sábado, 4 de junio de 2016

Crítica: LA TOSTADORA VALIENTE (1987) -Última Parte-

JERRY REES












Hay errores y lagunas en el guión, desde escenas intrascendentes, como la de los animalitos, a fallos en la propia coherencia interna de la historia, algo que no se cometía en "Toy Story”. El ejemplo más evidente es el tratamiento y necesidad de energía de nuestros amigos. No hacía falta vincular su funcionamiento a la energía porque eso generaba dificultades con la trama y limitaba los movimientos, además va contra el espíritu mágico y especial de la cinta, con el propio concepto de la misma y de los protagonistas, pero si colocas ese elemento en la trama lo suyo es ser coherente y esto no pasa casi en ningún momento. ¿Para qué te complicas la vida haciendo que los cacharros necesiten energía para funcionar? El hecho es que vemos que este aspecto se usa cuando al guionista le sale de las narices, vemos a los personajes moverse y hacer funciones efectivas e imprescindibles en la trama sin estar enchufados ni tener necesidad de ello, huidas, rescates… y en otros momentos se muestra que sin estar enchufados no pueden moverse. Una batería será la solución para justificar determinados movimientos, que recargarán gracias a un rayo, pero el tema hace aguas en su rigor. Uno de los defectillos de la cinta.




Los aparatos pasarán por todo tipo de problemas, por lugares llenos de suciedad, bosques repletos de ramas, sufrirán las consecuencias de un rayo… pero toda suciedad o rasgo de deterioro será temporal y desaparecerá de una secuencia a otro. Licencias infantiles.

La tormenta en el bosque se llevará a la Manta, con lo que los amigos deberán colaborar para rescatarla. Habrá varios reflejos en la cinta, con Robert, el dueño, como protagonista en algunos. Uno de ellos lo tendremos en la pesadilla de la Tostadora, manifestación subconsciente de su anhelo. En otro momento veremos un reflejo de la tostadora en un lago, manifestando su desconsuelo por el miedo que le impidió ayudar a sus amigos a cruzar un acantilado, un reflejo que desvirtuará al golpear el agua.




La Radio es de los personajes más simpáticos, retransmitiendo todo con ironía y humor, como si fuera un locutor. Sus continuas referencias a Roosevelt son curiosas, así como su patriotismo, usando el himno de nana.

Tras el acto heroico de Lampi para recargar la batería se nos ocultará brevemente su presencia para que se sospeche su posible muerte, pero aparecerá para desmentirlo, tan solo estará un poco chamuscado. Por su parte Kirby, la aspiradora, no parará de refunfuñar, incluso renegará de sus compañeros, pero será el primero en lanzarse sin dudarlo al rescate del que tenga apuros, primero la Manta colgada del árbol y luego de todos sus amigos tras caer al río desde un acantilado. Un cascarrabias que no puede ocultar sus verdaderos sentimientos. Es bonita la escena del rescate.



La escena de la huida de la tienda de electrodomésticos es escapista al máximo, gratuita completamente, renunciando a la coherencia interna que debe mantener la película, otra diferencia que la hace ser claramente inferior a “Toy Story”, aunque lo es a todos los niveles.

La llegada a la ciudad tiene un toque a “El mago de Oz”, incluso en la imagen de dicha ciudad, el ansiado objetivo buscado. Aquí se jugará con la infantil ironía: justo a la llegada de nuestros protagonistas a la casa de Robert, su dueño, éste ha salido con su novia rumbo a la casa de campo para recuperarlos y llevárselos a la universidad… Es decir, si no se hubieran movido estarían junto a él sin problemas, aunque no habrían madurado. Se cruzarán dos veces, para acentuar la ironía. Una guía telefónica les ayudará a dar con la casa de su dueño, mientras anuncios de TDK lo presiden todo.




El conflicto de intereses en la casa de Robert entre los electrodomésticos modernos y los antiguos, que son nuestros protagonistas, sugiere una interesante reflexión, bastante visionaria, sobre el excesivo confort tecnológico que lleva al inmovilismo, a la comodidad desmedida, lo que contrasta con nuestros protagonistas en todos los sentidos. Los de cuidad serán pedantes, prepotentes, elitistas y sofisticados, fríos e hipócritas. Nuestros protagonistas serán cálidos, cariñosos, honestos y complacientes. La aventura se convierte así en algo imprescindible, una apuesta vital reivindicativa contra el estatismo moderno que produce tanto confort.




Robert, por su parte, creerá que han robado en su casa y echará en falta a sus objetos predilectos, pero arreglará el aire acondicionado en una bonita escena, especialmente en el momento del llanto silencioso y solitario del aparato.



Música.

La música era un elemento esencial en las cintas de animación, en especial las Disney, de la época, hasta hace bien poco de hecho, y aún así todavía se escuchan canciones intercaladas en la narración en muchas películas. Aquí, una cinta del 87, no podía ser de otra forma, y lo cierto es que la partitura de la banda sonora compuesta por David Newman es realmente magnífica en su lirismo y sensibilidad. Además habrá varias canciones que irán describiendo los momentos en los que nos encontramos en la trama y servirán como separación entre actos. Algunas de estas incluso harán especial hincapié en algunos de los temas básicos de la cinta, la utilidad, la modernidad, el paso del tiempo… como he comentado.


