viernes, 22 de abril de 2016

Crítica EQUILIBRIUM (2002) -Parte 1/2-

KURT WIMMER











Matrix” (hermanas Wachowski, 1999) es, sin lugar a dudas, una de las películas más influyentes, si no la que más de las últimas décadas, a nivel general, pero sobre todo en el género de la ciencia ficción. Una influencia básica, bastante superficial, incluso exprés, basada primordialmente en la estética. Así, la saga “Matrix”, aunque debo centrarme en la primera en realidad, ya que el resto sigue su senda de forma mediocre, fue saqueada a conciencia en los años posteriores con infinidad de títulos que imitaban y usaban su estética y uso de los efectos especiales, con el efecto bala y las cámaras lentas, sin ir más allá ni interesarse mucho en los conceptos que se desarrollaba.


Equilibrium” se inserta en ese grupo de películas que tienen una evidente influencia de la de las hermanas Wachowski, pero más allá de ciertos aspectos visuales, es una influencia, sobre todo, conceptual, es decir, “Equilibrium” es una digna alumna o hijastra de la película nodriza que es "Matrix", que a su vez le debe la vida a cintas como “Blade Runner” (Ridley Scott, 1982).



Equilibrium” es una película interesante por sí misma, y aunque tiene múltiples referencias y conceptos vistos muchas veces en la ciencia ficción y sus clásicos, son aspectos que no desvirtúan la propuesta, atractiva e inteligente. Una nueva distopía totalitaria, donde el gobierno, tras la 3ª Guerra Mundial, pretende anular de forma química toda capacidad para sentir, ya que lo considera la principal causa de todos los males de la humanidad, lo que provoca la violencia, la muerte, las guerras... Así se lograrían evitar todos esos males y toda esa destrucción, creando un mundo uniforme y controlado. Por supuesto, esa cesión de derechos, obligada en toda dictadura, no será fácil ni sumisa en todos lados, y para solucionarlo el gobierno tiene diversos métodos de control: la química, con una droga llamada “Prozium”, y la policial, con un cuerpo especializado liderados por los llamados “Clérigos”, poseedores de unas habilidades especiales, que se encargan de sofocar cualquier atisbo o intento de rebelión, oposición a las reglas o signo de sensibilidad. Una lucha que se centra en los sectores exteriores al centro neurálgico de dicha ciudad, ya que las ciudades están divididas en estratos. No son gratuitas las imágenes de Stalin o Sadam Husein, como ejemplos de asesinos dictatoriales.




En esta descripción del planteamiento de la película y la ciudad que nos muestra, se aprecian evidentes postulados platónicos, muy típicos en este tipo de distopías totalitarias y de ciencia ficción. La cesión de derechos, el sometimiento a cambio de paz, de tranquilidad, de seguridad, es la clave de las dictaduras. Libria, así se llama esa nueva metrópolis con ese nuevo orden social donde se pretende evitar la ira, el odio, la furia, la guerra o la venida de nuevos Hitlers eliminando toda emoción. Todo al mando de un líder, al que sólo vemos en videos lanzando su panfleto de manera continua, un eterno discurso al estilo de los Fidel Castro o los Hugo Chávez. Un mundo totalitario donde la delación es premiada, es uno de los pilares básicos para conservar el orden y el control. Los eufemismos con los que se engaña, con los que se pretende dar apariencia de libertad, de sistema organizado y que respeta al individuo y sus derechos, están muy bien mostrados. Tanto Partridge como el personaje que interpreta Emily Watson se ríen de las seguridades legales que menciona Preston, incluso le matizarán cuando hable de “procesos”, que en realidad son “ejecuciones”. La idea de un “proceso” es dar apariencia de legitimidad. Es un error táctico del sistema prescindir de ellos finalmente, una vez creen que tienen el control absoluto, ya que puede llevar a rebeliones, aunque una vez el sometimiento es extremo reduce burocracias, bien es cierto…




Hemos querido superar la individualidad y reemplazarla por la conformidad, reemplazarla por la uniformidad, por unidad”.

