martes, 25 de marzo de 2014

Crítica: CON ÉL LLEGÓ EL ESCÁNDALO (1960) -Parte 1/3-

VINCENTE MINNELLI











Uno de los grandes títulos del gran Vincente Minnelli fuera del musical, un drama sureño de aroma a Tennessee Williams, denso y profundo, de dirección impecable e interpretaciones intensas y talentosas.

Minnelli pasa por ser uno de los directores más elegantes y con mejor gusto que ha dado el cine, así lo ha demostrado en sus imprescindibles musicales y comedias, baste recordar “Cita en San Luis” (1944), donde su relación con Judy Garland acabó en boda; “Un americano en París” (1951); “Melodías de Broadway” (1955); “Brigadoon” (1954) o “Gigi” (1958), con la que consiguió su único Oscar, entre los primeros y “El padre de la novia” (1950) con un éxito tan rotundo que provocó una secuela, algo no muy habitual en aquella época, “El padre es abuelo” (1951) o la deliciosa “Mi desconfiada esposa” (1957) entre las segundas.

Pero el director renunció pronto al encasillamiento y probó fortuna en otros géneros con películas más serias (en sentido dramático, se entiende), aunque siempre será recordado por sus musicales. En el drama alcanzó alguna de sus cimas como autor, como con su indiscutible obra maestra “Cautivos del mal” (1952), el "Cuidadano Kane" (OrsonWelles, 1941) de Minnelli, y otras joyas como “El loco del pelo rojo” (1956), “Como un torrente” (1958), “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” (1962) o esta que nos ocupa…


El colorido, la vitalidad de su cine, de sus propuestas estéticas, hicieron de Minnelli un imprescindible y lo colocaron como uno de los grandes directores de su época.


En estos dramas y cintas más dramáticas Minnelli centra sus miras de forma especial en la familia y sus problemas, sus conflictos y sus relaciones, a menudo difíciles, siendo las paterno-filiales especialmente conflictivas. Así es en ”Los cuatro jinetes del Apocalipsis”,  en “Cautivos del mal” y ese memorable funeral del padre de Kirk Douglas, donde éste paga a los asistentes al mismo, o en la que nos ocupa, sin olvidar comedias como “El padre de la novia” o su secuela.

También predominan los roles fuertes, obsesivos, egocéntricos, manipuladores, patriarcales, dominadores, como en la que vamos a tratar, en "Cautivos del mal" o en “El loco del pelo rojo”, por poner algunos ejemplos.

Las relaciones de pareja son habituales en su cine, y más siendo un maestro del musical y la comedia romántica, tratadas de forma exquisita, deliciosa.


En este caso Minnelli optó por un drama contundente, duro, de sentimientos arrebatados y pasiones desbordadas. Una de esas cintas bigger than life que han hecho eterno a Hollywood y que estuvieron tan en boga en los 50 y 60 a mayor gloria del Cinemascope. Aquí se adapta una novela de William Humphrey, que se centra en la vida de la familia Hunnicutt, las relaciones entre padres e hijos, oscuros secretos, crecimiento, odios, perdones, enseñanzas, evoluciones, rencores…

Una historia de crecimientos, descubrimientos, iniciaciones, maduraciones, decepciones

Los Hunnicutt son una familia desestructurada, las infidelidades del patriarca han provocado que la mujer dedique todos sus esfuerzos en la educación de su hijo, algo que el padre ha aceptado en su infancia. Al crecer el joven de los Hunnicutt la cosa cambiará y el padre querrá ser parte activa también en su educación, enseñándole cosas alejadas del inocente mundo infantil en el que le tenía guardado su madre, con la intención de hacerle un hombre en un mundo de hombres…

La caza.

