miércoles, 27 de abril de 2016

Crítica: MAGICAL GIRL (2014) -Parte 2/4-

CARLOS VERMUT











Hay alguna referencia literaria, como a Cela y “La colmena”, que son interesantes. La de Cela parece querer significar la propia estructura del film. También aparecen libros de César Vidal o J. J Benítez (Caballo de Troya)… Se hará referencia a Kipling.



Las influencias en la dirección se han ido y se irán mencionando, pero las aglutinaré aquí. Esos planos de escenarios vacíos, entornos desérticos donde entra un elemento o un personaje en plano al poco tiempo, ese juego con el fuera de campo, nos remiten al cine de Robert Bresson.

La frontalidad, aparte de al cine oriental más depurado y sobrio, recoge la herencia de Stanley Kubrick, una puesta en escena muy geométrica. Lo mismo ocurre con el tono de la película, que nos remite al maestro norteamericano, una fría sobriedad que acaba resultando perturbadora e impactante, con violencia seca y elementos morbosos o truculentos. Todo ese mundo misterioso del porno y el sado nos puede recordar tranquilamente a “Eyes wide shut” (Stanley Kubrick, 1999), por ejemplo.




Esa frialdad perturbadora también nos lleva a Cronenberg, del mismo modo que la puesta en escena geométrica remitiría, entre otros, a Fritz Lang.

La película se divide en varios capítulos presentados por intertítulos. El primero de ellos será “Mundo”. El segundo será “Demonio”. El tercero se titulará “Carne”. También habrá múltiples fundidos en negro, que darán paso a los distintos episodios o cambios de tercio.

Un magistral y casi mágico juego de rimas, vínculos, cebos y ecos.

Estamos ante una sutil y negra telaraña de interrelaciones donde todo parece conducir a la desgracia por el influjo de Bárbara, como una maléfica Moira. Pequeños detalles, objetos, vínculos, que llevan a los personajes a unirse irremisiblemente, a pesar de que nada tengan en común. Un azar burlón y pérfido. Un azar que se vale de multitud de recursos y de los que Vermut va dejando pistas. Un azar unido a la naturaleza humana y su lado más necesitado y oscuro. Una obra de orfebrería.

Un destino relacionado con la culpa, que parece cobrarse sus víctimas de forma inmisericorde, obligándolas a pagar por sus actos, a los que ese mismo destino los lleva…

-Alicia (Lucía Pollán) bailando ante un espejo con una flor en forma de cetro, antes de su desmayo, una melodía de una serie manga. El cetro, el del disfraz de verdad, será el objeto que desencadene la tragedia. Bárbara, ya adulta, presionará otro espejo con su frente, hiriéndose y ensangrentando su rostro, en lo que sería una especie de eco de esta escena.



Bárbara (Bárbara Lennie) verá reflejado su rostro en el espejo que rompió, completamente resquebrajado, una vez reciba la llamada con el chantaje de Luis. Una personalidad rota, falsa, con muchas aristas y secretos.

Otro espejo incluirá al matrimonio, escenificando esa relación de mentiras…por parte de ella.



-Luis (Luis Bermejo), el padre de Alicia, tendrá su presentación en una librería, intentando vender sus libros para conseguir algo de dinero (luego conoceremos sus motivaciones). Cuando salga de allí un objeto que parece una pieza de puzle detendrá su avance ante una joyería y una alarma de un automóvil comenzará a sonar (una alarma de advertencia)… Esa joyería será escenario del contacto entre Luis y Bárbara poco después. Detalles constantes que avanzan ese destino prefijado. Cebos y ecos.





-Ante la joyería el azar volverá a irrumpir, dejando más ejemplos de cebos y ecos. Luis querrá robar, pero cuando se disponga a reventar el cristal del establecimiento, alguien vomitará desde el piso de arriba cortando la acción del personaje en su desesperación. Aquí se produce el vínculo entre Luis y Bárbara, que se insinuó antes cuando Luis se detuvo allí mismo a mirar las joyas y recoger una pieza de puzle.




-Y es que esa pieza de puzle es otro vínculo entre personajes, ya que no está situada al azar. Veremos que Damián (José Sacristán), se dedica a hacer puzles y será otro personaje que se cruzará, posteriormente, en la vida de LuisLuis recoge una pieza de puzle ante la joyería. A Damián (José Sacristán), le faltará, precisamente, una pieza del puzle que hace en su casa… Hilos invisibles que unen a todos.





-Alicia, en el hospital, menciona un toro negro grande. Este extraño cebo tendrá su eco otra vez con Bárbara y el lugar que visitará como prostituta para pagar el chantaje…

-Otro extraordinario cebo, en este sutilísimo juego que plantea Vermut: La piruleta con forma de corazón que la doctora da a la convaleciente Alicia en el hospital al inicio de la película.