Se pretenden vidas idénticas, el orden, la idea de comunidad que anule a la individualidad, completamente integrada con los totalitarismos comunistas o socialistas. Un buen ejemplo está en la escena donde Bale tiene que explicar por qué reorganiza su escritorio, el "desorden" sobre lo establecido habitualmente en él. Hay un toque nazi en el símbolo de Libria.


-Preston: Reordeno mi escritorio.

-Brandt (Taye Diggs): ¿No le gustaba como estaba antes?

-Preston: No es cuestión de gusto, sólo intento optimizarlo.

No es el mensaje lo que importa, sino nuestra obediencia a él. La voluntad del padre… llámelo fe". “No es decisión del consejo, es decisión del Padre. Y él es la ley”.

Muchos aspectos levantan interesantes reflexiones, como la idea de la renuncia a la propia esencia, a la propia naturaleza, a la propia humanidad para la supervivencia de la misma, para nuestra propia supervivencia. Renunciar a ser nosotros mismos para sobrevivir.



Nuestro protagonista, el Clérigo John Preston (Christian Bale), será presentado con su silueta haciendo ejercicios y luego de espaldas, junto a su compañero, Partridge (Sean Bean), antes de la primera exhibición de sus habilidades. Lo flipáis con el Clérigo, se coloca rodeado de gente dispuesta a matarle y muy armados, pero no tienen narices de alcanzarle ni una sola vez. Rapidez e intuición, geometría, una flipada como otra cualquiera, pero así es. Una escena muy expresionista, a oscuras, sólo iluminada por los fogonazos de las armas al dispararse.




Sentido y sensibilidad.

Uno de los grandes detalles de la cinta está en su look, perfectamente coherente con ese mundo homogéneo, uniforme, ordenado, controlado, donde todo sentimiento está prohibido. Tonos oscuros, blancos, neutros, casi una cinta en blanco y negro. El vestuario de los policías y los Clérigos será negro, los entornos neutros, blancos, asépticos, un mundo anodino, triste, que contrastará muy bien con otros decorados que aparecerán de forma ocasional, donde vive gente que no renuncia a su sensibilidad y sus sentimientos. Incluso en la intimidad los vestuarios serán neutros (camisetas negras, uniformes), y los decorados minimalistas. El coche de Preston será de blanco madridista al completo, neutro.



Un primer ejemplo de esos decorados que contrastan con la neutralidad general por su colorido y calidez lo tenemos en la habitación oculta en la casa de Emily Watson. Un primer plano de Bale con Watson al fondo en la modesta y cálida habitación oculta y artística, colorida, que contrasta con todo lo anteriormente visto y con los uniformes de los agentes y Clérigos. Una habitación llena de sentimiento y completamente inofensiva.





Posteriormente, cuando Preston descubre la relación de Partridge con el personaje de Emily Watson, tendremos una escena de planteamiento similar, primeros planos de ambos actores, Bale y Watson, dándose la espalda con el otro al fondo y a un lado del encuadre. Uno de negro, la otra de blanco. Antagonismo.


Un segundo ejemplo lo tenemos en el recinto del tiroteo contra un grupo que atentó contra una fábrica de Prozium. Otra habitación cálida y llena de obras artísticas de todo tipo que serán un deleite y una orgía para los sentidos de Preston.

Los espejos estarán muy presentes en la puesta en escena, como retrato de la necesaria mentira y fingimiento en ese entorno, en ese sistema, donde la propia naturaleza y esencia debe mantenerse oculta o adormecida con química u ocultada y disimulada si prescindes de ella. El espejo como símbolo del disimulo, de la ocultación, la actuación y el fingimiento, aspectos positivos en un entorno castrador, opresor y totalitario. El primer espejo importante será en la casa de Watson, donde Bale querrá que ella vea su rostro, como si fuese a reflejar una culpa, pero es él mismo el que no aguanta su propio reflejo, le dice la verdad. Ante otro espejo Bale rectificará y no se pondrá su dosis de Prozium. De nuevo su reflejo le perturba y el espejo resulta importante en su psicología. Uno de los más significativos lo tenemos en la casa de Preston, ya que éste guardará tras él sus dosis de Prozium no consumidas, el símbolo de su fachada externa.



