martes, 7 de enero de 2014

Crítica: PRISIONEROS (2013) -Parte 1/4-

DENIS VILLENEUVE











Denis Villeneuve nos regala uno de los thrillers más sofisticados y depurados de los últimos años, una auténtica joya repleta de tensión, con una dirección francamente perfecta y unos intérpretes inspiradísimos.

Es grato ver que directores del talento y seguridad de Villeneuve apuestan por el cine de género, en este caso el thriller, donde el canadiense parece estar como en casa. Sus cintas, en mayor o menor grado, siempre ofrecen calidad y ya ha dejado auténticas joyas más allá de la que nos ocupa. Talento tiene su primera obra “Polytechnique” (2009), excepcional es “Incendies” (2010), y “Enemigo” (2013) es otro título muy apreciable protagonizado por Jake Gyllenhaal, que también aparece en la que nos ocupa.


Villeneuve tiene un estilo sobrio, una narrativa segura, depurada, sin alardes, sofisticada, además de ser muy estético, pero casi siempre con sentido. Un cineasta de encuadres, lo cual ya es un aliciente especial en estos tiempos que corren, con un pulso narrativo encomiable y que promete grandes alegrías si sigue esta senda.

Villeneuve logra desde el mismo inicio generar tensión a través de los encuadres y la mantendrá hasta el final. Esto no significa que no haya movimientos de cámara, pero los justos y siempre con sentido narrativo y justificación en la puesta en escena, precisos y que también ayudan a generar esa tensión y sensación de amenaza.

Prisioneros” es su primer título en Estados Unidos y se ha adaptado a la perfección y sin ningún problema con una película en un estilo que no le es nada ajeno, conservando su personalidad.

Anna (Erin Gerasimovich) y Joy (Kyla Drew Simmons), dos niñas pequeñas, desaparecen repentinamente. Sus dos familias se ponen al servicio de la policía para intentar encontrarlas, pero cuando el padre de una ellas crea que no se está haciendo lo suficiente emprenderá una búsqueda por su cuenta en la que no se pondrá límite alguno.


Una atmósfera tensa, enfermiza, como viciada, envuelve toda la narración de “Prisioneros”, cada encuadre y escena transmite esa tensión, esa sensación de amenaza que mantiene al espectador expectante, alerta de lo que pueda ocurrir y con la creencia de que eso puede ser tremendo… Una amenaza siempre presente, latente, soterrada. Esto es muy difícil de lograr, por ello se suele recurrir al impacto grandilocuente, pero cuando una atmósfera funciona, como bien saben los clásicos, cualquier suceso impacta más al espectador que la más excesiva de las escenas. Aquí tenemos buenos ejemplos de esto, que iré destacando en el momento oportuno.

Una fotografía lúgubre, de tonos grisáceos constantes, que lo envuelven todo, y los encapotados cielos, también grises y amenazando lluvia de forma permanente, son parte esencial en la creación de esta atmósfera, que jugará a la perfección con los fenómenos climatológicos en los momentos adecuados.

La muerte y la religión pronto aparecen en escena, desde el primer plano, ejemplo perfecto del mencionado manejo de encuadres, un padre guiando a su hijo, enseñándole a cazar un ciervo, acto que es un rito de iniciación, donde un Padrenuestro lo bendice. Aquí se empieza a desarrollar el personaje principal, un padre obseso de la seguridad, un protector familiar, un hombre tradicional, apegado a la tierra, a las tradiciones, a la familia… a la madera. Sus enseñanzas, advertencias y continuas menciones a los peligros que les rodean, así como su sótano, que es como un búnker para casos de emergencia, dibujan con precisión y firmeza al personaje magníficamente interpretado por Hugh Jackman, Keller Dover.




Los encuadres subjetivos de la misteriosa caravana serán pieza clave en la tensión creciente de este inicio. Planos inquietantes desde su interior, sin aparente motivo para serlo, sólo por pequeños detalles, como ese frenazo al cruzar al lado de una casa aparentemente vacía. Planos desde el interior de dicha caravana de alguien que observa, un observador invisible, un perfecto elemento de tensión. Con relación a la caravana, los encuadres y los precisos movimientos de cámara, tendremos un ejemplo perfecto en la escena donde los cuatro chicos, dos por cada una de las familias que se han reunido, salen a dar un paseo. Un travelling de retroceso los seguirá a cierta distancia en dicho paseo, con un ángulo bajo, aspecto interesante que ya genera cierta extrañeza, hasta que en la parte izquierda del encuadre aparece el guardabarros de la caravana, sin subrayados ni adornos musicales, es más, el plano se cortará casi de inmediato para pasar a la conversación de los chavales más mayores justo cuando las pequeñas han llegado a la altura de dicha furgoneta. De esta forma Villeneuve logra crear algo amenazante, extraño, inquietante, de ese vehículo sin que aparentemente haya motivo. Pulso, talento, dominio del lenguaje cinematográfico y seguridad narrativa. Los gestos del hermano mayor, Ralph (Dylan Minnette) mirando con extrañeza a la caravana añaden más elementos que se redondean con un uso perfecto de otro encuadre, pasamos del movimiento de cámara, el travelling, al encuadre para confirmar la amenaza latente, soterrada, un plano subjetivo desde la caravana hacia el exterior que observa cómo los chicos se van distraídamente…




Este final de escena es un detalle maestro, ya que el cristal también está empañado, como el plano desde el interior de la furgoneta de Keller cuando salía su hija de la casa. Un elemento que vincula ambos instantes y donde la niña pequeña está presente, con lo que el presagio es claro y la tensión aumenta indudablemente. Perfecto ejemplo de cómo lograr significación usando ecos y elementos vinculantes de forma visual.





