jueves, 15 de enero de 2015

Crítica: PERDIDA (2014) -Última Parte-

DAVID FINCHER













La manipuladora opinión pública manipulada.

Por supuesto, “Perdida” es también un estudio completamente actual sobre cómo funcionan los medios de comunicación, el poder de la apariencia, el amarillismo, la opinión publicada y un sistema de control mediático que aspira a ser un Gran Hermano juzgador con el prejuicio como principal valor.


Amy Dunne (Rosamund Pike) viene a dilapidar eso también, a destruir ese sistema de control amarillista, de vigilancia y prejuicio, desde dentro. Esta mujer nietzscheana se sirve del sistema para reírse de él, para descubrir su mediocridad, su debilidad, su mezquindad, se erige por encima de ese nuevo dios creado por la sociedad, el dios mediático. Lo vampiriza y corrompe desde dentro, con las armas propias de dicho sistema.  Es la derrota de ese sistema por la novia de América, título que le otorgó el propio sistema.

-Amy usará falsas pruebas médicas, las nuevas tecnologías, utilizará el conocimiento de las rutinas procedimentales de la policía, dejará rastros oportunos para el seguimiento tecnológico de sus pasos llevándoles por caminos falsos, ocultará los que convienen, manejará la sensibilidad de los medios de comunicación basándose en su cultura del tópico y el prejuicio, usando la sensiblería, la mujer embarazada, el maltrato… Pura fachada, pura apariencia.


-La importancia de las apariencias se trasluce en todo momento durante la narración y Fincher se ocupa de resaltarlo con multitud de detalles sutiles dentro del desarrollo narrativo. Un primer ejemplo minimalista lo tenemos en un inocente comentario de Margo (Carrie Coon) a su hermano, aconsejándole el mejor look para parecer más desamparado ante los padres de Amy, no ducharse ni adecentarse tanto. Es decir, aparentar para hacer creer, que el resto use el prejuicio en base a la forma, a la apariencia. Unos padres con los que tendrá una relación ambivalente y en forma de montaña rusa.


-Nick, al contrario que Amy, no controla los medios ni su funcionamiento en el mundo, es más simple, ingenuo, un tipo de papel que a Ben Affleck le va muy bien. Es por ello que sus comportamientos no tienen doblez, no tienen mala intención, cae en tópicos o gestos habituales, lo que él cree que es acertado para quedar bien. Dos ejemplos, la sonrisa bobalicona junto a la foto de Amy en la rueda de prensa y la foto que se hace con la friki que se le acerca y de la que se arrepiente al instante. En ambos casos pretende quedar bien, dar una buena imagen, pero se usará en su contra, la imagen y la apariencia será manipulada y retorcida en base al prejuicio.


-La crisis, otro recurso ineludible en nuestros tiempos y que es uno de los contextos de la historia, será usado magníficamente a nivel narrativo, es la justificación al deterioro del matrimonio, y por Amy para acusar a Nick de forma torticera, donde fondos de un millón de euros son causa de reproches y recriminaciones, para manipular a todo el mundo. La crisis, tópico y condena de nuestro tiempo para justificar absolutamente todo.

-Más fachada e imagen, una orgía de la hipocresía, la escena de la reunión para colaborar en la búsqueda de Amy, con grupos de mujeres ávidas de codearse con un “famoso” y la aparición del ex novio de Amy, Desi Collings (Neil Patrick Harris). Esta escena llega a su clímax con la friki que se hace la foto con Nick, de la que se arrepiente al instante porque sabe cómo será utilizada por la opinión pública, y con los comentarios del policía a su jefa acerca de lo poco que le gusta el angustiado marido, acusándole de fingir, precisamente.

-La televisión es pieza indispensable en este mundo de apariencia, mentira, prejuicio e hipocresía. Habrá dos presentadoras, una rubia que conduce un programa amarillista y feminista que interpretará cuanto ve en base a esos dos postulados, recreándose en el prejuicio, insinuando incestos entre Nick y su hermana, acusándolo de ser un asesino y un psicópata… y que cambiará como si tal cosa cuando aparezca Amy, siendo la que haga la entrevista final a la pareja. Además no reconducirá su proceder tras el error, una vez se le cae una víctima, Nick, le emprenderá con el asesinado Desi, sin escrúpulos. La segunda presentadora es la exitosa conductora del programa donde le hacen la entrevista a Nick con tan buen resultado para él, y donde el protagonista fingirá devoción por su esposa, de nuevo utilizando los medios y la apariencia para sus propósitos, para llegar a la superficial masa. Antes de dicha entrevista veremos a Nick ante espejos, regodeándose en la mentira que va a soltar. El mismo Nick se reirá de todo esto, reflexionando sobre cómo pasa la gente de odiarle a amarle sin solución de continuidad.



