jueves, 14 de mayo de 2015

Crítica: PERSEGUIDO (1987)

PAUL MICHAEL GLASER














Arnold Schwarzenegger es uno de esos denostados actores que al final acaba reivindicándose gracias a un buen número de películas que se hacen de culto cuando no se convierten en auténticas obras maestras. Si el actor austriaco ha destacado en algún género ha sido, desde luego, en el de acción, en el fantástico y en la ciencia ficción, donde nos ha dejado auténticas joyas.




Dentro de la ciencia ficción, en relación a la película que nos ocupa, es donde Schwarzenegger ha tenido más títulos de prestigio a nivel crítico, “Terminator” (James Cameron, 1984) y “Terminator 2: El juicio final” (James Cameron, 1991), quizá con sus mejores interpretaciones, “Desafío total” (Paul Verhoeven, 1990), “Depredador” (John McTiernan, 1987) o esta misma que aquí analizo, “Perseguido”, menos conocida que las anteriores pero muy apreciable igualmente.

El éxito de Schwarzenegger se centra sobre todo en la década de los 80 e incluso principios de los 90, pero coqueteos políticos aparte sigue manteniéndose en la brecha dentro del cine de género, ahora triunfando con la mediocre saga de “Los mercenarios” y a la espera de la resurrección de “Terminator” y “Conan”, dos de sus papeles más recordados, con “Terminator Genisys” (Alan Taylor, 2015) y “The legend of Conan” (2016). También podría resultar interesante su apuesta por el mundo zombie en “Maggie” (Henry Hobson, 2014), donde interpretará al padre de una niña de 16 años que tardará 6 meses en convertirse en uno de ellos tras ser infectada.


La cinta que nos ocupa está dirigida por el famoso “Starsky” de la serie “Starsky y Hutch”, Paul Michael Glaser, y nos relata un futuro despótico donde el sometimiento totalitario de la sociedad es distraído con programas de televisión extremos. El más exitoso es “Perseguido”, donde presos o condenados son obligados a participar. Los concursantes deberán huir e intentar sobrevivir a la caza de una serie de matones en una zona restringida mientras son seguidos por las cámaras. Ninguno sobrevive… hasta que llega Ben Richards (Arnold Schwarzenegger).


La primera escena con Richards negándose a lanzar bombas contra la gente en una revuelta, define ya a nuestro protagonista como un hombre con valores y principios, ajeno a la sumisión del resto en ese estado totalitario. Lo cierto es que esta escena en el helicóptero podría haberse rodado algo mejor. La evasión de la cárcel en la escena siguiente también es algo “regulera”, con momentos de acción típicos y otros momentos más forzados. La aparición de los collares explosivos como medida de seguridad es un clásico ochentero, que inspiraría toda una película posterior como fue “Peligrosamente unidos” (Lewis Teague, 1991).





Ben Richards es presentado como un cínico, un descreído poco comprometido que acabará convirtiéndose en figura revolucionaria. De individualista radical a convertir su figura y actitud en modelo de conducta para el resto. En el fondo, Ben Richards es un bonachón y no dudará en presentarse voluntario para proteger a sus conocidos, con los que tampoco tiene una relación de estrecha amistad más allá de su ayuda y compañía en la evasión de la cárcel que vimos al inicio. Richards se convertirá en un falso culpable hitchcockiano por partida doble, primero con la detención que le lleva a la cárcel y luego con la que le lleva al concurso tras evadirse.



El gran villano de la función es Damon Killian (Richard Dawson), el presentador del afamado programa, presentado con pronunciados contrapicados para realzar lo que es pura fachada, personificación de
la imagen hueca, falsa, mezquina… Un dios mediático de cara a la galería que esconde toda la maldad y ruindad posibles. Algo a lo que estamos acostumbrados a diario al ver los medios de comunicación. Esto en el 87 no dejaba de tener su punto visionario.

Aunque la película tiene muchos tics ochenteros y “moderneces” varias, lo cierto es que no aguanta del todo mal a nivel visual. Los pijamas de los concursantes no son, precisamente, el punto fuerte de la función…

El uso que hace Glaser de los medios de comunicación es bastante agudo y divertido. Los anuncios y programas que vemos emitidos o programados en las televisiones son tronchantes. El programa de gimnasia de “El Capitán Libertad”, los anuncios que salen ocasionalmente, los concursos sádicos... De igual forma son muy divertidas algunas de las ocurrencias de ese mundo totalitario creado por Glaser y su guionista Steven E. de Souza, basado en una historia de Stephen King, la división de entretenimientos en el departamento de justicia, el fondo de patriotas, los agentes teatrales de oficio, la censura de todo tipo, el mercado negro, los pases de viaje…


La película muestra con bastante lucidez lo difícil que resulta no creer o verse influido por una manipulación mediática, cómo en general aceptamos lo que nos dicen por la tele sin cuestionarlo. La televisión, opio para el pueblo.


