viernes, 6 de febrero de 2015

Crítica: BIRDMAN (2014) -Parte 3/4-

ALEJANDRO GONZÁLEZ IÑÁRRITU












Elipsis y plano secuencia.

Hemos visto como Richard Linklater hacía casi un homenaje a lo habitualmente elíptico en el cine con su magnífica “Boyhood” (2014), también nominada a mejor película este año junto a la que nos ocupa. Aquí Iñárritu juega con la elipsis de modo hábil para respetar la integridad de su propuesta “sin cortes”, reflexionando así mismo sobre el propio lenguaje cinematográfico, el metacine reseñado.

Las elipsis en “Birdman” son temporales no físicas, salvo en dos ocasiones, algo obligado para mantener el rigor de “plano secuencia sin cortes”.




Con esta propuesta lo que quiere y en cierta medida logra Iñárritu es fusionar teatro y cine, la aspiración de la actuación sin cortes del teatro con lenguaje puramente cinematográfico. 

-Este uso de la elipsis elimina las escenas de transición, que son sustituidas por paseos entre bambalinas, por los pasillos, servidumbres que repercuten en la fluidez narrativa obligadas por la propuesta elegida del plano secuencia. De esta forma Iñárritu define el escenario como el corazón para todos esos personajes, el centro neurálgico, su esencia vital, en el que confluyen todos esos pasillos, como si de venas y arterias que lo nutriesen se trataran, lo nutriesen de sus miedos y superaciones, inseguridades y egos, redenciones y tormentos, frustraciones y procesos creativos, envidias, celos…

-La novia de Riggan, Laura, será pieza clave en otra elipsis, la definirá ella misma mirando a cámara para explicar que ha pasado el tiempo, aunque no haya habido corte. Nos sitúa en el preestreno.


-Cuando Riggan y Mike entran en el bar en la primera escena fuera del teatro, tenemos un posible corte en ese fluido y falso plano secuencia.



-Habrá lo que podríamos denominar fin de actos, momentos donde la narración se detiene y la elipsis temporal se hace más evidente marcando la pausa, por ejemplo en esa grúa que lleva de la azotea donde Sam y Mike mantienen su primera conversación a la ventana del camerino de Riggan, antecedido de un contrapicado que nos muestra el cielo pasando de la noche al día. Algo parecido pasará posteriormente, cuando Riggan pasa una noche de borrachera dormido en la calle, y otro contrapicado nos muestra el transcurrir de la noche a toda velocidad hasta el amanecer y el despertar del protagonista. De nuevo elipsis temporales pero no espaciales, ya que nos mantenemos en el mismo lugar sin corte.





-Una de las elipsis más interesantes la tenemos con el polvo entre Sam y Mike en la parte superior de la tramoya. Es una elipsis casi ilógica, donde Norton aparece casi desdoblado, ya que aunque no le vemos en plano en dos lugares distintos, cuando la cámara mira hacia abajo, una vez lo abandona en su gimnasia sexual, estará allí interpretando un nuevo preestreno. De nuevo es una elipsis temporal pero no física, donde el vínculo estaría en la voz, la de Riggan, que se oye en off en su actuación mientras Mike disfruta de su hija.




-Uno de los planos o momentos más arriesgados, atrevidos y extraños lo tenemos con ese encuadre sostenido en el pasillo esperando la llegada de Riggan. 30 segundos de espera hasta que la cámara reemprende su movimiento anticipándose ligeramente a la aparición de Riggan, su espalda algo ensangrentada por la última escena. Aquí se hace una transición, para colocar la cámara, con el productor, Jake. ¿Por qué no espera abajo la cámara y sube con Riggan? Puro recurso enunciativo, así se muestra con más expresividad la perturbación y viaje al abismo del personaje. Al final del pasillo veremos objetos destrozados y el póster de Birdman.



Acto seguido, ya en su camerino, asistiremos a un trónchate monólogo de un Riggan bastante perturbado junto a su hija. Perturbado y muy lúcido. El momento en el que se limpia la boca con “toda la raza humana”, simbolizada en un dibujo de su hija en una servilleta, es hilarante. Esta escena derrumba barreras entre padre e hija. Ella le enseñará que su desfile en ropa interior por Broadway ha sido Trending Topic, las nuevas tecnologías tan apegadas a la chica, y compartirán juntos el momento. Además será precisamente aquí cuando el juego con las elipsis varíe, siendo una de las dos que además de temporal será espacial, llevándonos del camerino a un bar sin aparente corte.

Esta obra… tengo la sensación de que es una versión deformada y en miniatura de mí mismo y no hay forma de que deje de perseguirme y de golpearme en los huevos con un martillito pequeño… ¡Perdón! ¿Qué habías preguntado?








