viernes, 4 de abril de 2014

Crítica: LA FIERA DE MI NIÑA (1938) -Última Parte-

HOWARD HAWKS












Catarsis a la locura. El humor surrealista. El final.

No hay escenario mejor que una cárcel para la resolución de la película, un lugar perfectamente simbólico para que la locura llegue a su clímax y los prejuicios, complejos y represiones queden encerrados y el verdadero ser de cada uno liberado.

Nuestros protagonistas detenidos por un manejable sheriff, el mismo que quería poner una multa a Susan.

-Susan: Abrí un baúl así. De todos modos te soltarán cuando averigüen quien eres.

-David: Y cuando averigüen quien eres tú reforzarán la celda.



El humor absurdo y surrealista se sublima en esta escena final donde la gran mayoría actúan como auténticos idiotas, por lo que es imposible que se entiendan hasta que Hawks decida liberarles de su frustración. Una escena digna de los Hermanos Marx.


Los interrogatorios, los diálogos de necios, las historias surrealistas sobre familias de delincuentes que se inventa Susan, la detención del jardinero Gogarty (Barry Fitzgerald) y la forma en la que lo lleva y zarandea el guardia, menciones al pato Donald y a Mickey Mouse, la detención del Mayor Applegate por mencionar la caza de leopardos ante el sheriff… crean un clímax desquiciado, perfecto y coherente con esta apología del caos que es “La fiera de mi niña”.



El psiquiatra aparenta ser el más cuerdo, pero en realidad es el que crea todo el absurdo, el más equivocado de la función.

Es en esta escena, en medio de todo este caos, donde se desvela el vínculo que he ido analizando entre animales, leopardos especialmente, y los instintos, la locura. La mención del leopardo resulta inconcebible para todos aquellos que no lo han visto, relacionando al animal con la locura de forma expresa.



La cantidad y capacidad de recursos es ilimitada.


-Alice: David, ¿qué es lo que has hecho?

-David: Piensa cualquier locura y acertarás.

¡Oh pobre Susan, está en peligro e indefensa sin mí!”.

Por tanto todos los enredos se van resolviendo y las verdaderas identidades saliendo a la luz ahora que todas las historias convergen, incluida la de los dos leopardos, que será el punto culminante. David dará el último paso en su evolución protegiendo heroicamente a su enamorada del salvaje leopardo,  de esta forma concluye una espiral de locura que le permite romper su compromiso con Alice. La ruptura con la fría y desagradable Alice es tan lógica como bien acogida por David. Una vez hecho su viaje de madurez, una vez ha vivido su aventura y sacado ese yo interior que permanecía oculto, su verdadero yo, y que le vincula a Susan, Alice no tiene sentido en su vida, de hecho, como si lo intuyera o fuera consciente de esta idea, será ella la que rompa la relación.


Sólo quiero decirte que me alegro de que antes de casarnos te mostraras tal y como en realidad eres…Un individuo veleta”. Exacto, la clave de todo, liberado de prejuicios y represiones, querida Alice.



La última escena.

La última escena supone el fin de la evolución de David y cierra y confirma todas las claves hawksianas que quedaban por resolver. David ha soltado lastre, ha dejado de reprimirse, ha eliminado complejos y se ve, sin anestesia, en una situación completamente nueva para él, solo y desorientado… Por ello su primer impulso al volver a ver a Susan apareciendo en el museo será huir y subir por el andamio del gran dinosaurio que ha creado. Lo que más siente David en ese momento es miedo y desorientación, pero para eso está ahí Susan, para encaminarle y guiarle a su caótica manera, pero no dejará de ser una guía que le permite a David ser él mismo. Una atracción ante la que no se puede resistir, que le obliga a asumir que eso es lo que quiere y desea.


El plano general donde vemos subir a Susan (Katharine Hepburn) a lo alto de la escalera para darle a David su recuperada clavícula intercostal es un momento sensacional. Ellos dos no podían terminar juntos en el suelo, las distancias no existen para Susan.

-Susan: ¿Por qué te subiste aquí al llegar yo?

-David: Porque te tengo miedo, sólo por eso.






La sinceridad y la franqueza se impone entre ambos, ya vimos como Susan, con su excelente y jovial carácter, aguantaba todos los desprecios de David, guiada sólo por la consecución de su objetivo y el conocimiento que tiene de ese hombre. Susan conoce mejor a David que él mismo. Así Susan, a pesar de recurrir a mentiras y manipulaciones anteriormente, ya no necesita de ellas, por lo que confesará sus sentimientos, que nunca había disimulado y había manifestado a otros, y lo más importante, sus motivos a David, su enamorado. Justo en el momento en el que Susan se disculpa, con la clavícula intercostal y el millón de dólares para el museo en las manos, es decir, todo lo que pretendía David en un principio, nuestro protagonista eliminará sus últimas reticencias, despertando de su letargo definitivamente, entendiéndose por fin a sí mismo y confesando que el loco día con Susan ha sido el “más feliz de su vida”, rompiendo su coraza.

