martes, 29 de octubre de 2013

Crítica: RÍO BRAVO (1959) -Parte 2/6-

HOWARD HAWKS










Una antológica escena inicial. Homenaje al mudo.

La acción de “Río Bravo” se desarrolla durante tres días, en un mismo lugar. Es el tercer western de los cinco que rodó Hawks. Para el director el western era “la forma más sencilla del drama”. Uno de sus géneros predilectos.

Para iniciar esta obra maestra Hawks dio el do de pecho, una secuencia de antología. “La ley del hampa” (Josef von Sternberg, 1927), película en la participó, sin acreditar, en el guión junto a Ben Hecht y Charles Furthman, que a la postre sería guionista de “Scarface, el terror del hampa” (Howard Hawks, 1932), que comparte muchas similitudes con aquella, es una de las películas que más han influido en el director. Muchas de las ideas que allí se muestran podemos encontrarlas en “Río Bravo”, por ejemplo el nombre de la chica (Feathers), la idea de un personaje ayudando a un amigo borracho o la propia secuencia inicial.

  


La música de Dimitri Tiomkin enmarca la magnífica obertura en la que vemos una llegada… La de la expedición comandada por Pat Wheeler (Ward Bond). Es magnífica por su nostalgia y el carácter especial que transmite, como un anuncio de que estamos a punto de entrar en un universo único. Curiosamente es una simple introducción, ya que la primera secuencia no tendrá nada que ver con esa llegada.

  
  
  



Es difícil empezar mejor una película que como lo hace Hawks en ésta. Una secuencia que homenajea el mudo para retratar la caída a lo más bajo de uno de los protagonistas, Dude (Dean Martin), y la defensa de su dignidad que hace su amigo John T. Chance, el héroe de esta historia (John Wayne). Todo será vertebrado por la música, que va manejando las acciones y se acompasa a éstas, por ejemplo en la forma de acompañar el humor y los golpes; se omiten diálogos, que se evitan de forma evidente, se recurren a gestos. Un homenaje al mudo deseado, ya que Hawks siempre reivindicó el aprendizaje que tuvo en esa época y que extrapoló una vez llegó al sonoro dando primacía siempre a la imagen y al movimiento, a las acciones por encima de las verbalizaciones, aunque como he explicado es uno de los directores que mejor usó los diálogos.






Sin palabras Hawks presenta y retrata a sus dos protagonistas, de forma que el espectador va a estar de su lado rápidamente y sin dudas. La dependencia alcohólica de Dude, el intento de humillación del villano Joe Burdette (Claude Akins) y la salida para proteger la dignidad de su amigo de Chance. Es el comienzo de la esencial amistad varonil del cine de Hawks. Chance protege la dignidad de su amigo Dude en plano de superioridad, la presentación de Wayne es en un marcado contrapicado, mientras que en ese momento, en el que Dude toca fondo, éste será mostrado arrodillado desde un picado, casi humillado, mientras intenta recuperar un dólar de una escupidera. Hawks ya usó la escupidera como símbolo de una humillación en “La ciudad sin ley” (1935), además de ser un detalle que cogió de la mencionada “La ley del hampa” (Josef von Sternberg, 1927).






Dude agredirá a Chance, pero los amigos en Hawks se perdonan todo, así que no habrá rencores, de hecho colaborarán acto seguido para sacar el cuerpo inconsciente de Burdette, arrastrándolo, del bar. La evolución y descripción de la clásica amistad hawksiana siguiendo su curso.


Hawks usa la panorámica descriptiva en la entrada al primer bar siguiendo el ansia alcohólica de Dude (Dean Martin) en busca de un trago, una descripción del lugar funcional y precisa, en la que vemos a un barbero incluso. También planos medios del sudoroso y angustiado personaje. Es magistral ver el deseo en Dude cada vez que alguien da un trago o ve un vaso pasear ante sus ojos.



Un travelling seguirá los orgullosos y chulescos pasos de Burdette después de haber matado a un cliente y dejado a Dude en el suelo con ayuda de sus esbirros. A la llegada al segundo bar Wayne estrenará los diálogos, tumbará a Burdette e iniciará su vínculo con Dude.



Una primera escena que además tiene una importancia capital, ya que plantea y define la historia de acción y enraizada en el western, marcando también un punto de inflexión en el personaje de Dude, una vez ha tocado fondo. La detención de Joe Burdette, el poder de su hermano y sus intentos de rescatarlo y el conflicto que esto generará, sumado a la historia y relación de amigos de Dude y Chance.