-Hay dos elipsis que alteran la propuesta espacial de la película y el plano secuencia, dos elipsis que además de temporales son espaciales. La primera es la que nos lleva del camerino de Riggan al bar donde se encontrará con la crítica Tabitha (Lindsay Duncan), usando un móvil y una pantalla de televisión como puentes para la transición sin corte aparente. Aquí, ante Tabitha, Riggan se dará a valer por primera vez, si antes le vimos escaquearse ante su presencia ahora dará la cara. Como si estuviéramos en “Alicia en el país de las maravillas”.



-En el vuelo de Riggan por la ciudad habrá dos interesantes elipsis, una donde la extrema iluminación oculta el encuadre y posibilita otro salto espacial para ver llegar al protagonista al teatro, y acto seguido otra con el tiempo acelerado, una magnífica elipsis para que veamos salir al público, satisfecho, en una pausa del estreno. Un nuevo acto.


-Tras el suicidio fallido de Riggan el fluir natural del falso plano secuencia se interrumpe, interviniendo por primera vez el montaje de forma visible y más activa, rompiéndose la ilusión del plano secuencia. Un montaje onírico con meteoritos, personas disfrazadas de superhéroes, medusas… todo referencias a elementos que han salido anteriormente en la narración o relacionados con algo. Por ejemplo, las medusas se refieren a la historia que cuenta Riggan sobre un intento de suicidio anterior, donde estas le salvaron paradójicamente.



Personajes y actores.

-Riggan (Michael Keaton): Una actor que busca reivindicarse, trascender, que se le vea como algo más que una celebridad, como a un verdadero intérprete. Su personaje tiene problemas con el compromiso, con el compromiso personal, que para él está en segundo plano con respecto al profesional. Por eso parece ajeno cuando su novia le dice que está embarazada, por eso tiene problemas con su hija, de la que nunca se preocupó en exceso, y eso mismo le recriminará su ex mujer cuando reflexione sobre su relación. Todo cambia cuando hablamos de su trabajo, ante el que está dispuesto a jugarse todo, incluida la vida.






Esto queda bastante bien retratado en las conversaciones que mantiene con personas cercanas, por ejemplo su ex mujer, con la que conversará en primera instancia sobre el mal momento que vive su hija, Sam (Emma Stone), aunque él está más preocupado en explicar que esa obra puede darle todo lo que necesita, sentirse valorado, digno. Vinculará al éxito y el prestigio su vida personal y sus afectos, como si fueran aspectos inseparables… De eso trata su historia sobre el avión y George Clooney que acaba decepcionando a su ex. Su propia mujer lo verbalizará…

Siempre has hecho lo mismo, confundir el amor con la admiración”.

Con todo, Riggan se redimirá ante ella en otra escena, dando la espalda a un espejo, donde le confesará hasta lo de la voz que escucha, la de Birdman. Arrepentimiento y sinceridad.

No he estado presente en mi propia vida…”

El momento donde la novia le cuenta la noticia de que está embarazada será con una iluminación roja, estado de alarma para nuestro protagonista. Riggan llegará a despreciar a su novia explícitamente, lo que dará paso a la posterior ruptura, una vez perdió el hijo que esperaba, algo que de alguna forma invierte el papel de Riggan en la obra que representa. Posteriormente, incidiendo en ese egoísmo y falta de empatía con los que le rodean, la novia confesará a Riggan que ya no van a tener el hijo y que ella no quería tenerlo… Algo normal visto el comportamiento de Riggan. De nuevo el resto del personajes con sus palabras y actos ayudando a definir a los demás.

-Laura: Habríamos sido buenos padres

-Riggan: Horrorosos, nos habría salido… un asesino en serie.

-Laura: O Justin Bieber.

Todo ello escenifica el proceso creativo, tormentoso, duro, psicológico, de la formación e identificación de un personaje, de una obra, que además sirve de madurez y redención personal. El retrato de la creación artística y su dificultad es bueno.

-Sam (Emma Stone): Hija de Riggan, pasando por un mal momento indefinido, suponemos que con las drogas, necesitada de afecto, de atención, se siente menospreciada en sus intereses, quizá excesivamente consciente de su mediocridad, que desmentirá Mike (Edward Norton), al definirla como especial. Entre Mike y la redención y paulatina comprensión de su padre logrará también su propio renacimiento. Inteligente y apegada a las nuevas tecnologías, su presentación será, precisamente, hablando con su padre por skype. Desde ese momento vemos que su relación es complicada, la compra de unas flores crea un conflicto y ella se aplica con malos modos, no muy contenta con el trabajo y el encargo. La relación de Sam con su padre no es muy buena precisamente, pero evolucionará para bien. Deja una de las mejores escenas dramáticas de la película, en la que Emma Stone se sale. Es aquella donde pone ante los ojos de su padre su realidad con contundencia y sin paños calientes.