-Nick (Ben Affleck) intentará por dos veces dar la vuelta a la tortilla de la opinión pública saliendo a la palestra a usar los medios, a dar la cara. Una con el discurso ante los congregados junto a su casa para aliviar las dudas que se ciernen sobre él, con éxito hasta que llega la vecina para calumniarle y anunciar el embarazo de 6 semanas de su desaparecida esposa, y la segunda en el programa mencionado de televisión, donde logrará cambiar en parte la visión que se tiene de él. De nuevo la apariencia, la fachada, la televisión, como generadores de juicios más allá de los hechos. Nick lanzará un mensaje directo a través de la televisión a su esposa, un mensaje lleno de mentiras y gestos privados que provocarán el regreso de Amy.


-Curiosamente, en una cinta que apuesta por la apariencia, la pose como forma de resultar creíble, de que te crean, de llegar a la masa, habrá un momento donde el protagonista decidirá ser completamente honesto con la policía y contarlo todo, confesar cualquier duda o secreto mientras su abogado busca a su esposa que sabe viva. El abogado recomienda todo lo contrario, nada de verdades… La verdad en el mundo de “Perdida” y en nuestra sociedad es una paria.

-La escena final volverá a ser pura mentira, falsedad y apariencia ante las cámaras que las convierten en verdaderas o reales para el público. Amy aleccionará a su marido sobre lo que tiene o no que decir del mismo modo que lo hacía su abogado antes de la otra entrevista. Veremos a Nick ante un espejo también ensayando como desenmascarar a Amy, algo que ella evitará con la noticia del embarazo.


-Amy se pondrá de nuevo a actuar en la casa de Desi, fingiendo una apariencia de felicidad para confiar a su supuesto carcelero, simulando ser violada y agredida para que lo capten las cámaras, ese medio para la mentira, la farsa y la apariencia, manipulable. De nuevo Amy usando todos los elementos a su disposición, la tecnología y el uso del prejuicio para lograr un propósito.


-La propia Amy reconocerá que fingió ser quien no era, y que sabe que su marido hizo lo mismo, intentado aparentar la mejor versión de sí mismos, o una falsa pero complaciente para el otro, para así lograr sus propósitos.

Realmente esperaba que le amara sin condiciones”.





La escena más impactante de la película es el asesinato de Amy a Desi. Tras fingir deseo por él y elaborar de nuevo concienzudamente un plan mortal, le cortará el cuello con un cutter justo en el momento de la eyaculación. Es especialmente impactante por el reguero de sangre que cae de Desi al cuerpo de Amy, algo que Fincher logra gracias a esa fotografía de tonos fríos que nos ha ido acompañando durante todo el metraje, es un bautismo de sangre, una resurrección casi ritual de una nueva Amy, que ya está dispuesta para volver con su marido. La ducha privada junto a Nick que veremos posteriormente incide en la idea de depuración y renacimiento, cual ave Fénix, de la relación de ambos protagonistas. Ducha supuestamente depuradora. Como curiosidad mencionar que Ben Affleck tiene el culo muy metido para dentro…




Es aquí donde encaramos el tercio final con el último giro, el regreso de Amy como si no hubiera pasado nada… Tirando por tierra todo el castillo de fatuidad montado contra Nick, su condena, exculpándolo con su aparición.



Una sociedad enferma.

Una sociedad vertebrada en el prejuicio, en el desconocimiento, que Amy retrata en el fondo para usarla, que sabe que venerarán a embarazadas, que creerán sus historias de maltrato, que viven para la apariencia, el morbo, que sus valores son de quita y pon, manejados según las circunstancias y aplaudiendo una cosa y la contraria sin rubor, como se escenifica en el programa amarillista feminista…

La superficialidad de esa masa indefinida e infinita que hace sus valoraciones en función de lo que dice la televisión o presentadoras desquiciadas, queda escalofriantemente patente.