De igual forma, una de las reflexiones más interesantes de las que propone la película, es la idea de “falta de valores” en la que se va sumiendo una sociedad, perfectamente retratado en esa variable sensibilidad de la gente sobre lo que es salvaje o reprobable, escandalizándose por unas cosas y aplaudiendo que se ejecute a personas en televisión como espectáculo, aunque sean delincuentes… Completo relativismo moral. Una sociedad que no duda, que no se pregunta. Una sociedad que ya no distingue el bien del mal.

¡Sólo con ver sus bíceps la audiencia subirá 10 puntos!”.

Maria Conchita Alonso interpreta a Amber Mendez, la que será una de las colaboradoras de nuestro protagonista, si bien es cierto que al inicio será la causante de la detención que le llevará a concursar en “Perseguido”. No la podemos culpar, la imagen y modales del bueno de Schwarzenegger no son los más delicados, precisamente. Además, como comenté antes, es difícil resistirse a una manipulación mediática. Por si fuera poco, nuestro protagonista demuestra ser muy competente en el aspecto físico, pero haciendo planes presenta ciertas lagunas… Lo de pasar con una rehén delante de montones de controles de seguridad es un “pelín” arriesgado… Esta fase, así como muchos otros momentos de la cinta, nos hará venir a la cabeza la posterior y más brillante “Desafío total” (Paul Verhoeven, 1990), también con Schwarzenegger como protagonista.


-Amber: Le advierto que me mareo, en los aviones, en los coches… Echaré hasta la primera papilla.

-Ben: No se preocupe, en esta camisa no se notará.

Una vez capturado veremos a Richards convertido en un mero animal, inyecciones para dormirlo, desprecio, maltrato... Para el gobierno y los responsables del concurso no es más que un objeto que puede subir los índices de audiencia con sus bíceps y su muerte.




El encuentro de Ben con Amber, la chica que causa de su detención, en el recinto del programa, resulta algo forzado y arriesgado. Justo tras ese encuentro, Amber será testigo de la manipulación mediática ante sus propios ojos, cuando en las noticias manipulen, exageren y mientan sobre lo ocurrido en el aeropuerto en la detención de Ben, al que se acusa falsamente de matar a varias personas. Esta mentira es la que impulsará a Amber a ayudar a Ben, arriesgarse e intentar recuperar la grabación original sin manipular del video que llevó a nuestro protagonista a presidio. Además sufrirá en sus propias carnes la manipulación mediática cuando la definan como “copiota”, lasciva, amiga de Ben y aficionada a las malas compañías… Vamos, que debe morir con semejantes aficiones…



Cabe preguntarse cómo es posible que un estado que vive por y para la televisión, como medio de adormecimiento para la sociedad, no recurre a mejores medios de propaganda para su programa estrella, por ejemplo promocionando a Ben, conocido delincuente, con anterioridad como reclamo para aumentar la expectación… De igual forma las claves del juego en sí no quedan claras, en unos casos se dice que ha habido ganadores, los vemos de vacaciones, en lo que es un truco falso ya que también veremos sus cadáveres, y en otros se asegura que no y se hace todo lo posible para asegurar que el “perseguido” no sobrevivirá, que “todos pagarán”... Tampoco conocemos la frecuencia con la que el programa aparece en parrilla…



Lo que no puede negarse es que dan el do de pecho con el programa, así que será difícil que logren superarlo en un futuro, pero bueno, ya no habrá película.

Los encargados del programa no tardarán en engañar a Ben y hacer participar a los dos compañeros por los que se había sacrificado, Harold Weiss (Marvin J. McIntyre) y William Laughlin (Yaphet Kotto). A ellos tres se sumará Amber, una vez sea descubierta intentando robar el video original del helicóptero, que no sabemos por qué no borraron… Esto escenifica el radical maniqueísmo de la propuesta, simplista pero efectivo para las intenciones y necesidades de la historia, adecuado para el género.


