusto la segunda me ha encantado, con lo cual en resumen me has dejado boquiabierta.

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    1. Me alegra, porque aquí sirve muy bien para apreciar en qué consiste eso del "bache narrativo", un defecto que a veces tienen las películas. Muchas gracias como siempre, Sara!

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