Las escenas de compadreo y cariño entre las dos familias, de relajación y aparente tranquilidad, buscan y logran aumentar la tensión a través del contraste. Cuanto más relajado y acogedor parece todo, con Villeneuve salpicando las escenas con ingredientes inquietantes, más siente el espectador que un giro se avecina.


Villeneuve además de su magistral uso del encuadre utiliza todos los elementos de la puesta en escena de forma excepcional. He comentado el uso de los grises en la fotografía, realzado con los constantes cielos encapotados que cubren a nuestros protagonistas. A esto se añadirá el uso simbólico de los fenómenos climatológicos, por ejemplo la lluvia, que estará siempre muy presente y en dos ocasiones de forma especialmente significativa, una justo cuando los padres de las niñas comienzan la búsqueda alarmados, en concreto al sospechar de la caravana misteriosa, y otra hacia el final, con un escalofriante viaje en coche hasta el hospital. Dos momentos cruciales en la película y que con la lluvia aumentan su significación y dramatismo relacionándose con el estado anímico de los personajes y la situación.



Los planos donde Keller busca en su casa a sus hija están repletos de lugares solitarios, que se sienten han estado habitados, desordenados, lo que realza aún más la sensación de pérdida. El encuadre en su sótano de seguridad que con un breve travelling introduce unas máscaras antigás en el plano es notable y una excelente ironía con respecto al personaje interpretado por Hugh Jackman.




Presentaciones.

Villeneuve también nos deleita con su maestría en los encuadres y talento para la puesta en escena en las presentaciones de los personajes. Son reseñables especialmente tres de los personajes protagonistas, la de Keller (Hugh Jackman), la del detective Loki (Jake Gyllenhaal) y la del chico retrasado Alex Jones que interpreta Paul Dano. Son interesantes por sus paralelismos y vínculos. Una trinidad necesaria e inseparable.

-Keller Dover será presentado mientras reza un Padrenuestro junto a su hijo de espaldas, un travelling de retroceso que encuadra a un ciervo nos lo mostrará así entrando en plano. Poco después lo veremos vinculado a un vehículo, una furgoneta, a la que Villeneuve mostrará también desde la parte trasera, uniéndola sin solución de continuidad a la parte trasera de otro vehículo, la misteriosa caravana.




-Loki será presentado primero a través de su coche, de nuevo un vehículo vinculado a un personaje, y este vehículo también será mostrado desde la parte trasera, frente a un restaurante. En el interior de dicho restaurante estará él y el primer plano en el que lo veamos será, una vez más, de espaldas, sentado mientras toma su cena. Su retrato es excelente y la incorporación que hace Gyllenhaal soberbia, muy matizada y detallada, por ejemplo ese palillo de dientes con el que juguetea en ocasiones y su tic de ojos. Loki será encuadrado en multitud de ocasiones de espaldas, en la gran mayoría de sus apariciones, una gran forma de retratar a ese personaje obsesivo que parece ocultar algún tipo de conflicto interno o un pasado perturbador, quizá en el reformatorio en el que estuvo y menciona, insinuando posibles abusos. Es solitario y soltero.



-Alex Jones es un chico extraño y de inteligencia limitada. Lo primero que veremos de él será su caravana, aunque sabremos que le pertenece más adelante. Esta caravana será encuadra desde la parte de atrás la primera vez que la veamos, como he comentado. La primera vez que lo veamos a él físicamente será también desde la espalda, en el interior de la caravana, de medio perfil y entre sombras, siniestro. Con respecto a Jones hay que añadir que en este inicio todo lo concerniente a él parece representado a través de espejos y cristales. Lleva gafas, vimos como miraba desde el interior de su caravana a través de sus empañados cristales, mirará como se acercan los policías a través de los retrovisores. Todo nos indica que no es de fiar, que algo oculta, que hay una perturbación en él. En realidad es una forma de avanzar su "doble" personalidad.




Tres presentaciones que parecen casi calcadas, los tres vinculados a sus vehículos mostrados desde la parte trasera y los tres cogidos de espaldas.



Luego vimos la de la hija pequeña y la madre, a través del cristal empañado y saliendo de la casa, a la madre también tomando su espalda.



En cambio la tía de Alex Jones, Holly Jones (Melissa Leo), aparecerá en la distancia de frente, y luego en un plano más cercano mientras el policía merodea por el coche que cubre, precisamente, el agujero en el que oculta a las niñas y en el que acabará el propio Keller Dover, en una fantástica broma. Así los personajes más inocentes aparecen de espaldas o distorsionados mientras que los culpables lo hacen de frente. El caso de Alex es más complejo, aparece de perfil y cogido desde la espalda, pero en un entorno y con una fotografía lúgubre, repleta de sombras.



 


Dedicada a Alberto Fernández, que gozó también con esta magnífica cinta






5 comentarios:

  1. Nacho:No he visto esta pelicula,pero me han dicho que esta muy bien

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  2. Se aprecia muy bien ese ambiente opresivo, denso, el gris plomizo.
    Y twngo mucha curiosidad por ver a Jackman fuera del registro Wolverine (es q pasé de los miserables!!!)
    Esperando los siguientes posts, anotada cono "pendiente de ver" (como Gravity!! Rayos!!)

    Gracias sensei!!

    Bss!!

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    Respuestas
    1. Intenté pillar las capturas adecuadas, me alegra que se aprecie. Pues en Los Miserables también está magnífico, ya verás.

      Besos.

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