La mitología que se crea entorno al juego está bien, las apuestas, los distintos decorados, los perseguidores, considerados auténticos héroes con multitud de fans… Estará “Subzero” (Profesor Toru Tanaka), un  luchador de sumo que juega al hockey con sus víctimas; “Buzzsaw” (Gus Rethwisch) y su moto sierra, el “campeón de la anterior temporada”; “Dynamo” (Erland van Lidth), que es una especie de árbol de Navidad o un semáforo, como verbaliza el propio Schwarzenegger, mezclado con villano de los Powers Ranger; “Fireball”, que hasta vuela; y “Capitán Libertad”, el gimnasta de la tele… Tres horas y 4 cuadrantes como decorado para el truculento juego. La única regla es que todo vale.




Bailes sensuales para dar espectáculo y jolgorio entre el público, al que se le hace la boca agua con lo que le espera. El inicio del juego, con esos vertiginosos toboganes que vemos descender con muchos planos subjetivos, es estupendo. Ben seguirá a sus dos compañeros de aventura, ya que parecen tener un plan fijado. Concursos, apuestas, merchandising, juegos de mesas, hasta los asesinos expertos y con un currículo numeroso con sus muertos, como si fueran muñecos gore coleccionables. Una gran mitología en expansión bastante bien mostrada.



Subzero” no tardará en caer a manos de Ben, con una fotografía repleta de rojos que acentúa la violencia de la escena. Lo mismo le pasará a “Buzzsaw” y “Dynamo”, aunque a éste último se le perdonará inicialmente la vida. Que no mate a “Dynamo” puede ser un hábil detalle para ganarse al público, aunque morirá posteriormente. De hecho, la competencia de Ben irá haciendo tornar la opinión de la gente, siempre cambiante y manipulable, incluso volcará las apuestas. Los duelos son buenos, buenas escenas de acción, tensas y potentes, de aceptable atmósfera amenazante, muy oscura, nocturna, tenebrosa y modernista, con los neones bien usados sin abusar de ellos. Eso sí, originalidad no vamos a encontrar, tampoco en lo estético.



Amber demostrará buena memoria quedándose enseguida con el nombre del amigo informático y con el número que le pide que memorice, precisamente (182461B17174). Nuestros héroes van progresando en su misión, con bajas por el camino, sólo quedan Amber y Ben, pero resulta sumamente extraño que una zona tan importante para la seguridad como la que manipula Weiss, el informático, no tenga la menor vigilancia, sobre todo cuando el concurso pasa por esa zona… Uno de los amigos descubre el código y el otro dice el lugar para meterlo, una vez cumplida su función les toca morir. Toda la segunda mitad es, básicamente, puro juego de persecución, sucesivos enfrentamientos con los asesinos, con las lagunas y trucos típicos de guión, los recursos tópicos de dirección, mezclados con estupendos aciertos, agilidad y la confirmación de asistir a un buen entretenimiento.


-Amber: Teníamos que habernos ido a Hawai.

-Ben: Yo tenía hasta la camisa, pero lo fastidiaste todo.

Cuando Amber y Ben descubran los cadáveres de los supuestos campeones, terminarán enfrentándose a “Fireball” (Jim Brown), pero no nos dejan claro si el público ve esos cadáveres, ya que en ningún momento se les ve reaccionar de forma significativa, lo que sorprende mucho ya que la muerte de “Fireball”, en el mismo lugar y casi al mismo tiempo, sí la ven y la muestran… Otro truco significativo de guión lo tenemos con el video del helicóptero robado por Amber y presuntamente recuperado por los villanos, que en realidad no lo fue y la bella protagonista lo usará para desenmascarar el entramado de ese estado manipulador. Un truco que ellos mismos se toman a broma al no dar explicación alguna conscientemente. Esta idea de desvelar una mentira mediática que involucra a toda la población nos remite a “Están vivos”, la cinta anticapitalista de John Carpenter de 1988, o sea, un año posterior.



Un buen giro dramático lo tenemos cuando asistimos a la muerte de los dos protagonistas a manos del “Capitán Libertad” (Jesse Ventura), en lo que es una nueva manipulación y falsa realidad.

No me gusta mentir”.

¿Quién es el señor Spock?