Todo en un glorioso Technicolor, de una intensidad y luminosidad esplendorosas.

No solo no hay resentimiento, sino que la siguiente escena nos presenta a Dude con la estrella de sheriff, Chance le ha puesto a trabajar, un amigo velando por otro amigo. Martin está realmente brillante en su encarnación de ese borracho con síndrome de abstinencia sin caer en tópicos ni lugares comunes. Su trabajo consiste en vigilar y regular la entrada en el pueblo, se presentará su labor, imprescindible en la película como los son todas la actividades profesionales en el cine de Hawks, controlando la entrada de la expedición de Pat (Ward Bond).





Aquí se nos presentarán el resto de personajes masculinos importantes en la trama, al grupo de Chance (John Wayne), estos son Colorado, chulito, descarado y honesto (el pipiolo de Ricky Nelson), y el imprescindible Stumpy (Walter Brennan), que como un ángel de la guarda también está siempre velando por la seguridad de sus amigos, entre queja y queja.


El motivo lo estaban enterrando cuando llegaban ustedes”.


La historia queda definida, con una sencillez pasmosa, todo el planteamiento y bases de la historia definidos en dos breves secuencias, la trama de western concretada. La narración avanza con una fluidez y naturalidad asombrosas.

Un viejo cojo y un borracho. ¿Sólo eso tiene?

Entraremos en la comisaría, el escenario principal, donde nuestros personajes desarrollarán su camaradería y relación de amistad. La dirección de Hawks es invisible en el interior. La naturalidad mencionada deja momentos paradigmáticos casi de forma constante, un ejemplo lo tenemos en el intento de Dude de coger la cerveza que le ofrece Chance, que habla distraídamente con Stumpy sin percatarse de ello. Parece real, natural.




En relación a la dirección y precisión de Hawks dentro de la comisaría, extensible a cualquier rincón del pueblo, comentar que en esta primera secuencia, en sus 2 primeros minutos, quedará definida a la perfección. Nos adentraremos desde la sala principal a las celdas, al fondo de la misma, y podremos describirla con pleno detalle gracias a la perfección con la que está mostrada. Nos parecerá que hemos vivido en esa comisaría toda la vida, conoceremos cada recoveco de la estancia. Una maestría en la puesta en escena, el encuadre y en la forma de colocar la cámara que define a uno de los grandes cineastas de todos los tiempos. La forma en la que entramos en las celadas siguiendo a Stumpy es otro derroche de naturalidad. Un raccord perfecto.




De esta forma vamos conociendo a los personajes, con mención especial a Stumpy, el viejo quejica que siempre tiene una protesta o un comentario a las órdenes de Chance, es su forma de afianzar su labor y su amistad con su admirado jefe. Un personaje y una relación francamente entrañable, sincera y auténtica. La comicidad se mantendrá plenamente vigente con este personaje. Los diálogos entre los amigos son a menudo intrascendentes, con comentarios cómicos, bromas digresivas y naturalidad plena, algo que ha influido enormemente en directores como Quentin Tarantino, por ejemplo. Stumpy tendrá como misión cuidar y vigilar a Burdette.








Luego hablaré de los personajes, incluso un breve comentario sobre el villano Joe Burdette, un personaje es simplemente sirve para crear el conflicto con los valores defendidos por Hawks y ser el motor de la acción vinculada al western. En su encierro lo primero que hará será intentar provocar a Dude, que irascible arremete contra él. La tensión en Dude viene provocada por su síndrome de abstinencia, pero sobre todo por la humillación que le produce su propia debilidad.





Wayne, Chance, por su parte, demostrará continuamente su inteligencia táctica a la hora de gestionar su misión, es el motor y guía del grupo, pero necesitará de sus amigos para lograr el éxito.

El hotel Alamo.

El hotel es el otro gran escenario de la película. También funcional, será el lugar destinado al ocio, las negociaciones, el amor y el romance… aunque también entrará el conflicto central cuando sea menester.



Aquí se nos presentan a otros dos personajes, Carlos y Consuelo, que son otro contrapunto cómico de la cinta. Diálogos y situaciones divertidas, digresiones, serán lo que aporten.

Como he dicho con anterioridad “Río Bravo” es tanto western como comedia, y algún género más, de hecho casi tiene más minutos dedicados a la comedia y la digresión para desarrollo de personajes que trama en sí misma. Las bromas sobre el paquete con el regalo de Carlos a su mujer, unas medias, son estupendas y sirven para presentar al último gran personaje de la cinta, Feathers (Angie Dickinson).