La curiosidad, sumada a los sentidos y el arte, son aspectos desarrollados y elementos imprescindibles como definición de la humanidad. El ansia por saber más, la ambición. De hecho, la curiosidad será el germen, la semilla, el nacimiento del nuevo Bale, de su transformación.

El Prozium trata de impedir todo esto, es el opio del pueblo visto como algo positivo. Prozium, que se parece sospechosamente al Prozac.

La dirección de Kurt Wimmer es brillante en muchos aspectos, con una puesta en escena y unos detalles muy cuidados. El juego que logra con los sentidos, siempre vinculados al protagonista, es ejemplar en su evolución. La vista, el oído, el tacto, el olfato… Todo ello también se vinculará al arte, la manifestación total de sensibilidad, la exposición de sentimientos, algo prohibido por el sistema, y que va llamando a nuestro protagonista, y no sólo a él.



El tacto, una mano acercándose a la ventana ante un amanecer lluvioso, la mirada ante el bello espectáculo. El vehículo de los sentimientos, los sentidos, perfectamente retratado por Wimmer. En la escena donde Bale pasea por el interior del recinto, observará el deambular zombificado de todos aquellos que le rodean y no podrá contener sus ansias de sentir, de nuevo mediante el tacto, por lo que se quitará un guante para que el frío acero de las barandillas roce su mano. De nuevo el tacto.





La mano de Preston pasando por los objetos encontrados en la habitación que ocultaba la banda que atentó contra la fábrica de Prozium. Entre esos objetos el libro de “Mamá Ganso” que popularizó Perrault.



El oído. Cuando Preston se sienta a oír a Beethoven en esa misma habitación. La vista, con el ojo de Preston encuadrado ante el objeto parisino decorativo y encadenado con el altavoz que empezará a susurrar música... El llanto incontenible ante tanta sensibilidad… Preston recorriendo el camino que antes hizo su compañero Partridge. En una bonita escena a solas con el cadáver, Preston le pedirá perdón y examinará los recuerdos y fotos del difunto, que lo vinculan con el personaje de Emily Watson. La foto que revela la relación de Partridge con Mary O’Brien (Emily Watson), tiene al dorso escrito “Libertad”, lo que la hace especialmente simbólica.



No podía faltar el olfato, cuando le vemos emocionarse al oler algunas de las evidencias y objetos del personaje de Emily Watson, que también toca con delectación. Una cinta roja, llena de color y olor, será un fetiche para Preston, un objeto para recordar a Watson.

Hay detalles excelentes, por ejemplo el distinto tono de una contestación que acaba delatando a Partridge, lo que desembocará en su asesinato a manos del propio Preston. La muerte de Partridge tiene algo de simbólico, con ese disparo a través del libro de Yeats y en una iglesia derruida. Los versos que recita Partridge ante Preston, acabarán marcando la evolución del protagonista.



La música es importante, ahí tendremos los réquiems que suenan en momentos perfectamente fijados. Del mismo modo la literatura, con esos poemas de Yeats que lee Partridge y que serán un leit motiv de la película. La literatura será la forma en que se desbloqueará de su asepsia el personaje de Sean Bean. Bale lo hará con un cúmulo de cosas, sentidos, arte… La literatura, que incrimina a Partbridge, con la mirada como sentido básico.


Wimmer recurre en muchas ocasiones a fundidos en negro para pasar a la escena siguiente, lo que en el abuso provoca cierta sensación de parsimonia, lentitud, morosidad. Un ejemplo llamativo lo tenemos en el fusilamiento a varios rebeldes, donde la pantalla irá a negro en el cuerpo de Bale. También usa el picado y el contrapicado de manera habitual para escenificar el dominio o la sumisión.






3 comentarios:

  1. Interesante!!
    Me gustan Bale y Bean.
    No crees q un referente tb es 1982 de Orwell? El prozium de aquí sería el soma…
    Espero la siguiente…
    Bss

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    Respuestas
    1. Exactamente, de hecho se cita en la siguiente parte del análisis, entre otras. Es 1984, eso sí jeje

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    2. Jajajaja!!!! Perdooooonnnn!!!
      ;-P

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