-Esa piruleta es uno de esos detalles clave que desvelan la estructura e ideas de la película. El personaje que admira Alicia tiene un cetro en forma de corazón, la doctora le dará una piruleta con forma de corazón también, pero es que Damián acabará comprando una piruleta (también con forma de corazón) en un establecimiento chino. Esa escena de Damián (José Sacristán) comprando una piruleta parece gratuita, narrativamente no aporta nada, pero está ahí sólo por ese momento, el de la piruleta, porque anticipa el vínculo que tendrá con la historia de Luis y, sobre todo, Alicia. Además, que la compre en un establecimiento oriental es otro detalle maestro.


-Uno de los detalles más bellos de la cinta lo tenemos con la carta radiofónica que Alicia dedica a su padre. Un eco maravilloso. Vimos a la niña escribiendo algo en el hospital, que posteriormente sabremos era esa emotiva carta al padre. Una carta en over que oiremos primero en fondo negro y luego mientras se nos presenta a Bárbara ya adulta, enfatizando otro vínculo. Adelantándolo.


“… porque sé que siempre que me despierte aquí, vas a estar a mi lado”.

-Otro vínculo. Damián es profesor de matemáticas. Luis es profesor de literatura. Quizá por ello Bárbara accede a acostarse con Luis, como consuelo al no poder tener cerca a Damián, con el que debió tener un tormentoso pasado.

-La copla que escucha Bárbara, “La niña de fuego” de Manolo Caracol, la vinculará con Damián, su ex profesor, que también la oye, presentándonoslo de nuevo. Una remembranza. Así se sugiere un pasado común entre ambos, que se confirmará posteriormente, del que apenas sabremos nada. De hecho, ese aparente recuerdo, provocará una llamada, de Bárbara a Damián, lo que perturbará al ex profesor. En sus momentos bajos, Bárbara parece recordarle. Su protector.



-En la parte final, cuando Damián se dispone a vengar a Bárbara, lo veremos acicalarse y vestirse, cual torero ante la corrida, al ritmo de la misma copla mencionada, “La niña de fuego”, ese vínculo que moviliza al personaje.

-Alicia es muy aficionada al anime, el manga, las series orientales. Bárbara beberá de una botella marca “Sailor Moon”, nombre que da título a una conocida serie del género.


Bebiendo eso para tragar las pastillas le entrarán nauseas, por lo que vomitará por la ventana, ese vómito que vimos caer con anterioridad sobre Luis… El vínculo perfecto. El gusto por el anime de Alicia, la lucha del padre por el disfraz de la serie preferida de ella, la botella con nombre de serie anime y el vómito que une a Bárbara con Luis… La tela de araña…


-“Me gusta tu nueva cicatriz”. Esta frase se la dedica la madame a Bárbara, en un elemento que aparece varias veces. Bárbara enseña sus cicatrices a Luis preguntándole si le dan asco, aunque nosotros no nos percatamos de a qué se refiere en primera instancia. Luego la madame hace ese comentario para finalmente descubrir un cuerpo surcado de cicatrices cuando se desnude ante el pornógrafo que la ha contratado…



-Serán dos chantajes y dos visitas al lugar del sexo pervertido… En la primera, una carta contendrá una palabra de seguridad (hojalata), pero en la segunda no habrá ninguna… a merced de los pervertidos. Son detalles excelentes, ya que vuelve a apostar por la sugerencia sin necesidad de explicar nada. Así logra Vermut con elementos mínimos y un plano general ejecutar una escena terrorífica… con fundido a negro final.





-Con Damián (José Sacristán) tendremos varios cebos. Ya hablé del puzle que hace y del que Luis encuentra una ficha. Ese puzle es un regalo de la controladora, de su agente de la condicional. Esta escena está rodada con planos de perfil de cada interviniente, en solitario, para luego pasar a uno general cuando se entregue el regalo. Además Damián mencionará su miedo a salir por si ve a Bárbara, en lo que es otro vínculo, cebo y relación… Un avance de lo que vendrá.

-La Constitución deja otro entrañable cebo y eco, así como vínculo, entre personajes. Luis pedirá que deje el dinero en un ejemplar de la Constitución en la biblioteca a Bárbara. Damián, por su parte, será un fetichista de la Constitución, olerá el ejemplar que Bárbara le entrega para dárselo a Luis, porque ella lo tocó… y luego se pasará por el forro dicha Constitución.


-Si Luis tiene a su hija con leucemia, Damián le contará que su padre murió de cáncer.


-La última canción de la película, “Song of black lizard” de Pink Martini, se relacionaría con la misteriosa habitación de los horrores en la que Bárbara se adentra para poder pagar el segundo chantaje de Luis.







2 comentarios:

  1. QUÉ INTERESANTEEE!!!
    Me está encantando. De veras. Entusiasmada con estos cebos y ecos q presentas. Son esos detalles q me encanta leer antes de ver la peli. Porque me preocupa no ser capaz de verlos!!!
    Tus notas son excelentes.
    Espero las siguientes.
    Bss,

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    1. Gracias!!! Estoy muy contento con este análisis!

      Besos.

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