-David: Debería darte las gracias.

-Susan: ¿Las gracias? ¿Por qué?

-David: Sí bueno, porque acabo de descubrir que hoy ha sido el día más feliz de mi vida.
 
-Susan: ¿Lo dices en serio?

-David: Nunca lo he pasado mejor.

-Susan: Pero si has estado conmigo, David.

-David: Precisamente por eso.


-Susan: Esto es maravilloso y ¿sabes lo que significa? Pues significa que me amas un poquito.

-David: No, te amo mucho.

El momento del balanceo es memorable, contiene las claves de esa relación, el exagerado y surrealista movimiento de la escalera donde está Susan define su locura, su inestabilidad, en contraste con el estatismo de él. Ver la destrucción en plano general del dinosaurio y cómo David agarra a Susan en ese preciso momento es de esos instantes mágicos y arriesgados que nos deja el cine clásico. En ese rescate tenemos un poco la contraprestación de esa relación, con David centrando y rescatando de esa espiral de locura a Susan una vez ha cedido a su deseo y una vez ella ha destruido, por completo y literalmente, el mundo de él. La perfecta representación del amor loco.



Una vez el mundo en el que se refugiaba David ha sido destruido por Susan, sólo queda él mismo, y ese es un cambio que le satisface plenamente al hombre hawksiano de la comedia.




Nunca antes la sensación de resignada rendición, de rendición incondicional deseada, ha sido mejor retratada que en esta escena, con David cediendo a sus impulsos y sentimientos, a la experiencia vital, la pasión y la locura ante el derruido dinosaurio en el que trabajó 4 años.

Ese momento con Cary Grant sosteniendo a pulso y en vilo a su amada, evitando que caiga de una gran altura, lo veríamos reeditado en la magistral “Con la muerte en los talones” (Alfred Hitchcock, 1959), película con la que tiene más de un paralelismo, aunque no lo parezca. Lamentablemente no hay beso.





Curiosidades de un clásico.

Con una película tan loca no es de extrañar que se sucedieran muchas anécdotas y curiosidades durante el rodaje o referentes a él. Aquí pondré una pequeña lista, que como todas las que hago en este apartado se podrá ampliar en cualquier momento.

-“La fiera de mi niña” es la primer película donde se usa la palabra “gay” refiriéndose a homosexual. Sucede en la escena donde tía Elizabeth (May Robson) descubre a David (Cary Grant) vestido con una bata femenina. La frase de Grant es “porque de pronto me he vuelto GAY”. Curiosamente la censura española quitó la palabra en el doblaje, con lo que la broma, el chiste y todo ese momento directamente perdió el sentido, quedando absurdo y desconcertante ya que oímos a Grant decir “porque de pronto me he vuelto…” y nada más… También es divertido ver que Grant es capaz de bromear con su sexualidad, lo hizo en múltiples ocasiones, a pesar de esos comentarios, precisamente, sobre una supuesta bisexualidad.

-La película fue un sonoro fracaso para la RKO, tanto a nivel crítico como de público, una cinta que se adelantó a su tiempo. Esto supuso el despido de Hawks (tenía firmadas 6 películas con ellos, "Gunga Din" entre ellas) y que se considerase a Hepburn nada más y nada menos que “veneno para la taquilla”… lo que son las cosas. No llegó a recaudar ni la tercera parte de lo que costó, unos 300 mil dólares. Este fracaso llevó a Hawks a decir que la película no era buena porque “los personajes eran demasiado locos e irracionales”. Ahora está considerada un clásico eterno y una de las mejores películas de la historia. Además, no la vería en el fondo tan mal cuando mantuvo todas las constantes de ella en sus futuras comedias y en las relaciones entre hombres y mujeres del resto de su filmografía. Otros actores que eran “veneno para la taquilla” en aquella época eran Fred Astaire, Marlene Dietrich, Joan Crawford, Greta Garbo

-El trabajo de los sencillos efectos especiales es extraordinario. Se usaron transparencias en muchas de las escenas con los leopardos, pero lo cierto es que cuesta percatarse, es un trabajo extraordinario y fue una virguería técnica en su tiempo. En otras muchas secuencias se usó un cachorro de leopardo real que compartía plano con los personajes y que nos dejan momentos sublimes.

