miércoles, 30 de marzo de 2016

Crítica BLACK HAWK DERRIBADO (2001) -Última Parte-

RIDLEY SCOTT











Hemos perdido la iniciativa”.

16:54. La sensación de fatalidad. Tres contra centenares. Acribillados, machacados, pero el piloto librándose por los pelos… temporalmente. Es heroísmo puro el de los dos soldados que van a rescatar al piloto herido del segundo helicóptero derribado. Dos hombres que morirán por intentar alargar la vida de ese otro… que por fortuna se salvará. Sólo hubiera muerto uno, ese piloto, de no haberlo hecho.



17:50. La zona del segundo helicóptero siniestrado desierta tras la batalla que allí aconteció. El piloto secuestrado escuchando la radical filosofía del miliciano que lo mantiene preso y la operación a dolor del soldado moribundo, cruda, se turnan en esta fase de la narración.





Mentirán al pobre soldado Smith por compasión, desahuciado como está.

La muerte de Smith es una soberbia escena que reivindica la figura del soldado de campo de manera excepcional.

Un ataque enemigo nocturno, con el rescate al grupo recluido por parte de los Delta desde la retaguardia, y un ataque aéreo a la zona que debe marcarse desde tierra, hacen avanzar la misión de evacuación con soberbios momentos de acción.




23:23. El combate para marcar la zona que deben bombardear los helicópteros y las pasadas de estos son espectaculares y de un virtuosismo estético y de puesta en escena indudable, repleto de verdes y amarillos. Las balas y tiroteos de forma tangencial, iluminando la noche con sus fogonazos, logran una atmósfera tan infernal como fascinante. Uno de los momentos más brillantes de la cinta, estéticamente.

2:05. Apoyos para proceder a la evacuación en una batalla que durará toda la madrugada por problemas para rescatar a un herido. Aquí tendremos toques musicales ochenteros. Una misión de rescate al piloto herido en el helicóptero, atrapado por los hierros, que les tendrá allí hasta las 5:45.



Danny, nosotros no abandonamos a nadie”.

No se deja a nadie atrás.

La descripción táctica de los movimientos militares es encomiable, especialmente una vez los helicópteros han caído. Los avances para llegar hasta ellos guiados desde el cielo, los fuegos de cobertura, los pequeños comandos rezagados y protectores… El regreso desde el campamento al rescate del segundo helicóptero derribado, abandonado a su suerte, esperando ayuda de tierra para no arriesgar otra nave desde los aires… Tácticamente es muy buena.




El primer helicóptero será acribillado. Los tiroteos en esta fase están mejor rodados que los iniciales, aunque los saltos de eje siguen confundiendo. En cualquier caso, el frenesí visual es brutal e incesante.


Los planos aéreos que salpican la narración son realmente sensacionales. De lo mejor que tiene la puesta en escena.

Un dedo colgando, una simpática y atemorizada familia viendo pasar a los soldados americanos por su casa, el helicóptero tiroteado por milicianos, soldados afortunados, pequeños anticlímax humorísticos para destensar, como las escenas con los dos soldados abandonados… Los actos de valor, especialmente cuando más miedo se tiene… Hay otra broma con el tabaco que me resulta muy divertida. Sólo los malos fuman.



Creo que nos han olvidado”. “No importa”.

La acumulación de peripecias está muy bien medida y modulada, aumentando la tensión y el dramatismo. Un primer helicóptero derribado, tiroteos y heridos entre los protagonistas; un segundo helicóptero derribado cuando todo parecía llegar al límite…

Que algunos de los actores famosos o conocidos mueran pronto o repentinamente, o se les saque del juego, beneficia la intención de imprevisibilidad de la película, como ya hizo Scott en “Alien, el octavo pasajero” (1979).



Idealismo.

El idealismo es el principal rasgo temático que subyace en la película. No es nada explícito ni parece la tesis preponderante, pero es el más interesante y profundo de todos. Una gran reflexión del mismo, inspirado subtexto de la película.



El idealismo ni debe ni puede primar como único concepto a valorar por un gobierno, que necesita hacer un análisis mucho más profundo y exhaustivo para cada decisión. La gente de a pie no siempre lo entiende, pero resulta imprescindible. Del mismo modo, esto no excusa los intereses bastardos o mezquinos que los gobiernos puedan tener para sepultar cualquier atisbo de ese idealismo, aspecto condenable, pero son temas distintos.