La caza estará presente en todo momento de la narración en este excepcional fresco sobre la vida rural sureña en un pueblo de Texas. La primera escena da buena cuenta de esto. Un experimentado cazador que resulta cazado por un celoso paisano, un intento frustrado de asesinato que servirá para ir introduciendo los elementos fundamentales de la trama y del personaje que encarna maravillosamente Robert Mitchum. Como curiosidad observen el estacazo que le da sin querer con el rifle Mitchum a Peppard en la tensa vigilancia de la caza.

Será el propio Peppard y la colaboración de uno de los perros de Mitchum los que salven la vida del gran patriarca de los Hunnicutt, Wade Hunnicutt.


El retrato inicial que se nos hace de Wade Hunnicutt es el de un inmaduro mujeriego, juerguista y prepotente terrateniente, rico, poderoso y respetado, que hace y deshace a su antojo. Un cazador en todos los sentidos. Este retrato se irá matizando y desarrollando de forma excelente hasta concluir un personaje sobresaliente.

El motivo de la caza será la excusa usada por los lugareños para burlarse de Theron; será la caza el mayor reclamo para el chico una vez su padre se ofrezca a enseñarle; Wade es un cazador consumado en todos los sentidos; la caza está íntimamente relacionada con la hombría en la cinta, así se siente en ese pueblecito de Texas. Habrá continuas referencias a la caza o a la pesca, se dirán frases como “morder el anzuelo” o “te pescaron como a un besugo”…

Wade (Robert Mitchum) y Hannah (Eleanor Parker) son un matrimonio en conflicto con un hijo en medio, un hijo que además del amor que le tienen es una presa, una presa que cada padre intenta cazar, llevarlo a su zurrón.


Entre las enseñanzas de Rafe a Theron estarán las relaciones con las chicas. En base a esto le dirá a su joven pupilo “Tú bajas ahora de este árbol, vienes conmigo al pueblo y te enseñaré otra clase de caza ¿eh?



Wade y Rafe.

La relación entre Wade y Raphael (Rafe) es de las más interesantes de la película, realmente sobresaliente. El orgulloso patriarca dará las gracias a su manera al chaval por salvarle la vida, un chaval competente y que se muestra digno y nada sumiso con respecto a su superior, aunque siempre fiel y pendiente de él. Se intuye una relación creciente y a la vez como un muro de frialdad que impide algo más en este inicio, un muro que parece imponer Wade.



Rafe es un desarraigado que suplica por una familia, solitario, valeroso, fiel, honesto, sacrificado, chulito… deambula por la vida yendo del trabajo a su casa y divirtiéndose viendo pasar a las chicas o coqueteando con alguna, sin involucrarse en ningún compromiso verdadero, temeroso de ellos. Ansioso de una familia, de la familia que le niega su padre, Wade. Wade cree cumplir al ser Rafe bastardo dándole un trabajo y un lugar donde vivir, pero Rafe tan solo quiere aceptación, sentir un gesto de cariño del que sabe su padre.

Wade y Hannah (Eleanor Parker).

Donde la frialdad es verdaderamente gélida es en casa de los Hunnicutt, entre Wade y su esposa Hannah. Ella, conocedora de las infidelidades del marido, parece no querer ningún tipo de contacto con él más allá de mantener la apariencia de una vida normal hacia el exterior. Distante, resentida, dolida, rencorosa, fría... Hannah no puede mirar a la cara a su marido, convive con él para mantener las apariencias, pero lo que se intuye como un muro entre Wade y Rafe aquí es la Gran Muralla China. Él mentirá y ella es conocedora de sus mentiras… Esta relación también evolucionará de forma magnífica, exponiéndose las razones de cada uno para sus comportamientos…




Uno de los aspectos más interesantes de la película es el tratamiento de los encuadres a Hannah, siempre la veremos enmarcada, contenida, en puertas, atravesándolas, en medio de las mismas o incluyendo el marco sobre ella en el mismo encuadre… De esta forma se subraya su rigidez, su inflexibilidad, integrada de forma completa en esa casa de la que sólo la veremos salir en dos ocasiones. En dos cementerios, una de ellas con problemas de censura, cuando habla con Rafe sobre la tumba de su madre, y la otra en la última escena de la película, frente a la tumba de Wade