Un sutil ejemplo, dentro de todos esos grandes detalles de puesta en escena a los que Fincher no parece dar importancia pero de los que deja constancia, de esa sociedad empobrecida, mezquina, morbosa, lo tenemos en un fugaz plano de Affleck pasando frente a su bar que está abarrotado de gente morbosa esperando ver al supuesto asesino o a alguien relacionado con el caso que sale en las noticias…

Hogar, único reducto de pura intimidad.


Con todo lo mencionado acerca de ese mundo globalizado donde todo se comercializa, todo se publica y todo se generaliza cogiendo la parte, el rumor, la apariencia o la sugerencia por el todo y la verdad absoluta, descubrimos que el único lugar para la verdadera intimidad, para la verdad, aunque sea infernal, es el hogar, el domicilio. Incluso en la conversación cara a cara a nivel particular. Así lo comprobamos constantemente, habrá verdad en las conversaciones de Nick con Margo o con su abogado. Es allí donde conocemos y se nos muestra a la verdadera Amy, en esa ducha privada ajena a micrófonos o cualquier invasión de esa intimidad o en la segurísima casa de Desi. En la casa del ex novio de Amy volvemos a ver a la verdadera psicópata, mientras que lo que sale a la luz exterior, mediante cámaras, es su manipulación, la realidad alterada, falseada. Un hogar que nos muestra la verdad en intimidad, que a menudo es infernal.




Esto se retrata en ese alargado final una vez han pasado los grandes golpes de efecto, la verdadera intimidad y el verdadero infierno, la mentira de un matrimonio, Amy destruyendo la institución, dibujándola como infernal, pero haciéndola pasar como idílica al mundo. Un final al que Nick se ve abocado, obligado, impotente, un final que define sensitivamente la impotencia. Nick debe seguir sin poder evitarlo un angustioso camino marcado que odia y repele profundamente, simplemente porque lo mantiene a salvo…




Perdida” es un estupendo thriller con defectos y debilidades, pero su profundidad conceptual, su brillante dirección y su hábil desarrollo la llevan a alcanzar el notable. Una película que se demora excesivamente en la fase de exposición, pero que cuando arranca es completamente absorbente. Sus virtudes no están tanto en su concepción narrativa como en esas reflexiones que despierta gracias a la cantidad de matices e ideas que Fincher, un gran autor, va incluyendo paulatinamente.



Ben Affleck está más que correcto en un rol que se ajusta muy bien a sus cualidades. No es un gran actor, como no lo es Clint Eastwood, pero si elige con acierto sus papeles cumple sobradamente. Papeles de ingenuo, disperso, bondadoso, introvertido, donde la gestualidad no se haga especialmente necesaria, son resueltos por Affleck de forma notable habitualmente. Un actor al que le pesa haber participado en una película mediocre, la que todos citan, ya sabéis, como si fuera responsabilidad suya… Cuando se coge manía a alguien el juicio se convierte en tópico y falta de análisis, una linde para regodearse, lo que molesta un poco. Se tiende a relacionar película pobre con mala interpretación y viceversa, de forma injusta y errónea. Rosamund Pike está esplendorosa, con una gestualidad contenida transmite multitud de ideas con la mirada, especialmente su gélida psicopatía. El resto del reparto muy correcto también.

Un excelente thriller que adapta un libro de éxito descomunal, “Perdida” de Gillian Flynn.  Un buen título de uno de los autores de referencia del cine moderno.



 






2 comentarios:

  1. Por lo que te he leído, la adaptación es casi perfecta. Me ha recordado muchísmos detalles de cuando leí la novela, hace ya algún tiempo.

    A mí Ben Affleck me parece un buen actor, aunque Clint Eastwood es auténtica debilidad (muy mal lo de calificarlo como no tan buen actor!!! xD) . Ya que estamos con esos dos¿Qué te parece Ben Affleck como director? Yo sólo he visto Adios pequeña adiós, basada en "gone baby gone" de Lehan, novela que no he leído aún. Y me gustó muchísimo esa película. Muy dura.

    Un abrazo

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    1. Me alegra saberlo, esta peli me ayudó a descifrar todo Fincher, y la verdad que quedé muy contento con el análisis.

      Nos pongamos como nos pongamos Eastwood es un actor limitado, como Affleck, pero correctos y eficaces en lo que saben hacer, sus roles más característicos. En esta entrada me opongo a ese ninguneo que se le hace a Affleck.

      Como director le veo destinado a cosas grandes, sus parecidos con Clint en esa trayectoria puede darnos grandes alegrías jajaja.

      Un abrazo Keyser y gracias por los aportes!

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