Predicar idealismos es fácil, incluso a menudo demagógico, pero alcanzarlos y llevarlos a cabo es otro cantar, nada bonito generalmente.

El idealismo son ideas bonitas que todos firmamos, pero para llegar a él se necesitan muchos matices y saber blindarse ante el horror del camino hasta alcanzarlo. Saber que para conquistar un ideal hay que renunciar a otros muchos personalmente. El ideal simbólico se logra en una gran cantidad de casos gracias a que muchos individuos ceden los suyos, sus principios, valores e inocencia por ellos. Hay dolor y desmitificación detrás de cada ideal conquistado al terror.  Es la lección que el personaje de Eric Bana le dará al interpretado por Harnett.




El idealismo aumenta en proporción directa de la distancia que nos separa del problema”. John Galsworthy.

Los distintos idealismos están condenados a la decepción porque no suelen aceptar matices ni sacrificios más allá de la idea pura. Es decir, nadie es capaz de plantearse qué se acabará exigiendo de cada uno de nosotros para llevar a cabo un ideal, exigencias que pueden provocar renunciar a los propios principios, ideas o educaciones que hemos afianzado en la vida y que a la hora de la verdad no todo el mundo es capaz de asumir. Es más, incluso aceptando todo ese sacrificio, queda clara la idea de que el idealismo, como tal, no existe en esos casos, ya que dista mucho de ser bonito, obligando a hacer grandes monstruosidades para un bien mayor. Sobre estas complejidades habla “Black Hawk derribado” a través de varios de sus personajes, que definen en sus caracteres distintos puntos de vista y versiones de ese idealismo que es fácil de predicar, no tanto de ejecutar. 
      
-Josh Harnett representaría el idealismo puro e intelectualizado, del que se ríen sus compañeros en muchos momentos por este motivo. Él es un ranger. Él sí es consciente de lo que hay detrás, pero intelectualmente, como concepto, entiende los horrores y por eso ve la necesidad de combatirlos, está ahí por eso, pero al enfrentarse a la realidad el impacto en él será brutal.

-Eric Bana es el idealista perfecto. Ya pasó por otros niveles de idealismo. Puede aparentar ser un kamikaze, pero no lo es en absoluto, simplemente ha vivido y asumido el horror, los sacrificios, las monstruosidades y barbaridades que hay que hacer por ese bien mayor, por la justicia, por un mundo algo menos oscuro. Por eso es el que vuelve al infierno. De no tener unos ideales definidos jamás volvería. Bana ha adquirido el blindaje imprescindible para acometer todo lo necesario, un blindaje que le falta a Harnett. Él es la pura determinación. Eso es lo que tiene que hacer y lo hace. Punto.

En Hoot (Eric Bana) se ponen las frases más significativas.


Estás pensando. No lo hagas. Porque tú no puedes decidir a quién hieren, ni quién puede caerse de un helicóptero. No depende de ti. La guerra es así”.

“… no entienden por qué lo hacemos. No entenderían que es por el hombre que está a tu lado. Es por eso. No hay nada más”. El compañerismo y la camaradería. Nunca tan fuerte como en lo militar.




-Orlando Bloom tiene un papel pequeño, él representaría el idealismo inconsciente. Le gusta la idea, le gusta disparar, pero no acaba de entender todo lo que hay detrás de eso que le apasiona. Por ello su aventura será breve, incluso tragicómica, cayendo herido antes de empezar siquiera.



-Ewan McGregor no tiene idealismo alguno, prefiere evitar todo ese horror, pero es un hombre práctico. Si le toca acometer una misión, la hará y no se planteará lo que pudo, debió o habría sido de no estar allí. McGregor es la practicidad y el valor. Sus progresos heroicos crecen a pasos agigantados durante la película, un asumido heroísmo que va desde la temerosa resignación hasta la valentía pura y dura. Le echa huevos McGregor… Será el café. Su amistad con Sanderson (William Fichtner) es entrañable, uno de los aspectos dramáticos que más me gustaron.




-Tom Sizemore es el heroísmo sin idealizaciones. Profesional. Se pasea por los tiroteos como si las balas no hicieran daño. Un auténtico crack. Siempre parece enfadado y tranquilo, poseedor de una sorprendente frialdad. Las balas silban a su alrededor sin que se inmute y trata las heridas de bala como si fueran picaduras de mosquito. Soberbio su momento pidiendo al herido conductor que pise el acelerador… Aunque deja otros muchos.

¡Estos tíos lo que quieren es que nos maten!”.