En el clímax habrá numerosos tiroteos, un villano, Damon Killian (Richard Dawson), que debería hablar menos y correr más, sobre todo cuando vemos hacia donde lo va colocando nuestro amigo Schwarzenegger, un poli simpático que se vuelve del lado de los buenos y alguna que otra explosión que no sabemos de dónde sale…  Para rematar, un besito y final feliz, aunque se corta demasiado pronto como para confirmar el verdadero derrumbe del sistema. Como despedida tendremos un magnífico tema de John Parr, “Running away with you”.



Buena cinta de ciencia ficción, puro entretenimiento conseguido y efectivo, con correctas interpretaciones en unos roles muy definidos y maniqueos. Disfrutable.




10 comentarios:

  1. Como te dije por twitter, MrSambo, soy muy fan del carnicero de Bakersfield...jajaja... es como dices, puro entretinimiento, que compensan de sobra los fallos que comentas.

    El Chuache hizo cine muy bueno, y trató temas muy interesantes en sus pelis ochenteras y noventeras, aunque pudiera parecer lo contrario, Terminator, Depredador (muy fan de McTiernan tb), Desafío Total u otra más reciente, como El Sexto Día, me parecen que abordan visiones futuristas nada descabelladas.

    Me encanta que hayas analizado esta cinta.. ;-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exactamente Eddie, un actor a reivindicar porque tiene títulos excelentes. Olvidé mencionar EL SEXTO DÍA. El resto de las que citamos son sencillamente soberbias. Ahora se valoran, pero en su día recibían palos como si no costara... El tiempo...

      Me alegra que te haya gustado, es una pequeña peli de culto ochentera que lo merecía!!!

      Eliminar
  2. Starsky!! Anda q no suspiré yo por él en su día!!! Le sigo recordando.
    Suarseneguer es un icono. Muchos buenos ratos, aunq haya quien le menosprecie.
    Me encanta cómo manejas el ritmo del análisis, agilidad, vocabulario y detalle. Lo he dicho muchas veces. Y lo demuestras post tras post. Muy entretenido.
    Gracias!!!
    Bss

    ResponderEliminar
  3. Pues ahí le tienes, dirigiendo y todo! Concuerdo, es un icono, el bueno de Schwarzenegger. Me admira la soltura con la que lo escribo ya, sin titubear jajaja

    Muchísimas gracias, leer estas cosas reconforma muchísimo.

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Hola Mister,

    Esta crítica huele a video Club de Barrio...
    Seguro que la mayoría que la vimos en los 80, fue tras pagar 20 duros de alquiler. Y es cierto, la vi hace poco y no ha envejecido mal del todo, lo único que resulta estridente es la Lycra. Cómo brillaba la Lycra ochentera. Seguro que daba más de un dolor de cabeza a los directores de iluminación y fotografía.
    Me alegra volverte a leer y cuando la lectura me retrotrae casi 30 años atrás, más. Viendo estas películas, que a nuestras madres espantaban, fue como empezamos a desarrollar nuestro propio gusto cinematográfico. Por suerte, no nos quedamos ahí...

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La Lycra!!!! jajajaja. Qué grandes momentos nos dieron, yo creo que en muchos casos se empieza así, como cuando te aficionas a la lectura. Por suerte nuestra generación mezclaba con naturalidad lo clásico y lo que salía actual, al menos en mi caso, y doy gracias a Dios por ello.

      Es verdad que no ha envejecido mal salvo por eso, es uno de sus grandes valores. Y sí, es título de videoclub total! Jajajajaja

      Eliminar
  5. Gran película, y en su día aún más. Muy buen análisis, sin pedirle peras al olmo como debe ser.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es un buen título, Pablo. Tiene sus defectos y tonterías, pero muy apreciable. En su momento pegó bien :)

      Eliminar
  6. "El éxito de Schwarzenegger se centra sobre todo en la década de los 80 e incluso principios de los 90"
    Yo estiraría hasta mediados de los 90. Al menos para mí, la última gran película de Arnold (y la última que me gustó de verdad de James Cameron) es Mentiras arriesgadas, que creo que es del 94 o el 95. Es más, incluso diría que cuando Schwarzenegger alcanza de verdad el nivel de "megaestrella" es precisamente en los noventa (en la época entre Desafío total y Mentiras arriesgadas).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es correcto, cuando digo principios estaba pensando en MENTIRAS ARRIESGADAS precisamente, y sería más correcto decir mediados, como comenta usted. Coincido con su gusto por esa comedia de acción, me encanta, me parece la mejor que se ha hecho en su estilo.

      Un abrazo y gracias por el aporte.

      Eliminar