-“La fiera de mi niña” fue la primera comedia de Katharine Hepburn, por lo que estaba algo insegura sobre cómo enfocar el papel y tratar a su personaje. Ella procuraba parecer frívola y distendida, lo que llevó a Hawks a corregirla diciéndole que la comedia era algo serio, que no forzara las cosas ni pretendiera ser graciosa, simplemente, que se dejara ir. Estos y otros consejos de Hawks más la ayuda de varios especialistas de vodevil dieron el resultado que vemos en pantalla y posiblemente hicieron de la Hepburn lo que fue, una de las grandes actrices de comedia de la historia, y no sólo de comedia, como Grant. De hecho ambos están considerados dos de los mejores actores de la historia del cine, una consideración que no puede ser más justa, incluso puede que se quede corta.

-Howard Hughes ayudó a Hepburn a conseguir este papel, aunque la actriz no logró imponer a Spencer Tracy para el de David.

-Los leopardos y los protagonistas. Cary Grant tenía pánico a los leopardos, lo que llevó a Hawks a tener que usar dobles en sus escenas con ellos. Por el contrario Hepburn estaba encantada, jugaba con ellos todo el tiempo hasta el punto de sorprender a la domadora. El timorato y la decidida, como en la propia película.

-Las escenas en el apartamento de Susan, entre otras, con el leopardo pululando por allí, están rodadas en jaulas con las cámaras situadas de forma estratégica.






-Tal era el pánico de Cary Grant a los leopardos que Katharine Hepburn contó una broma que le gastó, puso un leopardo de peluche en una salida de ventilación perfectamente visible, cuando Grant vio aquello “salió de allí como un relámpago”.

-El perro George es el mismo que vimos en “La cena de los acusados” (W. S. Van Dyke, 1934), Asta, o “La pícara puritana” (LeoMcCarey, 1937) un portentoso “actor” que se hizo bastante famoso.



-Dudley Nichols, el guionista de la cinta, y Hagar Wilde, la autora de la historia en la que se basa la película y que también colaboró en el guión, se enamoraron durante el rodaje.

-Hawks confesó que se basó en Harold Lloyd, el maravilloso actor cómico estrella del mudo, principalmente, nuevo homenaje al mudo del maestro, para crear el personaje de Grant. Las gafas es uno de los detalles delatores.

-La escena del vestido roto de Hepburn está basada en una anécdota real que Cary Grant contó a Howard Hawks. A Grant se le enganchó su cremallera en el vestido de una mujer un día en el teatro, por lo que se fue detrás de ella por el mero impulso. Al director le pareció hilarante y decidió incluirla en la película. Se ha convertido en uno de los momentos míticos de la comedia universal. 

-Las citadas menciones al Pato Donald y a Mickey Mouse adquieren especial significación si tenemos en cuenta que la RKO era distribuidora de Disney en aquellos años.

-Uno de los detalles más curiosos de la película es que carece de banda sonora, no hay música, para Hawks la locura y el caos interno en los planos y de la propia historia eran más que suficientes como para subrayarlo con la banda sonora, que podría haberlo hecho desquiciante. El acierto es tan grande y genial que la ausencia de música pasa completamente desapercibida para el espectador.
 
Una obra incontestable que nos enamora como Susan Vance a David Huxley, de manera irremediable e intensa, porque disfrutaremos de la vida de verdad, nos lo pasaremos en grande siempre, cada vez que volvemos a verla , una película que nos lo da todo, incluido el amor, Baby…

Todo te lo puedo dar menos el amor, Baby”.





 


Dedicada a Juanitoj, espero que fuera de su entera satisfacción






4 comentarios:

  1. Qué gran final!! Me rechiflan las anécdotas!!!
    Ay gracias sensei!! He disfrutado como una loca!!! BABY!!
    Jajaja!!!

    Un besazo!!!

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    1. Era un reto esta película. Daba algo de miedo al inicio aunque la tenía bien planificada, pero conforme empecé a escribirla lo cierto es que fue bastante fácil y satisfactorio jaja.

      Sabía que esta parte te gustaría especialmente.

      Un beso, Reina

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  2. Un análisis bestial. Por cierto, me tengo que pasar a comentar el de Rush. Cary Grant para mi gusto está un poquito flojo en esta película, creo que con Hitchcock alcanzo su cenit. Es una opinión, ¿eh? Porque de cine, tú sabes mucho más que yo. Me encanta tu blog, Sambo, Un abrazo.

    Por cierto, en mi blog he hecho un post de Bon Jovi. Te puede gustar.

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    1. Una opinión muy respetable querido amigo, puede deberse a que aquí Grant hace de tipo serio y formal y por tanto su lucimiento puede parecer menor. Muchas gracias por tus palabras. Ahora en un rato visitaré el tuyo que seguro me interesa el artículo de mis adorados BonJovi :))

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