Una de las grandes virtudes de esta película que elogia y homenajea a las fuerzas armadas y el ejército, es la importancia que se da a cada hombre, perfectamente resaltada y sobre la que se hace constante hincapié. Precisamente es esa importancia que se da a cada hombre la que propicia los problemas, la que complica todo, sencillamente porque los accidentados de los helicópteros quedan expuestos, por lo que sus compañeros arriesgarán sus vidas, y muchos las perderán, por intentar rescatarlos. Un respeto a cada persona y a cada cadáver. Puede parece absurdo, pero es sensacional.

Valores que se aprecian, defienden y demuestran en el, por algunos, denostado ejército, que no se ven en la vida cotidiana.




Al descubierto, a merced de la ciudad y con la munición escaseando, el grupo de soldados, los protagonistas, que no podrán subir a vehículos para huir de allí, tendrán que recorrer la distancia hasta el estadio acondicionado para los heridos y las tropas a la carrera y sin el escudo de dichos vehículos. Hombres con niños muertos se cruzarán por su camino como escenario dantesco que los acompaña.





Vitoreados en tonos azules y recibidos por inocentes niños, en contraste con el muerto que vimos antes, nuestros protagonistas llegarán al oasis del estadio como maratonianos, exhaustos por el esfuerzo de haber recorrido toda esa distancia a pie. De la muerte a la vida simbolizada en niños.



Simbólica es también la imagen del general limpiando la sangre de sus hombres en el hospital de campaña.

Un epílogo emotivo en honor a la víctimas, como Eversmann (Josh Harnett), velando y diciendo adiós a su compañero (hay que decir que no parece muerto ya que le tiemblan los párpados), hablándole como si estuviera vivo.

El 2 de agosto de 1996 mataron a Aidid. Un hecho real con nombre verdadero y homenaje a los 19 soldados americanos fallecidos.

Todos los aspectos técnicos son magníficos, empezando por la dirección, los intérpretes y la fotografía, y terminando por la música de Hans Zimmer, que deja momentos espléndidos y variados (por destacar uno, el relevo de Bana en la misión, al inicio).

Black Hawk derribado” no tiene historia, es casi un documental sobre una incursión bélica, el horror de la misma y los grandes valores que las motivan y surgen de ellas. Una película brillante técnicamente a la que los progres odiarán por su defensa sin fisuras del ejército y los militares, una profesión que merece todo el respeto y admiración.



Una estupenda obra de Ridley Scott.


Ya saben: No se abandona a nadie.





4 comentarios:

  1. Genial segunda parte. Gran exposición sobre el idealismo.
    Me ha gustado mucho.
    Gracias por este análisis!!!
    Bss

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  2. Hola Mister,
    No puedo mas que asomarme a agardecerte otro fenomenal trabajo, sobre una de mis películas bélicas favoritas de los últimos años. Estoy totalmente de acuerdo con el 4.
    Y como ya han comentado, la exposición sobre el idealismo, es genial.
    Tengo que apuntarte, que en tu análisis de la primera parte, cometes un error, llevado por la mala traducción de la versión en castellano. En la versión en castellano, hablan de helicópteros Spectre, que no existen. El Spectre, es un avión de transporte Hercules artillado, que es la mejor arma de la época, para conflictos contra insurgentes, como en el acaban inmersos. Un avión de este estilo, les habría ahorrado problemas, de ahí el pesar de los militares, cuando no se lo ceden para la operación.
    Mi escena favorita del film, es el sacrificio de Gordon y Shughart por rescatar al piloto del 2º Black Hawk, la he visto 100 veces y siempre me emociona la épica del momento.
    Como final, te diré que he visto recientemente, 13 horas: Los soldados secretos de Bengasi y es la hermana joven de Black Hawk Derribado, siguiendo un plan similar Michael Bay, narra una historia bélica, con el mismo ritmo y valores que su predecesora.

    Como siempre, un placer.

    Un abrazo.

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    1. Qué alegría verte por aquí, Vicent! Muchas gracias por la corrección, desconocía lo del Spectre y, como dices, me dejé llevar por el doblaje. Con tu aporte queda aclarado y completa el análisis perfectamente.

      Esa concepción épica y ese sacrificio, tan incomprensible para los que van predicando "idealismos" y demagogias, es profundamente emotivo, como dices, y se da en el ejército y el mundo militar muy a menudo.

      Al final voy a tener que ver a Bay. Con la manía que le tengo no me pierdo ni una suya jajaja.

      Un abrazo fuere.

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