…conozco a las mujeres. O se vuelven locas de alegría o se ponen tristes. Si se vuelven locas experimentan un enorme placer y si se ponen tristes lo experimentan igual”.

Una de las ideas con las que más le gusta jugar a Howard Hawks es con la inversión e incluso el travestismo. Así lo hemos visto en numerosas películas suyas con el culmen en “La novia era él” (1949) donde pudimos disfrutar de Cary Grant con peluca y vestimenta femenina. Aquí veremos cómo se bromea con el muy varonil y machote John Wayne y la ropa interior que Carlos quiere regalar a Consuelo, incluso el encargado del hotel se permitirá probárselo al sheriff, gesto que aprovechará Feathers (Angie Dickinson) para empezar a sentar las bases de la que será su relación.

-Carlos: ¿Se imagina lo bonita que va a estar?
-Chance: ¿De verdad quiere que me lo imagine?

-Carlos: Oh no, no señor, no lo haga. Será mejor que lo imagine yo sólo

Vimos como Chance se muestra completamente competente y seguro en su actividad, por difícil que sea la situación, entre matones y pistoleros, pero repentinamente le vemos como amenazado, inseguro o incómodo con las bromas de la sensual mujer. Es la presentación perfecta para la mujer de la función, directa, descarada y atacante, sin remilgos y segura de sí misma, llevando la voz cantante. Ella es puro sexo y deseo, pura picardía y provocación. Así vinculamos la sexy (para la época) ropa interior con ella, con Feathers, mientras habla de darse un baño.



La inseguridad que crea la mujer en los héroes de Hawks, sea cual sea el género, será respondida en primera instancia por éstos queriendo largarla lo más lejos posible (“Sólo los ángeles tienen alas”, “Tener y no tener”, “Hatari!”…), es lo primero que les dicen a las mujeres. Aquí no será una excepción, será lo primero que le diga, que coja la diligencia y se vaya…

El destino marca la relación hombre-mujer, ella aparece en el momento oportuno para poder gastarle una broma, la diligencia tiene una rueda estropeada, por lo que la mujer debe quedarse un poco más de tiempo… Y por supuesto, como toda mujer hawksiana, nunca aceptará la brusca invitación para marcharse, se quedará para conquistar al héroe.

En el hotel tendremos una escena de suspense, con el tema de la baraja falsa, pero esta escena sirve para desarrollar personajes y relaciones, una vez más. Es un sitio de ocio y a eso está destinado. Conoceremos un poco más a Colorado y a Feathers.



 



Dedicada a Chu4che, que no deja de sorprenderme, como con esta sensacional petición








6 comentarios:

  1. La primera secuencia y la de los dos protagonistas haciendo la ronda son una delicia.
    Stumpy es adorable,es el personaje que hace entrañable y divertida la película.

    saludos

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    1. Hay tantas!!! Mañana lo tratamos, tocan los personajes jaja

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  2. Esa escena debla escupideea es simplemente genial. El contrapicado, Dean sudoroso y humillado, una escena q se recuerda.
    El color! Espléndido, resplandeciente sin caer en la saturacióm de pelis como las de los peplum q me martirizan la vista. Dorados de luz. Excelentes. Y la broma de la ropa interior, picardiosa y simpatiquísima.
    Q gran peli, Sambo!!!

    Esperando las siguientes…

    Gracias!!

    Besos!!!

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    1. Esos detalles sutiles y sencillos que lo dicen todo con casi nada, el poder de los clásicos, ahora necesitan una tremenda parafernalia y no te dicen absolutamente nada... El estilo perfecto es el clásico, los demás están bien como innovación, pero el cine se sublima así.

      Besos.

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  3. La verdad es que ver a John Wayne aporrear con el rifle casi hace el mismo daño que si te dieran a ti, casi te hace plantearte si no sería preferible que te disparase directamente :) (y por supuesto hay una escena parecida en El Dorado, aunque cambiando al "aporreador").
    Respecto a la amistad, si no me equivoco la idea de encerrarse en la cárcel tiene su origen, precisamente, en un comentario de Stumpy sobre lo bien que lo pasan los cuatro amigos juntos en la comisaría.

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    1. Jajajajajajaja muy cierto anónimo, tremendo el golpe que da, casi es preferible el disparo, como dices.

      Así es Anínimo, Stumpy dice que es más divertido estar allí cantando, tras los dos temas que oímos, que en la calle y a Wayne se le ocurre lo de quedarse en la cárcel.

      Un saludo y gracias por el aporte.

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