Hay al menos tres escenas censuradas, la mencionada del cementerio, otra donde una rubia le propone cosas indecentes en un bar al atribulado Theron, una vez que Libby (Luana Patten) y Rafe se han casado, y otra cuando el padre de Libby se entera de los chismorreos acerca del parecido de su nieto con Wade



Sobre esto hay multitud de ejemplos, sus encuadres en puertas, en casi la práctica totalidad de las apariciones de Eleanor Parker, por ejemplo cuando espera nerviosa a su hijo que se retrasa por estar con Libby, donde también sale una escalera al fondo; a la llegada de Theron del bautizo; en la conversación final con su marido… por poner algunos ejemplos.




Wade y Theron (George Hamilton).

Wade aceptó renunciar a la educación de su hijo tanto por conveniencia, la irresponsabilidad de la juventud que veía liberarse de ese tema, como por la mala conciencia que generó en él el comportamiento de su mujer. Una promesa a ella, la de no intervenir en dicha educación a cambio de que no se fuera, se mantuvo durante toda la infancia, pero una broma de los lugareños al ingenuo joven hará intervenir al padre, que le propondrá un acuerdo que su hijo está deseando aceptar. A pesar de la oposición de Hannah, ésta no tendrá más remedio que aceptar. La relación entre Wade y su hijo también llevará una intensa evolución, de la indiferencia inicial y obligada de Wade en la infancia pasa al afecto sincero. Wade tendrá devoción por su hijo y su hijo admirará como a ninguna otra persona a su padre, al que ve como un dios… Un hecho del pasado, un secreto desvelado por su madre y que dará alguna de las claves a los comportamientos de todos ellos, hará cambiar la admiración en decepción…









Theron (George Hamilton) es un chico ingenuo, mimado por su madre, educado y solitario, infantil, que anhela ser aceptado por los hombre debido a la ausencia de su padre. La broma y la humillación de esos hombres a los que quiere agradar y de los que quiere aprender desencadenarán su cambio. Al sentirse ridiculizado se entregará a su padre para que le instruya en las costumbres más varoniles… la caza será la más importante de todas ellas.




Wade saldrá al rescate de su hijo, que está solo cazando cosas que no existen por la broma de los parroquianos… Una grúa en un solo plano culminará el encuentro, vinculándolos por fin.

Cuando la madre descubra su secreto, desmitifique a su idealizado padre, algo se romperá en Theron. El chico, siempre ingenuo, de educación cuidadísima y formalidad intachable, aún creía en la idílica vida familiar y la felicidad de sus padres. La historia de traiciones, mentiras e infidelidades, de desamor, lo trastorna, decepciona y rompe por dentro. Todo se hunde.



 




2 comentarios:

  1. Muy interesante, Sambo!!
    Liza era igualita q su padre (antes de haberse hecho ese estropicio en la cara!).
    Mitchum es grandérrimo! Y q jovencitos Peppard (lejísimos del Hannibal del equipo A) y Hanilton que nunca, nunca perdió ese tufillo a niño repipi q tan bien le quedaba aquí!
    Genial detalle con el encuadre de la prota.
    Y por cierto, he visto muchas de V. Minnelli!! Solo q no m acordaba q eran suyas.
    Cita en Saint Louis sale como referencia en una de las Temporadas de Sexo en NY. Se la regala la asistente personal de la prota por una broma q tienen a medias.

    Pues esperando las siguientes!!!

    Gracias y besos!

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    1. Muy jóvenes!! Lo de Liza daría para una entrada entera jajaja. Sí es interesante como retrata Minnelli a Parker, de las cosas más brillantes de una cinta de por si excepcional. Me llamó mucho la atención. Hamilton es uno de los puntos flacos de la peli.

      CITA EN SAN LUIS, realmente sensiblera y encantadora jajaja. Poco sexo ahí.

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