Los personajes parecen complementarse, incluso describirse los unos a los otros. Sam a su padre, Mike a Sam, la ex a Riggan… Una de las escenas más intensas es la que protagonizan Sam y Riggan, padre e hija, y donde la segunda ejecuta un excepcional monólogo, un momento excelso de Emma Stone. Allí recriminará a su padre su prepotencia, su doble vara, cómo en su búsqueda de relevancia desprecia a otros que buscan lo mismo aunque de otra forma (blogueros, tuiteros…). La relatividad de lo importante, de lo relevante, del desprecio a lo ajeno, del egocentrismo que radica en ello… La indiferencia y vacuidad de eso que su padre considera tan importante, esa aspiración de relevancia. Stone está sublime, fijaos especialmente en el final de su discurso, cuando ha terminado, y como su rostro va adquiriendo, paulatinamente, una arrepentida calma.


Menos a ti se la suda a todo el mundo”.


Sam no es actriz y vive rodeada de gente que finge, cuando habla con Mike descubre a alguien que no finge con ella, que no esconde sus defectos, mediocridades, mezquindades, lo que la descoloca. Lo mismo le pasará a Mike, que se blinda de su entorno fingiendo constantemente fuera del escenario, pero las directas interpelaciones de Sam le hacen abrirse sin complejos, descifrando a su vez a esa chica especial. Sam gusta de moverse por las alturas y entre bambalinas.



-Mike (Edward Norton): Mike representa al actor de prestigio, de talento, el actor en su más pura esencia, el venerado por los críticos, es decir, la aspiración de Riggan, lo que quiere ser, por lo que quiere que se le valore. Un gran profesional, egocéntrico, que manifiesta en varias ocasiones que sólo siente paz y logra ser él mismo en el escenario, ese centro neurálgico en la película, mientras que fuera de él sólo sabe fingir, interpretar. Un hombre que pervierte el sentido del arte y la vida, él mismo en escena, intérprete en la vida real. Sus duelos con Riggan son excelentes, y es de resaltar lo bien que está Keaton en esas escenas, cediendo el protagonismo cuando corresponde.



Esto queda hilarantemente escenificado en la escena de cama ante el público, donde pretende tener sexo con Lesley de verdad ante todos para dar realismo. A Mike no se le levanta fuera del escenario, pero en él la cosa parece ir mejor… Llevando al paroxismo el “Método”. Otro ejemplo, los tronchantes, y lógicos, “peros” al atrezo de la obra, comenzando por la pistola, que no le ayudan a meterse en el personaje.



Tal vez cuando subes ahí eres todo verdad, pero en el mundo real, el que cuenta, eres un puto fraude”.

Es notable el momento en el que Mike, en el primer ensayo con Riggan, casi se convierte en director, comiéndole el terreno, redefiniendo circunstancias y elementos, cuestionando determinados aspectos de la adaptación y la puesta en escena, que son bien aceptados por nuestro protagonista. Tiene una relación con Lesley y acabará teniendo otra con Sam, la hija de Riggan

La popularidad es la cuñadita guarra del prestigio”.

Mike parece ejecutar una especie de vampirización con Riggan, le vemos convertirse casi en director, destrozar uno de los preestrenos, seducir a su hija y adornar su vida en una entrevista con datos de la vida personal de Riggan, lo que lleva al conflicto entre ambos. Esto, lejos de ser negativo para Riggan como podríamos suponer, es un impulso y sirve de modelo, le ayuda en su aspiración de ser un actor reputado, de convertirse en alguien como Mike, es decir, una vampirización que surte el efecto contrario.




-Lesley (Naomi Watts): Actriz debutante en Broadway, insegura, todo lo que acontece a su alrededor la hace sentirse amenazada, no acaba de creerse que ha llegado a la cima, a Broadway. Tendrá un pequeño conflicto con Sam y tuvo una relación con Mike, que es una de las principales causas de su inseguridad.



 






2 comentarios:

  1. "Iñárritu define el escenario como el corazón para todos esos personajes, el centro neurálgico, su esencia vital, en el que confluyen todos esos pasillos, como si de venas y arterias que lo nutriesen se trataran, lo nutriesen de sus miedos y superaciones, inseguridades y egos, redenciones y tormentos, frustraciones y procesos creativos, envidias, celos…"
    Bien visto. Hablando y leyendo a algunos actores me explican eso: el teatro es la vida. Su vida. Lo que queda fuera del escenario, lo q para el común de los mortales es "la vida real" es para ellos una intrascendente sala de espera. Son personas peculiares, los actores. Difíciles d tratar. O algunos, al menos.
    Me pasa muchas veces: un análisis como este y muero por ver la peli. Eres grande.
    Ir al cine contigo, q desafío!!
    Un beso, sensei. Esperando la última!!

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    1. Muchas gracias, Reina! Sí, es una vocación y les tiene que hacer especiales, sobre todo a los más intensos. Esos raros estilo De Niro, Daniel Day Lewis... capaces de hacer barbaridades para dar credibilidad a un papel en aspectos que sólo reconocerán o sabrán ellos y quizá algún pirado como yo.

      ¿Desafío por qué?

      Un beso, Reina.

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