Disfrutaremos de temas de todo tipo, infantiles, rockeros, Tecno, Pop, incluso clásicos, como la del Tutti Frutti de Little Richard con la que el grupo limpiará la casa siguiendo su ritmo, un tema ideal para motivarse.

-La primera canción, fuera del mencionado clásico de Little Richard, marcará el final del primer acto y el paso al segundo, un tema infantil y esperanzador como inicio de la aventura y el viaje a la gran ciudad. En ella se trata de esa superación del miedo y apuesta decidida hacia la madurez, sobre la dificultad del cambio, la búsqueda de un objetivo. Este tema será “City of light” escrito por Van Dyke Parks.



-Saliendo del bosque y entrando en la tienda de electrodomésticos tendremos otra canción, “B-Movie show”, también de Van Dyke Parks, en la que se expone el miedo a quedar desnaturalizado, a perder la utilidad que ansían recuperar definitivamente.

Como en el cine, escenas de terror”.



-La nueva canción también está vinculada a la utilidad, pero desde otro punto de vista, el de la modernidad o la antigüedad de los objetos, el miedo a quedar obsoleto ante las nuevas tecnologías. Una canción Tecno en la que los modernos electrodomésticos de ciudad de Robert echarán en cara su superioridad a los clásicos y anticuados objetos que son nuestros protagonistas. De nuevo el miedo a no ser útil, en este caso por el paso del tiempo. El tema se llama “Cutting edge”, también de Van Dyke Parks. Tendrán un aliado en un antiguo televisor que trajeron de la casa de campo, amigo de nuestros protagonistas y que será clave para que Robert acuda al vertedero.


-En el vertedero tenemos la última canción, una de las más tristes, duras y terroríficas del cine infantil. Se llama “Worthless”, “Inútil”, y es la que de forma explícita toca el tema de la utilidad como la razón de ser de nuestros personajes y que he resaltado de forma especial. Una canción dura donde los coches y aparatos desechados cuentan su historia de cómo llegaron al vertedero sin entender qué pasaba, sin ninguna explicación, cuando dejaron de ser útiles a sus dueños, al mismo tiempo que una plancha los destruye. Los paralelismos con lo que hacemos con otras personas, ancianos o gente a la que se margina, son escalofriantes.

Otro de los grandes temas de la cinta es el consumismo. Hay una crítica al consumismo desmedido y sin necesidad que provoca una pasión desenfrenada por la novedad sin tener en cuenta la utilidad, que nos lleva a comprar cosas que no nos hacen falta y desechar otras que son prácticas por estar a la moda. Una crítica acertada y bien mostrada.
  
Así mismo, la muerte es otro tema que sobrevuela la película pero de forma indirecta, para que sea mejor asumida por el público infantil, el irremediable momento en el que desapareceremos: el aire acondicionado que se estropea, los objetos anticuados, el vertedero que supone el fin de la vida útil…

Elementos terroríficos.

Disney no sólo es dulzura y buenos sentimientos, ha dejado algunas de las imágenes más terroríficas y desoladoras del cine de animación. Aquí hay muchas escenas e imágenes muy ligadas al cine de terror y que no resultan especialmente complacientes con el mundo infantil, una estética tenebrosa y terrorífica con momentos sorprendentes.

-El bosque en el que entran nuestros protagonistas y donde pasarán la noche de tormenta es un primer ejemplo de lo mencionado.

-Uno de los momentos más terroríficos de la cinta, estéticamente, es la pesadilla de la Tostadora, con una imaginería francamente aterradora para el mundo infantil, desvelando una vez más los miedos más profundos de los personajes, el no ser útiles. Una Tostadora que sueña que se quema, que se estropea, que la separan de su dueño. El payaso bombero es realmente escalofriante.


-La escena donde nuestros protagonistas se hunden en las tierras movedizas es escalofriante y angustiosa también.



-La canción y la imaginería en la tienda de electrodomésticos es de puro cine de terror, repleta de sombras: ese momento donde el dueño despieza una batidora; imágenes distorsionadas y desasosegantes, muy expresionistas, incluso alguna descarada, como la grabadora que tiene como pechos la cinta necesaria. Una grabadora tetuda y un homenaje velado a Frankenstein.



La fusión de elementos de terror con otros más inocentes es coherente, los miedos y su superación es un tema muy ligado a la infancia, miedos ocultos que todos hemos vivido.



El final es al estilo de “Toy Story”, en especial la tercera parte, como toda la película, salvados de morir en el vertedero in extremis varias veces y con una Tostadora heroica y sacrificada que se lanza para rescatar a su amo en el último momento. Por supuesto, Robert le devolverá el favor y la reparará de los daños sufridos, quedándose con todos los objetos y llevándolos consigo a la universidad en un final feliz. Así queda como resultado una película infantil de planteamientos y reflexiones muy interesantes, muy imaginativa, precursora y principal referente de la mejor saga de animación de la historia y una de las más influyentes, simpática y sencilla, pero sin alardes geniales, muy por debajo de la saga de Lasseter, con lagunas argumentales y de coherencia interna, sin excesos de profundidad, pero efectiva para pasar un rato agradable.




La tostadora valiente” es una adaptación del libro de Thomas M. Disch.






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